Diferencia entre revisiones de «Rito de iniciación (Panshin)»

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La llegada del tema de la edad se escenifica a través de los acontecimientos de la ''prueba'' de Mia, un rito que garantiza el paso a su edad adulta. El tema está artísticamente elaborado en tres cuentos que aparecen en el relato: ''«Brillante Sam y encantador Ned»'', narrado por un joven piloto explorador, ''«La Dama de Carlisle»'', contado por la misma Mia, y ​​un tercer cuento (reducido a instancias del editor a un breve resumen) contado por Daniel Kutsov. Los tres cuentan experiencias de jóvenes que se enfrentan a pruebas de valor o ingenio.
 
Las discusiones éticas en la novela se desarrollan en un nivel elemental, como es apropiado para un narrador adolescente. La moral de Mia es ampliamente kantiana (Kant es el único filósofo que ella menciona por el nombre), ya que demanda respeto por la idiosincrasia de otros y prohíbe tratar a los demás como simples medios. La madurez de la moralidad de Mia viene con su reconocimiento de que ''«el universo está poblado de gente, y no hay un solo actor de reparto entre ellos»''.
 
Muchas novelas clásicas de ciencia ficción terminan con la destrucción de un planeta entero y su habitantes. Típicamente, como en las series de novelas [[Skylark]] y [[Lensman]] de [[E. E. Smith|E. E. “Doc” Smith]], tal destrucción se presenta como una defensa necesaria contra la crudeza de seres alienígenas que son incorregiblemente peligrosos o malignos. ''Rito de iniciación'' se aparta de esta tradición, al condenar la destrucción de Tintera como un acto que nadie, en principio, podría tener el derecho de cometer.
 
En la Asamblea de la nave, la propuesta de destruir Tintera se debate en el contexto de una controversia en curso sobre política ya que, en todo caso, las naves se deben a los colonos planetarios. El padre de Mia toma la posición de que a los colonos les irá mejor si aprenden a valerse por sí mismos y no esperar la ayuda de las naves. Mia y el mentor de Jimmy, José Mbele, creen que los buques tienen la obligación de ayudar a los colonos a compartir sus conocimientos, ya que como dice Daniel Kutsov, el conocimiento es patrimonio de todos los que sobrevivieron a la destrucción de la Tierra. Ambos bandos del debate logran una audiencia respetuosa en diversos lugares de la novela, y tampoco se presenta una de ellas como indiscutiblemente correcta, pero al final de su historia Mia claramente ha llegado la idea de que las naves tienen la obligación de ayudar a las colonias.
 
Muchos de estos temas aparecen en otras tres historias de Panshin ambientadas en el mismo futuro ficticio: ''«Los hijos de Prometeo»'' (''Analog'', 1966), ''«Un sentido de dirección»'' (''Amazing'', 1969), y ''«Arpad»'' (''Quark 2'', 1971). En ''«Arpad»'' hay una breve aparición de Mia y Jimmy. Las tres historias se recogen en la colección ''Adiós al ayer de mañana'' (Berkeley, 1975).
 
==Referencias==