Diferencia entre revisiones de «Álvaro Fayad»

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Línea 31:
Pese a la gravedad de la situación en Cali -no es usual que un enfrentamiento con la guerrilla se prolongue durante tres días, y lo es menos aún que se dé casi en plena ciudad- todo eso se vio opacado por la noticia del jueves por la noche en Bogotá: la muerte de Alvaro Fayad, comandante general del M-19. Tampoco ahí, sin embargo, estaban muy claras las cosas, y era notable el hermetismo de las autoridades militares. Habían anunciado para la mañana del viernes una rueda de prensa con la Policía, pero fue cancelada con la lacónica explicación de que "continuaban los operativos".
 
La prensa sólo tuvo acceso a informaciones fragmentarias, según las cuales una llamada anónima denunció a la Policía la presencia del jefe guerrillero en un apartamento del barrio Quinta Paredes, cercano a la Ciudad Universitaria. Agentes del GOES cercaron la zona, algunos, haciéndose pasar por empleados de la Energía, cortaron la luz en el sector, y dieron el asalto a las siete y media de la tarde del jueves. Fayad, al parecer, se defendió a tiros de ametralladora, hiriendo a un capitán y un agente, y fue dado de baja. Con él murió la esposa del dueño del apartamento, el compositor Raúl Rosero.
 
No se permitió a los periodistas presenciar la salida de los cadáveres en un furgón cerrado. Tampoco se había permitido que el juez 80 de Instrucción Criminal, doctor Godoy Espinel, hiciera la diligencia del levantamiento de los cadáveres. Durante más de veinticuatro horas, hasta las nueve de la noche del viernes, nadie los pudo ver, lo cual hizo que se tejieran toda suerte de especulaciones. Que habían quedado totalmente desfigurados a balazos. Que el muerto no era Fayad.
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Que sí era, pero que había sido capturado vivo. Finalmente, el Noticiero Nacional de la televisión recibio de las autoridades unas fotografías del cadáver de Fayad en el anfiteatro de Medicina Legal, que mostró en pantalla y fueron reproducidas en la prensa del día siguiente, al parecer con orificios de bala en la boca y la frente. SEMANA intentó infructuosamente obtener algún dictamen técnico de los funcionarios de Medicina Legal, cuyo hermetismo es total. El cadáver de María Cristina de Rosero fue entregado a su familia, pero el de Alvaro Fayad siguió en la morgue en espera de la autopsia.
 
Tampoco fueron muy explícitas las informaciones sobre los nuevos operativos. Hubo numerosos allanamientos y detenciones en Bogotá, algunas fuentes militares hablaron de una reunión en la capital de la Coordinadora Nacional Guerrillera, para la cual habria venido desde Cali el comandante del M-19, y el Ministro de Defensa se limitó a decir con cierto misterio que tenía "información cierta" de que Fayad pensaba viajar a Nicaragua, pero no sabía con qué propósito. '''Texto en negrita'''
 
== Véase también ==