Diferencia entre revisiones de «Diario de Mallorca»

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El primer director de ''Diario de Mallorca'' fue Antonio Sabater, un hombre de firmes ideas religiosas, que estuvo al frente de la publicación desde 1953 a 1968, año de su jubilación. Solía escribir una columna de opinión titulada “Brújula”, ya que era muy aficionado a titular las secciones con nombres marineros.
 
El periódico nació con una inequívoca definición del signo católico. Esta conjunción de una idea católica, moderada, pero al mismo tiempo liberal y respetuosa con los derechos fundamentales caracterizó su estilo desde los primeros días. La jerarquía eclesiástica de aquellos primeros años 50 estaba muy marcada todavía por los años de la Guerra Civil y la posterior Guerra Mundial. La actualidad política sólo tenía un hombre: Franco. Hacía ya más de una década que la Guerra Civil había terminado, pero la actualidad nacional repetía una y otra vez las consignas y verdades oficiales del conflicto. En general, los años 50 estuvieron dominados por la guerra civil y el miedo permanente a un conflicto nuclear entre EE.UU. y la URSS. Las páginas de esta cabecera revelaban, por sus gráficos, artículos e incluso chistes, aquella “espada de Damocles” de un holocausto con la que había que convivir con fuerza. El turismo ya era una realidad emergente de la época, eso explica que los grandes reportajes de nuevos establecimientos hoteleros eran frecuentes en sus páginas. Además, muchas de las secciones se caracterizaban por ser textos breves y muchas veces bajo el prisma de lo amable o incluso lo anecdótico.
 
La década de los 60 estuvo determinada por aquello que, en términos, se llamó “el desarrollo” cuyo significado se refería a la salida del “túnel” de la postguerra, es decir, el despegue de la económico y la creación de riqueza. El crecimiento turístico producía una sensación de éxito y prosperidad que se contagiocontagió a las informaciones. Los titulares triunfalistas, como “Palma de Mallorca, centro preferido del turismo internacional” o “Mallorca es el paraíso del turista” se repetían día tras día. Sin lugar a dudas, el Aeropuerto de Son Sant Joan fue el protagonista de la época. Esta actualidad amable y optimista coincidió, además, con el cambio de propietario La Editorial Mallorquina pasaba por series dificultades para seguir adelante con la publicación y se vio obligada a reducir la mitad del formato en 1963, por el encarecimiento del papel. Pero en 1966 se constituyó Editora Balear, presidida por Francisco Salva, suponiendo así numerosas mejoras, como campañas publicitarias, adquisición de nueva maquinaria y furgonetas para el reparto.
 
Tras la jubilación de Antonio Sabater, que continúo colaborando en el periódico, sobre todo en las secciones de agricultura y ganadería, tomó entonces su relevo Gaspar Reynés Quintana, quien anteriormente había dirigido ''La Almudaina'' hasta su desaparición. Don Gaspar fue un periodista muy comprometido con el mundo de la historia y la cultura. El boom de los 60 causó en la vida ciudadana euforias y tensiones. Aumentaba sin cesar la población y la piqueta se llevaba por delante viejos edificios de Palma. Las páginas del ''Diario de Mallorca'' iban mostrando progresivamente la asunción de muchos de los problemas que la nueva situación planteaba. En los años 60, la cabecera contó con articulistas de excepción. Entre ellos, Josep Melià que hacía sus primeras incursiones en el mundo del periodismo y que años más tarde ocuparía cargos políticos destacados en Unión de Centro Democrático (UCD).
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En los años 70, los acontecimientos trascendentales se sucedían uno tras otro. Y el país entero se enfrentaba a un momento decisivo: la muerte de Franco y el cambio de régimen. El periódico se colocó en la cabeza de la prensa independiente y fue todo lo crítico que entonces podía ser con el tardofranquismo. La cabecera se convirtió en un paradigma para la lucha por la libertad de expresión. Sin lugar a dudas, fue un momento decisivo tanto para el periódico como para el país.
 
En 1972, [[Antonio de Padua Alemany Dezcállar]], que se inició en el diario como articulista y más tarde como responsable de las páginas de opinión, fue nombrado director convirtiendo así el periódico en un punto de referencia para la prensa nacional. Alemany estuvo al frente del periódico en los momentos que defendía una postura democrática, liberal y europeísta, frente a las amenazas del tardofranquismo. Ello le valió varios enfrenamientos con la administración y la prensa del movimiento. Estuvo rodeado por un equipo, que en buena parte perduraría muchos años, como Xim Rada, Román Orozco, Sebastià Verd, Joana Maria Roque, Jacint Planes o Enrique Merino, entre otros. Durante la época de Alemany, ''Diario de Mallorca'' dejó las instalaciones de La Rambla para inaugurar el edificio de la calle Conflent. En 1976 Alemany decidió dejar la dirección para dedicarse a otras publicaciones.
 
Joaquín Morales de Rada, conocido con el pseudónimo “Xim Rada”, sucedió a Antonio Alemany en la dirección de la publicación. Morales condujo la publicación en los años de la transición, en momentos históricos como las primeras elecciones democráticas o la llegada al poder de los socialistas. Junto con Andrés Ferret, consolidó una línea editorial de centro-derecha en aquellos episodios transcendentales de la vida política. Con él también llegó una nueva generación de periodistas, como Carlos Garrido, Jordi Bayona, Jerónimo Blanco o Ginas Garcías, entre otros. Morales fue un periodista de la vieja escuela, que estuvo al frente del periódico hasta 1985, cuando Carlos Garrido, como subdirector, ejerció la dirección durante unos meses, hasta la llegada de Juan Antonio Fuster.
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A finales de los 80, el periódico se informatizo para ganar agilidad y modernidad. Juan Antonio Fuster fue el responsable del rediseño del periódico con criterios más modernos y creó la popular sección ''Llama la atención''. Cuando Prensa ibérica adquiría la mayoría de acciones de la Editora Balear, propietaria de la publicación, ''Diario de Mallorca'' estrenó maquetación, reorganizó integralmente la redacción aplicando las tecnologías más modernas, inauguró nueva sede y pisó en marcha promociones y publicaciones. En 1992, la publicación presentaba un nuevo diseño: un mayor empleo de color, nueva distribución de blancos y la tipografía, nuevas secciones, la actualización incluso de la cabecera, que manteniendo las características gráficas de la mancheta tradicional, introducía un tratamiento más actual.
 
Durante la dirección de José Eduardo Iglesias se llevó a cabo una nueva modernización del periódico. Las páginas de ''Actual'' se convierten en cuadernillo, se crea el suplemento FND de agenda de fin de semana, aparece el suplemento dominical ''La Almudaina'', las cartas al director pasan a llamarse El Correo de Mallorca en honor a la antigua cabecera, se amplia y documenta la agenda y se incorporan los datos prácticos como teléfonos o sitios Web al final de las informaciones.
 
A finales de 2010, se modifica el proyecto gráfico, basado en la ''Times'' y la ''Frutiger''. El nuevo diseño está basado en el proyecto común de los periódicos del Grupo Editorial Prensa Ibérica en el Mediterráneo cuyas tipografías son ''Utopía STD'' y ''Amplitude''. Como curiosidad, ''Diario de Mallorca'' es 30 milímetros más alto que el resto de cabeceras del grupo.