Diferencia entre revisiones de «Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera»

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2. La sede de la Capilla del Salvador.
 
El museo más antiguo o primitivo es el situado en Dalt Vila, en la plaza de la Catedral, parte alta de la ciudad amurallada, donde se encuentran también el Castillo, la casa del Obispo, la casa de la Curia, la antigua Lonja, hoy convertida en “es Mirador” (desde donde se puede ver una magnífica panorámica del barrio de sa Marina, el puerto y el ensamble moderno) y la iglesia de santa María, constituida catedral en 1785. Ocupa la capilla del Salvador y la sala de la Universidad, construidas, ambas, a mediados del siglo XIV, y que fue sede del Ayuntamiento hasta 1838. Posteriormente, con la construcción de la muralla Renacentista por Calvi y Fratín en la segunda mitad del XVI, el edificoedificio fue ampliado al baluarte de santa Tecla. Todas estas construcciones fueron cedidas al excelentísimo Ayuntamiento d’Eivissa. En la actualidad, aunque hemos de decir que permanece cerrado desde 2011 y no hay visos de una pronta apertura, se ha mantenido la estructura original del edificio adaptándolo a las necesidades museísticas.
 
Aportaremos un documento literario para desmentir la cronología apuntada en la página web del MAEF (www.maef.es) para la construcción del edificio, que ellos sitúan en el XV.
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Su historia se inicia el 8 de octubre de 1929 (año del fin de la dictadura de Primo de Rivera y el crack bursátil de Wall Street – ¿algo premonitorio? Vid. infra para hacerse una idea de la accidentada vida del monográfico–) con la visita del rey Alfonso XIII a Ibiza. Carles Roman, director del vetusto Museo Arqueológico de Dalt Vila, aprovechó la visita para plantearle al monarca un ambicioso proyecto en la necrópolis de Puig des Molins. Y tuvo éxito porque obtuvo la declaración de monumento histórico-artístico para la necrópolis, el compromiso para la compra de los terrenos que estuvieran bajo propiedad particular y la promesa de la construcción de un nuevo museo que acogiera los materiales que abarrotaban el pequeño edificio de la Capilla del Salvador desde 1907. El proyecto preveía el cierre parcial de la necrópolis con un muro de obra y una reja que circunvalaba un perímetro de 1.198 metros, con una superficie total de 77.500 m2, de los cuales 62.300 m2 correspondían propiedades privadas y 15.200 m2 al ejército. El coste total de la obra se cifró en 700.000 pesetas.
 
Con la caída de la monarquía y la proclamación de la República, el 14 de abril de 1931, el plan se vio frustrado. Pero aunaún así, el nuevo régimen republicano, el 3 junio de 1931 mantuvo para la necrópolis el estatus de monumento histórico-artístico, aunque la nueva orden ministerial no estableció los límites del yacimiento, seguramente porque por aquella época (como también en la actual) se desconocían sus límites exactos. Esta imprecisión hizo que el crecimiento urbanístico, lenta pero inexorablemente, afectará gran parte de la necrópolis, sobre todo en la parte baja, donde al estar cubierta por sedimentos (en la parte alta el afloramiento de la peña hace visibles los hipogeos) era menos visible.
 
La Ley del Patrimonio Histórico-Artístico del 13 de mayo de 1933 tampoco mejoró mucho las cosas. Roman, animado por la visita del presidente de la república, Niceto Alcalá Zamora (el 4 de abril de 1932), volvió a insistir con su proyecto del cerramiento y la expropiación de los terrenos, incluso había ofrecido gratuitamente una parcela en la finca de can Partit, propiedad de su familia, para edificar el nuevo museo, pero no consiguió que lo aprobaran.
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Finalmente Roman consiguió su objetivo. Con la donación de parte de su finca, las obras se adjudicaron al contratista Miguel Guasch Clapés y el arquitecto fue Francisco Roca Simó. Pero nuevamente la desgracia parecía cernirse sobre este monográfico, se inicia la Guerra Civil. Eso hizo que la obra, con libramiento previsto para diciembre de 1936, se parará el 19 de julio (día del Alzamiento), cuando sólo se habían levantado las paredes maestras. Y no fue hasta la llegada de Mañá a la dirección del museo (1944-1964) cuando se dio un auténtico empujón a estas obras. Lástima que su principal “instigador” no pudiera ver su obra finalizada. Me gustaría hacer, en este punto, un pequeño recorrido biográfico por la figura de José María Mañá de Angulo, a manera de homenaje.
José María Mañá de Angulo (Madrid, 1912-Madrid, 1964) fue el director del Museo Arqueológico de Ibiza durante veinte años (1944-1964). Nace en Madrid en 1912 y se licencia en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid en 1941. Ejercerá como profesor de esa misma universidad hasta su ingreso en el Cuerpo Facultativo de Archiveros Bibliotecarios y Arqueólogos en 1944. Ese mismo año es destinado a Ibiza y recibe el nombramiento de Comisario Delegado Insular de Excavaciones Arqueológicas en Ibiza y Formentera.
A su llegada a Ibiza, Mañá tuvo que realizar su trabajo en unas condiciones bastante difíciles, hemos de tener en cuenta que España se encontraba sumida en los años de posguerra. Ni que decir tiene que las partidas presupuestarias y las subvenciones para actividades arqueológicas eran prácticamente inexistentes, pero aunaún con estas penurias económicas hay que decir que desarrolló una actividad notable como investigador y arqueólogo en campo.
Destacaremos entre sus investigaciones:
- El estudio de las terracotas acampanadas del santuario de Es Cuieram, de las que realizó un primero ensayo de tipología.