Diferencia entre revisiones de «Exposición Nacional de Bellas Artes (España)»

Contenido eliminado Contenido añadido
He sustituido el nombre del pintor Baldomero Galofre, que es incorrecto, por el de su tío José Galofre y Coma. (Baldomero Galofre era todavía un niño en 1851)
Daehan (discusión · contribs.)
mSin resumen de edición
Línea 10:
La difícil implantación del liberalismo en España también afectaba a la creación de un mercado para el arte. En las exposiciones modernas que surgieron en los países industrializados como Francia, Bélgica o Inglaterra, intervino de manera decisiva la igualdad de oportunidades tanto para el artista como para el público y la crítica. El modelo se encontraba en el [[Salón de París]], que favoreció la profesionalización y competitividad con sus reglamentos, jurados, premios y adquisiciones oficiales, facilitando la intervención del público entendido y la aparición de la crítica especializada como determinantes para establecer la jerarquía y calidad de los artistas, que debían revalidar en cada certamen.
 
El pintor [[José GalofreGalofré y Coma]], en una proposición dirigida al [[Congreso de los Diputados]] en 1851, defendió la necesidad de organizar exposiciones anuales. La propuesta más adelante fue aceptada por el ministro de Fomento, [[Agustín Esteban Collantes]], pues en el preámbulo del [[Real Decreto]] de 28 de diciembre de 1853 se justificaba la creación de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes con los argumentos esgrimidos por Galofré y otros partidarios de estos certámenes: la importancia social del arte, su peso en el patriotismo, su capacidad didáctica, ser fórmula por y para el progreso, la deplorable situación en la que se encontraba debido a los cambios socioeconómicos, la necesidad y hasta la obligatoriedad de la protección estatal, pero sin negar su libertad, ni impedir la opción de obtener una rentabilidad incluso económica.
 
El objetivo era seguir el modelo extranjero en la organización de exposiciones sufragadas por el Estado. Las Nacionales surgieron para proteger las artes, premiar las obras y promocionar a los artistas para que estos pudieran recibir propuestas de compra de particulares y del propio Estado, y pervivieron todavía al iniciarse la segunda década del siglo XX con criterios y conceptos establecidos ya en el siglo XIX y que con el paso del tiempo quedaron obsoletos.