En [[1819]], el físico [[Dinamarca|danés]] [[Hans Christian Ørsted]] descubrió que una corriente eléctrica que circula por un conductor produce un efecto magnético que puede ser detectado con la ayuda de una brújula. Basado en sus observaciones, el electricista [[Gran Bretaña|británico]] [[William Sturgeon]] inventó el electroimán en [[1825]]. El primer electroimán era un trozo de hierro con forma de herradura envuelto por una bobina enrollada sobre él. Sturgeon demostró su potencia levantando 4 kg con un trozo de hierro de 200 g envuelto en cables por los que hizo circular la corriente de una [[batería (electricidad)|batería]]. Sturgeon podía regular su electroimán, lo que supuso el principio del uso de la energía eléctrica en máquinas útiles y controlables, estableciendo los cimientos para las comunicaciones electrónicas a gran escala. En la década de 1830 el científico estadounidense [[Joseph Henry]] perfeccionó y popularizó el electroimán.