Tras más de 255 añoslustros desde su inauguración, la Vila Olímpica de Barcelona ha sufrido innumerables cambios, y no todos para bien. El barrio residencial y tranquilo que presumía de su proximidad al mar en los años 90, se ha convertido en el escenario de los excesos nocturnos de miles de incívicos que se desplazan a él en busca del ocio nocturno que les ofrecen los locales del Puerto Olímpico. Los restaurantes familiares que se alojaron allí un día, han dado paso a bares nocturnos ''low cost'' que ofrecen a sus clientes alcohol de garrafón barato y comida rápida. Y tras la fiesta, las peregrinaciones de madrugada en manada a las estaciones de metro de Villa Olímpica y Marina atraviesan todo el barrio, dejando tras de sí las huellas de una civilización incívica que se avergüenza tarde porque no tiene la capacidad de recordar al día siguiente.
[http://www.elperiodico.com/es/noticias/sant-marti/sexo-prostitucion-incivismo-vila-olimpica-barcelona-5222455 Entres los actos de prostitución en plena calle] y las peleas, está la inseguridad, los robos, el vandalismo, la suciedad y el ruido, que ha ido creciendo exponencialmente en los últimos años. Los habitantes del barrio ya no se sienten seguros.
