Diferencia entre revisiones de «Regalismo en España»

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== El regalismo del siglo XVIII ==
Según Antonio Mestre y Pablo Pérez García, "resulta evidente la fuerza del [[regalismo]] español a lo largo del siglo XVIII. La corriente hispana, que venía desde los Reyes Católicos y los Austrias, con representantes intelectuales de gran importancia, se vio incrementada con la afluencia de nuevas ideas y planteamientos procedentes de Europa. El influjo [[galicanismo|galicano]] resulta evidente. Desde [[Bossuet]] a [[Febronianismo|Febronio]] o Pereira, pasando por [[Zeger Bernhard van Espen|Van Espen]], fue ésta una corriente impetuosa que, acompañada de un [[episcopalismo]] regalista, influyó poderosamente en la evolución del pensamiento y de la práctica política española".<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=527-528 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
 
=== Felipe V y los "concordatos" de 1717 y 1737 ===
[[Archivo:ClemensXI.png|250px|left|thumb|[[Clemente XI]] en una [[moneda]].]]
El primer conflicto con la Santa Sede del [[reinado de Felipe V]] se produjo en plena [[Guerra de Sucesión Española]] cuando el papa [[Clemente XI]] el 15 de enero de 1709 reconoció como rey al otro pretendiente a la Corona el [[Carlos III el Archiduque|Archiduque Carlos]], presionado por el ejército [[Sacro Imperio Romano Germánico|imperial]] que había sitiado Roma tras derrotar al ejército borbónico francés en el norte de Italia.<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=506 |idioma=|capítulo=|cita=La derrota del ejército francés en el norte de Italia permitió a los austríacos llegar a Roma, que fue sitiada. El papa Clemente XI, acosado por el embajador imperial, marqués de Prié, cedió a la firma de dos tratados el 15 de enero de 1709. El primero, militar, apenas tenía trascendencia para España. En cambio, el segundo de carácter político, entrañaba el reconocimiento del archiduque como rey en abstracto, pero sentaba las bases para una posterior aceptación como rey católico de España|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref> La respuesta de Felipe V fue expulsar de la corte de Madrid al [[nuncio]] papal [[Antonio Félix Zondadari]] el 10 de marzo. Poco después, el 22 de abril de 1709, Felipe V promulgaba un decreto por el que se reconocía la independencia de hecho de los obispos españoles respecto a Roma al establecer que en el procedimiento de las causas eclesiásticas se volviera al uso «que tenía antes que hubiese en estos reinos nuncio permanente». Así, los obispos tendrían que ejercitar su [[jurisdicción]] sobre «lo que cabe en su potestad», tanto en materia de [[dispensas]] como de justicia, de los que antes de la ruptura se ocupaba la curia romana.<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=506-507 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
 
La ruptura con el papa y el decreto posterior provocaron las protestas de la jerarquía católica española más antirregalista. El [[cardenal Portocarrero]], [[Alonso de Monroy]], arzobispo de Santiago, y el [[cardenal Belluga]], obispo de Murcia, enviaron sendos escritos al rey, el último de ellos en forma de un contundente ''[[Memorial (religión)|Memorial Antirregalista]]'', que no vería la luz pública en Roma hasta la década de 1740. En todos ellos aparecen las ideas propias de la corriente antirregalista: "un anti[[episcopalismo]] radical, pues, a su juicio, las reivindicaciones [[episcopalismo|episcopales]] constituyen un peligro para la Iglesia; predominio del centralismo romano y exaltación del poder pontificio; temor al regalismo que consideran un peligro de [[cisma]]; [[Inmunidad jurídica|inmunidad]] de los privilegios eclesiásticos, apoyados por Roma, y que consideran básicos para la conservación del catolicismo en España y rechazo de cualquier atisbo de [[secularización]] que pudiera expresar la autonomía del poder político".<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=507-508 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
 
Pero la ruptura también movilizó a los regalistas, empezando por el obispo [[Francisco Solís Hervás|Francisco Solís]] que escribió un ''Dictamen que de Orden del Rey dio el Illmo. Sr. D. Francisco Solís, Obispo de Córdoba y [[Virrey]] de Aragón en el año 1709 sobre los Abusos de la Corte Romana por lo tocante a las [[Regalía]]s de S.M. y Jurisdicción que reside en los Obispos'', en el que defendió la independencia de los obispos respecto de Roma, al ser consagrados [[iure divino]], lo que les permitía convocar [[concilio]]s —siguiendo, pues, los principios del [[episcopalismo]] y del [[conciliarismo]]—, y señalando además al centralismo romano como la principal causa de la decadencia de la Iglesia. Así propone, siguiendo el ejemplo de los [[Concilios de Toledo]] de la época [[visigodos|visigoda]], que el rey convoque un concilio de todos los obispos españoles que apruebe las medidas necesarias para llevar a cabo la reforma eclesiástica.<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=509 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref> Con esta última propuesta, Solís defiende seguir el ejemplo del [[galicanismo]] y en su escrito alaba la [[Pragmática Sanción de Bourges]]:<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=510 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
{{cita|Esta práctica de convocar los monarcas los Concilios Nacionales para examinar los abusos y reparar la disciplina se halla ejecutoriada en España desde su primer rey [[Recaredo]]... [En] los Concilios Toledanos, interesaron los reyes godos su real autoridad en el restablecimiento de la disciplina y observancia de las inmaculadas leyes de la iglesia}}
[[Archivo:Macanaznuevaplanta.jpg|thumb|[[Melchor Rafael de Macanaz]], aparece retratado con el plano de la [[Colonia de San Felipe]] que se tenía que edificar sobre la destruida [[Játiva]].]]
El rey francés [[Luis XIV]] medió en el conflicto y consiguió reunir en París a un representante del papa y a un representante de su nieto Felipe, [[José Rodrigo y Villalpando|Rodrigo de Villalpando]], futuro [[marquesado de la Compuesta|marqués de la Compuesta]], quien recibió una instrucciones estrictas redactadas por el recién nombrado [[fiscal (funcionario)|fiscal]] del [[Consejo de Castilla]] [[Melchor de Macanaz]], un declarado regalista. El documento recibió el nombre de ''Pedimento'' y constituye uno de los documentos capitales del regalismo hispano. En él Macanaz defiende que en el campo de la «fe y de la religión se debe ciegamente seguir la doctrina de la Iglesia» pero que en los aspectos temporales el poder civil tiene plena autonomía —una propuesta muy cercana al modelo de la [[Iglesia galicana]]—. Sin embargo, el ''Pedimento'', entre otras razons, le acabaría costando el destierro a Macanaz pues fue denunciado ante la Inquisición y perdió la protección del rey al caer su principal valedora en la corte la [[princesa de los Ursinos]] a causa de la llegada de la nueva reina [[Isabel de Farnesio]]. Como han señalado Antonio Mestre y Pablo Pérez García, con el destierro de Macanaz "la corriente regalista sufría un terrible golpe, pero también desaparecía un proyecto reformista de largo alcance. Porque Macanaz pretendía una reforma de la enseñanza universitaria muy renovadora y ambiciosa... y el control del tribunal del [[Santo Oficio]] de la Inquisición por parte del gobierno civil".<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=510-512 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
 
El nuevo equipo de gobierno propiciado por la reina Isabel de Farnesio y encabezado por [[Julio Alberoni]] propició el acercamiento a Roma y así se llegó a un acuerdo provisional conocido como el "concordato de 1717". En el mismo el papado recuperaba su situación jurídica anterior a 1709 a cambio del pago de 150.000 ducados anuales procedentes de las rentas eclesiásticas para la lucha contra el turco —y Alberoni fue nombrado cardenal—. Sin embargo, "los grandes problemas planteados por Solís o Macanaz quedaron marginados".<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=511 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
 
Cuando en virtud del [[Tratado de Sevilla (1729)|Tratado de Sevilla de 1729]], el infante [[Carlos III de España|don Carlos]], varón primogénito del segundo matrimonio de Felipe V con Isabel de Farnesio, recibió el [[reino de Nápoles]] volvió a producirse la ruptura con la Santa Sede, porque ésta puso en cuestión la validez del Tratado de Sevilla alegando que Nápoles era un [[feudo]] del Papa. El conflicto de fondo, sin embargo, residía en la reivindicación del [[Patronato Universal]] —es decir, extender a todos los dominios de la Monarquía de Felipe V el [[patronato regio]] que ya detentaba sobre Granada, Canarias y Las Indias—, propuesta impulsada por el nuevo equipo regalista encabezado por el recién nombrado Gobernador del [[Consejo de Castilla]], el obispo de Málaga [[Gaspar de Molina y Oviedo]], y por el nuevo embajador en Roma, el [[Troiano Acquaviva d'Aragona|cardenal Acquaviva]], y que contaban con el apoyo de [[José Patiño]] el principal ministro del rey. Cuando la Curia romana rechazó la creación en agosto de 1735 de la ''Junta de Real Patronato'', cuya finalidad era impulsar la incorporación a la Corona de iglesias y patronatos, los breves papales fueron "secuestrados" por orden del obispo Molina que impuso así el ''[[exequatur]]'' —que ninguna orden papal tenía validez en los dominios de la Monarquía de España sin el refrendo de su soberano—. La solución final al conflicto fue la firma del nuevo "concordato de 1737", en el que se produjeron avances en la línea del regalismo —y el obispo Molina, como Alberoni, fue nombrado cardenal—: "quedaba regulado el [[derecho de asilo eclesiástico]]; la Iglesia controlaría el número de clérigos y se propondría la reforma del clero por medio de los obispos... y Roma cedió con un nuevo gravamen sobre los bienes eclesiásticos". Sin embargo, la ceustióncuestión fundamental del Patronato Regio y del control de los beneficios eclesiásticos fue aplazado para ser discutido más adelante, aunque el obispo-cardenal Molina lo consideró un éxito pues quedaba la «puerta abierta» para que la Junta de Real Patronato continuara actuando sobre la cuestión del control de los [[beneficio eclesiástico|beneficios eclesiásticos]].<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2=Pérez García| nombre2=Pablo |año=2004 |páginas=512-514 |cita=}}</ref> En 1737 en una investigación realizada por el [[abad de Vivanco]] éste encontró 30.000 [[beneficios eclesiásticos]] que escapan al patronato real en beneficio del Papa.
 
=== Fernando VI y el Concordato de 1753: el «mayor triunfo del regalismo español» ===
[[Archivo:Mayans.jpg|thumb|El ilustrado valenciano [[Gregorio Mayans]].]]
Tras la firma del "concordato de 1737" se puso en marcha la negociación prevista en su artículo 23 «para terminar amigablemente la controversia sobre el Patronato». Las conversaciones las inició el propio cardenal Molina pero tras su muerte fue sustituido por el confesor de Felipe V, el jesuita francés Jaime A. Fèbre, que contó con el apoyo de [[Blas Jover]], fiscal de la [[Cámara de Castilla]]. Este a su vez recurrió en 1745 al jurista ilustrado valenciano [[Gregorio Mayans]] quien redactó un ''Examen del Concordato de 1737'' en el que negaba su validez a partir de la defensa del [[episcopalismo]] [[regalismo|regalista]], y trayendo de nuevo a colación el antecedente de los [[Concilios de Toledo]] de época visigoda en los que se habría aprobado el patronato real sobre la Iglesia, por lo que los reyes españoles no necesitaban de la aprobación pontificia para ejercitar su potestad sobre la Iglesia de sus dominios, en ejercicio de las [[regalía]]s a las que el soberano no podía renunciar. Tras la muerte de Felipe V y el ascenso al trono de Fernando VI las negociaciones con Roma pasaron a estar dirigidas por el confesor real, el jesuita [[Francisco Rábago y Noriega]], y el [[marqués de la Ensenada]], quienes al margen de las conversaciones oficiales entablaron unas negociaciones secretas, de las que solo tenían constancia, además de Rábago y Ensenada, el rey Fernando VI, el papa [[Benedicto XIV]] y el Secretario de Estado pontificio, cardenal [[Valenti Gonzaga]].<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=514-517 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
 
Fue esta vía secreta, de la que no tuvieron conocimiento ni el [[Secretario de Estado y del Despacho]] [[Carvajal]] ni el nuncio que llevaron las negociaciones "oficiales", la que condujo a la firma del Concordato de 1753. El papa se negó a reconocer el patronato universal como una regalía de la Corona —la tesis sustentada por la Monarquía española, apoyada en el escrito de Mayans—, pero aceptó el dominio de la Corona sobre los beneficios eclesiásticos —lo que suponía el reconocimiento de hecho del patronato universal—, excepto de 52 que se "reservó", precisamente, como prueba de que se trataba de una gracia pontificia. De esta forma se alcanzó, según Mestre y Pérez García, "el mayor triunfo del regalismo español. Al margen de que no se aceptaba el patronato como una regalía, las concesiones eran de tal calibre que el poder del monarca sobre la Iglesia española era absoluto y completo: nombramiento de obispos, [[canónigo]]s o beneficios eclesiásticos, que pasaba a depender de la voluntad del monarca".<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=517 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
 
El [[concordato de 1753]] abrió una nueva etapa en las [[relaciones Iglesia-Estado]], pero el objetivo [[episcopalismo|episcopalista]] y [[conciliarismo|conciliarista]] perseguido por algunos regalistas e ilustrados como Solís y Mayans, no se consiguió porque la Iglesia española quedó bajo el control del soberano, no de del concilio de los obispos presididos por el rey como aquellos proponían. Prueba de ello fue que el análisis del Concordato que el [[marqués de la Ensenada]] encargó a Mayans, y que éste tituló ''Observaciones al Concordato de 1753'', nunca se publicó.<ref>{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas= |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
 
=== Carlos III y el control de la Iglesia: la expulsión de los jesuitas ===
{{VT|Expulsión de los jesuitas de España de 1767}}
El nuevo rey Carlos III fue consciente de los poderes que le otorgaba el Concordato de 1753 sobre la Iglesia de sus dominios, como lo demuestra una carta que escribió a su antiguo ministro en el [[reino de Nápoles]] [[Tanucci]] después de un primer enfrentamiento con el papado a propósito de la [[Inquisición española|Inquisición]]:<ref name="mestre519">{{cita libro |apellido=Mestre |nombre=Antonio |apellido2enlaceautor=Pérez García| nombre2título=PabloLa cultura española en la Edad Moderna|url=|fechaacceso=|año=2004 |editorial=|isbn=|editor=|ubicación=|página=|páginas=519 |idioma=|capítulo=|cita=|nombre2=Pablo|apellido=Mestre|apellido2=Pérez García}}</ref>
{{cita|No sabe Roma... que ahora son otros tiempos, pues hay quien sabe lo que es del papa y lo que es del rey}}
[[Archivo:Pedro Rodríguez de Campomanes.jpg|thumb|left|[[Pedro Rodríguez de Campomanes]], por [[Antonio Carnicero]] (1777).]]