Diferencia entre revisiones de «Ereta del Castellar»

Contenido eliminado Contenido añadido
ficha
Alitaper (discusión · contribs.)
Sin resumen de edición
Etiquetas: posible pruebas Edición visual
Línea 46:
}}
 
'''Ereta del Castellar''' es un yacimiento situado en el término municipal de [[Villafranca del Cid|Vilafranca]] ([[Alto Maestrazgo|Alt Maestrat]]). El poblado, perteneciente a la [[Edad del Bronce]], se ubica sobre un abrupto espolón cuyas vertientes sur y este recaen al barranco de La Foç que vierte sus aguas, algo más abajo, al Riu Sec. Hacia el norte la cima es una continuación de la elevada altiplanicie, por encima de los 1100 [[M s.n.m.|m. s.n.m.]], en la que se encuentra actualmente la población de Vilafranca.<ref name=":0">{{Cita publicación|url=http://www.museuprehistoriavalencia.es/web_mupreva/publicaciones/?q=es&id=725|título=La Ereta del Castellar (Vilafranca). Avance a la revisión de un yacimiento del Bronce Valenciano|apellidos=Ripollés Adelantado|nombre=Eva|fecha=1997|publicación=Archivo de Prehistoria Levantina|volumen=XXII|páginas=157-178|fechaacceso=|doi=|pmid=}}</ref>''' '''<ref name=":1" />
 
El enclave en que se sitúa el asentamiento constituye una vía natural que conecta, a través de los cursos fluviales, las tierras bajas de Castellón con la serranía turolense y con la zona del bajo Aragón.<ref name=":0" /><ref name=":1" />
 
El yacimiento fue localizado fortuitamente hacia 1954 por el arqueólogo francés [[Henri Prades]] y excavado en 1957, en una corta campaña de verano, con la colaboración del [[Servicio de Investigación Prehistórica de Valencia|Servicio de Investigación Prehistórica]] de la [[Diputación Provincial de Valencia|Diputación de Valencia]]. En 1968, Arnal,  Prades y [[Domingo Fletcher|Fletcher]] publicaron los resultados de las excavaciones. Allí, incluyeron el yacimiento dentro de los poblados de la Edad del Bronce Valenciano, asignándole una cronología para los niveles iniciales sobre el 1.8001800 a. C. y del 1.6001600 a. C. para los niveles superiores.<ref name=":0" /><ref name=":1" />
 
Más recientemente las excavaciones en el yacimiento de la Ereta del Castellar las ha llevado a cabo el [[Servicio de Investigación Prehistórica de Valencia|Servicio de Investigación Prehistórica]], bajo la dirección de [[Mª Jesús De Pedro Michó]] y [[Eva Ripollés Adelantado]], arqueólogaarqueólogas yvinculadas técnicaal servicio y delal Museo de Prehistoria de Valencia.
 
A partir de los cinco cuadros contiguos que excavaron en la parte central del monte y de la ampliación posterior de los mismos, siguiendo las estructuras localizadas, se diferenciaron cinco niveles: los dos primeros prácticamente arrasados, el tercero delimitado por un enlosado de base, sobre el que se apoyaban los grandes vasos con cordones publicados, el cuarto al que se adscriben todos los demás restos localizados, y el nivel quinto o de base, sin apenas materiales.<ref name=":0" /><ref name=":1" />
 
La revisión del yacimiento desde una perspectiva actual, acorde con los avances de la investigación en torno a la Edad del Bronce, ha permitido puntualizar algunos aspectos y situarlo en un puesto destacado para entender la dinámica de las poblaciones que ocuparon este territorio en una etapa clave como fue la del final de la Edad del Bronce.<ref name=":0" /><ref name=":1" />
 
Por lo que respecta a la organización interna del poblado, los datos aportados por las excavaciones no son muy claros, ya que existen elementos que no encajan a la hora de asignar las estructuras constructivas localizadas a los diferentes niveles establecidos. No obstante, queda clara la existencia de construcciones de planta rectangular realizadas en diferente momento, algunas de piedra en seco, al parecer las más antiguas, y otras de barro. La presencia de restos constructivos entre los materiales revisados, permite confirmar la utilización de cubiertas y alzados realizados con elementos vegetales y barro que, en algunos, muestran restos de cal.<ref name=":0" /><ref name=":1" />
 
Otra cuestión que parece confirmarse es la existencia de una zona de almacén en el espacio que los excavadores denominaron Habitación II y III, dada la acumulación de grandes vasos constatada, pero es difícil saber si las estructuras que delimitan estas dos habitaciones tienen relación con los grandes recipientes de almacenaje o corresponden al nivel inferior. En cualquier caso, la cantidad de recipientes identificados, hasta doce, y la capacidad de los mismos, unos 120 Kg los más grandes, nos sitúa ante una comunidad cuya base económica tuvo un fuerte componente agrícola, para lo cual serian muy apropiadas las extensas altiplanicies que rodean el  asentamiento.<ref name=":0" /><ref name=":1" />
 
Por otro lado, la revisión de los materiales que se conservan en el [[Museo de Prehistoria de Valencia]], procedentes de las antiguas excavaciones, ha aportado novedades interesantes de cara a establecer su cronología y posible relación con otros yacimientos situados en áreas próximas.<ref name=":0" /><ref name=":1" />
 
Con respecto a las formas cerámicas, predominan las de perfil sencillo abierto, de tendencia troncocónica y en algunos casos con el borde marcadamente exvasado, frente a las formas sencillas de perfil cerrado que son escasas; también son abundantes las formas de perfil en “S”, en algunos casos marcadamente exvasadas y los carenados presentan una tipología muy variada.<ref name=":0" /><ref name=":1" />
 
Las decoraciones plásticas son las más abundantes, y se centran en los recipientes de almacenaje. Básicamente se trata de condones aplicados, sobre todo lisos y de sección triangular, que aparecen en diferentes combinaciones o asociados a mamelones. Aunque muy escasas, también se han documentado decoraciones incisas, impresas y un fragmento con acanaladuras características de los [[Cultura de los campos de urnas|Campos de Urnas]] del noreste peninsular.<ref name=":0" /><ref name=":1" />
 
Otras piezas de interés son el soporte carrete aparecido en uno de los depósitos, la [[fusayola]] discoidal del nivel 3 y una costilla dentada  localizada en la revisión del material.<ref name=":1" /><ref name=":0" />
 
Todos estos elementos nos permiten plantear que, aún teniendo en cuenta la posibilidad de que los niveles de base pudieran corresponder al Bronce Pleno, la adscripción cronológica para la mayoría de materiales nos remite hacia  un momento avanzado. Así, en el contexto de la zona norte del denominado Bronce Valenciano, con límites poco definidos, estaría entre lo que podríamos considerar Bronce Pleno, representado por yacimientos como el Torrelló d’Onda (Onda, Castellón) o la [[Hoya Quemada]] (Mora de Rubielos, Teruel), cuyo final podría estar en torno al 1300 a. C., y la fecha inicial del yacimiento de Vinarragell (Borriana, Castellón) de mediados del s. VIII a. C. Este intervalo de tiempo corresponde al denominado Bronce Tardío y Bronce Final I en Valencia, o Bronce Final I-Bronce Reciente, Bronce Final II y IIIA en la zona del noreste. Consideramos que, mientras no se conozcan nuevos datos, el asentamiento de la Ereta del Castellar debió tener una ocupación centrada en el tránsito del Bronce Final I o Bronce Reciente al Bronce Final II, con fechas muy próximas al cambio de milenio, abriendo la posibilidad de alargar algo más el final si atendemos a  la presencia del fragmento de cerámica con acanaladuras perteneciente a los Campos de Urnas.<ref name=":0" /><ref name=":1">{{Cita libro|apellidos=VVAA|nombre=|enlaceautor=|título=Gran Enciclopedia de la Comunidad Valenciana|url=|fechaacceso=|año=2005|editorial=Prensa Valenciana|isbn=8487502539|editor=|ubicación=Valencia|páginas=100-101|idioma=|capítulo=}}</ref>
 
El yacimiento, por lo tanto, resulta clave para entender los procesos que hacia el final de la Edad del Bronce se produjeron al norte de nuestro territorio. Su estudio, incluyendo excavaciones sistemáticas, permitiría conocer con mayor detalle los vínculos culturales existentes entre la zona norte del denominado Bronce Valenciano, en la que se incluiría la serranía de Teruel, y otras zonas algo más alejadas como el Bajo Aragón. Estas relaciones culturales ayudarían a definir cuestiones actualmente poco claras como la existencia, en éste territorio, de un Bronce Tardío diferenciable del Bronce Final I, tal como estableciera en su día [[Milagro Gil-Mascarell|Gil-Mascarell]]. Tal vez, al igual que lo observado en el Bajo Aragón, en las zonas en las que la llegada de elementos de los Campos de Urnas se produce débilmente es complicado llegar a identificar un Bronce Final anterior a la primera Edad del Hierro, puesto que es el Bronce Reciente el que ocupa su lugar, y éste a su vez resulta también difícil de distinguir del Bronce Medio.<ref name=":0">{{Cita publicación|url=http://www.museuprehistoriavalencia.es/web_mupreva/publicaciones/?q=es&id=725|título=La Ereta del Castellar (Vilafranca). Avance a la revisión de un yacimiento del Bronce Valenciano|apellidos=Ripollés Adelantado|nombre=Eva|fecha=1997|publicación=Archivo de Prehistoria Levantina|volumen=XXII|páginas=157-178|fechaacceso=|doi=|pmid=}}</ref>
 
Quizás cabria pensar, en una etapa de final de un proceso como debió de ser esta, en una vía de desarrollo paralela antes que en un proceso lineal uniforme. En algunos casos se apreciaría una evolución más clara con la introducción de nuevos elementos, en otros, donde los contactos fueron más escasos, asistiríamos a perduraciones más marcadas.<ref name=":0" />