Garra

mano o pie de vertebrado provisto de uñas largas y afiladas

Las garras son las manos o pies provistos de uñas largas y afiladas que presentan algunos vertebrados, en especial las aves, los reptiles y varios órdenes de mamíferos, como Carnivora, Insectivora, Rodentia, Lagomorpha, Chiroptera y Edentata. Está adaptada para ayudar en la presa, permitiendo un agarre preciso y firme en los predadores, y ayudando también a cavar y escalar; estudios morfogenéticos indican que la uña larga y afilada es la forma más antigua de uña presente entre los vertebrados, siendo la forma plana típica en los humanos o el casco de los artiodáctilos modificaciones evolutivas. Cuando los dedos de una garra no se mueven individualmente unos respecto de los otros, como en los felinos, se usa también el término zarpa.[1]

Garra de una iguana

Las uñas de las garras constan internamente de dos capas; el subunguis, el tejido interno, cuyo grano es paralelo a la dirección de crecimiento a partir de la matriz ungular, y el unguis, un tejido queratinoso y duro formado por fibras cuyo grano corre perpendicular a la dirección de crecimiento. Al crecer el unguis más velozmente, la garra se ahusa hacia el extremo, adoptando la forma puntiaguda típica.

Los felinos —con alguna excepción, especialmente los guepardos (Acinonyx jubatus), los gatos turón (Prionailurus planiceps) y los gatos pescadores (Prionailurus viverrinus)— se caracterizan por poseer garras con uñas retráctiles. En estado de reposo, las uñas permanecen alojadas en una funda de tejido epitelial junto a los dedos; la forma de las falanges medial y distal, y la excepcional resistencia del ligamento elástico dorsal permiten a los felinos moverse con soltura y flexionar libremente la muñeca y los dedos sin que por ello la uña abandone su posición de reposo. Es necesaria la contracción del flexor y el extensor del antebrazo para producir la extensión de la uña, utilizada sobre todo para efectuar la presa sobre las víctimas.

Etimología editar

El origen de la palabra es discutido. Se ha propuesto que deriva del antiguo alto alemán harfam,[2]​ del celta gar o garra[3]​ o de las palabras castellanas desgarrar[4]​ o garfa.[5]

Referencias editar

  1. Real Academia Española. «zarpa». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  2. Echegaray, Eduardo de (1888). Diccionario general etimológico de la lengua española. José María Faquineto. Consultado el 10 de febrero de 2023. 
  3. Monlau, Pedro Felipe (1881). Diccionario etimológico de la lengue castellana: (ensayo), precedido de unos rudimentos de etimología. Aribau. Consultado el 10 de febrero de 2023. 
  4. Meier, Harri (1 de enero de 1988). «"Garra"». Nueva Revista de Filología Hispánica (NRFH) 36 (1): 149-152. ISSN 2448-6558. doi:10.24201/nrfh.v36i1.669. Consultado el 10 de febrero de 2023. 
  5. ASALE, RAE -. «garra | Diccionario de la lengua española». «Diccionario de la lengua española» - Edición del Tricentenario. Consultado el 10 de febrero de 2023. 
  • Gonyea, W.; Ashworth, R. (1975). «The form and function of retractile claws in the Felidae and other representative carnivorans». Journal of Morphology 2 (145). pp. 229-38. 

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