La labranza mínima se puede definir como el menor número de pasadas en el suelo para obtener una buena germinación y un buen desarrollo de las semillas, y para que resulte una buena población de plantas. La idea general se basa en trabajar en trenes de herramientas de manera que en una sola pasada, o máximo dos, se realice la preparación total del suelo y la siembra en conjunto.[1][2]

Ejemplo de labranza mínima, Sudáfrica

Referencias

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  1. «Beneficios de la labranza mínima y 3 formas de realizarla». CONtexto Ganadero. Consultado el 23 de febrero de 2024. 
  2. Altieri, Miguel A. (1999). AGROECOLOGÍA: Bases científicas para una agricultura sustentable. Montevideo: Editorial Nordan–Comunidad. pp. 217-228. ISBN 9974-42-052-0. 

Véase también

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