Movimiento Campestre o Nada

movimiento estudiantil mexicano de los años 1960

El Movimiento "Campestre o Nada", también conocida como Toma del Campestre, fue un movimiento estudiantil que formó parte de lo que la historiografía ha denominado Global Sixties. Formó parte de una demanda legítima para establecer un campus universitario en la ciudad de Tijuana, en los terrenos de lo que anteriormente fue el Casino de Agua Caliente entonces a manos del Club Campestre Tijuana, como parte de la expansión de matrícula y curricular de la Universidad Autónoma de Baja California. El movimiento y sus acciones políticas tuvieron una réplica en ciudades como las de Mexicali y Ensenada.[1]

El Club Campestre y su zona territorial editar

El Club Campestre actualmente sigue siendo un centro de convivencia importante para la élite política y económica regional. La zona territorial en la que el Club Campestre se encuentra, es de suma importancia debido a la trayectoria que esta ha tenido. Tijuana se encontraba en un espacio geográfico entre dos puntos importantes para el comercio de inicios del siglo XX: el puerto de Ensenada y Los Ángeles, pero además de ello, Tijuana -al igual que otros municipios o comunidades en la zona fronteriza- recibía turistas de Estados Unidos.

Se ha destacado la importancia de los poblados fronterizos debido a la etapa de prohibición del alcohol en los Estados Unidos y los prostíbulos, sin embargo, una de las principales atracciones en Tijuana durante inicios del siglo XX fueron las aguas termales. Estas aguas eran concebidas como aguas “medicinales”, es por ello que eran muy atractivas entre los turistas norteamericanos. Como señalan los historiadores Gómez Estrada y Josefina Villa, la historiografía ha intentado explicar que el turismo estadounidense en Tijuana era debido a la prohibición de alcohol, sin embargo, ellos destacan que la principal motivación para los turistas eran los juegos de azar y las apuestas en hipódromos, que habían sido prohibidas, junto a los casinos, en la década de los 20 en Estados Unidos.[2]

Las principales empresas encargadas de realizar las actividades de hipódromo eran la Lower California Jockey Club y Agua Caliente Jockey Club, siendo este último el de mayor importancia para 1929. Al mismo tiempo, entre los 12 casinos existentes entre 1920 y 1934, se encuentra el Club Agua Caliente, dentro de él operaba, desde 1928, el Salón Dorado de Agua Caliente, se trataba de un lujoso casino destinado principalmente para las élites económicas y políticas del vecino estado de California.[1]

En 1937 el presidente en turno, Lázaro Cárdenas, expropia los terrenos que pertenecían al Club Agua Caliente, esto con el fin de intentar quitar a Tijuana el estigma de una ciudad de “perdición” o lo que se le conoce como la leyenda negra. Los terrenos que antes pertenecían al Club Agua Caliente fueron destinados para utilidad pública, principalmente para la Secretaría de Educación y se pretendía que este espacio fuera utilizado para crear “un internado y escuela técnica dependiente de la federación”[3]​.

Esta escuela técnica comenzaría su funcionamiento en septiembre de 1939, sin embargo, las inscripciones que se recibieron fueron muy pocas, según explica Alma Marín, gran parte de la comunidad de jóvenes tijuanenses en edad de ingresar a la secundaria eran campesinos ya que las escuelas rurales solo llegaban hasta el tercer año de primaria. Por este motivo, a esta naciente escuela se agregarían los años faltantes de educación primaria. Para 1943 esta escuela primaria deja de funcionar debido a que la condición de ruralidad en Tijuana había cambiado.[3]

Regresando al Club Campestre, en 1948, el general Abelardo L. Rodríguez, cita a un grupo de alrededor de 35 hombres de “negocios” para hablar acerca de la restauración del antiguo campo de golf, que ahora era de utilidad pública, para que regresara a su uso original, los negociantes aceptan y en 1950 se unen al “Club Social y Deportivo Campestre de Tijuana, A. C.”. El expresidente Rodríguez “dona” el territorio del campo, sin embargo aún no se ha demostrado algún documento que lo respalde, sumado a que el expresidente Rodríguez no tenía jurisdicción sobre este.[1]

El movimiento estudiantil no ocurre arbitrariamente, ni mucho menos, sino que los estudiantes aprovechan un momento de quiebre ocurrido por las circunstancias legales: la resolución del 3 de febrero en la que el juez de Distrito de la ciudad, otorga los terrenos del Campestre a la empresa Inmuebles Californianos Sociedad Anónima, más conocida como la ICSA.

La ICSA y los problemas de la tierra en Tijuana editar

En la capital del país, en 1958 es fundada Inmuebles Californianos S. A. (ICSA), esta fue creada después de que una acreedora de los derechos de Alejandro Argüello, heredero del supuesto dueño del antiguo rancho Tía Juana, le vendiera sus derechos a un grupo de empresarios.

Sin embargo los títulos de propiedad de los antiguos dueños del territorio, es decir la familia Argüello, habían sido anulados en 1929 por el entonces presidente de la república Emilio Portes Gil, entregando los terrenos a la Secretaría de Agricultura y Fomento, quienes vendieron los terrenos a Francisco Ahuman, construyendo así el hipódromo de la empresa Agua Caliente Jockey Club, anteriormente mencionado. De esta manera comienza una batalla legal que finaliza en 1939 con la entrega de los derechos del territorio perteneciente al hipódromo y al toreo a la familia Argüello por parte de la Suprema Corte de Justicia. Al no estar Alberto y Alejandro Argüello, los beneficiarios, no se entregaron las instalaciones, entrando así a otra disputa que duraría 15 años, para ese momento Alberto y Alejandro ya habían fallecido, lo que dejaba al litigio en manos de sus herederos, quienes vendieron sus derechos a la ICSA.

El 23 de junio de 1964 por medio de un comisionado del Departamento Agrario, le es otorgada a la ICSA, no únicamente el hipódromo y el toreo como anteriormente había ocurrido, sino la totalidad de los terrenos urbanos de Tijuana, atentando contra los ciudadanos y entregando más territorio de los que realmente les pertenecían. Los tijuanenses, en una incertidumbre y preocupación por sus bienes y propiedades, crean el Comité Pro Defensa del Patrimonio de Tijuana, lo que fue una manera en que la sociedad civil se organizó para defender la propiedad privada y su patrimonio personal.[4]

Con el fin de apoyar a la comunidad tijuanense, el gobierno del estado expropia un año después los derechos de los Argüello regresando todo a la normalidad, excepto que también se expropiaron los terrenos del Club Campestre para comenzar las negociaciones con la ICSA la cual, citando a Gabriel Rivera Delgado, “con el respaldo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consiguió que en febrero de 1971 se ordenara que se le hiciera entrega de los terrenos e instalaciones del Club Campestre”[1]​.

La Toma del Club Campestre por los estudiantes editar

Los estudiantes tijuanenses, que no contaban con un campus universitario en la ciudad, al ver que el terreno se encontraba en manos del Estado nuevamente, exigen que se construya una ciudad universitaria sobre estos terrenos ya que desde la expropiación al Club Agua Caliente en 1937, habían sido destinados por el presidente Cárdenas para la educación, es decir, el terreno sobre el cual se asentaba el Club Campestre pertenecía originalmente a la comunidad estudiantil tijuanense, motivo por el que la protesta de los jóvenes estudiantes era legítima.

El 5 de febrero, los estudiantes emprenden una marcha, comenzando desde el centro de la ciudad, en la intersección entre la calle octava y revolución, caminaron por el bulevar Agua Caliente y finalizaron con un mitin frente al Club Campestre. Los estudiantes en un primer momento pidieron permiso para tomar las instalaciones, ya que este se encontraba tomado previamente por algunos miembros del Club, la entrada les fue negada por lo que deciden entran a la fuerza, rompiendo los candados que aseguraban las puertas.

Los participantes en el movimiento realizaban mítines, volanteos, propaganda y agitación en diversas partes de la ciudad, para que la sociedad tijuanense tuviera simpatía con los estudiantes. A mediados de febrero, dentro de las instalaciones del Club, se improvisan aulas para los estudiantes que se encontraban reteniendo el campo de golf. Se realizaron distintas actividades en el campo, con el fin de que la población tijuanense se uniera a la lucha por la construcción del campus universitario, entre las actividades realizadas se llevó a cabo una exposición de artes plásticas y un festival de música. Algunos participantes -e incluso la sociedad tijuanense- creían que estos terrenos si serían otorgados por el gobierno del estado, sin embargo, a mediados de marzo el estado concede los terrenos para la construcción del campus, pero este se ubicaría en el ejido Tampico.

La entrega del ejido Tampico hizo que, en la opinión pública (entiéndase por ello a la prensa), la lucha de los estudiantes perdiera validez por ya contar con un espacio en donde la universidad sería construida, debilitando al movimiento y dejando ver a quienes verdaderamente luchaban por el Campestre o Nada como “radicales”[5]​.

Referencias editar

  1. a b c d David Piñera Ramírez & Gabriel Rivera Delgado (2013). La toma del Club Campestre por los estudiantes: diversas percepciones de un hito en la historia de la UABC. Mexicali: Universidad Autónoma de Baja California. 
  2. José Alfredo Gómez Estrada & Josefina Elizabeth Villa (mayo - agosto 2018). «Continuidad y cambios en las actividades turísticas de Tijuana, 1920-1949». Región y sociedad. 
  3. a b Marín, A., “El centro escolar Agua Caliente” en Historia de Tijuana (1889 - 1989) tomo I coords. David Piñera Ramirez & Jesús Ortíz Figueroa. (Tijuana: Universidad Autónoma de Baja California-Centro de investigaciones históricas UNAM-UABC,1989). 159.
  4. Ileana Gil Durán, “El problema de la ICSA. 1929 - 1972” en Historia de Tijuana (1889 - 1989) tomo II, coords. David Piñera Ramírez & Jesús Ortíz Figueroa (Tijuana: Universidad Autónoma de Baja California-Centro de investigaciones históricas UNAM-UABC, 1989), 381 - 386.
  5. David Piñera Ramírez & Hugo Méndez Fierros (enero/junio 2014). «Actores y medios de comunicación en la toma del Club Campestre por estudiantes de la UABC, 1971.». Culturales vol.2 no.1.