Una persona gusarapo o renacuajo [1][2][3]​ (del inglés tadpole person) o headfooter [4][5]​(que podría traducirse con cierto grado de licencia como "cabezapié" y, más refinado, ''cabeza andante''), también referido como cefalópodo, es una representación muy simplificada de un ser humano como una figura sin torso, con los brazos y piernas directamente unidos a la cabeza / rostro.

A children's drawing of a human figure represented a roughly hexagonal head with a smiley face, lacking a torso, with legs (and often arms) sprouting from its head. The figure also has two antennae sprouting from the top. The drawing is made on paper in simplistic lines with blue crayon.
Un ejemplo de persona gusarapo en un dibujo de William Robinson, un niño de cuatro años y medio.

Estos seres suelen aparecer en las creaciones de niños pequeños antes de que sepan dibujar torsos, en la llamada etapa pre-esquemática, inmediatamente posterior al garabato pero previa al aprendizaje que les llevará progresivamente hacia opciones más realistas como los monigotes o figuras de palo.[6][7]​ Manos y pies por lo general también se omiten.

Retrato de su madre realizado por Lexi, de tres años.

De hecho, los niños en edad preescolar (hasta cinco años) que dan forma a estas personas gusarapo tienden a obviar por completo el torso al punto de hacerlo incluso cuando se les indica que incluyan elementos propios de éste, como el ombligo, y lo mismo ocurriría en su caso con el bajo vientre. En vez, esos detalles acaban integrándose de manera anómala en el espacio disponible sin alterar la silueta de la cabeza, lo que confiere al resultado final su característica apariencia entre cómica y quimérica, fruto de la más pura espontaneidad. [8][9]

Significado clínico

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Grupo de niños siguen una terapia artística en el Hospital Psiquiátrico Charité de Berlín (1981). Sus dibujos recuerdan a los headfooter.

En pruebas cognitivas como el Test de Dibujo de la Figura Humana, la representación de gusarapos por parte de adultos puede indicar un deterioro cognitivo. Por ejemplo, se ha descrito que los pacientes con demencia tienden a expresarse en este sentido cuando se les pide que dibujen figuras humanas. [10]​De igual modo, a mediados del siglo XX se quiso establecer una correlación entre los dibujos de los niños y su desarrollo intelectual, rendimiento académico, problemas psicológicos... un interés reflejado en numerosos estudios que arrojaron, eso sí, resultados desiguales.[11]

Gusarapos en el Arte

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Debido a su estrecha relación con las creaciones infantiles, así como con determinados desórdenes mentales, estas ''cabezas andantes'' pueden vincularse fácilmente al ámbito del Arte marginal e incluso, en su inocencia, al del Arte naíf. Las primeras obras, por ejemplo, del artista austriaco Oswald Tschirtner, diagnosticado con esquizofrenia, a menudo contenían personas gusarapo. [12]​No es insólito en ningún caso para la Historia del Arte que artistas de vanguardia y outsider se aproximen a veces a soluciones parecidas en diversas fases de sus carreras.

Igualmente en obras como El Juicio Final o el Tríptico de los Santos Ermitaños de El Bosco, artista sobre el que se ha especulado mucho acerca de un posible consumo accidental de Cornezuelo de cebada (origen de la dietilamida de ácido lisergico, más conocida como L.S.D.) y de las consecuencias que dicho consumo habría tenido en su universo visual y salud mental,[13]​ aparecen algunas criaturas que comparten características con los headfooters o cabezapiés.

 
Detalle del panel central del tríptico El Juicio Final de Hieronymus Bosch, que muestra un personaje de cierta semejanza con un headfooter.

En un sentido más amplio, el fenómeno de las personas gusarapo y/o tipologías similares emanan de la eventual necesidad de sintetizar al máximo la expresión del cuerpo humano y sus rasgos esenciales, ya sea debido a la ausencia / desconocimiento de técnicas más elaboradas, por mera exploración estética o para solventar cuestiones de espacio, discurso, simbolismo, etc. De ahí que podamos encontrar múltiples concomitancias en ejemplos y contextos tan variados como las representaciones arcaicas de la diosa Baubo,[14]​los omnipresentes putti del arte cristiano, a menudo reducidos a cabezas flotantes aladas,[15]​ virguerías del imaginario greco-latino como los blemias, los Kopffüßler (cefalópodos) que recorren la producción del contemporáneo Horst Antes, etc. Es algo que llevamos dentro desde el principio.

 
Figurita de terracota de Baubo donde rostro, cabello e incluso vulva, atributo indispensable del personaje, ocupan una misma cabeza de la que nacen directamente brazos y piernas.

Todavía hoy existe una pervivencia de este tipo de figura, especialmente afín por su naturaleza al mundo de la caricatura y los dibujos animados. Para muestra un ejemplo: el icónico Mike Wazowski de la película animada de Pixar Monsters, Inc.

 
Imagen de Mike Wazowski en un mural cerámico del artista islandés Erró (2004).

Galería

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Véase también

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Referencias

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  1. Freeman, N.H. (3 de abril de 1975). «Do children draw men with arms coming out of the head?». Nature 254 (5499): 416-417. doi:10.1038/254416a0. Consultado el 15 de noviembre de 2023. 
  2. Bassett, Elizabeth M. (1977). «Chapter 3: Production Strategies in the Child's Drawing of the Human Figure: Towards an Argument for a Model of Syncretic Perception». En Butterworth, George, ed. The Child's Representation of the World. Plenum Press. pp. 49–59. ISBN 0306310252. 
  3. Spensley, Fiona; Taylor, Josie (1999). «The Development of Cognitive Flexibility: Evidence from Children's Drawings». Human Development 42 (6): 300-324. doi:10.1159/000022639. Consultado el 15 de noviembre de 2023. 
  4. ter Laak, J.; de Goede, M.; Aleva, A.; van Rijswijk, P. (2005). «The Draw-A-Person Test: An Indicator of Children's Cognitive and Socioemotional Adaptation?». The Journal of Genetic Psychology 166 (1): 77-93. PMID 15782679. doi:10.3200/GNTP.166.1.77-93. Consultado el 15 de noviembre de 2023. 
  5. . 7th Hope Congress. November 3–7, 2010. 
  6. «Etapas del dibujo infantil según Lowenfeld». 
  7. Oviedo de Valeria, Jenny (2 de agosto de 1994). «chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/http://www.revista-educacion-matematica.org.mx/descargas/vol6/vol6-2/vol6-2-5.pdf». Educación matemática 6 (2): 73-86. ISSN 2448-8089. doi:10.24844/em0602.06. Consultado el 22 de diciembre de 2023. 
  8. Coté, Carol A.; Golbeck, Susan (13 de agosto de 2007). «Pre‐schoolers' feature placement on own and others' person drawings». International Journal of Early Years Education 15 (3): 231-243. doi:10.1080/09669760701516868. Consultado el 20 de marzo de 2023. 
  9. Boyatzis, C.J.; Michaelson, P.; Lyle, E. (1995). «Symbolic immunity and flexibility in preschoolers' human figure drawings». The Journal of Genetic Psychology 156 (3): 293-302. PMID 7595423. doi:10.1080/00221325.1995.9914824. Consultado el 20 de marzo de 2023. 
  10. Ericsson, Kjerstin; Hillerås, Pernilla; Holmen, Karin; Winblad, Bengt (1996). «Human-figure drawing (HFD) in the screening of cognitive impairment in old age». Journal of Medical Screening 3 (2): 105-109. PMID 8849770. doi:10.1177/096914139600300212. 
  11. «Koppoter» |url= incorrecta con autorreferencia (ayuda). Wikipedia (en neerlandés). 3 de enero de 2023. Consultado el 22 de diciembre de 2023. 
  12. Maizels, John (20 de septiembre de 2000). Raw Creation: Outsider Art and Beyond. Phaidon Press. p. 90. ISBN 978-0714840093. 
  13. Ortega, Sandrine (14 de diciembre de 2022). «Desde el 'acid house' hasta El Bosco: esta es la herencia que nos ha dejado el LSD en el arte». elconfidencial.com. Consultado el 21 de diciembre de 2023. 
  14. «Baubo: la diosa del vientre». 
  15. «Tesauros - Diccionarios del patrimonio cultural de España - Figura de ángel». tesauros.mecd.es. Consultado el 21 de diciembre de 2023.