Puruarán

localidad del municipio de Turicato, Michoacán, México

Puruarán es una localidad mexicana ubicada en el estado de Michoacán, dentro del municipio de Turicato, del que es la localidad más poblada. Su nombre, que proviene del purépecha, significa "lugar de manantiales" cuyo paisaje lo cubren los cañaverales y huertas de mango en Tierra Caliente.

Puruarán
Localidad

Plaza principal
Puruarán ubicada en México
Puruarán
Puruarán
Localización de Puruarán en México
Puruarán ubicada en Michoacán
Puruarán
Puruarán
Localización de Puruarán en Michoacán
Coordenadas 19°05′40″N 101°31′19″O / 19.094444444444, -101.52194444444
Entidad Localidad
 • País México México
 • Estado Michoacán
 • Municipio Turicato
Altitud  
 • Media 1102 m s. n. m.
Población (2020)  
 • Total 6845 hab.[1]
Huso horario Tiempo del centro (UTC -6)
Código INEGI 160970158[2][3]
Bandera Nacional de Guerra

Historia

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Hubo al menos tres haciendas en Puruarán durante la época Colonial, y algunos caminos que cruzan al pueblo todavía tienen tal trazo.

Durante la época de la Independencia Puruarán fue cuartel de los Rayón en 1810. Posteriormente fue escenario de la derrota militar de José María Morelos en enero de 1815 en la famosa Batalla del Puentes de Puruarán donde participaron importantes insurgentes como Manuel Muñiz, Xavier Mina Los Rayón, Nicolás Bravo y Mariano Matamoros, siendo éste apresado. Popularmente se ha creído que Matamoros era brazo derecho de Morelos, pero vale la pena recordar que dicho nombramiento fue anterior al congreso de Chilpancingo, cuando Morelos era Vocal de la Suprema Junta Norte Americana, y tenía la misma jerarquía que los demás vocales como Cos, Rayón y Bravo; además de que posterior a 1813 se creó el Supremo Congreso, corporación de suma importancia, por lo cual es una interpretación aventurada decir que Matamoros era el segundo al mando de los insurgentes en la batalla del 12 de enero en Puruarán.

Hay un debate de dónde fue la batalla, pues muchos lugareños aseguran que fue en el actual Centro Histórico y ex hacienda donde ahora se encuentra las instalaciones del antiguo ingenio, cuyo edificio es de la época prehispánica, aunque su cimentación data de cientos de años seún investigación de Benedict Warren en su libro "La conquista de Michoacán" pues Puruarán era sede de caciques hasta la región de Uruapan hasta Huetamo según la visita de Carbajal. También las descripciones de la época sugieren otro escenario alrededor de la Hacienda de los arquitos, además de que hasta la fecha, el plano del Virrey Venegas que mandó a Fernando Séptimo para informar sobre la derrota menciona un camino subterráneo incierto hasta la parroquia de San José, que era la más importante de la región.

Fue hasta el año de 1815 que Puruarán fue nuevamente escenario de relevancia, pues es al ser derrotados los insurgentes en dicho lugar en 1814 los insurgentes se replegaron en la Tierra Caliente, sancionando el Decreto Constitucional en Apatzingán en octubre de 1814 y en busca de su difusión se mandó una misión a los Estados Unidos para imprimir los sentimientos de la nación. Una vez allá una comisión insurgente contactó a Álvarez de Toledo y Luis de Oniz, quienes enviaron recomendaciones a los insurgentes. Esas pliegos llegaron a Tierra Caliente a puntos como Atijo y Turicato donde fueron consultados. Los insurgentes decidieron unirse, y en ese entonces ya tenían constituidos tres poderes: el ejecutivo compuesto por tres individuos, el congreso conformado por 26 diputados, y el ya existente Supremo Tribunal de Justicia con sede en Ario de Rosales hasta su extinción. Estas corporaciones se reunieron a finales de junio y principios en Puruarán, para emitir la cuba de los símbolos patrios de Álvarez de Toledo y Oniz. Fue así que en Puruarán decretaron las famosas banderas que pretendían ser las del proyecto monárquico insurgente; así como un manifiesto de la lucha insurgente y un patente de Corso. También una carta al Presidente de los Estados Unidos, la cual no se tiene e certeza si llegó a su destino o se mandó al legionario Ministro Godoy. Es decir, se efectuaron en Puruarán las recomendaciones de Arizpe desde Cádiz. Los insurgentes no establecieron sede en Puruarán, pues al enterarse de que Itúrbide incursionaba en Ario de Rosales, huyeron para no enfrentar a los realistas, aunque Itúrbide ya formulaba el plan de Iguala y quizá el famoso abrazo de Acatempan se hubiese dado en Puruarán, debido a que Iturbide al saber que era cuna de los símbolos patrios reconoció en esa tierra como cuna ideológica de la independencia, pero al llegar a ese lugar, los Insurgentes ya habían partido.

Después de 1815 Morelos es capturado tras su huida de Michoacán y los insurgentes se reorganizaron en otros puntos de Michoacán hasta 1820, siendo Puruarán lugar de paso de los mismos.

Concluida la guerra de independencia no se adoptaron las banderas decretadas en Puruarán, sino los del proyecto iturbidista de Guerrero con el significado Verde, esperanza, blanco, independencia y rojo ls sangre de Hidalgo y Morelos derramada.

En la guerra de Intervención, Puruarán fue una de varias rutas que los Republicanos usaron para defender al país del imperio de Maximiliano, pues se usó el mismo túnel de la parroquia de San José para esconder tropas imperiales de los plaes expansionistas que se descubrieron de Juárez, según el libro de Eduardo Ruiz, sobre la guerra contra Francia.

Puruarán en el siglo XX tuvo relevancia en su última década por el ingenio azúcarero.

Esta es una descripción de Puruarán del libro de Vicente Riva Palacio "México a través de los siglos":

Allí la vegetación es espléndida: anchos y dilatados valles cubiertos de caña; gigantescas parotas, zirandas, que nacen y crecen al lado de las palmeras y que enlazan en ellas sus nudosos troncos, semejantes á los nervudos brazos de un gladiador, y que terminan por ahogarlas y levantarlas, desarraigándolas de la tierra; copados tamarindos entre cuyas ramas habitan numerosas tribus de aves canoras; voluptuosos plátanos cuyas hojas de raso ondulan crujiendo con el aura de la tarde, y entretejiéndose por todas partes las lianas, que forman caprichosos columpios, cubiertos de flores y de verduras.

Allí los arroyos cruzan entre alfombras esmaltadas, o se desprenden sobre peñascos tapizados de musgo, y cuando soplan las brisas, todo tiene un murmullo, un suspiro, un rumor, árboles, lianas, flores, arroyos, cascadas. Y sobre este paisaje encantador, un cielo purísimo, con ese azul sereno que cantan los poetas, y que los pintores fingen en sus cuadros de gloria. El sol ardiente de la zona tórrida arroja sobre aquella exuberante naturaleza torrentes de fuego y de luz, y todo germina y todo se vivifica, y cada hoja cubre un insecto, y cada peña oculta un reptil, y cada rama guarda un nido, y cada gruta guarece un ser animado.

De aquellos bosques, durante el día sale un concierto, y cuando la noche tiende sus negras sombras, reina por un instante el silencio, y luego los cantores del día desaparecen, el bosque se ilumina de nuevo, ya no con la luz del sol, sino con la fantástica de millones de insectos luminosos que suben y bajan, y cruzan y giran en continuo movimiento, y entonces en aquella misma selva, nuevos cantores con distintas armonías, dulces como las del día, pero más melancólicas y misteriosas, levantan un himno.

Allí la naturaleza canta a Dios eternamente. En medio de este paisaje está Puruarán, rica hacienda de caña. La entrada de la casa habitación y de las oficinas de la hacienda mira hacia el Norte. Por el frente de la hacienda pasa el agua sobre un elevado acueducto sostenido por garbosos arcos. Al pie del acueducto y a los lados de la casa, se miran las habitaciones de los trabajadores y dependientes, casi todas formadas de adobe con humildes techos de paja.

Se ha creído que Puruarán es cuna de los símbolos patrios por el nacionalismo criollo utilizó al águila desde finales del siglo XVI, y los insurgentes Morelos, Verduzco y Mina ya utilizaban un águila como escudo de armas en sus documentos desde 1810, aunado a que los decretos sobre el simbolismo indigenista nacen en la constitución de Cádiz. En cuanto a la bandera, la bandera adoptada por la nueva nación mexicana utilizó los colores de Iguala por orden de Guerrero que no fue a Puruarán en 1815. El himno nacional además, es de la época de Porfirio Díaz, de a finales del siglo XX. Por años, los lugareños y autoridades locales han difundido la idea de que por decreto constitucional, Puruarán es cuna de los símbolos patrios.

Referencias

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  • LEMONIE VILLACAÑA, ERNESTO, MORELOS Y LA REVOLUCION DE 1810 2.ª, Ed., Gobierno del Estado de Michoacán, Morelia, Mich., 1984
  • LEMONIE VILLACAÑA, ERNESTO, MORELOS su vida revolucionaria a través de sus escritos y de otros testimonios de la época. UNAM, México 1991.
  • VICENTE RIVA PALACIO, Episodios Históricos de la Guerra de Independencia, Tomo I, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, 2009.
  • WARREN, BENITO, "La conquista de Michacán", (quinta edición) 2001, Fimax.
  • LUIS MORA, JOSE, "México y sus revoluciones" Tomo IV, 1989, México: Porrúa.