Urbanismo sensorial

Urbanismo sensorial se trata de una nueva perspectiva en la posibilidad de construcción de los espacios e imaginarios.

El urbanismo sensorial rescata la creatividad humana y su capacidad inherente de generar significado, cualidad censurada y anestesiada en la ciudad funcionalista en la que los ciudadanos sólo se mueven siguiendo un orden que responde al dictamen de la eficiencia productiva.[1]​La ciudad funcionalista surge a través de propuestas urbanísticas de pensadores como Gropius y Le Corbusier.

La definición de Le Corbusier establece que cada construcción debe de cubrir una necesidad o actividad diferente (habitar, trabajar, recrearse, transitar). Esta construcción espacial limita la posibilidad de que se realicen otras prácticas en un mismo espacio. Otras propuestas, como las de Lefebvre, reformulan la construcción del espacio como un lugar que produce y se produce a través de las dinámicas sociales.

Es a través de estas nuevas conceptualizaciones que se generan giros en las ciencias sociales, las humanidades, la arquitectura, compartiendo la posibilidad de reflexión. Lo sensorial forma parte de estos giros, el urbanismo social es una corriente de la arquitectura contemporánea que plantea la construcción de espacios para no sólo el desarrollo del sentido visual, sino para todos los sentidos, desde el olor hasta el tacto. Esto debido a que académicos como Mónica Montserrat (socióloga cultural urbana) mencionan que las percepciones sensoriales no son neutras, o simplemente biológicas; el hecho de que encontremos algo agradable o no ha sido moldeado cultura y socialmente.[2]

El urbanismo sensorial se enfoca en la experiencia sensorial de quien se encuentra en un entorno específico. Poder desarrollar espacios estimulantes para el desarrollo de los sentidos como propuesta para la creación de conexiones fuertes y estables con el entorno y entre las personas. El olor, el aspecto visual y los sonidos inciden en la interpretación que le otorgamos a nuestro entorno urbano y la forma en la que nos apropiamos de la ciudad. A esto se le conoce como la dimensión sensorial de la vida urbana.[3]

A pesar de que el urbanismo sensorial abarca una posibilidad de análisis desde todos los sentidos, los estudios se han enfocado sobre todo en la parte auditiva. Existe un gran espacio para la propuesta de nuevas construcciones en la ciudad, importantes ante un crecimiento de la población urbana significativo que vive las consecuencias de ciudades que han sido planificadas con objetivos que sobrepasan el propio bienestar del habitante.

Potencial de la dimensión social

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Uno de los principales obstáculos a los que para la planificación urbanística ha sido el uso de métodos y herramientas tradicionales, que, aunque funcionales en ciertos contextos, no permiten la comprensión de las necesidades contemporáneas de las personas. La formulación de conceptos como urbanismo sonoro permite no sólo modificaciones en el modo de construcción, también se involucra en la construcción de imaginarios, en la posibilidad de la formulación de políticas públicas y en la generación de espacios cómodos para el desarrollo de las personas, sus relaciones y sensaciones.

Los espacios implican constante transformación debido a que constantemente hay problemáticas que tienen que ser atendidas. La planificación urbana es responsable y al mismo tiempo, una herramienta capaz de atender a todos los conflictos que se van presentando en la construcción y re-construcción de los espacios.

La generación de un concepto como urbanismo sensorial permite la posibilidad de pensar en otras realidades que vayan más allá de un funcionalismo o una ciudad diseñada sólo para ser consumida bajo una perspectiva homogénea. Así, se pueden plantear la construcción de ciudades inclusivas, ecológicas, pasajeras, detallistas, etc.[4]

Propuestas de miradas sensoriales en América Latina

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Los estudios y propuestas más conocidos provienen de países de Europa y el Medio Oriente como en Turquía, donde un músico y académico de nombre Oğuz Öner planea paseos sonoros en Estambul.[5]​La invitación es a que la comunidad pueda percibir y desarrollar aquellos sentidos que sobrepasan la vista y proponer mejoras en las instalaciones de la ciudad. Las propuestas realizadas en espacios son muy interesantes, sin embargo, también en América Latina se han creado muchos trabajos con relación a la comprensión sensorial de la construcción urbanística.

Bogotá Imaginada

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El filósofo Armando Silva Téllez escribe en su libro “Bogotá imaginada” sobre los distintos aromas que se encuentran y esparcen alrededor de la ciudad. Parte de su investigación se centra en la percepción del miedo y gusto de acuerdo con zonas específicas. Por ejemplo, el público relaciona los malos olores con zonas de peligro y pobreza; mientras que los buenos olores vienen de lugares donde es recurrente ver a gente de un mayor estrato económico. Lo interesante es resaltar la relación que se establece entre la percepción a través de los sentidos primarios (como el olfato) con imaginarios y características que se otorgan a determinados lugares y sectores.[6]

Paisajes sonoros de los barrios de la ciudad de México

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Daniel Goldaracena, (músico, fotógrafo e ingeniero de sonido) realizó el proyecto de paisajes sonoros en la Ciudad de México durante 2010 y 2012. Para poder archivar los distintos sonidos realizó recorridos y visitas a los barrios más reconocidos, y los acompañó con fotografías alusivas a los sonidos. El trabajó terminó por mostrar el peso de lo local a través de los sonidos de animales, los humanos, religiosos, objetuales, etc.

Entre lo puro e impuro: representaciones iconográficas de Bogotá

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El Colectivo de Investigación Gráfica y Visual de la Fundación Universitaria los Libertadores tuvo una perspectiva distinta de la representación gastronómica en Bogotá. Centrándose en las representaciones de metáforas e íconos, el colectivo busca en la ciudad gráficas de la carne.

A través del análisis de estas formas es que pudieron definir y relacionar distintos contextos entre los productos, los mensajes que emiten, los recursos empleados para cumplir con ese objetivo. Así, la res se planteó como un producto amable, el cerdo se relacionó con la fiesta y el pez como una figura idealizada. El estudio a partir de un elemento como la carne a través de las gráficas permite el análisis de cuestiones más profundas como la representación, utilización y el consumo de cada uno de acuerdo con un lugar y un tiempo.

Véase también

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Referencias

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  1. Laura Apolonio y Mar Garrido, “La estética de la escucha: diálogos sensoriales, lúdicos y poéticos con la ciudad”, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, vol.43, no.119, diciembre de 2021
  2. Jennifer Hattam, “Urbanismo sensorial: hacer las ciudades más agradables en todos los sentidos”, MIT Technology Review, Opinno, 20 de junio de 2022, pp. 10-12
  3. Adonay Perrozi, “Urbanismo sensorial: vivir la ciudad con todos los sentidos”, Transecto, 7 de noviembre de 2022, https://transecto.com/2022/11/urbanismo-sensorial-vivir-la-ciudad-con-todos-los-sentidos/,
  4. Flávio Nunes, “Cidade sensorial: a dimensão sensitiva no urbanismo contemporâneo”, Universidade do Minho, Departamento de Geografía, en Cidades, criatividades(s) e sustenatbilidades(s), Antonio Vieria, Francisco Costa y Paula Reomaldo (Orgs., 2012 pp.135 -140
  5. Jennifer Hattam, “Urbanismo sensorial: hacer las ciudades más agradables en todos los sentidos”, MIT Technology Review, Opinno, 20 de junio de 2022, pp. 10-12
  6. Carlos Rodríguez, “Ciudades sensoriales. Revisión de proyectos de interpretación sensorial urbana”, Designia, Universidad de Boyacá, vol. 4, no. 2, 29 de noviembre de 2016, pp.37-59

Bibliografía

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Enlaces externos

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