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Blancafort, un bien histórico editar

Blancafort es un pueblo ubicado en la comarca de la Conca de Barberà, Cataluña, casi en el pie de la Serra del Tallat, en la parte noroccidental de la comarca. El municipio limita por el norte con Vallbona de les Monges (l’Urgell); por el este con Solivella; por el sud-este con Pira; por el sud con Montblanc, capital de comarca; y por el oeste con la Espluga de Francolí. El clima del territorio se caracteriza por ser de tipo mediterráneo, pero con cierta influencia continental, situando así las temperaturas anuales medias entre los 11 y los 14º, con unos inviernos fríos causados por la distancia con el mar y con unos veranos calurosos.

Blancafort

 
Bandera
 
Escudo

 
Vistas de la localidad
País   España
• Com. autónoma   Cataluña
• Provincia   Tarragona
• Comarca Conca de Barberá
Ubicación  
• Altitud 428 m
Superficie 14,48 km²
Población 381 hab. (2017)
• Densidad 26,31 hab./km²
Gentilicio (Cat.) blancafortí, -na
Código postal 43411
Alcalde Enric París
Sitio web www.blancafort.altanet.org

Contexto histórico editar

Se sabe que los primeros brotes de vida en lo que sería el pueblo suceden a mediados del siglo XII, cuando en la conquista cristiana este bando consolidaba su presencia en el territorio de manera rápida frente al peligro sarraceno. Ante la orden de Alfonso I de Aragón , Pere Berenguer de Vilafranca traslada da población de Vilasalva a la zona de Montblanc y sus alrededores. Desde entonces se reconocen en el censal de 1207 una serie de tierras y una torre aparentemente defensiva en la parte más alta de la zona, lo que provocó que de manera progresiva se fuesen habitando los alrededores.

Ya en el 1387 se creó el ducado de Montblanc, el cual iba a favor de Martín I de Aragón (conocido en Cataluña como Martí l'Humà), se mandó relacionar Blancafort, Rojals, Lilla, la Bartra y els Cogullons con el ducado, lo que hizo que se contrajeran unas nuevas obligaciones fiscales.

La llegada de la peste negra y unas cosechas insuficientes sumieron a la población en una espiral de crisis y deudas que asfixió a las familias campesinas. Además, se inicia la guerra civil de Joan II, lo que derivará en que el pueblo siga en un punto crítico y de descenso demográfico hasta llegar al siglo XVI. En la entrada del 1500 la casa Girona, la cual estaba dedicada al comercio, será la que dará pie al reflote del pueblo, ayudada además por un flujo de población que llegará desde el Rosselló y la Provenza.

La penuria y la pobreza vuelve a hacerse notoria en el pueblo alrededor del 1625, a lo que se le suma la guerra dels Segadors donde los habitantes tuvieron que costear el mantenimiento y alojamiento de tropas y soldados. Después se le sumó la plaga de la langosta, aunque esta amnistió parte de los cultivos y no afectó de manera tan radical.

El inicio del siglo siguiente, XVIII, no parece para nada prometedor debido a las hostilidades del archiduque Carlos de Austria y Felipe de Borbón para con el pueblo, hace que este tenga que soportar el constante tránsito de efectivos militares. Aun así, la segunda mitad de siglo es mucho más prospera gracias a la extensión de la superficie para el conreo de cereal y viña.

La guerra de independéncia española, conocida en Cataluña como La guerra del Francès, a inicios del siglo XIX causó un parón en la proyección y evolución socioeconómica del pueblo, puesto que los cuerpos militares entraron en la población el año 1811, la saquearon y arruinaron la iglesia.

Tras la guerra, el ensayo liberal de Rafael del Riego y los levantamientos reales en 1822, la vuelta de normalidad en la vida del pueblo se ralentizó y se encontró de frente con las guerras carlinas, aunque el movimiento no tuvo traducción en el pueblo. Con el paso del tiempo y de manera lenta, el pueblo iba dividiéndose ideológicamente entre republicanos y carlistas, con lo que se iniciaron robos, incendios y pequeños altercados que plasmaban la tensión del clima.

Años más tarde, en el 1923, Primo de Rivera da el golpe de estado, el cual no tiene mucho efecto sobre el pueblo, aunque sí que lo tiene la República pocos años después. El 15 de abril de 1931 se instauró la República con el comunicado de adhesión al régimen republicano y al estado catalán. Así entonces se volvieron a crear dos bandos, bipolarizando así el aspecto político; por un lado La Caixa Rural y el Sindicat Agrícola se declararon una agrupación política, republicana, democrática y de izquierdas, mientras que por el otro lado se creó la Lliga Regionalista que se movía en un ámbito mucho más conservador.

La Lliga triunfa en las elecciones municipales del 1934, lo que hace que se creen pequeños climas de tensión en cuanto a los festejos típicos del pueblo. Dos años más tarde , en las elecciones de 1936, la victoria de el Front d'Esquerres llevará a los regidores republicanos al Ayuntamiento, lo que derivará en una rápida organización de la derecha, la cual será rápidamente frenada y disuelta. En un clima ya suficientemente dramático para el pueblo, estalla la Guerra Civil el 18 de julio de ese mismo año, lo que llevó a que se quemara la iglesia, se confiscaran las tierras de la familia Sala y ciertas propiedades (un molino, un almacén y varias tierras).

Durante la dictadura franquista había una escasez de alimentos importante, además de la llegada de refugiados y del reparto arbitrario de pan, lo que condicionó de manera evidente la sociedad civil entre los años 1937 y 1938. El 11 de enero del 1939 el ejército franquista ocupó el pueblo, lo que dejaría treinta meses de inestabilidad, muertes, desaparecidos, exiliados, encarcelados, familias destruidas, casas hundidas y un gran rencor reprimido.

El período de transición se inicia el diciembre de 1977, con la dimisión de por aquél entonces alcalde Josep Masalles, aunque las tensiones entre vecinos y el clima político llevaron a nombrar una comisión gestora que actuó hasta el abril de 1979, cuando se celebran las primeras elecciones municipales democráticas.

Lugares de interés editar

La Muralla editar

Actualmente podemos reconocer una pequeña parte de un muro que pudo formar parte de la muralla, hecho de mampostería, aunque no se reconoce ni identifica como tal ningún fragmento en concreto. Esta fue construida durante la época de Pedro III de Aragón, alrededor del siglo XIII, coincidiendo con las guerras contra Castilla y viéndose en la necesidad de alzar una estructura que protegiese a los habitantes.

La muralla delimitaba y recorría todo el perímetro del pueblo, contando con cinco portales que daban a los cinco caminos que comunicaban con a la población.

 
Perímetro de la muralla del pueblo

De estos cinco, el primer portal que separaba el pueblo del camino de Montblanc era el portal de la Bassa, puesto que conducía a la calle con la cual compartían nombre, además siguiéndola se llegaba a la Plaça Vella; siguiendo con el portal del camí de Pira que, evidentemente, conectaba el camino de Pira con el carrer de Dalt y el carrer Rosselló de manera simultánea; siguiendo con el portal del Portell, el cual daba al camino de Solivella; el cuarto era el portal que correspondía con la dirección del camino de la Espluga, el portal del Pou, llamado así por su cercanía con el pozo del pueblo; por último y a mano derecha de este último estaba el portal del Portalet, que comunicaba con el camí de la Coma que daba también al pozo. En el centro de esta especie de fortificación se encontraba la plaça Vella, donde se encuentra en la actualidad la plaza del ayuntamiento. Fuera de las murallas se encontraban un grupo de casas que eran conocidas como blancafortí o ravaló.

Las iglesias editar

A lo largo de los siglos el pueblo ha tenido dos iglesias, no de manera simultánea, sino en distinto tiempo. Ambas han estado situadas en el mismo emplazamiento, puesto que se han sucedido.

Situada en la parta alta del pueblo, limitando por el lado norte con el cementerio, por el sud con la rectoría y el castillo, al este el absis y al oeste la portalada principal que daba a la plaza de la iglesia. Se dice incluso que esta primera iglesia pudo tener dos campanarios, según Rafael Llorens el octubre de 1694, uno pudo estar situado cerca de la abadía y el otro más cerca de la iglesia. Aunque actualmente solo se conserva uno, se dice que el otro pudo ser destruido debido a un conflicto armado.

La primera iglesia editar

La primera iglesia, l'esglesia vella, estaba hecha de un estilo muy sencillo puesto que se encontraba en un momento de transición entre el románico y el gótico. Solo contaba con una nave, un altar mayor presidido por un retablo que fecha del 1646. Ambos eran poco elegantes y austeros, dedicados a santa Maria Magdalena. Del templo medieval solo se han conservado una pila bautismal, la cual es gótica, de piedra y toma una forma hexagonal, además de tener inscrito el nombre Prats - el apellido de los residentes del castillo-; unas molduras que decoran el interior del edificio; las gárgolas; el rosetón gótico; la ventada apuntada del exterior del presbiterio; la escalera de caracol que llevaba de las campanas a la cárcel y una preciosa Pietat de piedra policromada del siglo XV ubicada en el baptisterio.

La iglesia actual editar

La segunda y actual iglesia fue construida ante el crecimiento demográfico del siglo XVIII, ya que se veían obligados desde hacía tiempo a celebrar dos misas. Todo el pueblo se vuelca en la construcción de la iglesia y se contratan a dos maestros de casa, Pere Joan Abelló y Aleix Thomàs, ambos de pueblos vecinos. Las obras finalizan en el 1804. Los acuerdos dejaban claro que la construcción debía levantarse en sillares pulidos y las columnas corintias y estriadas, y así se hizo. El edificio es de estilo neoclásico, de planta basilical, con una única nave que mide 37,23m de largo y 22,60 de ancho. En cuanto a la fachada está hecha en isódomo, además de que su estructura está realizada de tal manera que recuerda a un arco del triunfo romano. En el centro de esta fachada, encontramos una escalinata que lleva hasta la puerta, la cual está flanqueada por cuatro columnas, dos a cada lado. Estas cuentan con una base con plinto, escocia y toro, el fuste es estriado y los capiteles corintios, con caulículos y hojas de acanto. El entablamiento sujeta dos volutas monumentales que flanqueaban el nicho que protegía la imagen de Santa María Magdalena. Las paredes exteriores laterales y posteriores están sujetas con nueve contrafuertes que refuerzan el entablamento a dos aguas de la nave.

En el interior encontramos que el techo soporta una bóveda de cañón con arcos fajones y los decoran con molduras, las cuales resiguen todas las paredes hasta cortarse al llegar al altar principal. En la nave principal se abren siete capillas; el baptisterio, la de San Isidro, San Miguel, la del Roser, la de Immaculada, la del Santo Cristo y la del Sagrat Cor, esta última custodiaba el retablo de la Virgen del Tallat.

El campanario editar

El campanario actual es el único que se conserva de los dos que había. Este tiene una base cuadrada, seguida de un segundo piso octogonal y coronado por un tejado recubierto con piezas de cerámica policromada que ofrece una personalidad propia, lo que en total hace que mida 36m de alto.

El cementerio editar

Desde el tiempo de la conquista cristiana, el cementerio estaba ubicado justo en frente de la iglesia, dentro del núcleo de la población, lo que suponía un núcleo potencial de infecciones, y tras varias décadas de estudiar la posibilidad de trasladar la fosa, finalmente el arquitecto Ramon Salas hace los planos y calcula el presupuesto. En febrero del 1920 se empieza a adaptar un terreno anexo al camino de Solivellay en el tercer trimestre de 1921 se cerraba el perímetro de lo que sería el cementerio nuevo.

Referencias editar

  • Bibliografía: Prats i Batet, J. (1998). Blancafort. Valls [Spain]: Cossetània Edicions.
  • Recasens Llort, J. (1986). Blancafort. Blancafort: Ajuntament de Blancafort.