Overoraptor chimentoi editar

 
Araripesuchus buitreraensis
Rango temporal: 125 Ma - 65 Ma
Cretácico superior (Cenomaniense-Turoniense)
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Sauropsida
Subclase: Diapsida
Infraclase: Archosauromorpha
(sin rango): Mesoeucrocodylia
Whetstone and Whybrow, 1983
Superorden: Crocodylomorpha
Hay, 1930 (Sensu Walker, 1970)
Suborden: Notosuchia

Los especímenes del holotipo MPCA-Pv 805 y del paratipo MPCA-Pv 818 de Overoraptor chimentoi fueron hallados en una cantera con un diámetro de 1,5 m y una profundidad de 0,30 m, al sur del embalse Ezequiel Ramos Mexía, en la provincia de Río Negro. En el lugar también se encontraron huesos desarticulados de cocodrilos y tortugas. Algunos de estos materiales habían sido asignados a Unenlagiinae (Motta et al. 2016). Sin embargo, cuando se analizó esta nueva especie, se llegó a la conclusión de que tiene parentesco cercano con la especie Rahonavis proveniente de Madagascar. Estas dos especies tenían el pie de tipo raptor y brazos similares a las alas de las aves cuyas características estaban ausentes en los unenlágidos y velocirraptores del hemisferio norte. Dichas características indicarían que estas dos especies podrían pertenecer a un nuevo grupo de paravianos corredores, que sería más cercano filogenéticamente a las aves que a los raptores.

Overoraptor chimentoi era un terópodo grácil que medía aproximadamente 1,3 m de largo, con brazos y patas largas. El miembro posterior presentaba rasgos muy similares a los de los animales corredores, lo que indica que era muy veloz. Además, las patas tenían una gran garra curvada y filosa en el segundo dedo al igual que los unenlágidos. Sin embargo, en el estudio anatómico de los huesos de los brazos, los investigadores observaron que compartía características con las aves que no tienen otros dinosaurios raptores. Por lo tanto, el es Este hallazgo arroja luz sobre la transición evolutiva entre los raptores (bípedos y carnívoros) y las aves y abre la posibilidad de un nuevo grupo de paravianos que habitaban en África y América del Sur.

Como es patrimonio de Río Negro, los restos de este dinosaurio serán enviados al Museo Provincial Carlos Ameghino de Cipolletti una vez concluido el estudio.

Araripesuchus buitreraensis editar

Araripesuchus buitreraensis es un género de crocodilomorfos, que vivió a finales del período Cretácico, hace aproximadamente 125 y 65 millones de años[1]​, en la localidad La Buitrera, Patagonia, Argentina.[2]​ Esta especie es un crocodiliforme del Cretácico superior, proveniente de unidades de la Formación Candeleros del subgrupo Río Limay.

Descubrimiento editar

Este cocodrilo notosuquio[3][4]​ fue encontrado en la localidad La Buitrera, descubierta hace 20 años[5]​, en la Formación Candeleros (Cenomaniense-Turoniense). Estos afloramientos se encuentran a 30 km de Cerro Policía en Río Negro (noroeste de la Patagonia). El conjunto faunístico de esta localidad incluye driolestoideos, terópodos, crocodiliformes, serpientes, esfenodontos y restos de ranas y peces. La Formación Candeleros, en Neuquén, se caracterizaba por una diversa fauna que incluía saurópodos titanosaurios y diplodocoides, terópodos carcharodontosáuridos, quélidos, anuros pipoideos y el crocodiliforme Araripesuchus patagonicus. Sin embargo, la fauna de La Buitrera difiere de otros tipos de fauna, que incluye abundantes restos de vertebrados pequeños. El término Buitreraensis hace referencia al lugar donde se encontró el espécimen, en la localidad La Buitrera.[6]


 
Cladograma de Araripesuchus (Soto et al, 2011)

Taxonomía editar

La especie Araripesuchus buitreraensis comparte características filogenéticas con el clado Araripesuchus. Sin embargo, el holotipo que se encontró en La Buitrera (MPCA-PV 235) es considerablemente diferente a todos los ejemplares de Araripesuchus patagonicus. Por ejemplo, en la especie A. patagonicus, el hueso frontal no se extiende hasta la fosa supratemporal, y el hueso parietal se articula con el postorbital en la abertura. En cambio, en el ejemplar MPCA-PV 235, el hueso frontal se extiende hasta la fosa supratemporal, que a su vez llega hasta el margen de la fenestra supratemporal e impide que se forme una superficie de contacto entre el hueso parietal y el postorbital.[6]​ En cuanto a la forma general del cerebro del Araripesuchus buitreraensis, presenta una gran similitud con la especie Araripesuchus wegeneri y se diferencia considerablemente con Alligator y Anatosuchus. Aunque los hemisferios cerebrales están menos comprimidos dorsoventralmente que en las especies africanas, el seno que los separa está bien marcado.[2]​ Este análisis filogenético permite demostrar que Araripesuchus es un clado basal de los mesoeucrocodilios dentro del cual los taxones sudamericanos se asemejan más entre sí que a la especie Araripesuchus wegeneri, perteneciente al Cretácico inferior de África.[6]


Referencias editar

  1. Frank, Laura (11 de agosto de 2013). «Los dinosaurios se adueñaron de Cipolletti». Río Negro. Consultado el 7 de mayo de 2019. 
  2. a b Apesteguía, Sebastián (2013). «Un primer vistazo al endocráneo y estructuras asociadas de Araripesuchus buitreraensis Pol y Apesteguía, 2005 (Crocodyliformes)». Jornada; XXVII Jornadas Argentinas de Paleontologia de Vertebrados. 
  3. Gianechini, Federico Abel (2014). «Revisión de los Deinonychosauria (Dinosauria, Theropoda) de la Argentina: anatomía y filogenia». Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires. 
  4. Apesteguía, Sebastián; Ares, Roberto (2010). «Anexo: La evolución en acción Origen y Diversidad de los reptiles modernos: tortugas, lagartos, cocodrilos y aves». Vida en evolución: la historia natural vista desde Sudamérica. Buenos Aires: Vázquez Mazzini Editores. pp. 238-240. ISBN 978-987-9132-25-8. 
  5. Apesteguía, Sebastián (2017). «El área paleontológica de la buitrera: 45 kilómetros de desierto cretácico». 31º Jornadas Argentinas de Paleontología de Vertebrados. 
  6. a b c Pol, Diego; Apesteguía, Sebastián (2005). «New Araripesuchus Remains from the Early Late Cretaceous (Cenomanian–Turonian) of Patagonia». American Museum of Natural History (3490). ISSN 0003-0082. 
 
Cronopio
Rango temporal: 99,6 Ma - 96 Ma
Cretácico Superior
Archivo:Cronopio
Recreación.
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Subclase: Theriiformes
Infraclase: Holotheria
(sin rango): Cladotheria
Superorden: Dryolestoidea
Orden: Meridiolestida
Género: Cronopio
Rougier, Apesteguía & Gaetano, 2011
Especie tipo
Cronopio dentiacutus
Rougier, Apesteguía & Gaetano, 2011

Cronopio dentiacutus editar

Cronopio dentiacutus es un mamífero driolestoideo del género Cronopio, perteneciente a la Era Mesozoica.[1]​ Vivió a finales del período Cretácico, hace aproximadamente 95 millones de años, en la localidad La Buitrera, Provincia de Río Negro, Argentina. Sus restos fueron encontrados en las rocas sedimentarias de la Formación Candeleros (Grupo Neuquén), de edad Cenomaniense.

Descubrimiento editar

Se conocía hasta ahora el cráneo de una sola especie de mamífero mesozoico: Vincelestes neuquenianus, del Cretácico Inferior (130 millones de años) de Neuquén.[2]

En La Buitrera afloran rocas incluidas en la Formación Candeleros. Estos niveles son los únicos correspondientes al Cretácico superior temprano donde se han hallado mamaliaformes. Los investigadores argentinos Guillermo Rougier, Sebastián Apesteguía y Leandro Gaetano (2011a) reportaron el hallazgo de dos cráneos y numerosos restos mandibulares aislados de Cronopio dentiacutus en 2006, un driolestoideo cercanamente relacionado con formas halladas en Cerro Cuadrado, y de un taxón aún no descripto de afinidades inciertas. Dicha especie fue encontrada en cercanías a Cerro Policía, en el noroeste de la provincia rionegrina. Según los autores, es el primer mamífero del Cretácico superior hallado en América del Sur. En concreto, llena un hueco de 60 millones de años en los registros de mamíferos en este continente. El descubrimiento fue realizado por el equipo de exploración de la Fundación Azara, la Universidad de Louisville, Kentucky (Estados Unidos) y el Museo Field de Chicago (Estados Unidos).[2]​ Los resultados del hallazgo fueron publicados en la revista Nature.[3]

Cerro Cuadrado es la localidad donde se ha exhumado el mayor número de taxones de mamaliaformes del Cretácico de América del Sur, todos ellos provenientes de la Formación Los Alamitos, de edad Campaniense-Maastrichtiense. Bonaparte halló una gran cantidad de especímenes y los clasificó en 18 géneros distintos; por ejemplo, triconodontos, simetrodontes, driolestoideos, multituberculados y gondwanaterios. Estos taxones serían parte de una fauna de naturaleza gondwánica que incluye varias formas endémicas de América del Sur. [4]

El holotipo MPCA 454 está depositado en el Museo Provincial Carlos Ameghino, Cipolletti, Río Negro. Solo se preserva el cráneo incompleto con la dentición superior completa, sin la caja craneal, parte del techo rostral y la quijada inferior.[5]

Cronopio dentiacutus, vivió en una época coincidente con los más grandes dinosaurios conocidos, como el dinosaurio carnívoro Giganotosaurus y apenas un poco antes del dinosaurio herbívoro Argentinosaurus.[2]

El término Cronopio hace referencia a las criaturas fantásticas creadas por Julio Cortázar y dentiacutus (latín) significa "dientes afilados y puntiagudos".[5]​ El investigador Guillermo Rougier comparó la especie con Scrat, la ardilla protagonista de la película La Era del Hielo.[3]

Descripción editar

Cronopio dentiacutus es un driolestoideo de tamaño mediano, caracterizado por tener un hocico muy alargado y angosto, y los caninos muy largos y desarrollados. También tiene marcas de una musculatura masticatoria especializada. [2][6]​ Las órbitas están ubicadas en el plano dorsal debido a que el cigoma es alto con una fosa masetérica muy pronunciada. Los autores (Rougier et al., 2011) estiman que el cráneo de esta especie tipo mide aproximadamente 27 mm de largo. Este mamífero fósil mide unos 10 cm de largo (sin cola) y entre 15 y 20 cm con ella.[2]​ Posee dos incisivos superiores, espacios edéntulos antes y después del hipertrofiado canino, cuatro premolares y tres molares superiores (mesiodistalmente angostos) y, además, tres premolares y tres molares inferiores.[7]​ Los incisivos superiores son simples y rectos. A diferencia de otros driolestoideos, los dos primeros premolares no tienen las cúspides accesorias anteriores grandes. Sin embargo, están presentes en la parte posterior. [8]

El cráneo de Cronopio dentiacutus compartes varios caracteres plesiomórficos con los mamaliaformes, como la presencia de un septo maxilar, una lámina anterior en el hueso petroso y de un flanco lateral. Los molariformes mesiodistalmente comprimidos indican que esta especie se alimentaba especialmente de insectos y plantas.[9]

Se cree que los molares con una raíz en Cronopio se desarrollaron de molares con raíces desiguales, condición similar que se observa en los driolestoideos. Por lo tanto, se puede concluir que es una condición derivada. La quijada de Cronopio dentiacutus es inusual en los driolestoideos, con un pequeño proceso coronoide, un pequeño proceso angular y un cóndilo muy elevado.[8]

El oído y la dentición resultan “de modelo antiguo”, en comparación con los terios. Sin embargo, el grupo de los driolestoideos sudamericanos al que pertenece desarrolló una plasticidad morfológica y ecológica, que les permitió vivir en conjunto con los grandes dinosaurios.[2]

La presencia de esta especie de driolestoideo en el Cenomaniense amplía considerablemente el biocrón de este variado grupo de mamíferos endémicos de América del Sur y, supuestamente, del supercontinente de Gondwana.[7]

Filogenia editar

Cronopio dentiacutus es filogenéticamente cercano a Necrolestes y Leonardus. Estos tres taxones tienen dientes triangulares muy comprimidos y un arco dental curvado postcanino que se estrecha en la parte posterior. Necrolestes y Cronopio son los únicos mamíferos que tienen premolares con doble raíz y molares con una sola raíz. La dentadura de Necrolestes se asemeja más a la de Leonardus que a la de Cronopio, ya que Leonardus tiene los premolares completamente molarizados. A este respecto, Cronopio, cuyo último premolar está completamente molarizado, demuestra tener características primitivas en relación con Necrolestes y Leonardus. Asimismo, Cronopio comparte algunos rasgos con los meridioléstidos: premolar anterior con doble raíz y molares con una sola raíz, proceso condilar largo y relativamente horizontal, proceso angular con un poco de inflexión medial, hocico prolongado y caja craneal globular.[10]

Aunque Cronopio dentiacutus no pertenece al grupo de los mamíferos modernos o “terios” (marsupiales y placentarios), son parientes cercanos. Al evaluar las relaciones de parentesco entre esta especie y otros mamíferos, los driolestoideos se hallan exactamente entre los dos grandes grupos de mamíferos vivientes, los monotremas y los terios (marsupiales y placentarios). De este modo, es posible comprender cómo se transformaron varias estructuras a lo largo de la evolución. Más aún, dentro de los driolestoideos, Cronopio pertenece a un grupo especial, los meridioléstidos, que eran exclusivamente sudamericanos.[2]

Los gondwanaterios y fergliotéridos del Cretácico y Paleógeno indican que todos los mamíferos del Cretácico superior son endémicos en América del Sur hasta cierto punto. Sin embargo, todavía no está claro cuán representantivos son los driolestoideos y gondwanaterios en las faunas de algunas partes fuera de América del Sur a finales de la Era Mesozoica. Algunas piezas dentarias aisladas provenientes de África y América del Norte (Cretácico superior) no presentan las autapomorfías de Cronopio. No obstante, se asemejan a los driolestoideos de Argentina correspondientes a la última etapa del Cretácico superior.

Cronopio es una parte integral de la historia evolutiva de los mamíferos sudamericanos del Cretácico superior. Sin embargo, no tiene parentesco con los triconodontos, prototribosfénidos y australosfénidos de este continente, que vivieron durante el Jurásico medio y Cretácico inferior.[5]

El hallazgo de Cronopio marca un antes y un después en el estudio de los mamíferos mesozoicos de América del Sur y en el análisis, en general, de los driolestoideos en el mundo entero, ya que constituye el primer estudio de cráneos completos de estos animales. Cronopio, por su posición en el intrincado arbusto de parentesco entre los mamíferos, ayuda a comprender cómo se desarrolló el basicráneo y el oído interno en los seres humanos, los mamíferos terios.[2]



Enlaces externos editar

Referencias editar


  1. Chimento, Nicolás R.; Agnolin, Federico L.; Novas, Fernando E. (agosto-septiembre 2013). «Necrolestes: un mamífero patagónico que sobrevivió a la extinción de los dinosaurios». Ciencia Hoy 23 (134): 12-18. 
  2. a b c d e f g h Apesteguía, Sebastián; Gallina, Pablo (2014). «Área de paleontología (Capítulo I)». En Valeria Bauni y Marina Homberg, ed. Las ciencias naturales y antropológicas en la Fundación Azara (1era edición). Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Fundación de Historia Natural Félix de Azara. pp. 32-34. ISBN 978-987-3781-07-0. 
  3. a b Guerrero, Teresa (03/11/2011). «Una 'ardilla' con dientes de sable en la Patagonia argentina». El Mundo (Madrid). Consultado el 21/09/19. 
  4. Gaetano, Leandro Carlos. (2013). Argentoconodon fariasorum, un mamaliaforme del Jurásico de Patagonia, Argentina: descripción, relaciones filogenéticas e implicancias evolutivas y paleobiogeográficas. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires.
  5. a b c Rougier, Guillermo W.; Apesteguía, Sebastián; Gaetano, Leandro C. (2011). «Highly specialized mammalian skulls from the Late Cretaceous of South America». Nature 479: 98-102. doi:10.1038/nature10591. 
  6. Defler, Thomas (2018). «Ancient Mammals of Gondwanan South America». History of Terrestrial Mammals in South America: How South American Mammalian Fauna Changed from the Mesozoic to Recent Times. Switzerland: Springer. pp. 38-39. ISBN 978-3-319-98449-0. doi:10.1007/978-3-319-98449-0. 
  7. a b Bonaparte, José F.; Migale, Laura A. (2015). «Los mamíferos meridioléstida del Cretácico superior de Patagonia». Protomamíferos y mamíferos mesozoicos de América del Sur (tercera edición). Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Fundación de Historia Natural Félix de Azara. pp. 165-167. ISBN 978-987-3781-25-4. 
  8. a b Rougier, Guillermo W.; Apesteguía, Sebastián; Gaetano, Leandro C. (2011). «A highly specialized mammalian skull from the Late Cretaceous of South America (Supplementary Information)». Nature 479: 1-54. doi:10.1038/nature10591. 
  9. Zachos, Frank E., ed. (2018). Mammalian Evolution, Diversity and Systematics. De Gruyter. p. 245. ISBN 978-3-11-027590-2. 
  10. Rougier, Guillermo W.; Wible, John R.; Beck, Robin M. D.; Apesteguía, Sebastián (2012). «The Miocene mammal Necrolestes demonstrates the survival of a Mesozoic nontherian lineage into the late Cenozoic of South America». En Cifelli, Richard L., ed. PNAS: 1-6. doi:10.1073/pnas.1212997109. 
 
Quilmesaurus curriei
Rango temporal: 75 Ma
Cretácico superior
Archivo:Quilmesaurus curriei
Recreación
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Sauropsida
Superorden: Dinosauria
Orden: Saurischia
Suborden: Theropoda
Infraorden: Ceratosauria
Superfamilia: Abelisauroidea
Familia: Abelisauridae
Género: Quilmesaurus
Coria, 2001

Quilmesaurus curriei editar

Quilmesaurus curriei es un terópodo abelisáurido del género Quilmesaurus. Vivió durante el período Cretácico superior, hace más de 75 millones de años, en la localidad Salitral Ojo de Agua, en el centro-norte de la Provincia de Río Negro, Argentina. Los restos fueron encontrados en los niveles de la Formación Allen, en la Cuenca Neuquina, de edad Campaniano-Maastrichtiano.[1][2]

Descubrimiento editar

En 2001 Rodolfo Coria describió los restos fragmentarios de una extremidad derecha de un dinosaurio terópodo. Fueron descubiertos por el investigador sanjuanino Jaime Powell a finales de la década de los 80 en la Formación Allen (Campaniano-Maastrichtiano), en los afloramientos de la localidad Salitral Ojo de Agua, a 40 km al sur de General Roca, Río Negro.[1][2]​ Coria los asignó a un nuevo género y especie: Quilmesaurus curriei.[3]​ El nombre científico de esta especie proviene de Quilmes, pueblo originario de Argentina, y del paleontólogo Philip. J Currie.[4]​ Los restos pertenecen al Museo Provincial Carlos Ameghino de Cipolletti.[2]

Descripción editar

 
Tibia derecha de Quilmesaurus curriei en comparación con otras tibias de abelisáuridos.

Quilmesaurus curriei es un terópodo no aviano. Medía 4,6 m de largo y pesaba 430 kg aproximadamente. [5]

El holotipo MPCA-PV-100 consta de una porción distal completa de un fémur y tibia derechos de un ejemplar subadulto y está depositado en el Museo Provincial Carlos Ameghino.[3]​ La porción preservada del fémur tiene una cresta medio-distal altamente desarrollada con una morfología cuadrangular en vista anterior. En el plano distal, se observa que el cóndilo medial y el cóndilo lateral tienen tamaños diferentes. Este último es más corto craneocaudalmente pero mucho más engrosado en sentido latero-medial. El surco extensor es poco profundo y transversalmente ancho. La morfología del fémur es idéntica a la de Carnotaurus (Bonaparte, 1990), Aucasaurus (Coria, 2002) y Rajasaurus (Wilson, 2003). En cuanto a la tibia, la cresta cnemial está altamente desarrollada y expandida a nivel distal. Esta característica también se observó en los carnotaurinos Aucasaurus y Majungatholus (Rauhut, 2003). Con respecto al extremo distal de la tibia, los cóndilos de Quilmesaurus tienen una disposición asimétrica con relación al vástago del hueso.[3]

Quilmesaurus y Carnotaurus son los abelisáuridos más modernos registrados en Sudamérica.[1]

Filogenia editar

A pesar de que los materiales del holotipo de Quilmesaurus curriei son escasos, presentan características que lo sitúan dentro del grupo de los terópodos desde el punto de vista filogenético.[3]

Entre los tetanuros, Quilmesaurus se diferencia de los espinosauroideos, como Torvosaurus (Mateus y Antunes, 2001), Streptospondylus altdorfensis (Allain, 2001) y Piatnitzkysaurus floresi (Bonaparte, 1986), en que estos últimos tienen un contrafuerte medial anterior bien marcado y la cresta cnemial poco desarrollada.

 
Tamaños de los abelisáuridos

Asimismo, Quilmesaurus se incluye en el grupo de los ceratosaurios debido a que la cresta mediodistal del fémur y la cresta cnemial de la tibia tienen una marcada expansión en sentido anterior. Sin embargo, dentro de este clado, se lo excluye de los noasáuridos debido a que estos últimos poseen un desarrollo circular de la cresta mediodistal del fémur. Además, Quilmesaurus pertenece al grupo de los abelisáuridos , ya que el extremo distal de la tibia es asimétrico.

Referencias editar


  1. a b c Novas, Fernando (2009). «Cretaceous Theropods». The Age of Dinosaurs in South America (en inglés). USA: Indiana University Press. p. 285. ISBN 9780253352897. 
  2. a b c «El "Quilmesaurus" tenía las piernas de un atleta». Río Negro. 2/9/2001. Consultado el 17 de mayo de 2020. 
  3. a b c d Juárez Valieri, Rubén; Fiorelli, Lucas; Cruz, Laura (2007). «Quilmesaurus curriei Coria, 2001 (Dinosauria, Theropoda). Su validez taxonómica y relaciones filogenéticas». Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales n.s. 9 (1): 59-66. ISSN 1514-5158. Consultado el 20 de mayo de 2020. 
  4. Coria, Rodolfo A.; Salgado, Leonardo (2005). «Last Patagonian Non-Avian Theropods». En Carpenter Kenneth, ed. The Carnivorous Dinosaurs (en inglés). USA: Indiana University Press. p. 157. ISBN 9780253345394. 
  5. Molina, Rubén (2019). Dinosaur Facts and Figures: The Theropods and Other Dinosauriformes (en inglés). Princeton University Press. p. 257. 

Enlaces externos editar