Sobre mi editar

Naci el 10 de marzo de 1980 en Montevideo. Vivo en La ciudad de Pando. Estudio Psicología en la * Facultad de Psicología de la Universidad de la Republica

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Introducción Poder Medico editar

Herbert Spencer fue unos de los primeros en establecer una antropología histórica del proceso de automatizaciones en las fuentes de poder en las sociedades, afirmando que dicho proceso parte del macroproceso de incremento de la diferenciación y especialización funcional y estructural, que desarrollan las sociedades en su trayectoria histórica como manera de aumentar la eficacia y eficiencia de su adaptación al entorno externo y desenvolvimiento y cambio de necesidades.

Concentración del poder de curar en la figura del médico editar

La primera fuente histórica automatizada de poder y prestigio fue el poder militar, a partir de la necesidad que tenían los grupos de proteger la vida y entrenamiento de aquellos para la supervivencia. Los físicamente mas poderosos, vigoroso o valientes adquirían mayor poder, prestigio y privilegios por su funcionalidad y escases. La segunda fuente de poder en automatizarse fue el poder religioso, por su capacidad de dar sentido y significación a la vida cotidiana, su carisma y preparación para manipular lo desconocido y trascendente para fines cotidianos y su habilidad para aliviar el dolor, el sufrimiento y la enfermedad (brujos, hechiceros, curanderos) Pero Según Bayce la cotidianeidad no podía ser ordenada solo desde estos poderes, el poder y prestigio medico son parte de este proceso El poder medico no nace en la modernidad sin embargo. Ya hay médicos en la época del universo mágico premoderno. Solo que los brujos, hechiceros y curanderos tenían mayor poder y prestigio que ellos en un momento en que la ciencia estaba subsumida en la magia y la tradición. El medico fortalece su poder y prestigio después que la religión comienza a sustituir en fenómeno de la magia. Entonces el mago es sustituido por el sacerdote y el profeta por el medico para la supervivencia y bienestar materiales. En el Uruguay el medico deberá compartir la jerarquía del poder y del status con el político en la ciudad y el caudillo y comisario en los pueblos. En la modernidad, el político, el sacerdote, el medico virtuoso, el protector son las figuras que la gente siente que llenan las necesidades de supervivencias, sentido de bienestar, autoestima y distinción.


Recién con la aparición del escepticismo y con la imposición ideología de la ciencia y la técnica sobre la religión y la magia que esa diferencia adquiere una jerarquía social. Ni el ritual, ni la oración ni la ética pueden tanto como la curación y el remedio, supuestos productos de un diagnostico y terapias científicas. El medico adquiere un máximo status entre los científicos, que elevan colectivamente su status como satisfactores meritorios y legitimados por su escepticismo y su eficacia reconocida. En definitiva él es el científico que asiste y certifica en situaciones limites como nacimiento, enfermedad, dolor, muerte,. Contribuye a la supervivencia y al bienestar de la salud, la longevidad y reducción de sufrimiento. El medico es la encarnación de la modernidad, iluminado, ilustrado, necesario en las situaciones complejas cotidianas, Fue adquiriendo una autoridad superior equivocadamente emanada de su poder y prestigio como satisfactores de la necesidad de supervivencia y bienestar físico (Michael Foucault)

El medico fue creando un mecanismo psicosocial como personaje de máximo poder y prestigio, por atender las necesidades básicas para la supervivencia significativas del cuerpo social, extendiendo la autoridad emanada de las esferas legítimamente ganadas por su autoridad sustentadas por su status social y prestigio derivados por ser especial y único. El Poder medico posee una posición social, esta ligado a esa aureola de sabiduría y su cualidad para hacer sanar que le brinda privilegios. La medicina se ocupo del cuerpo, sus cuidados y su conducta para promover control acorde al progreso, en donde lo inmoral, lo sucio, lo insano, conducía a el dolor y discriminación.. Según el historiador José Pedro Barrán, poder medico es denominado como uno de los primeros poderes en existir en la época del 1900 ciencia y saber puros exclusivos del ser humano, la verdad científica que gobierna y controla ejerciendo su saber en todas las esferas, como única forma de evolución hacia el futuro productivo económico y social. El medico y su poder divino, poder sobrenatural, endiosado en el imaginario colectivo por sus reconocidos avances en el bienestar popular, para conservar la vida y privar de la aparición del dolor, mortificando la idea de la muerte como miedo natural del no trascender del no existir, se fueron consolidando en el común social desde el 1900 comenzando por 3 niveles. Nivel de atención, el nivel de transformación suprema, y el nivel de aceptación social del cuerpo conformando a posteriori el inicio y evolución de la medicalización por la clase medica. La clase médica se fue convirtiendo, en corporación, partiendo del pasado pero condicionando el futuro, preservando su autoridad, controlando centros de cuidados entre ellos asilo, hospitales, sanatorios, primero en instituciones públicas, para ganar terreno en instituciones privadas.

Siguieron conquistando el imaginario social del cual partieron como hombres de la ciencia de la verdad, con una virtud que solo ellos poseen, cumplidores de un rol vital donde la clase médica se consideraba Sacerdotes de la verdad, o héroes. Su saber científico como instrumento de la verdad, que los hacia únicos, con respecto al resto de los profesionales, ya que en ellos estaba la voluntad de proteger al sujeto Con el correr de las épocas los avances tanto científicos como culturales fueron fusionándose con intereses corporativos, tomando al medico como empresario. Partieron del cuerpo, la higiene, sus cuidados, la moral y el empleo del mismo promoviendo la profilaxis antes que la curación, hecho que contribuyo considerablemente a la medicalización de la vida y hegemonía del saber, ese saber que gobierna a los individuos y a las sociedades, en donde también entra el saber científico por medio de las farmacéuticas, centros de especialización, de diferentes corporaciones con el fin de lucro. La medicina y su poder impone lo que se debería hacer, tanto lo que es bueno como también lo malo, estética, sexualidad, como se vive y como se ve la muerte, tratamientos para dejar de sufrir, natalidad, fertilización, reproducción, y la alimentación repercutiendo en las políticas de estado, tanto sociales, económicas, educacionales como manera de control privado y publico protegidas por leyes estatales. Estas leyes inciden en las economías y recursos, ya que su comercialización es tomada como valor de servicios de compra y venta de oferta y demanda. Sus protagonistas, los pacientes, como mercado potencial en donde los medios de comunicación promueven sus productos corporativos, farmacéuticos o en el mutualismo para captar la atención. Ciencia y medios de comunicación se fusionan para manejar el consumo en donde no accede el que necesita sino el que puede costear el precio, provocando desigualdad social. En el primer momento de la modernidad, entonces la prevención del mal y la enfermedad comienzan a ganar espacio en el quehacer y rol medico frente a la pura actividad curativa pre moderno. La generalidad de los derechos individuales y del cuidado encarados en derechos económicos y sociales, contribuyo a que los derechos a la atención de la salud, tanto a la curación como a la prevención del quehacer medico, ello aporto también el crecimiento de las funciones del estado moderno ya sea en su modalidad política e ideológicas de estado de bienestar y protección dentro de los presupuestos posibles.


A este proceso también contribuyen algunos factores mas a saber como el incremento de la oferta de médicos, atraídos por el aumento de la clientela protegida y el nuevo énfasis en la prevención, unidos al atractivo del poder y prestigio crecientes en la perspectivas económica, Conocer y saber es existir en estas sociedades. El hombre de saber puede vender sus servicios con el derecho de restringir el mismo, para serle exclusivo y obtener mejor oferta en el medio. Nuevos especialistas en supervivencia y bienestar social disputaran al medico su hegemonía y su arma sagrada en el ocaso de la modernidad y hoy en la posmodernidad insipiente pero influyente. Psicólogos, psiquiatras, psicoanalistas, asistentes sociales, terapeutas especializados, paramédicos, medicinas alternativas, medicinas populares y naturales carismáticos religiosos y de sectas disputaran crecientemente la clientela y el aura sagrada del prestigio y poder social.

Referencias editar

1. Diaz Berenguer, Alvaro (2012). Trilce, ed. La Medicina Desalmada. Montevideo: Trilce. 


2. Barrán, José Pedro (1993). Banda Orientel, ed. La medicina y sociedad en el Uruguay del novecinetos El Poder De Curar Tomo 1. Montevideo: Ediciones de La Banda Oriental. 


3. Portillo, José (1995). Revista Médica Vol 15, ed. La medicina: El imperio de lo efímero. Montevideo.  Texto « Revista Médica Uruguaya » ignorado (ayuda)


4. Rafael Bayce “El devenir histórico del poder y prestigio sociales del médico”.