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Roberto Rico Caballero
Información personal
Nacimiento	7 de junio, 1960 Cochabamba, Bolivia
Residencia	Alexandría, Virginia
Nacionalidad	Boliviano
Familia
Padres	Jaime Rico Sempértegui Angélica Caballero Rodríguez.
Cónyuge	Lourdes Antelo Bustamante
Hijos	Andrea Rico Guillen, Alejandra Rico Guillén y Ángela Rico Guillén
Información profesional
Ocupación	Periodista, camarógrafo, editor
Área	Televisión
Empleador	NBC-Telemundo
Medio	Telemundo44

Roberto Rico Caballero (n. Cochabamba, Bolivia, 1960). Periodista boliviano que radica en Estados Unidos, desempeñándose como camarógrafo y reportero en la cadena Telemundo de NBC. Radica actualmente en la ciudad de Alexandría, estado federado de Virginia.

Inició la carrera periodística en su país natal, produciendo para la televisión boliviana un programa pionero dedicado al Boxeo, disciplina olímpica que practicó desde su adolescencia.​​

Estudió periodismo televisivo en el Koubek Memorial Center de la Universidad de Miami y también realizó estudios en la Escuela Internacional de Cine y Televisión, en San Antonio de Los Baños, Cuba. Trabajó como editor, camarógrafo y operador en MHz Networks. Se desempeña actualmente como  camarógrafo, editor y reportero especial de NBC Telemundo.

Durante los atentados del 11-S al World Trade Center, se encontraba en Nueva York y transmitió en vivo la caída de las Torres Gemelas para varios medios bolivianos.

Biografía

Nació en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, el 7 de junio de 1960. Realizó sus estudios primarios y secundarios en la escuela Mayor Desiderio Rocha y los colegios La Salle e Instituto Bancario. Sus padres fueron Jaime Rico Sempértegui y Angélica Caballero Rodríguez. Tiene tres hijas: Andrea, Alejandra y Ángela. Está casado con Lourdes Antelo Bustamante.

Pionero del periodismo boliviano dedicado al Box

A sus 15 años se propuso incursionar profesionalmente en el box, habiendo logrado clasificar para participar en los Juegos Bolivarianos de 1977, ganando varias peleas por knockout en torneos de la Asociación de Box de Cochabamba, bajo la tutela del entonces campeón sudamericano Remberto Lafuente. Sin embargo, la oposición paterna en su familia le obligó a desistir de esa carrera deportiva, lo cual le llevó a seguir cultivando su pasión por el boxeo desde el periodismo.

A mediados de la década de los 80 trabajó y ganó experiencia profesional guiado por referentes del periodismo deportivo en Bolivia como Ramiro “Patato” Méndez y el director Fernando Aguilar.

Produjo programas deportivos de CBA-Canal 13, donde inició el programa televisivo “Knockout”. En 1986 pasa a producir para Canal 4 ATB el programa "Goles y Marcas"; tres años después produce y dirige “Tiempo Deportivo” en la misma estación televisiva.

El año 1992 recibe una oferta de estudios en el Koubek Memorial Center, oportunidad que le permite perfeccionar sus conocimientos boxísticos, trabajando de cerca con la élite mundial de este deporte.

Entonces el público boliviano disfrutó durante varios años de su singular trabajo periodístico dedicado al box, a través de las entrevistas que Roberto Rico realizó personalmente a leyendas como Roberto “Mano de Piedra” Durán, Ramón “Yori Boy” Campas, Wilfredo Vázquez, Humberto “La Chiquita” González, Erick “El Terrible” Morales, todos campeones mundiales, y a otros protagonistas como Ángelo Dundee, Freddie Pacheco y Tuto Zabala.

Por todo ello, Rico es considerado pionero del periodismo boliviano especializado en el Boxeo a nivel internacional​.

Trayectoria prolífica en EE.UU.

A mediados de 2001, llegó a Nueva Jersey dejando a sus hijas de edad escolar en su ciudad natal, por quienes, dijo, decidió afrontar su nuevo destino.

En un testimonio publicado por el periódico Sol de Pando​, narró lo siguiente:

“Mi primera escala ‘laboral’ fue Nueva York, donde trabajé parqueando autos. Un año después volví a la pasión de mi vida: pantallas gigantes en circuito cerrado para conciertos musicales en Long Beach, California, como base de mis actividades. También me dediqué a la construcción, refacción y decoración de hoteles en 24 diferentes estados y durante cuatro años. Fue el 2006 que finalmente llegué a Virginia. Desde entonces me mantengo en la TV. Trabajo desde enero del 2018 en Telemundo44, bajo tuición de Universal Studios-NBC Telemundo, desempeñándome como camarógrafo, editor y eventual reportero en asignaciones especiales...”.

Gracias a su experiencia adquirida en la etapa boliviana de su labor periodística, en Cochabamba, fue calificado como el mejor empleado de julio del 2018 en NBC Telemundo, por la oferta de habilidad y conocimiento.

Testigo presencial y reportero del 11-S

La mañana del 11 de septiembre de 2001, apenas tres meses después de llegar de Bolivia, hacía su rutina diaria entre Nueva Jersey y Nueva York, le tocaba trabajar parqueando autos en los predios del World Trade Center, a los pies de las Torres Gemelas. Fue el día en que el ataque de Al Qaeda aterrorizó al mundo. Roberto Rico se salvó de perecer bajo los escombros de la infernal demolición terrorista, gracias a un milagro, según narró en su testimonio publicado por Sol de Pando:​

“Porque me había  excedido en mis horas de trabajo, ese día me llama el gerente del parqueo y me dice: ‘descanse, usted ya pasó las 70 horas a la semana’; y entonces Dios me sacó de aquel lugar por ser un fanático del trabajo”, recuerda con permanente emoción. Cuando se replegaba a su hogar retornando a Nueva Jersey, su sobrina le llamó por el celular después del primer ataque para informarle que un avión de American Airlines se había estrellado contra una de las torres. “Lo primero que pensé es que yo podía estar ahí abajo”. Volvió la mirada atrás y contempló el segundo ataque que era transmitido en vivo y directo, era el reality show más apocalíptico nunca antes visto por la Humanidad...

En su testimonio difundido por la cadena Telemundo, donde hoy trabaja, el periodista confesó:

“No me gusta mirar esas imágenes porque tengo el espíritu totalmente resquebrajado; no me considero un sobreviviente, pero me ha quedado el trauma”.

Aún no había salido del aterrante estupor, cuando recibió otra llamada, esta vez de Bolivia. Desde ATB, en donde fue reportero estrella apenas unos pocos meses antes, le pedían reportar la tragedia del 11-S.

“Entonces me acerqué a uno de esos teléfonos convencionales que están al borde del rio Hudson, en el lado de New Jersey, y empecé a reportar; me documentaba a través de una radio de transistores chiquitita y empezaba a reportar en vivo, pero solamente audio y ellos tomaban las imágenes que a nivel mundial se estaban transmitiendo...”.

Un ex condiscípulo suyo en el colegio La Salle, Manuel Sánchez Berzaín, en el momento de la tragedia americana era socio y gerente de Radio Centro en Cochabamba. Recuerda que aquel 11 de septiembre recibió una llamada de Roberto desde Nueva York, para mandarle un reporte en vivo a pocos minutos del ataque terrorista.

Durante tres días continuos Roberto Rico se mantuvo enviando sus despachos informativos para la televisión y las radios de Bolivia desde la magullada Gran Manzana newyorquina. Hasta que el 14 de septiembre, el día de la efemérides de Cochabamba, el gerente del parqueo que le dio empleo y le salvó la vida 72 horas antes, le llamó instruyéndole retornar a Nueva York para sumarse a los trabajos de limpieza entre los restos de la tragedia, contribuyendo así a la reconstrucción de la metrópoli.  

“Me tocó limpiar carros, me tocó remover algunos escombros, pero no por efecto directo del derrumbe de las dos torres, sino por lo que la gente —en la desesperación, en el caos— había dejado en esa gigante estampida humana en medio de la polvareda; mucha gente había tirado sus maletines en las calles, habían miles de objetos botados, y muchos no habían podido recoger sus carros de los parqueos que quedaron semienterrados...”.

Después de aquel bautizo de espanto que el periodista boliviano recibió en su llegada a Estados Unidos, Roberto se mudó a la costa oeste, donde terminaría anclándose como camarógrafo y reportero de la cadena Telemundo.

Así fue que, cuando despertó de la pesadilla, el sueño americano seguía ahí.

Al servicio de la colectividad boliviana en EE.UU.

En Estados Unidos, Roberto Rico es miembro de una de las colectividades bolivianas más grandes del país, concentrada en el área de Virginia, Maryland y Washington DC, constituyéndose en la comunidad latinoamericana más numerosa e influyente, después de la salvadoreña.

Según Sánchez Berzaín:

“Ejerciendo el periodismo en Estados Unidos, Roberto jamás se olvidó de Bolivia, menos de Cochabamba, siempre dispuesto con las cámaras de Telemundo para apoyar a los compatriotas de la colectividad boliviana en ese país” —afirma Sánchez Berzaín—. “Hizo reportajes maravillosos sobre las festividades patronales de los bolivianos en Virginia y Washington, dio espacios televisivos para promocionar nuestra gastronomía, a nuestros artistas y deportistas, de manera permanente. En los últimos días, a pesar de su enfermedad, está empeñado en promocionar el debut profesional del joven boxeador boliviano Juan Pablo Guillén, al peleador y campeón mundial de Muay Thai Marcos Vásquez”.

El empresario cochabambino sostiene que el gobierno municipal de Cochabamba deberá considerar el nombre de Roberto Rico Caballero para otorgarle la condecoración de ciudadano notable en las próximas efemérides del 14 de septiembre: “En su momento, vamos a hacer la nominación formal ante nuestro Alcalde y estoy seguro que contaremos con el respaldo de todos los ciudadanos de bien como es Roberto”.

Lucha y templanza contra el cáncer

A sus 64 años, Roberto mantiene en pie un deseo que alimentó desde el primer día que pisó el territorio norteamericano: volver a Bolivia con la satisfacción de una misión cumplida. Había manifestado aquel anhelo del retorno conversando con Sol de Pando en septiembre de 2023.

Montar una productora en Cochabamba con el principal objetivo de producir segmentos biográficos de niños quienes junto a sus familias atraviesan el mal del Cáncer y generar conciencia sobre las adversidades que deben atravesar. También producir un documental sobre el drama de niños y sus madres en la cárcel de San Sebastián​, incluso un filme sobre aquella historia judicial del padre que mató al asesino impune de su hijo haciendo —por mano propia— la justicia que el sistema le negó​, son algunos de sus planes que reflejan sus inquietudes humanistas.

Sin embargo,  a las pocas semanas de aquel contacto con el medio boliviano, un cáncer fue detectado en el organismo de Roberto Rico. Su deseo del retorno se vio postergado ante aquella emergencia médica, que el periodista boliviano sobrelleva con notable templanza, en un ejemplo de dignidad y valentía.

Desde fines del año pasado, viene recibiendo atención clínica en el Medstar Hospital de la Universidad de Georgetown, Washington.  En marzo fue sometido a una exitosa cirugía del esófago, afectado por el tumor maligno; y en los últimos cinco meses ha recibido curas de Quimioterapia e Inmunoterapia, tratamientos a los que el organismo y el ánimo de Roberto Rico Caballero están respondiendo positivamente.

Roberto se asume un ser bendecido al contar con asistencia médica en un sistema de salud tan avanzado y eficiente como el de Estados Unidos, asistencia que en Bolivia habría sido imposible y lamentable. Pero más allá de sentirse un paciente privilegiado, no deja de expresar tristeza franca al comparar su caso con los de miles de niños y personas indefensas en Bolivia, donde no existen los blindajes públicos idóneos para el cáncer.

El pasado 28 de marzo, mientras ingresaba a la unidad de Oncología del Medstar, Roberto grabó un video​ donde expresaba lo siguiente:

"No es mi intención hacer conocer mi estado de salud; mi propósito es crear conciencia sobre los niños de mi ciudad. Yo nací en Cochabamba, Bolivia, y allá la precariedad con la que los niños reciben atención en todos los campos de medicina, es realmente alarmante…".

El periodista boliviano afirma que su dura experiencia personal es menor a la de los niños bolivianos que enfrentan el cáncer sin defensa alguna​.