Brecha digital como problema social

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Junto al surgimiento de la globalización nace la problemática de la brecha digital, la cual  hace referencia a las diferencias entre aquellos ciudadanos que usan y no usan internet. [1]

La ONU considera que esta brecha se puede caracterizar como un problema social debido a aristas como bajos ingresos y otras limitaciones financieras, las conexiones de poca calidad o alto precio, el bajo nivel de educación, la falta de conocimientos informáticos, asistencia técnica deficiente y un acceso limitado a contenidos de calidad de las TIC.

Uno de los autores más reconocidos en esta temática es Manuel Castells quien plantea que la búsqueda de la identidad, colectiva o individual, atribuida o construida, se convierte en la fuente fundamental de significado social [2]​(pág. 2). Por ende, se entiende que la brecha es un problema social porque aleja a las personas de tener las mismas oportunidades de conocimiento y desarrollo tecnológico.

 
Sede central de la ONU en Ginebra

Brecha económica

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Quienes tienen bajos ingresos poseen más dificultades a la hora de acceder a las tecnologías de información y comunicación. Esto se debe en primer lugar, a que al encontrarse en una posición económica desfavorable, produce que no sepan usar internet de manera eficaz no porque no tienen los conocimientos, sino porque no cuentan con el acceso a conexión y aparatos. Según datos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, los tres primeros quintiles son aquellos que no tienen acceso a internet fijo ni móvil.[3]

La Universidad de Chile expuso que la crisis sanitaria determinó el poco acceso y conexión que tenían los y las estudiantes en distintos establecimientos educacionales a lo largo del país, a pesar de que Chile es reconocido como uno de los países con mayor uso de tecnología en América Latina. Además, las últimas actualizaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) respecto a las conexiones a internet arrojaron que la penetración de Internet es de 87,5 por ciento, pero la definición de conexiones de Banda Ancha para esa organización incluye todas aquellas conexiones a internet con velocidades iniciales iguales o superiores a 256 kbps[4]​. Respecto a la brecha económica, abordó las desigualdades en el ámbito escolar durante la pandemia, dificultando la adaptación a plataformas digitales como Zoom, Microsoft Teams o Google Meet.

Brecha etaria

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Persona mayor navegando en plataformas digitales

Las personas mayores poseen más dificultades a la hora de enfrentarse a las nuevas tecnologías, esto significa que se encuentran en desventaja ante las nuevas generaciones. En Chile, este fenómeno es visible ya que el nivel de acceso a internet identifica una clara brecha según el tipo de grupo familiar encuestado. Mientras los hogares en los cuales hay niños o jóvenes en edad de estudios (5 a 24 años), el acceso llega a un 94%, los hogares compuestos exclusivamente por personas de 65 años o más, llegan a un 54,6% de acceso[5]

En el caso de Chile, esta brecha se ve más extendida. El hecho de que los adultos mayores adquieran un dispositivo tecnológico implica que estén obligados a alfabetizarse y manejarse en nuevo lenguaje digital. En consecuencia de esto, se ven sometidos a tener que usar estas plataformas para pedir citas con los especialistas médicos o para mantenerse en contacto con sus seres queridos.[6]

Brecha de género

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Otra clasificación de brecha tiene que ver con la desigualdad de género y cómo los hombres tienen mayor acceso a internet o aparatos digitales, a diferencia de las mujeres. Esta problemática se presenta en Latinoamérica, donde un estudio realizado por la CEPAL llamado “La brecha digital de género: Reflejo de la desigualdad social”, expone el uso de internet por sexo, donde en países como Honduras, El Salvador y Paraguay el uso de internet por mujeres es menor al de los hombres.  La Encuesta de Monitoreo y Evaluación de Gobierno en Línea 2012 de Colombia, reafirma que los hombres tienen mayor conocimiento que las mujeres a la hora de realizar trámites como obtener créditos educativos, pagar impuestos y otros[7]​. Es fundamental aplicar medidas en igualdad de condiciones, ya que esta situación se da por la existente desventaja laboral, la cual conlleva a tener menores ingresos.

Por otra parte, según un estudio en Chile por la Subsecretaría de Telecomunicaciones, el 77% de las mujeres presentaron mayores dificultades en acceder a estos servicios en comparación con el 61% hombres.

Brecha territorial

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Otra manera en la que las brechas se logran distinguir tiene que ver con el lugar o territorio en el que residen las personas. Quienes viven en zonas urbanas, tienden a tener mejor conexión y más catálogo de compañías móviles que brinden sus servicios.

En Chile, la Subsecretaría de Transportes y Telecomunicaciones, para cubrir la necesidad de los vecinos que viven en sectores rurales, han impulsado el proyecto Última Milla, el cual tiene como principal objetivo generar conectividad en las comunas y/o localidades de cada región, llegando con servicios a los usuarios finales

Véase también

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Referencias

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  1. van Dijk, Jan A. G. M. (1 de agosto de 2006). «Digital divide research, achievements and shortcomings». Poetics. The digital divide in the twenty-first century (en inglés) 34 (4): 221-235. ISSN 0304-422X. doi:10.1016/j.poetic.2006.05.004. Consultado el 25 de noviembre de 2022. 
  2. Castells, Manuel. «La era de la información.». 
  3. Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile (2017). «Informe Final IX Encuesta Acceso y Usos Internet 2017». 
  4. «Brecha digital y educación online: la pandemia no es igual para todos». www.uchile.cl. Consultado el 25 de noviembre de 2022. 
  5. Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile. «IX Encuesta de Acceso y Usos de Internet». 
  6. «¿Por qué les cuesta la tecnología a la tercera edad?». www.classgap.com. Consultado el 25 de noviembre de 2022. 
  7. CEPAL. «LA BRECHA DIGITAL DE GÉNERO: REFLEJO DE LA DESIGUALDAD SOCIAL».