Vellocino de oro

vellocino de oro

El vellocino de oro era, en la mitología griega, el vellón o zalea del carnero alado Crisómalo (Χρυσομαλλος, Krysomallos).

Jasón regresa con el vellocino de oro en una crátera roja de Apulia, ca. 340 - 330 a. C.

Aparece en la historia de Jasón y los argonautas, quienes partieron en su búsqueda para lograr que Jasón ocupase justamente el trono de Yolco en Tesalia. Se decía que el carnero era hijo de Poseidón y de Teófane.[1]

Atamante, rey de la ciudad de Orcómeno en Beocia (una región del sudeste griego), tomó como primera esposa a la diosa nube Néfele, con quien tuvo dos hijos, Hele y Frixo. Más tarde se enamoró de Ino, la hija de Cadmo y se casó con ella. Ino tenía celos de sus hijastros y planeó matarlos (en algunas versiones, persuadió a Atamante de que sacrificar a Frixo era la única forma de acabar con una hambruna).

Néfele o su espíritu se apareció ante los niños con un carnero alado cuya lana era de oro. Los niños huyeron montando el carnero sobre el mar, pero Hele cayó y se ahogó en el Helesponto (el estrecho de Dardanelos), llamado así en su honor (ponto es ‘mar’ en idioma griego).

El carnero llevó a Frixo hasta la Cólquida, a la lejana (oriental) playa del mar Euxino (el mar Negro). Frixo sacrificó entonces al carnero y colgó su piel de un árbol (en varias versiones un roble) consagrado al dios Ares, donde fue guardada por el dragón de la Cólquida. Allí permaneció hasta que Jasón se hizo con ella. El carnero se convirtió en la constelación de Aries.

En griego antiguo: χρυσόμαλλον δέρας, jrysómal·lon déras
en georgiano: ოქროს საწმისი, oqros satsmisi.

Interpretaciones editar

Se han realizado intentos de interpretar el vellocino de oro no solo como un objeto extravagante en un mito, sino como el reflejo de un objeto o práctica cultural real. Así, por ejemplo, se ha sugerido varias veces que la historia del vellocino de oro significaba la llegada de la ganadería a Grecia desde el este, o que aludía al trigo dorado o al sol.

Otra interpretación se apoya en las referencias de algunas versiones a la tela púrpura o teñida de púrpura. El tinte púrpura extraído de caracoles del género Murex y especies relacionadas era muy caro en tiempos antiguos, y la ropa hecha de tela teñida con él era señal de gran riqueza y elevada posición (de ahí la asociación del púrpura con la realeza). La relación del oro con el púrpura es por tanto natural y ocurre frecuentemente en la literatura.

Una interpretación más extendida relaciona el vellocino de oro con un método para extraer oro de los ríos que está bien avalado (pero solo desde cerca del siglo V a. C.) en la región de Georgia al este del mar Negro. Zaleas de oveja, a veces extendidas sobre marcos de madera, se sumergían en la corriente de agua y las pepitas de oro que bajaban desde río arriba se recogían en ellos. Los vellocinos se colgaban entonces en los árboles para secarlos antes de sacudirles o peinarles el oro.

El antiguo origen del mito, en tiempos anteriores a la literatura, significa que todas las interpretaciones existentes son muy posteriores y en mayor o menor grado racionalizaciones que sufren del muy incompleto conocimiento de la cultura en la que surgió. La mayoría han sido criticadas en la literatura arqueológica. Un intento de construir una explicación más plausible, mediante su ubicación en lo que se conoce de esa cultura, señala, curiosamente, a una de las primeras propuestas, en concreto que el vellocino de oro representa la idea de la realeza y la legitimidad: de ahí el viaje de Jasón en su busca, para restaurar el legítimo gobierno de Yolco.

Toisón de oro editar

 
El toisón de oro.

En el siglo XV, el vellocino de oro fue elegido como símbolo para la cadena o condecoración de la Orden del Toisón de Oro (en francés, toison significa ‘vellón’).[2]

Esta orden de caballería fue creada en 1430 por Felipe el Bueno, duque de Borgoña.[3]​ El vellocino que pendía del collar de la nueva orden se convirtió en el símbolo de Jerusalén, ciudad santa situada a oriente, al igual que Cólquida, que debía ser reconquistada por el duque y sus caballeros mediante una cruzada, para devolverla al seno de la Iglesia de Roma.[3]

La Orden del Toisón de Oro subsiste aún hoy dividida en dos ramas, cada una con su gran maestre: el rey de España y el jefe de la Casa de Habsburgo.

Referencias editar

  1. Higino: Fábulas 188.
    Ovidio: Las metamorfosis vi, 117.
  2. Real Academia Española. «Toisón». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  3. a b DOMÍNGUEZ CASAS, Rafael. «Arte y simbología en el capítulo barcelonés de la Orden del Toisón de Oro (1519)». 

Bibliografía editar

  • URUŠAŻE, Akaki (1984). Strana volshebnitsy Medei (El país de la maga Medea). Tiflis: Universidad Izd-vo Tbilisskogo. OCLC 83792998. 
  • GRAVES, Robert (ed. 1983). El vellocino de oro. Barcelona: Edhasa. ISBN 978-84-350-0504-3.  Versión novelada del viaje de Jasón.
    • El vellocino de oro (The Golden Fleece, 1944).

Enlaces externos editar