Se llama enjalma a una especie de aparejo que se coloca a las caballerías sobre el lomo para que no las hiera ni moleste.

La enjalma constituye la base de la albarda que no se diferencia de la silla de carruajes sino en sus mayores dimensiones. Como esta, tiene en su superficie extensión convexa, dos curvas salientes que tocan sus bordes anterior y posterior. Estas curvas están provistas la anterior por delante y la posterior por detrás, de dos fuertes ganchos de hierro destinados a sujetar las partes accesorias de la albarda.

El contacto del armazón con el cuerpo del animal se establece por medio de dos cojines colocados en los costados.

Sujeción

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Se sostiene sobre el lomo del caballo:

  1. por una cincha de cuero que pasa bajo el vientre
  2. por una grupera provista de una baticola
  3. por un pretal o ancha faja de cuero que ciñe al animal a la altura del pecho y se une en sus extremos a ambos lados de la enjalma
  4. de un alero, que es otra ancha banda de cuero análoga al pretal y la cual ciñe al animal por detrás a la altura de las ancas y se une también en sus dos extremos a cada lado de la parte trasera del armazón
  5. por último, a todas estas partes, se agrega comúnmente un mandil de tela que cubre toda la grupa.

Las partes accesorias de la enjalma son los ganchos, las amarras y las hárguenas. Los ganchos que son dos, se forman cada uno de dos especies de escalas de madera, reunidas ambas en la parte inferior en ángulo agudo, de manera que dejan entre sí un espacio anguloso. Se les cuelga a ambos lados de la armazón ya por medio de cuatro orejas de cuerda fijas en los cuatro extremos de la escala y que van a asegurarse en los ganchos de hierro de las curvas, ya por medio de una cincha que pasa por el asiento de la albarda y se sujeta por cuatro cuerdas a los cuatro extremos de los ganchos.

Las amarras son dos escalas rectas colocadas horizontal y paralelamente a cada costado del animal, cuyo largo desde la cabeza a la cola tienen próximamente. Están generalmente provistas de ocho a nueve peldaños que sobresalen cerca de tres pulgadas de la parte superior de la amarra. Se la suspende como los ganchos por medio de cuerdas, de las curvas de la enjalma. Estos dos aparatos sirven para el transporte de los forrajes, de las cosechas y de los abonos.[1]

Etimología

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En los tiempos de la lengua latina el nombre correspondiente a enjalma era el plural femenino Clitellae, larum; pero corriendo los tiempos a Clitellae se subrogó el singular neutro Sagma, atis, como se ve por estas palabras del Levítico cap. 15. v. 9. Sagma, super quo sederit, immundum erit.

El pueblo español en lugar de Sagma pronunciaba Salma según lo testifica San Isidoro de Sevilla en sus Etimologías donde se lee lo siguiente: Sagma quae corrupte vulgo dicitur Salma. La preposición En que aquí no tiene valor alguno, y del latín corrompido Salma se formó el castellano antiguo Ensalma y de este, mudada la s en x, resultó el usual Enxalma.


Referencias

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