Diferencia entre revisiones de «Tardofranquismo»

Contenido eliminado Contenido añadido
Deshecha la edición 146450289 de Ontzak (disc.)No reviertas sin argumentar
Etiquetas: Deshecho Revertido
Etiquetas: Deshecho Revertido
Línea 1:
{{Artículo destacado}}
[[Archivo:Francisco Franco 1975 (cropped).jpg|thumb|El ''Generalísimo'' [[Francisco Franco]] en 1975.]]
El '''tardofranquismo''' constituye la última etapa de la [[dictadura franquista]] en [[España]], que termina con la muerte de [[Francisco Franco]] el 20 de noviembre de 1975. Se suele situar su comienzo en octubre de 1969 cuando se forma el gobierno «monocolor» presidido de ''facto'' por el almirante [[Carrero Blanco]], el principal consejero de Franco (tres meses antes el ''[[Caudillo (Franco)|Caudillo]]'' había designado como su «sucesor a título de rey» al príncipe [[Juan Carlos I|Juan Carlos de Borbón]]).{{Harvnp|De Riquer|2015|p=115-116|ps="Ello significaba una clara ruptura de la legitimidad dinástica ya que la futura monarquía española no sería restaurada sino ‘instaurada’ a partir de la legalidad franquista"}} Esta etapa también se identifica como la de la '''crisis final del franquismo''', cuyo inicio algunos historiadores lo sitúan en el «[[proceso de Burgos|juicio de Burgos]]» de diciembre de 1970.{{Harvnp|De Esteban|López Guerra|1977|p=11-12|ps="Si fuese necesario determinar una fecha para fijar el momento en que la crisis española se revela abiertamente, podría proponerse diciembre de 1970 como punto de inflexión, fecha en que las preocupaciones de algunos intelectuales, políticos y estudiantes pasaron a convertirse en preocupación generalizada del país"}} Solo unos meses después de la muerte de Franco [[Jorge de Esteban]] y [[Luis López Guerra]] ya constataban que «desde los inicios de la década de los 70 se hizo evidente para la gran mayoría de españoles que el país, tras una etapa de aparente calma, entraba de nuevo en una situación de crisis declarada, que se manifestaba sobre todo en dos datos: crecientes conflictos en el presente y aguda inseguridad cara al futuro».{{Harvnp|De Esteban|López Guerra|1977|p=12-15|ps="Las tensiones, conflictos e inseguridades respecto al futuro que definen esta crisis han sido atribuidas a diferentes causas, según la posición política de que se parta. Cabe, desde luego ―y no insistiremos en ella―, una interpretación puramente personalizadora, centrando las causas de la crisis en la decadencia física y final desaparición del Dictador. Más compleja sería la explicación marxista que pone el énfasis en la acentuación de las luchas sociales. Por otro lado, diversos sociólogos han atribuido la crisis a la inexistencia de una democratización política que debería haber acompañado al desarrollo económico. Tales explicaciones unilaterales no dejan de presentar puntos débiles, a pesar de sus también evidentes aciertos. […] Pero, si se conjuntan todos estos factores, lo que aparece es que lo que está en cuestión, más que los aspectos parciales, es la total organización de la vida política española. Y esta ''total organización'', en el habla usual y técnica, tiene un nombre ''el Estado''. La definición más amplia y comprensiva que podemos dar de la crisis es que se trata de una crisis del Estado español. [...] Un Estado insuficiente, heredado de épocas pasadas, que no consiguió remozarse a pesar de sucesivos intentos ([[Cortes de Cádiz|1812]], [[Sexenio Democrático|1868]], [[Segunda República Española|1931]]) y que, a fines de 1975, se mostraba ya claramente incapaz de encuadrar a una realidad social en cambio acelerado, ni de resolver sus problemas económicos, educacionales, políticos o internacionales. [...] Se trata, más que una crisis de Régimen, de una crisis de ''Estado''"}}
 
La historia política de esta última etapa de la dictadura estuvo marcada, según [[Javier Tusell]], por la decadencia física y personal del general Franco,<ref group="nota">«Dotado de buena salud y lucidez manifiesta hasta mediados de los años sesenta, las Memorias de algunos de sus colaboradores, desde [[Manuel Fraga Iribarne|Fraga]] a [[Laureano López Rodó|López Rodó]], parecen probar que a partir de ese momento se produjo en él un deterioro muy acentuado. Los límites del mismo no son fáciles de precisar… A veces incluso en cuestión de un espacio de tiempo equivalente a unos pocos minutos podía parecer que era un anciano atento que musitaba comentarios inteligentes a lo que se le decía o una persona extraviada en su propio mundo incapaz de comunicarse con el exterior. […] Una de las características de la [[enfermedad de Parkinson]] fue el aparente debilitamiento de su voluntad, de manera que dio la sensación a partir de esos momentos de no ser capaz de practicar el arbitraje entre [[familias del franquismo|tendencias]] que le había caracterizado en tiempos precedentes. Además, dio la impresión de resultar influible… Otra característica de la enfermedad de Parkinson fue que esta contribuyó a multiplicar su inexpresividad, lo que le convertía en una especie de esfinge para muchos de sus visitantes. […] Como muchos ancianos, en fin, sentía derrumbarse un mundo al que había estado firmemente asido desde hacía muchos años. […] Seguía inmerso en un clima mental de [[nacionalcatolicismo]]… Nunca aceptó la idea del [[pluralismo político]], y menos aún organizado de forma legal… Tampoco existe ninguna prueba de que pensara que a su muerte se debieran producir cambios sustanciales en su régimen» (Tusell, 2007, págs. 240-241).<br>«La decadencia de Franco se reflejaba en el hecho de que cada vez se mantenía más apartado de las tareas políticas. […] Hasta casi los setenta años había jugado unas cuantas partidas de tenis con [el doctor] [[Vicente Gil García|Vicente Gil]], o bien se iba a cabalgar por los bosques cercanos al palacio [de El Pardo]. Estas actividades ya no eran factibles. Los viernes continuaban celebrándose las reuniones, ya fuera del consejo de ministros o de la comisión delegada. A finales de la década de 1960 se las redujo drásticamente sólo a sesiones matinales y luego sólo quincenales. Ya no comenzaba las reuniones con largos repasos de los acontecimientos nacionales e internaciones, sino que permanecía sentado y en silencio a lo largo de la totalidad de las sesiones. […] La medicación que tomaba para la [[enfermedad de Parkinson]] hacía que cada vez se volviera más indeciso» (Preston, 1998, pág. 929; 938).</ref> la desunión de la clase política del régimen, la parálisis provocada por la incertidumbre sobre el futuro y el crecimiento de la influencia social de la [[oposición antifranquista]].{{Harvnp|Tusell|2007|p=239-240}} [[Luis Suárez Fernández]] ha apuntado, refiriéndose al régimen franquista, que «entre 1969 y 1975 no había muchas ideas claras».{{Harvnp|Suárez Fernández|2007|p=486}}