Diferencia entre revisiones de «Eric Voegelin»

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=== Teoría de la conciencia ===
Platón en "[[El banquete|El Simposio]]" describe el estado de "[[Metaxy]]metaxia" que es un estado de la conciencia intermedio entre o "en medio" (in between) de la realidad sensible y el "Fundamentofundamento del Serser". Para Voegelin ese concepto es parte de las claves de la estructura de la conciencia. El Fundamento del Ser es aquello que se alcanza mediante la meditación profunda, ya sea mediante la inquisición filosófica ([[noesis|noética]]) o espiritual ([[Neuma|neumática]]). Todo ser humano se siente atraído desde la realidad sensible hacia ese polo de lo desconocido. Según Voegelin, la meditación hacia el Fundamento del Ser lleva a experiencias de contacto con la divinidad o en visiones que se [[hipostasis|hipostasizanhipostasian]] de distintas maneras y con distintos grados de diferenciación, en forma de mitos y símbolos. Estas elaboraciones pueden consistir en relatos compactos acerca de la creación o la historia mítica de la sociedad, los dioses y el universo, que brindan un orden, una seguridad y una sentido a la vida, o bien pueden ser elaboraciones más diferenciadas [[noesis|noéticamente]], si se trata de la indagación filosófica clásica o bien espiritualmente, si se dirigen hacia el Uno el principio o la causa última que se hipostasizahipostasia como el Dios trascendente. En las desviaciones ideológicas modernas, las simbolizaciones se traducen en principios ideológicos omniexplicativos, ordenadores de la realidad y de la historia.
 
Voegelin no plantea esta estructura de la conciencia como una teoría ''a priori'' sino, al contrario, lo considera el común denominador, constatable, a lo largo de las experiencias humanas en busca de sentido u "orden" en el cosmos, su sociedad y uno mismo en la Historia. Toda convicción que da un sentido a la vida individual y colectiva, parta de una comunicación exterior o de la inspiración interior, solo adquiere su carácter convincente a través de experimentar lo que Voegelin llama "participación en la Verdad". Platón creía que la verdad se aprehende por medio de un sentido interior ([[Noesis]]). Para Voegelin esa forma de aprehensión de la verdad es un hecho de la experiencia, ya que solo es fuente de orden social aquello que se experimenta íntimamente como Verdad.
 
En su famosa conferencia en la York University de Toronto, de la que [http://videoeta.com/movie/114323 se conserva] una colección de videos, Voegelin da una descripción sucinta, pero no exenta de dificultad, de su teoría de la conciencia. Voegelin comienza exponiendo lo que llama el complejo paradójico formado por la conciencia, la realidad y el lenguaje; La realidad tiene una doble naturaleza. Existe la realidad física y la realidad pecibida (iluminada) por la conciencia desde dentro. No existe realidad que no ha sido descrita por una conciencia a través del lenguaje, y el lenguaje para su expresión utiliza unos símbolos, comunes dentro de una sociedad con otros hombres con los que comparte la existencia. La realidad no es solo el conjunto de cosas materiales sino todo aquello que existe en la conciencia. La perversión de la modernidad en parte consiste en el desprecio de esa gran parte de la realidad que no está formada por fenómenos materiales. Por ejemplo, en [[The ecumenic age]] Voegelin afirma que, "una visión inspirada por la divinidad no es un proyección psicológica ni una alucinación sino que es, tal como se experimenta, una turbulencia en la realidad". El que esa experiecia forme parte de la realidad histórica depende de si el sujeto, en este caso San Pablo, lo comunica y los que reciben su palabra participan en esa experiencia. A partir de ese momento, las elaboraciones símbolicas y míticas resultantes de ese evento empiezan a determinar un nuevo orden social. Por tanto, de las experiencias de Verdad producidas en la conciencia, ya sean originales o comunicadas, y de sus interpretaciones y desviaciones, deriva el orden y el desorden de cada época.
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En "[[The new Sciene of Politics]]", Voegelin afirma que el gnosticismo [[Inmanentismo|inmanentista]] moderno, descrito anteriormente, es trazable a través de la historia hasta el gnosticismo espiritual primitivo. Voegelin hace retroceder el origen de la modernidad desde la Ilustración, que a su juicio no es más que una etapa más, hasta la Edad Media, con [[Joaquin de Fiore]]. Éste, abandonando la escatología cristiana de [[San Agustín]], dividió la historia, por primera vez, en tres etapas. Una etapa primitiva, la del Padre, La Edad del Hijo, después de la venida de Jesucristo y la Edad del Espíritu Santo donde la utopía llegaría a la Tierra en forma de una espiritualidad sin Iglesia, que supondría una nueva fase de superación del hombre en la Tierra. Esa es la marca de la modernidad. Desde entonces el superhombre nietzschiano, El Estado prusiano del fin de la Historia de Hegel, el nuevo hombre de la revolución comunista, el hombre transhumano de la tecnología, de la liberación sexual, la supermujer de la liberación feminista etc son la etapa final después de las dos anteriores preparatorias en las que cada ideólogo moderno ha dividido su visión inmanentista y utópica de la Historia. Según Voegelin, La misma división moderna del mundo en edad antigua, Edad Media y Edad moderna corresponde a esa experiencia de Verdad del gnosticismo moderno.
 
Pero, para Voegelin, es el espíritu desafiante de [[Lutero]] el que desencadena el conflicto revolucionario que daría lugar a la modernidad. Para algunas sectas protestantes como los Puritanos más radicales, la acción revolucionaria era un deber del creyente, con el objetivo de acelerar la segunda venida de Jesucristo a la tierra e instaurar el reino de Dios. Entre tanto, la revolución triunfante debía ser administrada por los más virtuosos en un gobierno teocrático, del que según Voegelin, un exponente es el gobierno de [[Juan Calvino|Calvino]] en Ginebra. Voegelin, en "[[New science of politics]]" llega a considerar los "[[comentarios]]" de Calvino con un "Corán" para describir su intención sectaria, para sentar doctrina más allá de toda discusión. Es a través del conflicto violento entre sectas por lo que se llega a una pax política en la que se separa el gobierno de las congregaciones religiosas. Pero para Voegelin, el espíritu revolucionario original de los protestantes y su activismo es el patrón en el que se calcan desde entonces las revoluciones cada vez más inmanentistas, mas intolerantes y más violentas que ocurren en la historia de Occidente (The new science of Politics). Las revoluciones anglosajonas, [[Revolución inglesa de 1688|Inglesa]] y [[Guerra de Independencia de los Estados Unidos|Americana]], la [[Ilustración]], la [[Revolución Francesa]], el [[Comunismocomunismo]] y el [[Nazismonazismo]] son solo etapas más en la progresiva inmanentización de la escatología cristiana. Ësta sitúa la salvación en el más allá, mientras que las utopías modernas lo sitúan en la Tierra. En el catálogo de salvaciones terrenales no solo hay que incluir las grandes ideologías sino otras formas menores como la salvación por la Ciencia, el [[Cientifismo]], que tiene tanto predicamento en el mundo moderno, que Voegelin afirma que casi cada disciplina científica plantea su propia salvación utópica: salvación por la psicología, por la sociología, por la biología etc. ([[The new Science of Politics]]) En este tipo hay que incluir otras tendencias más modernas, como la eterna juventud a través de la cirujía estética, la comida macrobiótica o cualquier moda que surge a cada instante dentro del paroxismo moderno.
 
El rechazo de la realidad material fundamentado en la convicción de poseer una Verdad revelada para ascender directamente a la divinidad sin pasar por un juicio según las obras terrenales está en la naturaleza del gnosticismo antiguo. Pero el voluntarismo revolucionario deseoso de transformar la realidad basado en la misma pretensión es lo que es distintivamente moderno. Voegelin, en [[The ecumenic Age]] asocia ese tipo de cosmivisión a interpretaciones "egofánicas" de experiencias espirituales o [[noesis|noéticas]] en las que el sujeto se siente protagonista, y no mero espectador o un mero indagador en la naturaleza de las cosas. Según Voegelin ([[The new Science of Politics]]) late en el ideólogo moderno un deseo de encumbrar su propia época, su propio grupo elegido cuando no su propia personalidad en un lugar destacado de la Historia, invariablemente, en el vértice que marca la tercera época de plenitud. Voegelin analiza las ideologías de Hegel, Nietzsche, Marx, Comte y hace ver sus paralelos con las cosmovisiones gnósticas de la antigüedad, sus sectas de iniciados y los grados de iluminación, su negación del estado de cosas y el afán revolucionario de rechazar la realidad y el orden social. En la elaboración [[Cosmogonía|cosmogónica]] del gnostico antiguo, el mundo es una ilusión, y la salvación hacia la divinidad se consigue pronunciando conjuros mágicos. En las elaboraciones ideológicas modernas, el orden social es una ilusión opresora que debe ser derribada por medio del activismo. Las ideologías modernas, como el gnosticismo primitivo son deformaciones de la escatología cristiana en los que la angustia y la incertidumbre provocada por un dios lejano y una lejana salvación se sustituyen por una certeza absoluta y una voluntad revolucionaria en la confianza de que el cielo está a la vuelta de la esquina. Todas esas formaciones y deformaciones que constituyen experiencias de Verdad son propias de Occidente, que nace de la especulación filosófica griega y de la experiencia [[Judaísmo y cristianismo|judeocristiana]].