Diferencia entre revisiones de «Pacto Ribbentrop-Mólotov»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
m Revertidos los cambios de Cueto,peña (disc.) a la última edición de Jarould
Etiqueta: Reversión
Línea 24:
 
Así, el Pacto establecía que [[Segunda República Polaca|Polonia]] quedaría como zona de influencia que se ''repartirían'' entre ambos estados mediante un común acuerdo que tuviese en cuenta los intereses mutuos, mientras que la Unión Soviética lograba que [[Alemania nazi|Alemania]] reconociese a [[Finlandia]], [[Estonia]], [[Letonia]] y [[Besarabia]] como zonas de interés y, más tarde, también reconociera a [[Lituania]] como tal, aunque a cambio la URSS se comprometía a respetar los intereses especiales de Alemania sobre la ciudad de [[Vilna]].<ref>{{cita libro |apellidos= Plakans|nombre= Andrejs|autor= |enlaceautor= |coautores= |editor= |otros= |título= The Latvians: a short history.|url= http://www.google.com/books?id=Ad3-xvwdjE4C&pg=PA1&dq=Ribbentrop+M%C3%B3lotov&as_brr=1&hl=es&source=gbs_toc_r&cad=7#v=onepage&q=&f=false|formato= |fechaacceso= 28 de agosto de 2009|edición= |volumen= |año= 1995|editorial= Hoover Press|ubicación= |idioma= inglés|isbn= 9780817993023|id= |página= 142|capítulo= 8. The Loss of Independence. The Molotov Ribbentrop Pact.|urlcapítulo= http://www.google.com/books?id=Ad3-xvwdjE4C&pg=PA142&dq=Ribbentrop+M%C3%B3lotov&as_brr=1&hl=es#v=onepage&q=&f=false|cita= }}</ref> También en estas cláusulas secretas se comprometían a consultarse mutuamente sobre asuntos de interés común y a no participar en cualquier alianza formada en contra de alguno de los estados firmantes.
 
== Razones que llevaron la Unión Soviética a firmar el tratado de no agresión ==
En 1938, la Alemania Nazi había anexado recientemente Austria y los Sudetes, siguiendo con su ideología expansionista, un expansionismo que empezaba a preocupar a la URSS y a las demás potencias occidentales. A raíz del temor a otra posible guerra, Inglaterra y Francia se reunieron con el gobierno alemán e italiano en Munich el 30 de septiembre de 1938, aceptando que Alemania anexaría a Checoslovaquia, a cambio de no tocar Polonia, una negociación en la que el gobierno soviético quedó totalmente excluido.
 
Esta exclusión se tomó como un acto de hostilidad, especialmente después de que Gran Bretaña y Francia rechazaran una propuesta de alianza antifascista presentada por la URSS poco antes. La firma de estos acuerdos en septiembre de 1938 dejó a los soviéticos ante la perspectiva de enfrentarse en solitario a la expansión nazi y fue vista como un avance de una futura alianza Germano-británico-italiano-francesa para destruir a la URSS y su revolución. Muchos historiadores defienden que las democracias occidentales intentaron, desde un principio, dejar sola a la Unión Soviética, y que estas, a la vez, presionaron a los alemanes dirección al Este, esperando que Hitler cumpliese con su promesa de liquidar el comunismo, para, al mismo tiempo, quedar ellos al margen de un eventual conflicto germano-soviético. Encontramos numerosos ejemplos que lo confirman; La negativa a firmar una alianza antifascista, excluir a la URSS de pactos importantes como el de Munich (1938), la poca o nula implicación para crear un sistema de seguridad colectiva y poner fin a la amenaza nazi-fascista que la URSS pedía o comentarios públicos como el de Harry Truman, futuro presidente de los Estados Unidos, que decía esto en una entrevista en 1941. “Si vemos que Alemania está ganando la guerra, debemos ayudar a Rusia, y si Rusia está ganando, debemos ayudar a Alemania, y de esta manera dejar que se maten tantos como sea posible …”
Por su parte, los gobiernos de Londres y París, ofuscados por su odio acérrimo al comunismo y por el temor a otro conflicto, no quisieron ver el peligro que el nazi-fascismo representaba en aquella época, incluso para ellos mismos.
 
La poca confianza hacía las ‘democracias’ occidentales y la creciente amenaza fascista en Europa no eran los únicos problemas que tenía enfrente el gobierno soviético. Las relaciones entre el Imperio Japonés y la URSS también estaban empeorando por momentos. En 1936, Japón y Alemania (y más tarde Italia, España y Hungría junto con más países) firmaron el Pacto Antikomintern, donde los grandes bloques basados en doctrinas fascistas en Europa y uno de los países más importantes del contexto Asiático, el Japón imperial, se comprometieron a tomar medidas para salvaguardarse de la ‘amenaza’ de la Internacional Comunista o Komintern, liderada por la Unión Soviética. En otras palabras, aislar internacionalmente a la URSS.
Además, Japón, de la misma manera que Alemania, se encontraba en pleno proyecto expansionista, habiendo conquistado ya Corea y China, con sus tropas estacionadas en las fronteras de Siberia y Mongolia (aliados de la URSS). Además del constante temor a una guerra contra Japón, las tensiones con países como Finlandia, Lituania, Estonia o Letonia, que mantenían amplias relaciones con la Alemania Nazi, también estaban escalando, con un gran número de unidades del Ejército Rojo estacionadas en dichas fronteras.
 
Por otro lado, la incomprensible hostilidad de las potencias democráticas occidentales hacia la República durante la Guerra Española de 1936-1939, no hicieron más que confirmar las sospechas que previamente tenía Stalin. El dirigente soviético sacó del conflicto español una serie de conclusiones que marcarían, más tarde, las futuras decisiones entorno al ‘problema’ Alemán. Stalin concluye, entre otras cosas, que las democracias son más anticomunistas que antifascistas, que no son de fiar y, sobre todo, que son débiles. Durante la Guerra de España, el dirigente soviético subraya constantemente que su ayuda es temporal e insiste al Gobierno republicano a lograr la ayuda de las democracias occidentales para hacer frente al fascismo, no la suya. Una vez comprobada la negativa de estas en conformar una coalición antifascista en el conflicto español sumado con el pacto de Inglaterra, Francia, Alemania y Italia en los Acuerdos de Munich (previamente citados), Stalin, pensado ya en una eventual – y probable – invasión Alemana, ve como única opción buscar una alianza táctica con el Nazismo.
 
Frente a este contexto, dicho pacto se convirtió, poco a poco, en su única salida posible que no pasara por su directa aniquilación, ante la amenaza de una guerra cada vez más cerca. Enfrente tenían tensiones con el Imperio Nipón y la posibilidad de una guerra en dos frentes (Alemania y Japón), confrontaciones con Finlandia, Estonia, Letonia…., unas democracias occidentales con las cuales no podían confiar y, sin olvidarnos, la amenaza nazi-fascista y la de una guerra ya inevitable.
 
Paralelamente, desde el punto de vista Alemán, el tratado de no agresión les serviría también para proteger su flanco oriental. Por una parte, conseguiría focalizar toda su potencia bélica contra las potencias occidentales y al mismo tiempo, evitar luchar en dos frentes, ya que obviamente no tenían intención de mantener el Acuerdo de Munich y Polonia sería en algún momento atacada y anexionada, bajo el inmovilismo de Gran Bretaña y Francia con su dulce idea de “mantener la paz”.
 
Finalmente, el 23 de agosto de 1939, la Unión Soviética y la Alemania nazi firmaron el pacto de no agresión, conocido como “Pacto Molotov-Ribbentrop-“, en honor a los Ministros de Relaciones Exteriores de ambos países. Alemania podría anexionar Polonia, a cambio de retirar su apoyo a Japón, Finlandia y los Estados Bálticos, juntamente con la condición que la URSS recuperaría su parte oriental de los territorios del Estado polaco, históricamente bielorrusos, ucranianos y lituanos, atrapados en la Guerra Polaco-Soviética de 1919. Es importante destacar que, incluso con el pacto de no agresión con Alemania firmado, el gobierno soviético nunca se hizo ilusiones. El Mariscal Zhukov, entre otros, defendía que el mismo [pacto] no libraba a la URSS de ser agredida o atacada: “En ningún momento escuché a Stalin palabras tranquilizadoras en relación al Pacto de no Agresión..”, afirmaba el Mariscal. Después del 23 de agosto pero, la URSS seguía dispuesta a seguir las negociaciones con Gran Bretaña y Francia, pero estos países se volvieron a negar a hacerlo. El pacto sorprendió totalmente a los gobiernos británico y francés, que más tarde declararían la guerra a Alemania después de la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939 y se verían envueltos en un conflicto que desde el primer momento habían intentado evitar.
 
La URSS, por el otro lado, fue objetivamente más inteligente al respecto, actuando con mucha cautela para evitar verse arrastrada a un conflicto que no buscaba ni deseaba y esperando más de dos semanas para recuperar los territorios de Polonia. Esta estrategia también permitió a la la Unión Soviética centrar sus fuerzas y derrotar a los japoneses en Mongolia, obligándolos a firmar otro pacto de no agresión (que sería más tarde decisivo cuando Alemania rompiera el Pacto e invadiera la URSS). El pacto sirvió para enviar un mensaje a las ‘democracias’ occidentales, que habían intentado aislar a la URSS, pero más importante, el pacto de no-agresión dio un importante y vital tiempo, no sólo en la construcción de la maquinaria de guerra, sino sobre todo para el ordenamiento del ejército, junto con el traslado posterior en 1941 de la industria hacia la parte más alejada del frente, preparándose así para el futuro conflicto y tensión con Alemania. Aunque más tarde la invasión alemana provocase grandes perdidas, pudieron recuperarse y cuatro años más tarde derrotar al fascismo. Probablemente, sin el tiempo de preparación que el pacto dio a la URSS, el ejército Alemán hubiese conquistado Moscú durante los primeros meses de la invasión y eventualmente aniquilado toda la nación.
 
La coalición antifascista, por su parte, solo se hizo posible después de que la Alemania Nazi derrotara y ocupara Austria, Checoslovaquia, Polonia, Dinamarca, Noruega, Belgica, Holanda y Francia. Por fin, estás derrotas hicieron ver a EEUU e Inglaterra la amenaza que el nazi-fascismo representaba para ellos y posibilito la formación de dicha coalición. Las tensiones entre los aliados, pero, nunca desaparecieron. Durante toda la guerra, tanto en los planes que se forjaron durante la contienda y más tarde durante la posguerra, la actitud ambigua hacía la URSS ni las diferencias entre los países occidentales dejaron de existir.
 
== Efectos ==
Línea 100 ⟶ 79:
* [http://www.ns-archiv.de/krieg/sowjetunion/vertrag/nichtangriff.shtml Texto del pacto en alemán]
* [http://www.fordham.edu/halsall/mod/1939pact.html Texto del pacto en inglés]
* [https://archivoshistoria.com/que-hay-detras-del-pacto-ribbentrop-molotov-entre-la-alemania-nazi-y-la-urss/]
 
[[Categoría:Política en 1939]]