Diferencia entre revisiones de «Peregrino»

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El término '''peregrino''' (del lat. ''peregrīnus'') se refiere en su significado más clásico al viajero que, por devoción o por voto, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado. En su acepción más general es todo aquel que anda por tierras extrañas. En sentido estricto, para el español de religión católica, peregrino es quien se dirige a la [[catedral de Santiago de Compostela]] a visitar la tumba del [[Santiago el Mayor|apóstol]]<nowiki/>. Así, por el destino de su peregrinación, se lo diferencia de los caminantes que se dirigen a otros sitios de honda significación espiritual en el catolicismo: el [[:drae:romero|romero]],<ref>Según el [[Diccionario de la lengua española]], romero (del bajo latín ''romaeus'', y este del griego bizantantino, ῥωμαῖος, literalmente, 'romano') es un término relativamente inespecífico en cuanto al destino de la peregrinación, por cuanto era el nombre que se aplicaba en el Imperio de Oriente a los occidentales que lo cruzaban en peregrinación a Tierra Santa y, en fecha posterior, a los peregrinos de Santiago y de Roma y a partir de la edad media a Santo Toribio de Liébana, los cuatro lugares santos de peregrinaje. Por el nombre, es posible que se lo asocie más con este último destino.</ref> que lo hace a Roma siguiendo alguna de las [[vías romeas]], donde mora el papa, considerado sucesor de [[Simón Pedro|san Pedro]], y el [[:drae:palmero|palmero]], que se encamina a [[Jerusalén]] y en general a los [[Tierra Santa|Santos Lugares]].
 
== Concepción de la vida como peregrinación perrr ==
La concepción de la vida del hombre como una peregrinación es común a muchos pueblos y tradiciones. De hecho, el camino constituye una de las cuatro o cinco metáforas mayores primordiales, que pertenecen al acervo cultural de todos los tiempos. Se trata de un símbolo arquetípico, presente ya en las civilizaciones más antiguas y en la psique profunda de los seres humanos, y que se refleja en expresiones cotidianas relativas al llamado «camino de la vida».<ref group="Nota">Muchas expresiones de la vida cotidiana visualizan al hombre como caminante. Los siguientes son solo algunos ejemplos. Llevar una vida recta o dar los pasos correctos para el logro de un fin es «estar bien encaminado»; lo contrario conlleva expresiones como «extraviarse», «perder el rumbo», o «salirse del camino». Los obstáculos son «piedras en el camino». «Sentarse al borde del camino» puede significar inacción, ya sea resultado del desaliento o del cansancio, en tanto que «reemprender la marcha» es continuar una acción que se había interrumpido.</ref> Eso permite definir al hombre como un «animal itinerante».<ref>{{Cita libro |apellido=Cabodevilla |nombres=José María |enlaceautor=José María Cabodevilla |título=Juego de la oca o guía de los caminantes |año=1986 |ubicación=Madrid |editorial=Biblioteca de Autores Cristianos |isbn=84-220-1266-9 |páginas=11-12}}</ref> De allí que la consideración de «la vida como peregrinación» se vincule en muchas culturas y religiones con la idea del origen transcendente del hombre, al tiempo que se consideran los tropiezos y caídas de los caminantes como una representación de sus fallos, carencias y errores.<ref>{{Cita libro |autor=Cirlot, Juan Eduardo |título=Diccionario de símbolos |año=2006 |editorial=Siruela |ubicación=Madrid |edición=10ª |isbn=84-7844-798-9}}</ref> El deseo o su aspiración de retornar al estado inicial de inocencia o de pureza, le otorga al hombre un carácter de «extranjero en esta vida terrena», a la vez que recuerda su condición de transitorio y perecedero en todos los pasos de la misma.<ref name="Pérez-Rioja">{{Cita libro |apellido=Pérez-Rioja |nombre=José Antonio |título=Diccionario de Símbolos y Mitos |año=1971 |ubicación=Madrid (España) |editorial=Editorial Tecnos|página=346 |isbn=84-309-4535-0}}</ref>