Historia de Cáceres

La historia de Cáceres como ciudad tiene su origen más cierto en la época de la dominación romana de la península ibérica. Durante la Alta Edad Media parece haber sufrido un periodo de decadencia que podría haber llevado a su desocupación hasta la conquista omeya de Hispania. Su periodo de apogeo económico y cultural se dio a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna, y es en esa época cuando se construye la mayor parte del patrimonio histórico que constituye la Ciudad Monumental de Cáceres.

Prehistoria editar

 
Cueva de Maltravieso

La primera presencia humana en el territorio de lo que es hoy en día Cáceres se remonta a la Prehistoria. En la zona del Calerizo existen varias cuevas, como la cueva de Santa Ana, que posee la presencia humana más antigua de Extremadura, en torno a un millón de años de antigüedad, la Cueva de El Conejar y Maltravieso (descubierta en 1956 por el académico y cronista oficial de Cáceres Carlos Callejo) donde se han encontrado vestigios pictóricos de manos humanas, con la particularidad de que tienen el dedo meñique oculto bajo una capa de pintura (en el pasado se pensaba que se trataba de amputaciones). La datación de estas pinturas comprende varias etapas del Paleolítico Superior. En la cercana cueva de El Conejar se han hallado algunas cerámicas y utensilios líticos que datan la ocupación de la cueva en el Neolítico Antiguo (VI-V milenio a. C.), tampoco hay que descartar la posibilidad de que fuera ocupada durante el Epipaleolítico. Posteriormente algunos cráneos trepanados y cerámicas decoradas apuntan a que la cueva de Maltravieso fue también ocupada durante la Edad del Bronce.[1][2]

Dominio romano editar

 
El Genio Andrógino, una estatua romana situada en el Foro de los Balbos en Cáceres

Sin embargo, fue en el siglo I a. C. cuando los romanos se asentaron en campamentos (Castra Cecilia y Castra Servilia) de manera permanente en el entorno de la colina en la que estaría la colonia Norba Caesarina junto a la importante vía de comunicaciones que después se conocería como Vía de la Plata.

A 2 km hacia el suroeste se encuentra el antiguo municipio de Aldea Moret, actualmente barriada del mismo nombre integrada dentro de la ciudad, alrededor del cual pueden contemplarse dos yacimientos arqueológicos romanos: Cuarto Roble y El Junquillo. La Vía de la Plata, señalizada, puede recorrerse al sur de la ciudad: un tramo discurre no lejos del Centro de Formación de Tropa Santa Ana en dirección sur; hay un tramo excavado en Valdesalor, en donde la calzada cruza el río Salor mediante un puente medieval, recientemente restaurado, que ocupa el lugar de un antiguo puente romano ya perdido.

Edad Media editar

 
Monasterio de San Francisco el Real, hoy integrado en el casco urbano pero originalmente construido fuera de la villa en el siglo XV

En torno al siglo V, los visigodos arrasaron el asentamiento romano y hasta el siglo VIII-IX no se volvió a oír hablar de la ciudad.

Fueron los musulmanes, procedentes del norte de África, los que aprovecharon el lugar estratégico sobre el cual se asentó la primitiva colonia romana como base militar para hacer frente a los reinos cristianos del norte, durante los primeros siglos de la Reconquista. Así, en el año 1147 Abd al-Mumin refundó la ciudad sobre los restos hispanorromanos y visigodos.

La Reconquista cristiana de Cáceres se produjo en 1229 y fue el resultado de un largo proceso que tuvo lugar desde la segunda mitad del siglo XII a principios del siglo XIII. Durante este período, iniciado en 1142 con la conquista de Coria, el río Tajo marcaba una frontera inestable entre cristianos al norte y musulmanes al sur. El reino de Castilla ignoró en parte las posibilidades de conquistar esta zona y los intentos de incorporación de Cáceres vinieron del reino de Portugal y del reino de León, que querían ampliar su anchura en su expansión meridional. El portugués Geraldo Sempavor conquistó Cáceres a mediados del siglo XII en una campaña iniciada en 1165 que alcanzó todo el centro de la actual Extremadura, pero una alianza entre Fernando II de León y los almohades dio a los leoneses el control de la localidad en 1170.[3]

Los almohades realizaron una expedición en 1174 en la cual consiguieron recuperar el control de Cáceres. Salvo un intento de asedio en 1183, los leoneses no volvieron a acercarse a la localidad musulmana hasta el siglo XIII. Tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, se produjo la conquista de Alcántara en 1213, tras lo cual los cristianos asediaron Cáceres en 1218, 1222, 1223 y 1225, produciéndose la Reconquista definitiva el 23 de abril de 1229. Aunque la conquista fue liderada por Alfonso IX de León, su fallecimiento en 1230 dio lugar a que Cáceres, como parte del Reino de León, pasase a formar parte de la Corona de Castilla y León.[3]

 
Hospital de los Caballeros, en el casco viejo de Cáceres

Los fueros de la villa reconquistada fueron otorgados por Alfonso IX y configuraron a Cáceres como una villa de realengo directamente dependiente de la Corona leonesa y sin más gobierno local que un concejo propio. A través de este fuero, la Corona se reservaba una notable porción de tierra entre las de la Orden de Santiago y las de la Orden de Alcántara. La prohibición de propiedades señoriales recogida en este fuero impidió la formación de una nobleza fuerte, quedando la villa dirigida por una mesocracia de caballeros agrícolas.[4]​ No obstante, durante la Edad Media y la Edad Moderna la nobleza se diferenció del resto de la población libre por su mayor poder económico, político y social, y por el disfrute de privilegios legales. Uno de los privilegios más importantes era el de no pagar impuestos, recogido en los fueros de Cáceres. La nobleza llegaría a ostentar el monopolio legal de los cargos municipales de mayor importancia en el concejo de Cáceres, como ocurría entonces en la mayoría de las ciudades castellanas.

En el siglo XV, la ciudad padeció las disputas internas de la nobleza. Los Reyes Católicos dictaron varias ordenanzas y provisiones para intentar pacificar a los nobles locales; la más destacada fue la que dictó Isabel I en 1477, durante su estancia en la villa con motivo de la Guerra de Sucesión Castellana, ya que en dicha ordenanza se estableció que los doce regidores del concejo pasarían a ser perpetuos.[5]

Edad Moderna editar

 
Palacio Episcopal de Cáceres

Durante la guerra de las Comunidades de Castilla llegó a unirse a las filas rebeldes. El 15 de abril de 1522 el monarca concedió la amnistía a la ciudad, a excepción de los comuneros más comprometidos.[6]

En 1653 la villa de Cáceres adquirió, junto con otras cinco localidades de la actual comunidad autónoma, un voto conjunto en las Cortes de Castilla, dando lugar con la compra del voto a la provincia de Extremadura, que en 1822 se dividiría en las de Cáceres y Badajoz. Cáceres estuvo representada en las Cortes de Madrid de 1660-1664 como parte de dicho voto conjunto.[7]

Hasta el siglo XVIII, Cáceres no era sino una villa más de entre las muchas que existían en Extremadura. En el Catastro de Ensenada realizado en Cáceres en 1753 se indica que en la propia localidad solamente vivían 1698 familias.[8]​ Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XVIII se empezó a producir un crecimiento en la localidad motivado por la llegada de pobladores foráneos tanto temporales como permanentes, cuya presencia dio lugar a la formación de una burguesía local hasta entonces inexistente por el carácter rural de la población. A partir de mediados de siglo XVIII, ganaderos del centro de la península, muchos de ellos de la sierra de Cameros, comenzaron a asentarse en tierras extremeñas huyendo de la crisis que sufría la trashumancia. También se asentaron aquí destacados comerciantes textiles procedentes de Cameros y Cataluña.[9]

Edad Contemporánea editar

Evolución de villa a ciudad
 
Ilustraciones de la inauguración de la línea férrea entre Madrid y Portugal, que tuvo lugar en Cáceres en 1881
 
Templete de música en el centro del paseo de Cánovas, de 1887

En 1790 se produjo un hecho decisivo en la historia de Cáceres que hizo que con el tiempo pasara de ser una simple villa a una ciudad con importancia regional: Carlos IV estableció aquí la sede de la Real Audiencia de Extremadura, el máximo órgano judicial de la región.[10]​ Debido a ello, comenzaron a establecerse en la villa numerosos funcionarios y profesionales procedentes de muy diversos lugares de España, que hicieron crecer el peso de la burguesía local. A principios del siglo XIX, se podían distinguir ya barrios de comerciantes en el casco antiguo de Extramuros, ubicándose sus casas en la plaza Mayor y en varias vías de sus inmediaciones como Barrionuevo, Empedrada, Parras, Pintores y Santo Domingo.[9]

El poder judicial no fue el único sector público que aportó carácter urbano en aquella época: la defectuosa división en provincias de la Corona de Castilla provocó que muchos ilustrados reclamaran la división de Extremadura en dos provincias, lo cual benefició a Cáceres al establecerse como capital provincial. En 1810, los afrancesados intentaron crear durante la Guerra Peninsular la prefectura de Cáceres, con límites parecidos a los de la actual provincia. Diez años más tarde y durante el Trienio Liberal, en 1822 fue creada la provincia de Cáceres con capital en esta villa. Sus límites fueron muy parecidos a los actuales, aunque no incluían ni Las Hurdes ni la zona de Miajadas ni la de Guadalupe, que se añadieron en la reforma de 1834.[11]

A lo largo del siglo XIX, el surgimiento de la capitalidad impulsó varios proyectos que consolidaron el carácter urbano. En 1846 se inauguró la plaza de toros de Cáceres, considerada una de las de mejor calidad del país en su época y que atrajo numerosos aficionados en una época en la que no existía todavía el turismo que hoy conoce el centro de la ciudad.[12]​ En 1864 se descubrió en las proximidades un importante yacimiento de fosfatos y para dar cobijo a los mineros que trabajarían en su extracción se creó el poblado de Aldea Moret. El 8 de octubre de 1881 se inauguró la primera estación de ferrocarril, por el rey Alfonso XIl.[13]​ Durante el discurso de inauguración, Alfonso XII tuvo un lapsus a la hora de pronunciar unas palabras, en las que elogió a la ciudad de Cáceres. Rápidamente fue advertido de su error, ya que Cáceres no era ciudad sino villa, a lo que el monarca replicó:

«Pues desde hoy es ciudad»

De esta forma, el monarca se ratificó sus palabras y Cáceres fue elevada a rango de ciudad por el rey Alfonso XII el 9 de febrero de 1882.[14]

Durante toda la segunda mitad del siglo XIX, la población municipal se mantuvo estable en torno a los quince mil habitantes, el triple de población que había en el siglo anterior pero todavía lejos del gran crecimiento que se produjo en el siglo XX.[15]

La construcción de la primera estación de ferrocarril, situada en la actual avenida Isabel de Moctezuma, supuso un problema urbanístico para la recién nombrada ciudad, ya que el casco urbano no se había extendido mucho más allá del casco antiguo de la villa. Para ello, se decidió construir el paseo de Cánovas, que se inauguró en 1895 como conexión entre el extremo meridional de la ciudad, situado entonces en la calle San Antón, y la estación ferroviaria. El paseo de Cánovas se convirtió en el eje vertebrador del ensanche de la ciudad, pues en torno al mismo surgió la avenida de España, donde en el siglo XX comenzaron a construirse chalés que con el tiempo darían lugar a los bloques de pisos que hoy forman el núcleo urbano más céntrico de Cáceres.[13]

Guerra Civil
 
En el siglo XX, la Diócesis de Coria pasó a llamarse Diócesis de Coria-Cáceres, por lo que la Iglesia de Santa María fue elevada a concatedral
 
Plaza de América, confluencia de las principales calles del centro urbano

En la Guerra Civil Española, las fuerzas militares de Cáceres apoyaron el golpe de Estado de 1936. Cuando las fuerzas sublevadas liberaron al falangista Luna, aquel movilizó en la ciudad a unos mil simpatizantes, y comenzó a dictar órdenes para ocupar los principales pueblos de los alrededores, así como la toma de los principales puntos estratégicos como son las líneas fronterizas con Portugal o el paso de puertos y puentes. La represión por parte de los franquistas comenzó de inmediato, siendo asesinados, entre otros, el director de Unión y Trabajo, Pedro Montero Rubio, y el alcalde de Cáceres Antonio Canales González, llegando a totalizar más de 600 personas fusiladas, unas 220 durante las navidades de 1937. El gobernador y el alcalde constitucionales fueron encarcelados y sustituidos por militares;[16]​ el primero, Ignacio Mateos Guija, vio asesinados a tiros por falangistas y tirados al río Tajo a cuatro familiares, y confiscado ilegalmente el negocio regentado por su padre.[17]

En el cuartel de Cáceres también fue impartida la formación militar básica a 700 voluntarios de la Brigada Irlandesa, integrada como la XV Bandera Irlandesa del Tercio la Legión Española. Con la fuerza de la Brigada Irlandesa era la unidad más grande en la Legión Extranjera Española. Bajo el mando del Sargento Lee en agosto de 1936, después de la batalla de Badajoz, de acuerdo con informes de testigos oculares, soldados republicanos fueron liquidados por la Brigada Irlandesa, en cooperación con la Guardia Civil.[18]

La sublevación en Cáceres facilitó el avance franquista por las carreteras de Mérida y Badajoz. El 26 de agosto de 1936, el general Francisco Franco llegó a Cáceres, donde estableció su cuartel general antes de iniciar el avance sobre Madrid. Allí recibió a su mujer Carmen y a su hija, a las que no veía desde el día del golpe de Estado militar.[19]​ Entre los días 8 y 10 de octubre de 1936, y con motivo de la solicitud de ayuda militar de Franco a Hitler, llegaron los primeros carros de combate modelo Panzer I a los castillos de las Arguijuelas de Abajo y de Arriba, que habían arribado a Sevilla en barco. Durante bastantes meses se estableció en los castillos una academia de formación de conductores de vehículos blindados, dirigidos por el coronel alemán Wilhelm von Thoma. Posteriormente la academia de formación fue trasladada a Cubas de la Sagra, en la provincia de Madrid y su material militar intervino en combates en las proximidades de los frentes de Madrid. También tuvo importantes movimientos aéreos el aeródromo de Cáceres, desde el que partían los aparatos que atacaban a las fuerzas republicanas[20]​ y de la Legión Cóndor.

Una de las pocas reacciones de las fuerzas republicanas fue el bombardeo de la ciudad el 23 de julio de 1937. Aquel día cinco bimotores Túpolev soviéticos al mando del teniente coronel Jaume Mata Romeu, de las Fuerzas Aéreas de la República Española que habían despegado del aeródromo de Los Llanos de Albacete, arrojaron 18 bombas, las cuales afectaron a diversas construcciones (como el palacio del Mayorazgo, el mercado de abastos, Santa María, las traseras del cuartel de la Guardia Civil, el ayuntamiento y las calles Nido y Sancti Espíritu), causando 35 muertos y numerosos heridos.[21]

Historia reciente
 
El actual seminario diocesano, ejemplo de edificio construido a mediados del siglo XX

Para superar los estragos provocados por la Guerra Civil, tanto durante la dictadura franquista como durante los primeros años del posterior período democrático se llevaron a cabo en la ciudad una serie de iniciativas con las cuales logró aumentar notablemente su población, superando los 40 000 habitantes en la década de 1940 y los 80 000 en la de 1980.[15]​ En 1957, Manuel Llopis Ivorra, obispo de la diócesis de Coria, consiguió que Cáceres compartiera capitalidad con Coria en la diócesis, llamándose esta desde entonces diócesis de Coria-Cáceres.[22]​ Este obispo no limitó su obra al mero traslado de la sede, sino que planificó activamente el desarrollo urbano de la ciudad, creando nuevas parroquias en barrios cuyo crecimiento demográfico era previsible y promoviendo un barrio para familias pobres que hoy se conoce como Llopis Ivorra.[23]​ Junto a este barrio se creó un gran complejo de instalaciones públicas conocido como El Rodeo, que desde sus inicios contó con una ciudad deportiva y un hospital. Entre los barrios de Llopis Ivorra, El Rodeo y Aldea Moret se fueron cubriendo los espacios hasta que el ensanche adoptó su forma definitiva, mientras que en la periferia se formaban los primeros polígonos industriales (el planificado de Las Capellanías y el desorganizado de Charca Musia) y se instalaban nuevos centros educativos como la Universidad Laboral y el CEFOT-1.[24]​ Sin embargo, los hechos más decisivos fueron la creación de la Universidad de Extremadura en 1973, con sede en Cáceres y Badajoz, y el desarrollo del turismo, destacando en este último aspecto la concesión del título de Patrimonio de la Humanidad al casco antiguo de Intramuros en 1986.

En 2003 el Ayuntamiento de la ciudad presentó la candidatura de Cáceres a Ciudad Europea de la Cultura en 2016.[25]​ Para la candidatura, la ciudad se ayudó de proyectos como de Intramuros a Europa y basó su candidatura en los vínculos con América y los cinco siglos de la ascensión al trono de Carlos I de España, que se retiró en los últimos años de su vida al monasterio de Yuste. En 2008 fue presentado el proyecto al Parlamento Europeo, pero el 30 de septiembre de 2010 se anunció que Cáceres no había pasado el corte de la primera fase para ser Capital Europea de la Cultura en 2016.[26]

Véase también editar

Referencias editar

  1. «Web de Maltravieso». Archivado desde el original el 31 de agosto de 2013. Consultado el 2 de junio de 2011. 
  2. Maltravieso Archivado el 13 de noviembre de 2005 en Wayback Machine. uned.es
  3. a b de la Montaña Conchiña y Clemente Ramos, 1994, pp. 83-86.
  4. Monterde García, 2002, pp. 692-694.
  5. Benítez Floriano, 1988, pp. 13-20.
  6. Joseph Pérez, 1977, p. 383.
  7. Martínez Díez, 1983, pp. 82-93.
  8. Catastro de Ensenada: documento del siglo XVIII digitalizado (ver archivos) por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
  9. a b Hernández Bermejo y Santillana Pérez, 2010, pp. 107-120.
  10. Granjel, 2002.
  11. Martínez Díez, 1983, pp. 94-104.
  12. Zarallo, Estefanía (20 de enero de 2013). «Érase una vez... la Era de los Mártires». Hoy. Consultado el 27 de junio de 2016. 
  13. a b Bartolomé García, Coleto Martínez y Velázquez Otero, 2008, pp. 237-243.
  14. «La herencia de Fernando Valhondo Calaff, el terrateniente solidario». El Periódico Extremadura. 11 de diciembre de 2005.  (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  15. a b INEbase. Variaciones intercensales. Alteraciones de los municipios en los censos de población desde 1842: 10037 Cáceres. Consultado el 2 de marzo de 2013. Cuando se dispone del dato de población de hecho y de derecho se ha tomado la cifra más alta.
  16. El alzamiento en la ciudad de Cáceres Archivado el 22 de diciembre de 2011 en Wayback Machine. Guerra Civil en la provincia de Cáceres
  17. Juliá Díaz, Santos (1999). Víctimas de la guerra civil. Temas de Hoy. p. 90. ISBN 84-7880-983-X. 
  18. * [1], un testigo presencial, Ireland and the spanish war, A bandera volunteer remembers, Niamh McGuinness, 01.05.2012
    • [2], un testigo presencial, Ireland and the spanish war, Tells of Exploits as Rebel Deserter, McDaniel aus dem County Monaghan, 01.05.2012
    • [3], un testigo presencial, Ireland and the spanish war, Fighting for Franco, Des Ryan, 01.05.2012
  19. Imágenes inéditas de los primeros días de Guerra Civil en Cáceres (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última). elperiodicoextremadura.com
  20. La base alemana de carros de combate en las Arguijuelas, Cáceres (1936-1937) Archivado el 10 de marzo de 2012 en Wayback Machine. chde.org
  21. 70 aniversario del Bombardeo de Cáceres 1937-2007
  22. La bula que elevó de rango a Cáceres hace 50 años El Periódico Extremadura, 11 de junio de 2007
  23. "Llopis Ivorra revolucionó la diócesis de Coria" El Periódico Extremadura, 6 de abril de 2009
  24. Visor IDEEX
  25. Web de Cáceres 2016
  26. Cáceres no pasa el primer corte hoy.es, 30 de septiembre de 2010

Bibliografía editar

Enlaces externos editar