Cámara Santa de la Catedral de Oviedo editar

Monumentos de Oviedo y el Reino de Asturias
   
Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
 
Lateral exterior norte de la Cámara Santa.
Localización
País España  España
Datos generales
Tipo Cultural
Criterios (i)(ii)(iv)
Identificación 312
Región Patrimonio de la Humanidad en Europa y América del Norte
Inscripción 1985 (IX sesión)
Extensión 1998

La Cámara Santa es un edificio situado dentro del conjunto de la Catedral de Oviedo, Principado de Asturias, España. Es de estilo prerrománico asturiano, construida en el siglo IX, siendo, junto con la Torre vieja, los edificios más antiguos de dicho conjunto catedralicio. Su función, prácticamente desde su construcción y que conserva en la actualidad, ha sido la de guarda de las reliquias y tesoro catedralicios, para cuya defensa fue construida la torre anteriormente citada.

Se articula en dos capillas superpuestas y sin comunicación entre ellas. La capilla inferior, llamada Cripta de Santa Leocadia, y la superior o Capilla de San Miguel, están ambas adosadas a una estructura cronológicamente anterior denominada Torre de San Miguel, hoy tan embebida en construcciones posteriores, que no es reconocible desde el exterior. En el siglo XI la Capilla de San Miguel sufrió una reforma consistente en la sustitución de la bóveda original de madera por una de cañón. En el interior las columnas añadidas para soportar la bóveda se decoraron con un apostolado románico, siendo éste desde entonces unos de los rasgos más característicos del edificio. Durante los sucesos de la Revolución de Asturias de 1934, la Cámara fue volada por un grupo de revolucionarios. La reconstrucción se realizó fielmente reutilizando de nuevo todos los materiales, siendo de nuevo consagrada el 6 de septiembre de 1942.

Se custodian en el interior las joyas más preciadas de la catedral: las cruces de la Victoria y de los Ángeles, símbolos de Asturias y de la ciudad de Oviedo respectivamente, la Caja de las Ágatas y el Arca Santa que contiene un gran número de reliquias entre las que se encuentra el Santo Sudario. En 1977 la Camara sufrió el robo de estas joyas siendo recuperadas en 1981 parcialmente desmontadas. Una vez restauradas fueron de nuevo colocadas en su lugar en 1984.

La Cámara Santa está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985.

Descripción editar

Capilla de Santa Leocadia editar

 
Capilla o Cripta de Santa Leocadia, vista hacia el este.

La capilla o cripta de Santa Leocadia es una única nave cubierta con bóveda de cañón construida con loseta de barro cocido de 30 x 20 cm y 4 cm de espesor. En la longitud de la nave se abren simétricamente en ambos lados dos ventanas, muy estrechas en el exterior semejando saeteras, pero ensanchadas en el interior formando lunetos en la bóveda. A continuación se abren en cada lado dos puertas, enfretadas una a la otra, adinteladas y con arcos de descarga de ladrillo, como es habitual en la arquitectura prerrománica asturiana, formando igualmente lunetos en la bóveda, lógicamente mayores que los de las ventanas. En el testero oriental se abre una ventana abocinada hacia el interior con columnas en los laterales que soportan un arco.[1]

Capilla de San Miguel editar

Torre de San Miguel editar

 
Imagen exterior de la Cámara Santa.

Es un edificio de dos alturas y planta cuadrada,[2]​ de cronología incierta pero anterior a la Cámara Santa.[3]​ La antigüedad de la torre se observa en sus cimientos que consisten en grandes bloques de piedra o zarpas que asientan en la roca viva, previamente desbastada para hacerles de cama, procedimiento de origen romano que los visigodos copiaron y que para el siglo IX ya no se usaba, ya que no se encuentra en ninguna de las construcciones de la época de Alfonso II el Casto. Se sabe que la Cámara Santa fue adosada con posterioridad ya que los paramentos de la torre conservan su estuco primitivo detrás de los bloques de piedra de los muros laterales de aquélla. El acceso desde la planta superior de la torre a la Capilla de San Miguel se hace mediante una puerta abierta en el muro oriental de aquélla.[4]

La planta inferior de la torre está incluida en el espacio de la Cripta de Santa Leocadia desde el siglo XII cuando al cegarse las antiguas puertas de acceso a la torre, tanto a esta planta inferior como a la superior, que estaban en el lado norte de la torre, para no dejar un espacio muerto se derribó el muro oriental de la misma añadiendo de esta manera este espacio a la cripta. Además este espacio está recortado en su esquina suroccidental ya que al hacer en el siglo XV el pasillo de acceso desde el transepto de la catedral al coro, para darle amplitud suficiente se recortaron tanto esta esquina como la nororiental de la Torre Vieja.

Vestíbulo editar

La Torre de San Miguel está totalmente rodeada de construcciones que impiden reconocer su presencia: por el lado oriental la propia Cámara Santa, por el meridional el coro catedralicio, por el septentrional por la Capilla de Covadonga, primera de la girola recorriéndola en sentido antihorario, y por el occidental por un edificio construido en el siglo XV al mismo tiempo que el transepto sur de la catedral para unir el espacio existente entre la Torre de San Miguel, la Torre Vieja y el transepto catedral gótica. En su planta baja sirve de zona de paso entre la catedral, el coro y el exterior.[5]

Su planta alta se convirtió en el vestíbulo o nuevo acceso a la Cámara Santa. Está cubierto por una bóveda de crucería. Se accede a la Torre de San Miguel por una puerta abierta en el muro oriental, occidental de la torre, convitiendo la planta alta de la torre en zona de paso desde el vestíbulo a la Cámara Santa. Esta puerta es de arco carpanel festoneado de cardinas y adornada con un alfiz, igualmente decorado con cardinas, que enmarca una Cruz de los Ángeles. Asimismo, en el lado norte del vestíbulo y coincidiendo con el tímpano de la portada gótica del muro sur del transepto, hay un balcón construido en 1741 y orientado al interior de la catedral desde donde se muestra el Santo Sudario a los fieles.[6]

Desde 1999 el acceso a este vestibulo se hace mediante una escalera por el interior de la Torre Vieja y se aprovecha una puerta existente en ella desde el siglo XV para desde la torre acceder al vestibulo.

Funcionalidad editar

Panteon episcopal[7][8]

Tipología editar

Historia editar

Construcción editar

 
Cripta de Santa Leocadia

La fecha de construcción de la Cámara Santa es objeto de debate ya que aunque tradicionalmente se le ha atribuido a la época de Alfonso II el Casto[9]​ no aparece citada en ninguno de los documentos de dicha época, concretamente en el testamento del rey recogido en el Liber Testamentorum Ecclesie Ovetensis.[4]​ En la Crónica Silense, del siglo XII, se le atribuye igualmente su construcción a Alfonso II, citando expresamente la Capilla de Santa Leocadia y una estancia sobre ella para que los fieles pudiesen adorar el Arca Santa. La ausencia de advocación en esta crónica da pie a pensar que la dedicación a San Miguel de la capilla superior fue posterior a dicho siglo.[10][11]

El silencio de las crónicas se justifica con el hecho de que al ser la Cámara Santa una parte del palacio de Alfonso II, no merecía una mención especifíca. Ademas se ha considerado que estilisticamente pertenece a la época de este monarca.[12]

Sin embargo, otros autores consideran que la Cámara se construyó en tiempos del rey Alfonso III el Magno con motivo de la llegada de los restos de los mártires cordobeses Eulogio y Leocricia traidos en 884 por Dulcidio,[10]​ embajador del rey ante el emir de Córdoba Mohamed I.[13][10]

La cuestión sigue abierta a la espera de más hallazgos y excavaciones que confirmen una u otra opinión.[14][15]

Posteriormente fue añadido un pórtico en el lado norte fechado entre la terminación de la Cámara Santa, como muy tarde a finales del siglo IX, y el siglo XI, pues fue enterrado en él en 1076 el obispo Froilán. El arranque de los muros y varias tumbas, entre las que se hallaba la lápida funeraria de este obispo,[16]​ fueron encontradas durante las obras de reconstrucción de la Cámara Santa entre los años 1938 y 1942 durante las que se demolieron varias construcciones para dejar libre el Cementerio de Peregrinos y se rebajó el nivel del suelo 70 cm con lo que quedaron a la vista estos cimientos.[17]​ Dicho pórtico medía 12,45 metros de longitud y, salvo los arranques de piedra, el resto de la construcción debía de ser de madera. No se conoce la fecha en la que desapareció este pórtico. Se ha propuesto como causa de su destrucción la construcción de la cabecera de la actual catedral gótica en el siglo XIV en tiempos del obispo Gutierre de Toledo, si no fue antes con las reformas efectuadas en el siglo XII.[18][19][20]

La Torre de San Miguel tenía dos puertas en su lado norte, que se pueden ver todavía en la pared posterior de la Capilla de Covadonga, en la girola de la catedral, una a nivel del suelo que daba acceso a su piso inferior y otra a nivel de la Capilla de San Miguel que era la que se usaba para el acceso a dicha capilla mediante una escalera de caballete en el exterior, en uso hasta el siglo XV.[21]​ El espacio recibió las advocaciones de San Antolín, de Santa María Magdalena y de Nuestra Señora de Covadonga.[22][6]

Modificaciones del siglo XII editar

Posteriormente en el siglo XII con la reforma románica de la Cámara Santa, se cegó la puerta inferior de la Torre de San Miguel y para no dejar sin uso la planta inferior de la torre se abrió todo el muro oriental de dicha planta para añadir ese espacio al de la Capilla de Santa Leocadia. Igualmente se construyó una bóveda de medio punto a continuación de la de la capilla sustituyendo el techo de madera que anteriormente tenía. Como la Cámara no está adosada a eje de la torre, los hombros de la bóveda no están a la misma distancia de los muros laterales. Hoy en día esta diferencia no se percibe pues al construir el coro catedralicio, adosado a la Cámara Santa, se desbastaron los muros de ambas construcciones para alinearlos con los del nuevo coro.

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Modificaciones posteriores editar

El acceso al vestíbulo desde el transepto se realizaba a través de una puerta a media altura que se alcanzaba mediante unas escaleras adosadas al muro del transepto. [23]​ Dicha puerta está decorada con un arco conopial con cardinas, florón y repisa con la Cruz de los Ángeles.[6]​ Justo al lado de esta puerta hay otra más pequeña, de arco apuntado y sin decoración, salvo por el escudo del obispo Alonso de Palenzuela, que, a pesar de su situación, no daba a el vestíbulo sino al muro oeste del transepto, por lo que se considera que era una puerta de servicio, dada su modestia, que conducía a un edificio situado en el lado oeste del transepto que desapareció en el siglo XVIII.[24]

En el siglo XVIII se construyó, al mismo tiempo que el piso alto del claustro, una nueva escalera de acceso al vestíbulo, cuya caja está adosada al trasepto por el exterior para de esa manera liberar el espacio de la escalera interior. Las dos puertas a media altura por las que se accedia al vestíbulo desde el brazo sur del transepto, anteriormente citadas, perdieron su función y fueron tapiadas, aunque siguen siendo perfectamente visibles en el muro sur del transepto. La entrada a esta escalera fue adornada en 1901 con la portada gótica del coro, que estando en el centro de la catedral, fue desmontado en ese año para dejar la nave diáfana.[25]

Finalmente, en las intervenciones de los años 1998 y 1999, y de acuerdo con el Plan Director de la Catedral de Oviedo, para no interferir el uso turístico con el uso litúrgico de la catedral, se acordó rehabilitar los edificios prerrománicos destinados a carboneras y almacenes como nuevo centro de recepción de visitantes, al que se accede desde el exterior por la puerta lateral de la catedral, llamada De la Perdonanza, y crear un nuevo acceso a la Cámara Santa y al Museo de la Iglesia, instalado en el piso alto del claustro, por el interior de la Torre Vieja[26]

Destruccion de 1934 y reconstruccion editar

Las joyas de la Cámara Santa editar


Referencias editar

  1. Menéndez Pidal. La Cámara Santa de Oviedo..., p. 5.
  2. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., p. 43.
  3. Fernández-Buelta, Hevia Granda. Ruinas del Oviedo primitivo, pp. 87-90. Estos autores la han fechado en el reinado del rey Fruela I de Asturias o incluso anterior. La aparición de tres sarcófagos antropomorfos debajo de los cimientos de la torre y no alineados con ella dan pie a los autores a especular con la posible existencia de poblamiendo de Oviedo anterior a la comúnmente aceptada fundación de la misma por los monjes Máximo y Fromestano en tiempos del rey anteriormente citado en el siglo VIII.
  4. a b Fernández-Buelta, Hevia Granda. Ruinas del Oviedo primitivo, pp. 87-90.
  5. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., pp. 84-85. Una de las características más particulares del coro de la Catedral de Oviedo es que está relativamente separado de la misma, al contrario que en otras catedrales españolas en las que es contiguo. Una razón es la imposibilidad de construirlo en un espacio ya ocupado por otras dependencias episcopales, pero otra razón más simbólica es la presencia de la Cámara Santa, como relicario y tesoro de la catedral, lo que aconsejó a contruirlo junto a y en comunicación con ella.
  6. a b c De Caso. "El Gótico". La Catedral de Oviedo. Historia y Restauración., pp. 107-110.
  7. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., pp. 45-56 y ss.
  8. García de Castro. "Las primeras fundaciones". La Catedral de Oviedo. Historia y Restauración., p. 56.
  9. De Morales. «Viage de Ambrosio de Morales...». p. 70. Consultado el 30 de enero de 2010. 
  10. a b c García de Castro. Arte prerrománico en Asturias., p. 58.
  11. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., pp. 45-48. El autor cita a Ramón Menéndez Pidal para quien la ausencia de advocación indicaría que en esas fechas, siglo XII, la planta superior de la Cámara Santa estaba en obras, justificando de esa manera su posición contraria a la atribución tradicional de la misma a Alfonso II.
  12. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., pp. 45-48. El autor cita a varias autoridades que apoyan esta datación entre los que destacan, aparte de Fernández-Buelta y Hevia, Helmut Schlunk y Claudio Sánchez Albornoz quien, para salvar la ausencia de citas de la Cámara Santa, la consideró construida en los últimos años de la vida del rey, siendo el arquitecto el mismo que después construiría los edificios del periodo ramirense.
  13. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., pp. 45-48. El autor, ademas de posicionarse a favor de esta opinión, cita a otras autoridades que apoyan esta datación entre los que destacan, aparte de Ramón Menéndez Pidal, Francisco Javier Fernández Conde, Juan Uría Ríu y César García de Castro Valdés
  14. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., pp. 45-48.
  15. M. S. Marqués (27 de agosto de 2009). «Los muros de un gran edificio prerrománico aparecen bajo el palacio episcopal de Oviedo». La Nueva España. Consultado el 12 de febrero de 2010. 
  16. García de Castro. La Catedral de Oviedo. Catálogo y bienes muebles, p. 70. Esta lauda sepulcral se conserva hoy en día en la panda norte del claustro. En su lugar fue colocada una réplica.
  17. Menéndez Pidal. La Cámara Santa de Oviedo..., pp. 24-25.
  18. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., p. 44.
  19. García de Castro. Arte prerrománico en Asturias., p. 57.
  20. García de Castro. "Las primeras fundaciones". La Catedral de Oviedo. Historia y Restauración., p. 49. El autor especifica que Ambrosio de Morales en su Viage ya no hace referencia, en 1572, al pórtico ni a la lauda del obispo Froilán, que no se le hubiesen escapado de haber seguido en pie.
  21. Fernández-Buelta, Hevia Granda. La Cámara Santa de Oviedo., p. 64.
  22. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., p. 114.
  23. De Morales. «Viage de Ambrosio de Morales...». p. 69. Consultado el 30 de enero de 2010. 
  24. Carrero Santamaría. El conjunto catedralicio de Oviedo..., pp. 115-116.
  25. De la Madrid. "La Edad Contemporánea". La Catedral de Oviedo. Historia y Restauración., p. 249.
  26. Cuenca Busto, Hevia Blanco. "Proyectos e instalaciones realizados bajo el Plan Director". La Catedral de Oviedo. Historia y Restauración., pp. 362-363.

Bibliografía editar

  • Carrero Santamaría, Eduardo (2003). El conjunto catedralicio de Oviedo durante la Edad Media. Real Instituto de Estudios Asturianos. ISBN 84-89645-68-X. 
  • García de Castro Valdés, César; de Caso,Francisco; Cuenca Busto, Cosme; Hevia Blanco, Jorge; de la Madrid Álvarez, Vidal; Ramallo Asensio, Germán (1999). La Catedral de Oviedo. Historia y Restauración I. Ediciones Nobel S.A. ISBN 84-89770-83-2. 
  • García de Castro Valdés, César; de Caso,Francisco; Cuenca Busto, Cosme; Hevia Blanco, Jorge; de la Madrid Álvarez, Vidal; Ramallo Asensio, Germán (1999). La Catedral de Oviedo. Catálogo y bienes muebles II. Ediciones Nobel S.A. ISBN 84-89770-84-0. 
  • García de Castro Valdés, César (2008). Arte Prerrománico en Asturias. Ménsula Ediciones, S. L. pp. 54-61. ISBN 978-84-612-4085-2. 
  • Fernández-Buelta, Jose María; Hevia Granda, Víctor (1948). «Ruinas del Oviedo primitivo.». Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos (4): 114-128. 
  • Fernández-Buelta, Jose María; Hevia Granda, Víctor (1949). «La Cámara Santa de Oviedo. Su primitiva construcción, su destrucción y reconstrucción.». Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos (6): 51-118. 
  • Menéndez Pidal; Luis (1960). «La Cámara Santa de Oviedo. Su destrucción y reconstrucción.». Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos (39): 3-34. 

Enlaces externos editar

Gizziello editar


Referencias obtenidas del artículo fr:Dogons de la fr-wiki editar

Referencias obtenidas del artículo Dogón de la es-wiki editar

Referencias obtenidas del artículo en:The Sirius Mystery de la en-wiki editar

Traducción parcial del artículo en inglés en:Dogon people editar

Ciertos investigadores de los Dogón informaron que éstos parecían poseer avanzados conocimientos astronómicos. La naturaleza y la fuente de dichos conocimientos han estado en permanente discusión. De 1931 a 1956 el antropólogo francés Marcel Griaule estudió al pueblo Dogón. Este estudio incluyó investigaciones de campo que abarcaban desde algunos días hasta dos meses en 1931, 1935, 1937 y 1938.[1]​ y desde entonces de manera anual desde 1946 hasta 1956.[2]

A finales de 1946, Griaule pasó 33 días conversando con el sabio Ogotemmêli, la fuente de muchas de las futuras publicaciones de Griaule y Ogotemmêli.[3]​ Éstos informaron que los Dogón creían que la brillante estrella Sirio, llamada por ellos sigi tolo o estrella de los Sigui,[4]​ tenía dos compañeras, pō tolo y ęmmę ya tolo.[5]​ Sirio, en el sistema Dogón, estaba situada en uno de los focos de la órbita de una de las acompañantes, concretamente de pō tolo. Cuando su posición es más cercana a Sirio, that star brightens: when it is farthest from Sirius, it gives off a twinkling effect that suggests to the observer several stars. La órbita dura 60 años.[6]​ Igualmente sostuvieron que los Dogon parecían tener conocimiento de los anillos de Saturno y los principales satélites de Júpiter.[7]

Griaule y Dieterlen quedaron preocupados por este sistema estelar sudanés e hicieron la siguiente acotación en el prefacio a sus análisis: El problema de saber cómo, sin el concurso de ningún instrumento, pudieron saber los movimientos y ciertas características virtualmente invisibles de estrellas no ha sido establecido.[8]

En 1976 Robert K. G. Temple escribió un libro titulado El misterio de Sirio (The Sirius Mystery), argumentando que el sistema de los Dogón revela precisos conocimientos cosmológicos solo accesibles con el desarrollo de la astronomía moderna, ya que parecen saber, a partir del relato de Griaule y Dieterlen, que Sirio es parte de un sistema binario cuya segunda estrella, Sirio B, es una enana blanca que es completamente invisible para el ojo humano y que tarda 50 años en completar su órbita alrededor de Sirio A. La existencia de Sirio B sólo fue deducida a partir de cálculos realizados por Friedrich Bessel en 1844. Temple argumentó que la información de los Dogón, si se podía trazar hasta fuentes y mitos de los antiguos egipcios, indicaban una transmisión extraterrestre de ese conocimiento.[9]​ Ni Griaule ni Dieterlen habían hecho semejantes afirmaciones sobre un origen esotérico del conocimiento del pueblo Dogón.

Más recientemente, han surgido dudas sobre la validez del trabajo de Griaule y Dieterlen.[10][11]​ En un artículo en 1991 en la revista Current Anthropology, el antropólogo Walter van Beek concluyó tras su investigación entre los Dogón que: Aunque ellos hablan sobre sigu tolo, que la que Griaule dice que los Dogón llamaban Sirius, ellos están en total desacuerdo entre ellos con lo que la estrella significa, para algunos es una estrella invisible que debe salir para anunciar el sigu, festival, para otros es Venus que, en otra posición, aparece como sigu tolo. En cualquier caso todos están de acuerdo en que supieron de la estrella a través de Griaule.[12]

Genevieve Calame-Griaule, hija de Griaule, respondió sugiriendo que Van Beek pudiera haber sido "enviado por las autoridades políticas y administrativas para probar la ortodoxia musulmana de los Dogones" y argumentó que Van Beek no había seguido "los pasos apropiados para adquirir conocimiento".[13]

Una evaluación independiente es dada por Andrew Apter de la Universidad de California.[14]

En su libro Asuntos sobre Sirio (Sirius Matters), Noah Brosch postula que los Dogón pudieran haber tenido contacto con astrónomos establecidos en el territorio Dogon durante una expedición de cinco semanas dirigida por Henri-Alexandre Deslandres para estudiar el eclipse solar del 16 de abril de 1893.[15]

Robert Todd Carroll también establece como la más probable fuente del conocimiento del sistema de Sirio es contemporánea, fuentes terrestres que proporcionaron información a miembros interesados de las tribus.[16]

James Oberg en cualquier caso, aun consideranco la naturaleza conpletamente especulativa de sus notas, escribió que: el conocimiento astronómico obviamente avanzado debe venir de algún lado, pero..¿Es un antiguo bequest?¿ o es un moderno graft?. Aunque Temple falla en probar la antigüedad, la evidencia de una adquisición reciente es todavía enteramente circunstancial.[17]

James Clifford hace notar que Griaule intimó a los informadores mejor cualificados a hablar de su lore tradicional y profundamente mistrusted convertidos al cristianismo, islam o gente con mucho contacto con blancos (notes that Griaule sought informants best qualified to speak of traditional lore, and deeply mistrusted converts to Christianity, Islam, or people with too much contact with whites).[18]

Obers señala un número de errores contenidos en los mitos Dogon, incluyendo el número de los satélites de Júpiter, que Saturno era el planeta más lejano del sol y el único planeta con anillos. La sospecha sobre otros aparentemente datos falasificables, principalmente concernientes una estrella enana roja orbitando alrededor de Sirio, no hipotetizada hasta los años 50 (Sirio C?), le condujo a mantener otro de los retos previos de Temple: Temple ofreció otra línea de razonamiento: "Tenemos en la información de los Dogón un mecanismo predictivo que es nuestra responsabilidad de probar, sin importat nuestras ideas preconcebidas". Un ejemplo: "Si una estrella Sirio C es descubierta y resulta ser una enana roja, concluiré que la información de los Dogón está completamente confirmada." (Ok, seré bite-but si esta estrella no se descubre, Temple no ha arriesgado no converse solutions.

Esto alude a informes que dicen que los Dogón conocían otra estrella en el sistema de Sirio, Emme Ya, o una estrella mayor que Sirio B que menor en brillo y magnitud. En 1995, estudios gravitacionales mostraron la posible existencia de una enana marrón orbitando alrededor de Sirio C orbitando en un periodo de 6 años.[19]​ Un estudio más reciente usando imágenes en infrarrojo concluyó que la probabilidad de la existencia de un sistema triple en Sirio es baja pero no puede ser desestimada debido a que la región detro de 5 UA alrededor de Sirio A no ha sido investigada.[20]


  1. Ciarcia, Gaetano “Dogons et Dogon. Retours au ‘pays du reel’”, L’Homme 157 (janvier/mars): 217-229. [1]
  2. Imperato, Pascal James, Historical Dictionary of Mali Scarecrow Press, 1977 ISBN 9780810810051 p.53
  3. Imbo, Samuel Oluoch, An Introduction to African Philosophy Rowman & Littlefield Publishers (28 Jun 1998) ISBN 978-0847688418 p.64 [2]
  4. Sirius is also called albararu. See Griaule and Dieterlen. le renard pâle, ibid.p.514
  5. Griaule and Dieterlen, le renard pâle, ibid.p.468,470,514
  6. M.Griaule, G.Dieterlen, 'A Sudanese Sirius System' (trans. of the authors' paper, 'Un Système Soudanais de Sirius', Journal de la Société des Africainistes,' Tome XX, Fascicule 1, 1950 pp.273-94) in Robert Temple, 'Thew Sirius Mystery, (Sidgwick & Jackson),Futura Books, London 1976 pp.58-81,pp.64-5,p.68
  7. M Griaule, G Dieterlen, The Dogon of the French Sudan (1948)
  8. M.Griaule, G.Dieterlen, 'A Sudanese Sirius System', ibid,p.59
  9. Robert K. G. Temple, The Sirius Mystery, 1975
  10. Bernard R. Ortiz de Montellano. «The Dogon Revisited». Consultado el 13 de octubre de 2007. 
  11. Philip Coppens. «Dogon Shame». Consultado el 13 de octubre de 2007. 
  12. van Beek, WAE; Bedaux; Blier; Bouju; Crawford; Douglas; Lane; Meillassoux (1991). «Dogon Restudied: A Field Evaluation of the Work of Marcel Griaule». Current Anthropology 32 (2): 139-67. JSTOR 2743641. doi:10.1086/203932. 
  13. Genevieve Calame-Griaule: "On the Dogon Restudied." Current Anthropology, Vol. 32, No. 5 (Dec., 1991), pp. 575-577
  14. Andrew Apter, Cahiers d’Études africaines, XLV (1), 177, (2005), pp. 95-129. «Griaule’s Legacy: Rethinking "la parole claire" in Dogon Studies». 
  15. Brosch, Noah (2008), Sirius Matters, Springer, p. 66, consultado el January 21, 2011 .
  16. Carroll, RT (2003). The Skeptic's Dictionary: A Collection of Strange Beliefs, Amusing Deceptions, and Dangerous Delusions. John Wiley & Sons. p. 104. ISBN 0471272426. 
  17. Oberg, J. «The Sirius Mystery». Consultado el 30 de diciembre de 2008. 
  18. James Clifford, ‘Power and Dialogue in Ethnography:Marcel Griaule’s initiation,’ in George W. Stocking (ed.) Observers observed: essays on ethnographic fieldwork, University of Wisconsin Press, 1983 pp. 121-156, p.137
  19. Benest, D., & Duvent, J. L. (1995) "Is Sirius a triple star?". Astronomy and Astrophysics 299: 621-628
  20. Bonnet-Bidaud, J. M.; Pantin, E. (October de 2008). «ADONIS high contrast infrared imaging of Sirius-B». Astronomy and Astrophysics 489: 651-655. Bibcode:2008A&A...489..651B. arXiv:0809.4871. doi:10.1051/0004-6361:20078937.