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Historia del mercado de los jueves en Beas de Segura


La Historia del mercado de los jueves en Beas de Segura comenzó a forjarse a principios del siglo XVI con el fin de consolidar y afianzar un comercio estable y solido bajo un instrumento institucional y con autorización real. El pretexto quedó vinculado a los leales servicios que ofrecieron los vecinos de la villa a la Corona, bien de una forma voluntaria, y en ocasiones forzosamente, en los prolegómenos de la reconquista y toma de Granada. La Orden de Santiago también tuvo su protagonismo al pertenecer Beas a la misma, máxime cuando quedó incorporada a la Corona por los Reyes Católicos.

En 1513 el comendador de Beas era Miguel Pérez de Almazán, persona de confianza de Fernando el Católico, para el que estuvo a su servicio como su secretario de la mano de Juan de Coloma. También Almazán fue persona de confianza de la reina Juana, obteniendo de ella tal merced para la villa de Beas, que aportaría importantes beneficios tanto para la incipiente industria textil que se había forjado, al igual que para la ganadería y la agricultura.

Fundamentos editar

En julio de 1513, se celebró en Valladolid el Capítulo General de la Orden de Santiago, allí asistieron los trece de la Orden, entre ellos, Miguel Pérez de Almazán, como Caballero y Secretario de la Orden de Santiago, también era Comendador de Beas, encomienda que le había sido otorgada en 1501.

Miguel Pérez de Almazán, en 1507 compró la villa de Maella, y Fernando el Católico le hizo Señor de ella, convirtiéndose en el I Señor de Maella, trece de la Orden de Santiago, y Secretario de Estado. Todo ello le otorgó una estrecha relación con el rey, al igual que con la Corte, donde prácticamente todos los negocios de Estado pasaban por sus manos; entre otros, la intervención en el matrimonio de la futura Juana I de Castilla con Felipe de Habsburgo, como la propia Juana I, ya viuda, lo manifestó en una carta:

“Los grandes trabajos que, con mucho cuidado y diligencia y fidelidad, tuvisteis en toda la negociación y contratación del casamiento del rey, mi señor que santa gloria haya, y mío, desde que se comenzó a tratar hasta que se concluyó, que todo pasó por vuestra mano y buena industria, de que yo soy buen testigo de vista, y lo recibí de vos en muy señalado servicio.”

Almazán fue también el intermediador entre Fernando el Católico y su yerno, Felipe de Habsburgo, limando asperezas entre ambos. En definitiva fue una persona de confianza, en que podía delegar el rey con la plena seguridad de que no le defraudaría en cualquiera de los negocios que le encomendase.[1][2]

Comendadores editar

Existía la encomienda desde 1329 aproximadamente. Cuatro importantes linajes se sucedieron en ella: Valderrábanos, Enríquez, Almazán y Suárez de Figueroa. Comendadores de Beas:

Miguel Pérez de Almazán, era I Señor de Maella por merced real, Trece de la Orden de Santiago, y Secretario de Estado de Fernando el Católico, lo que le otorgó una estrecha relación con el rey, al igual que con la Corte,[8]​ donde prácticamente todos los negocios de Estado pasaban por sus manos; entre otros, la negociación del matrimonio de la futura Juana I de Castilla con Felipe de Habsburgo, como en una carta lo manifestó la propia Juana I, ya viuda, en la que dice así:

Los grandes trabajos que, con mucho cuidado y diligencia y fidelidad, tuvisteis en toda la negociación y contratación del casamiento del rey, mi señor que santa gloria haya, y mío, desde que se comenzó a tratar hasta que se concluyó, que todo pasó por vuestra mano y buena industria, de que yo soy buen testigo de vista, y lo recibí de vos en muy señalado servicio.[9]

Participó en las negociaciones de los Reyes Católicos con Colón en Santa Fe, firmando las Capitulaciones junto a Juan de Coloma, su protector, a quien Almazán sustituyó en la secretaría de estado, manejando desde entonces gran parte de los negocios de Castilla y todos los asuntos internacionales en exclusividad.[9]​ Almazán fue el intermediador a la muerte de la reina Isabel, entre Fernando el Católico y su yerno Felipe, apaciguando las enemistades entre ambos. En definitiva era una persona de confianza, en que podía delegar el rey con la plena seguridad de que no le defraudaría en cualquiera de los negocios que le encomendase.

Con fecha 15 de noviembre de 1541 se dio traslado de una sentencia de la Real Chancillería de Granada en el pleito entre Juan Pérez de Almazán, comendador de Beas y el concejo y vecinos de esta villa, por la que se autorizaba a dicha villa para hacer y reparar molinos, hornos, batanes, vender vino y recibir derechos de estanco, portazgo, etc.[10]​ A la muerte de Juan de Almazán, ya en 1547, había cuatro molinos harineros: Hondonero, de la Villa, del Cubo y Nuevo, (éste último, averiado en ese año). También cuatro hornos: del Arrabal, del Mercado, del Repullete y de la Morería, además cuatro batanes, una aceña y una tenería.

 
Blasón de los Figueroa

A mediados del siglo XV los Figueroa ya moraban en Beas, ostentando importantes cargos, aunque en aquella época eran caballeros de segundo orden, conviniendo a los reyes rodearse de la nobleza media. Por 1430 los Manrique emparentaron con los Figueroa por lazos matrimoniales, así Rodrigo Manrique casó con Mencia de Figueroa, siendo los padres de Jorge Manrique, y Fadrique Manrique casó con Elvira de Figueroa, y tuvieron por hija a María, que casó con Gonzalo Fernández de Córdoba, apodado el Gran Capitán.

El 22 de octubre de 1547, Carlos V nombra a Gómez Suárez de Figueroa, Comendador de Beas por fallecimiento de Juan Pérez de Almazán. Años más tarde continua al servicio de Felipe II, dándole el título de Capitán de la Guardia, de sus Consejos de Estado y de Guerra y Gentilhombre de Cámara. Acompaña al rey a Inglaterra a los esponsales con María Túdor,[11]​ donde casaría con una de las damas de la reina, luego es nombrado Miembro del Consejo de Estado, siendo una figura cercana y de confianza del rey. En recompensa a sus méritos el 16 de enero de 1559 le transmuta la Encomienda de Beas (concedida a Juan de Ayala), por la más rentable de Segura, vacante por Pedro Portocarrero. Antes, en 1552 había heredado el título de V Conde de Feria por la muerte de su hermano Pedro Fernández de Córdoba Suárez de Figueroa. En 1567 el rey le otorga a Gómez el título de Duque, culminado así su larga trayectoria.[12]​ Tras ser nombrado Gómez Comendador de Segura, ya en 1565, Beas pasa a formar parte del partido de Segura, residencia del gobernador.[11]

El Concejo de Beas editar

 
Escudo de Beas. Descripción: El Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Beas

A la concesión del título de Villa se dotó de término por privilegios y repartimientos, en estos términos pasaba a ejercer el Concejo por medio de justicia y regidores cierta autonomía municipal derivada de la concesión de privilegios que la Orden de Santiago otorgaba a sus vecinos, con la intención de que se constituyese una comunidad gobernada por ellos mismos como incentivo a su permanencia, aunque bien existían ciertos límites, por poderes superiores como jueces territoriales o el Consejo de las Órdenes.[13]

La estructura del Concejo estaba representada por la figura del Gobernador, que residía en Villanueva de los Infantes, teniendo potestad para abocar las causas en cualquier villa de su jurisdicción. El consistorio lo constituían los regidores, variando el número dependiendo la importancia del lugar, dos alcaldes ordinarios, formando parte también fieles ejecutores, procuradores, alguaciles, alcaldes de la hermandad, escribanos, mayordomos. Estos se reunían periódicamente, rigiéndose por Leyes Capitulares y Ordenanzas, para el buen funcionamiento de la villa.[14]

Alcaldes ordinarios

Los alcaldes estaban obligados a impartir justicia conforme marcan las leyes y ordenanzas y hacer cumplirlas a los vecinos. También entendían de causas civiles y criminales de aquellos delitos que no fueran de pena de muerte, destierro o confiscación de bienes, y en el caso de sentencia, se dejaba el derecho de apelación al Gobernador.

Regidores

La autoridad y potestad de los regidores venía legitimada y configurada por una posición privilegiada, dominando el control político y la actividad económica de la villa donde ejercían sus funciones, que eran la regulación y administración de las Ordenanzas municipales, de los pósitos públicos, de las sisas, derramas y repartimientos que se hacían a los vecinos, dándoles acceso a propios y comunes, arrendamientos, e incluso a la posesión de bienes y derechos.[15]

Marco religioso editar

 
Sello de la antigua Vicaría de Veas Verae Nullius.

Fue Vicaria al hacerse la Orden de Santiago poseedora de la villa de Beas y después de haber sido permutada en 1239 al obispo Juan de Osma; el Consejo de Órdenes estableció una vicaria que gozaba de jurisdicción Verae Nullius, lo que representaba que la villa no estuviese sujeta a ninguna potestad eclesiástica. Este hecho fue posible debido a una bula papal concedida a dicha orden por el papa Alejandro III, la cual les otorgaba derechos sobre las tierras conquistadas. Por este método, el consejo nombraba a un vicario residente en Beas, el cual tenía la obligación de visitar periódicamente las villas que se encontraban bajo su jurisdicción y cuyo superior era el prior del Convento de Uclés.[16]

En 1242, Fernando III trasladó la Diócesis de Baeza a Jaén y los límites los pasaron por Beas y Chiclana, quedando ambas excluidas, y al mismo tiempo colindantes al Obispado de Cartagena, y así adscritas a dicha Diócesis, llegando a existir litigios entre la Orden y el Obispado. Posteriormente le agregaron a la Vicaria de Beas, la de Villarrodrigo y la de Bedmar, que les fueron enajenadas al perder sus privilegios por no realizar el vicario las visitas periódicas que le fueron encomendadas.[17][18]​ Al final la Vicaría de Beas pasó a la Diócesis de Jaén por una carta apostólica de fecha 14 de julio de 1873, mandada por el papa Pio X,[19]

En 1430 se establece en Beas un convento de franciscanos claustrales en los extramuros de la villa, dotado de suficiente renta para que pudieran morar una cuarentena de franciscanos, en la más estricta regla de su Orden. En 1445 es transferido a franciscanos observantes. En gran medida este convento fue sufragado por familias nobles de Beas, así en la iglesia del convento, la Capilla Mayor se fundó en 1512 a consta de los Godínez y el retablo del altar mayor de dicha iglesia fue costeado por la misma familia dotándolo de suficiente renta.[20]

Cerca del convento se encontraba un beaterio de la Limpia Concepción, en 1508 pasó a ser convento de Clarisas franciscanas gracias a la aportación de una viuda y sus dos hijas, todas naturales de Beas. A partir de 1544 los franciscanos pudieron ayudar espiritualmente a estas monjas, aunque económicamente vivían en la pobreza y se sustentaban de la caridad de los vecinos.[21]

En 1495, siendo Comendador de Beas Enrique Enríquez, se reedifica la Iglesia Parroquial, dotándola con una torre mudéjar, que llegó a estar en pie hasta mediados del siglo XX. También constaba de seis capillas, una con advocación a San Pedro y San Pablo, otra a Santa Ana, que daba paso a la sacristía, otra a La Quinta Angustia, otra a La Encarnación, una quinta a Santa Catalina y la sexta a San Jorge. En ellas había enterramientos de vecinos principales de la villa. Y su Capilla Mayor estaba consagrada a Nuestra Señora de Gracia, siendo sus patrones los Rodríguez de Sandoval y Negretes. La advocación de Nuestra Señora de Gracia viene dada por Miguel Pérez de Almazán, ya que su esposa se llamaba así.[13]

Francisco Martínez Vellón, natural de Beas, fue capellán de los Reyes Católicos. Siendo vicario de Beas construyó a su consta la ermita de San Miguel, cerca del cementerio del mismo nombre. Con el tiempo esta ermita pasó a ser Casa de la Inquisición, donde se procesaban a los vecinos con causas de esta índole.[22]

La villa además contaba con tres ermitas fuera de la villa: una de San Bartolomé y San Sebastián, guardando voto por antiguas pestilencias, otra de Santa Justa y Rufina que hace fiesta en voto por las sequías, y otra de San Juan, que representa a los gremios artesanales de la villa. Y dos ermita más dentro de la Villa con advocación a San Agustín y la otra se encontraba en la Villa Vieja, dedicada a Santa María.[23]

Conclusiones editar

El rey era el único que tenía potestad –regalía– para establecer nuevos mercados. Así lo expresaba Alfonso X el sabio, en las Partidas, estableciendo:

Ferias e mercados en que usan los omes a fazer vendidas, e compras, e cambios, non las deuen fazer en otros lugares, si non en aquellos que antiguamente acostumbraban fazer. Fueras ende, si el rey otorgasse por su priuilegio, poder a algunos lugares de nueuo, que las fiziesen.[24]

Al recortar los Reyes Católicos, gran parte de los derechos que poseían las villas, y al hacerse administradores perpetuos de las órdenes militares, algunas villas y lugares pequeños sufren un retroceso en cuanto a número de habitantes, es el caso de Beas, que a principios del siglo XVI, pierde parte de su población, y con el fin de recuperar una estabilidad, era crear mercados francos, estimulando de esta forma la vida mercantil, el tráfico y movimiento que lleva consigo, favoreciendo la prosperidad, y el crecimiento de la población.

El mercado ha estado sometido a las estructuras jurídicas necesarias para protegerlo y defender sus relaciones mercantiles, y para garantizar la seguridad de quienes acudían a él para negociar mercancías. Por eso el mercado medieval es un lugar determinado para intercambios de productos y de relaciones comerciales en una fecha periódicamente fijada, al mismo tiempo que su organización ofrece una serie de garantías y seguridad con la intervención pública, que corría a cargo del Concejo, el cual disponía con autoridad la marcha del tráfico, regulaba la provisión del mercado, fiscalizaba y garantizaba los convenios, imponía los precios, etc, en cumplimiento de sus propias Ordenanzas.

Notas editar

Referencias editar

  1. Prieto Bances, Ramón (1976). Universidad de Oviedo, ed. Obra escrita, Volumén 2. pp. 499 y 500. Consultado el 5 de abril de 2014. 
  2. Author (1979). Madrid, ed. Revista Hidalguía número 154-155. p. 555. Consultado el 5 de abril de 2014. 
  3. Abelardo Merino Álvarez (2003). Maxtor, ed. La sociedad abulense durante el siglo XVI: la nobleza. Consultado el 17 de junio de 2013. 
  4. a b Miguel Rodríguez Llopis (1996). NOTICIARIO DE HISTORIA AGRARÍA. N º 12, pp: 57 90, ed. «Poder y parentesco en la nobleza santiaguista del siglo XV». Consultado el 17 de junio de 2013. 
  5. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Fadrique
  6. Miguel Ángel Ladero Quesada (1975). dialnet.unirioja.es, ed. La Orden de Santiago en Andalucía. Consultado el 17 de junio de 2013. 
  7. a b c Daniel Rodríguez Blanco (2004). Historia, instituciones, documentos, ISSN 0210-7716, N º 31, ed. Santiago y Calatrava en transición (inicios del s. XVI): renta y milicia. pp. 511 542. Consultado el 17 de junio de 2013.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Almazan» está definido varias veces con contenidos diferentes
  8. Ramón Prieto Bances. books.google.es, ed. Obra escrita. Consultado el 17 de junio de 2013. 
  9. a b Pedro Rodríguez Muñoz (1951). Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, ed. Un colaborador de los Reyes Católicos. Consultado el 17 de junio de 2013. 
  10. AHN, OO.MM-Santiago-Uclés, carp. 358, nº 10, s. fol.
  11. a b Marqués de Siete Iglesias. Revista Hidalguía número 154-155. Año 1979, ed. «Los trece de la Orden de Santiago». Consultado el 19 de abril de 2013. 
  12. Francisco Ruano y Joannes Ribadas (1769). Juan Rodríguez, ed. Casa de Cabrera en Córdoba: obra genealógica histórica, dedicada a el señor .... Consultado el 17 de junio de 2013. 
  13. a b AHN, OO.MM-Santiago-Uclés, carp. 358, s. fol.
  14. Bruno Aguilera Barchet (2006). Editorial Aranzadi, ed. El derecho en la época del Quijote.. Consultado el 18 de junio de 2013. 
  15. José Ignacio Ruiz Rodríguez (ed.). «Organización política y económica de la Orden de Santiago en el siglo XVII: los hombres, la economía y las instituciones en el Campo de Montiel.». Consultado el 19 de abril de 2013. 
  16. Derek W. Lomax (1965). Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Escuela de Estudios Medievales, ed. «La Orden de Santiago, 1170-1275». Consultado el 18 de junio de 2013. 
  17. Cebada y Portillo, Camilo Tomás de la. books.google.es, ed. «Relación de la Vicaria de Beas por el presbítero de Beas». Consultado el 17 de abril de 2013. 
  18. Martín Jimena Jurado, José Rodríguez Molina, María José Osorio Pérez. dialnet.unirioja.es - Universidad de Granada, ed. «Catálogo de los obispos de las iglesias catedrales de Jaén y anales eclesiásticas de este obispado». Consultado el 17 de abril de 2013. 
  19. Boletín Oficial del Obispado de Jaén, año 1873. Pág. 137 ss.
  20. Pedro Riquelme Oliva (1993). Editorial Espigas, ed. «Iglesia y liberalismo: los Franciscanos en el reino de Murcia, 1768-1840». Consultado el 18 de junio de 2013. 
  21. Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla (2005). Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas y Artísticas., ed. La Inmaculada Concepción a través del patrimonio de franciscanos y dominicos en el Reino de Jaén. Consultado el 18 de junio de 2013. 
  22. Efrén de la Madre de Dios (padre) y Otger Steggink (1982). Universidad Pontificia de Salamanca, ed. Santa Teresa y su tiempo.  Parámetro desconocido |fechacceso= ignorado (se sugiere |fechaacceso=) (ayuda)
  23. Rodrigo Mendes da Silva (1675). Roque Rico de Miranda, ed. «Población general de España, sus trofeos, blasones y conquistas heroicas». Consultado el 18 de junio de 2013. 
  24. Jesús García Díaz - Universidad de Sevilla (ed.). «El fenómeno del mercado en la obra legislativa del Alfonso X el Sabio.». Consultado el 17 de abril de 2013. 

Bibliografía editar

  • La voz de la Sierra de Segura: edición mensual gratuita. Diario Jaén. 2003. OCLC 436460136. 
  • La voz de la Villa. Ayto. Beas de Segura. 1992. OCLC 436483270. 
  • Esarte, Pedro (2001). Navarra, 1512-1530. Pamplona: Pamiela. OCLC 49819082. 
  • Montalva de, Efrén (1975). Beas y Santa Teresa. Espiritualidad. OCLC 11152344. 
  • Por Jaén (Spain: Province)., Área de Cultura. (1982). Actas del I Congreso de Cronistas de la Provincia de Jaén. Diputación Provincial de Jaén. OCLC 729509790. 
  • Porras Arboleda, Pedro Andrés (1997). La Orden de Santiago en el siglo XV: la Provincia de Castilla. OCLC 38034576. 
  • Ruiz Rodríguez, José Ignacio (1993). Organización política y económica de la Orden de Santiago en el siglo XVII: (los hombres, la economía y las instituciones). OCLC 31312413. 
  • VV., AA. (1999). Revista de estudios extremeños. Diputación Provincial de Badajoz. OCLC 644262050. 

Enlaces externos editar