Usuario:MarioGom/Taller/Promoción de la democracia

La promoción de la democracia, también llamada asistencia democrática,[1]​ es un conjunto de políticas exteriores implantadas por algunos estados para promover la democracia liberal[nota 1]​ en otros estados. Las políticas de promoción de la democracia incluyen la redacción de constituciones, asistencia y observación electoral, reforma de cuerpos judiciales, la promoción del rol de la ley, entrenamiento policial y militar, promover fortalecimiento de la seguridad interna, reforzar los sindicatos y asistir a los medios de comunicación. [2]​ El máximo exponente de estas políticas es Estados Unidos, con su primer auge a partir de los años 1980.[2]

Historia

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Antecedentes (años 1950 a 1970)

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Tras la Segunda Guerra Mundial, en los años 1950, se dieron los primeros intentos de crear programas de desarrollo político en Estados Unidos, con varias proposiciones de leyes para crear una «Academia de la Libertad» para apoyar el desarrollo de partidos políticos en el tercer mundo. Sin embargo, todas ellas serían rechazadas y los intentos cesarían hasta mediados de los años 1960.[3]

En los años 1960 el anticomunismo dominaba la política exterior de Estados Unidos, compitiendo con la Unión Soviética en múltiples frentes para ganar la lealtad del mayor número posible de países en vías de desarrollo.[4]​ La administración Kennedy enfocaba la ayuda exterior a la teoría de la modernización, según la cual, promover el desarrollo económico en otros países llevaría gradualmente a un sistema económico, político y social similar al estadounidense.[4]​ No obstante, el desarrollo de las instituciones democráticas no era un objetivo directo.[5]​ Tras el triunfo de la revolución cubana en 1959, Estados Unidos aplicó ampliamente tipo de programas de ayuda en América Latina para contrarrestar la influencia de la Unión Soviética en el continente.[6]​ La Alianza para el Progreso fue la principal iniciativa del gobierno estadounidense para la ayuda exterior en América Latina.[7]

El fortalecimiento de los sindicatos también comienza a tener importancia en la política de ayuda de Estados Unidos durante los años 1960. La principal central sindical estadounidense, AFL-CIO, trabajó con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en todos los países en los que tenía presencia para minar la influencia de los sindicatos de izquierdas.[8]

A mediados de los años 1960, algunos políticos y académicos empiezan a cuestionar la política de ayuda exterior, calificándola de inefectiva.[7]​ En este contexto se reforma la Foreign Assistance Act, añadiéndo el Título IX, con un mandato para que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) crease programas para el desarrollo de instituciones políticas en los países objetivo.[9]​ La aplicación del Título IX conllevó multitud de proyectos de investigación por parte de USAID.[9]​ La USAID crea iniciativas para desarrollar el gobierno local y programas de educación cívica.[8]

A pesar de la aprobación del Título IX y el nuevo papel de la USAID, durante los años 1960 y primera mitad de los 1970, la promoción de la democracia todavía no jugaba un papel significativo en la política exterior estadounidense. Por un lado, no existía una asignación de fondos específica para estos programas, y por otro lado, la USAID, como organización de ayuda al desarrollo económico, evitaba la intervención política directa.[10]

En 1967, Dante Fascell, miembro demócrata de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, propone la creación de un "Instituto de Asuntos Internacionales", aunque esta es rechazada. El mismo año el presidente Johnson crea la Comisión Katzenback, que recomendó la creación por parte del gobierno de «mecanismos público-privados para proveer abiertamente fondos públicos a actividades en el extranjero de organizaciones que sean declaradas merecedoras, por el interés nacional, de apoyo público.» [11]​ A principios de los años 1970, la indignación pública contra la guerra de Vietnam, las actividades de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el escándalo Watergate retrasarían esta iniciativa durante el resto de la década.[12]

A partir de la administración Reagan (años 1980)

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En 1979, políticos, académicos, oficiales del gobierno y líderes de varios sectores de la sociedad civil crean la American Political Foundation (APF).[11]​ En 1981 la APF recomienda la creación de una comisión presidencial que evalúe «como los Estados Unidos pueden promover la democracia en el extranjero.»[13]

En 1981 la Casa Blanca comienza el «Proyecto Democracia», adjunto al Consejo de Seguridad Nacional y supervisado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).[14]​ El «Proyecto Democracia» planeaba organizar operaciones de diplomacia pública para promover la democracia estadounidense en los países comunistas. En el mismo periodo se comenzó a gestar una iniciativa complementaria, la Fundación Nacional para la Democracia, para crear el mecanismo público-privado para la financiación abierta de operaciones políticas.[15]

En junio de 1982 Ronald Reagan da un célebre discurso en el Parlamento del Reino Unido anunciando que Estados Unidos empezaría un gran programa para «promover la infraestructura de la democracia en el mundo.»[16]​ Dos meses después, una circular secreta de la Casa Blanca decía, sobre el «Proyecto Democracia»: «Necesitamos examinar como la ley y la Orden Ejecutiva pueden ser más liberales para permitir acción encubierta a una escala mayor, así como qué podemos hacer mediante un incremento sustancial de la acción política abierta.»[14][17]

En enero de 1983, Reagan firma la Decisión de Seguridad Nacional Directiva 77 (NSDD 77),[18]​ que estableció un marco de trabajo para la ejecución de operaciones políticas y guerra psicológica como parte de la política exterior de Estados Unidos. A este fin se asignaron 65 millones de dólares.[14]​ También se estableció la Oficina de Diplomacia Pública, que sería declarada como operación ilegal de propaganda doméstica en 1988.[14]​ Este aspecto de la NSDD 77 fue instrumental en la operación clandestina ilegal Irán-Contra.[19]​ La NSDD 77 estableció un comité para coordinar los programas internacionales de promoción de la democracia que Reagan había anunciado en 1982.[19][18]

En noviembre de 1983 se constituyó formalmente la Fundación Nacional para la Democracia (NED) por mandato del Congreso de los Estados Unidos.[19]

Durante los años 1980, los programas de promoción de la democracia de la NED se centran en países enemigos en el contexto de la Guerra Fría, con programas en Nicaragua y Afganistán complementarios al apoyo de grupos insurgentes,[20]​ y la promoción de transiciones democráticas en países aliados con gobiernos dictatoriales de derechas como Chile, Haití, Paraguay, Filipinas y Corea del Sur.[21]​ A finales de la década lanzó programas en Vietnam y Cuba.[20]​ Durante sus primeros años, el principal receptor de fondos de la NED fue la AFL-CIO, la principal central sindical estadounidense, de marcado carácter anticomunista.[22]

Siguiendo a la creación de la NED, se crean una serie de organizaciones gubernamentales, quasigubernamentales y no gubernamentales dedicadas a la promoción de la democracia por parte de Estados Unidos.[2]

El colapso de la Unión Soviética (años 1990)

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  • Durante los años 1990, Henry Kissinger apuntó a la oportunidad, tras el colapso de la Unión Soviética, de «construir un nuevo orden mundial aplicando los valores domésticos [de Estados Unidos] a todo el mundo».[2]
  • El cambio de dirección de USAID se acentuó bajo la administración de George H. W. Bush, con el lanzamiento en diciembre de 1990 de la "Iniciativa Democracia", que estableció la promoción de la democracia como un objetivo central de USAID. [1]​ (Diamond, 1992? + pp. 35-36?)
  • El modelo estadounidense de promoción de la democracia ha influído significativamente en la Unión Europea. [1]​ + (TODO: Lloyd, 2010, p. 548)
  • La administración Clinton aumentó las políticas de promoción de la democracia, especialmente sobre los países de la antigua esfera de influencia de la Unión Soviética.[1]​ (TODO: Cox, Ikenberry, & Inoguchi, 2000, p. 5)
  • La administración Clinton incluyó el fortalecimiento del libre mercado en sus programas de promoción de la democracia [1]​ (TODO: Cox 2000, p. 221) mediante la idea de que el libre mercado contribuye a la prosperidad, esta a la democracia y esta última a la paz.[1]​ (TODO: Dahl, 1998, pp. 164, 167–168).
  • Hobsbawm (2004) contends, “Electoral democracy is also unlikely to produce outcomes convenient to

hegemonic or imperial powers” (p. 40) [2]

  • Aunque la ayuda exterior es la principal herramienta de la promoción de la democracia, esta también ha estado vinculada ocasionalmente a operaciones miliates. Este vínculo se hizo frecuente durante la administración de George W. Bush.[1]

Las revoluciones de colores (años 2000)

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TODO: administración Obama [2]​ (p=5)

Primavera árabe (años 2010)

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TODO: Primavera árabe [2]​ (p=6)

  • Otros países europeos (Brown, 2007) + (Gillies, 1996)? + (Mushi, 1995)?

Principales promotores

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Estados Unidos

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TODO: NED, USAID

Unión Europea

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TODO: European Endowment for Democracy

Alemania

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Las 4 Stiftungs

Reino Unido

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Actores privados

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Open Society Foundations

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Modelo de democracia

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Justificación

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  • La motivación de las políticas de promoción de la democracia varían según el país que las ejerce.[1]
  • En todos los casos, la promoción de la democracia pasa a un plano secundario cuando otros intereses entran en juego.[1]​ Esto es particularmente frequente en Estados Unidos, cuyo gobierno habitualmente quita importancia a la naturaleza autoritaria de sus aliados.[1]
  • Una de las justificaciones habituales de las políticas de promoción de la democracia es la "tesis de la democracia pacífica": la idea de que las democracias no van a la guerra entre ellas.[1]
    • Esta idea está ampliamente disputada en círculos académicos, pero tiene una amplia influencia en los legisladores(policymakers?) de los países que ejercen estas políticas.[1]​ (TODO: Wolff & Wurm, 2011, pp. 79–80)
    • Esta idea fue especialmente importante en la administración Clinton. [1]​ (TODO: Cox, 2000, p. 226)
  • Justificación Kantiana (Routledge/Pace), (Oxford)

Controversias

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Modelo de democracia

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Las políticas de promoción de la democracia habitualmente intentan reproducir la misma sociedad e instituciones del país que las ejerce. En el caso de Estados Unidos, es habitual considerar la equivalencia directa entre elecciones y democracia, lo cual hace que algunos gobiernos autoritarios o semiautoritarios esquiven la intervención enternacional mediante elecciones fraudulentas.[1]​ (Klaas, 2016, p. 7)

Doble rasero

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En el caso de Nicaragua, que la administración Reagan no consideraba un país democrático, durante el periodo sandinista tuvieron lugar dos procesos electorales, en 1984 y en 1990, ambos considerados legítimos por la comunidad internacional. Mientras tanto, las elecciones de El Salvador y Guatemala, aliados de Estados Unidos, no fueron condenadas por la administración Reagan. Ante la cuestión de por qué se aplicaban distintos estándares democráticos para distintos países, la administración Reagan argumentó que Estados Unidos no está obligado a aplicar el mismo estándar a la hora de juzgar a países hostiles con Estados Unidos y a los que no.[1]​ (TODO: Hughes, 1984, pp. 1106-1107)

  • Más en (Carothers, 1999)[26]
  • Nicaragua y doble rasero [1]​ (TODO: Peceny, 1999, p. 116) (TODO: Robinson, 1996)
  • El ejemplo paradigmático de Nicaragua:
    • La administración Reagan desarrolló un programa de promoción de la democracia en Nicaragua para acabar con la Revolución Sandinista. Para ello financió y asistió de grupos antisandinistas, primero a través de la CIA y cada vez más frecuentemente a través de la NED, mediante la cual ayudaron a crear una fuerte oposición.[1]​ (TODO: Robinson, 1996, pp. 222-223)
    • Ver sección Controversia

Injerencia externa

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Los gobiernos de algunos países se oponen explícitamente a los proyectos de promoción de la democracia occidentales, argumentando que esta se trata de un intento de los países occidentales, en especial Estados Unidos, de subvertir su orden político.[27]​ Esta posición es habitual en los estados postsoviéticos, especialmente por parte del gobierno de Vladimir Putin en Rusia, el de Islom Karimov en Uzbekistán, el de Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia, Nursultán Nazarbáyev en Kazajistán o Tayikistán.[27]​ Este tipo de resistancia se ha dado también en países asiáticos como China y Nepal,[28]​ en países africanos como Zimbabue, Etiopía y Eritrea[28]​ y en países latinoaméricanos como Venezuela.[29]

Según el experto en promoción de la democracia Thomas Carothers, esta resistencia a las programas de promoción de la democracia aumentó tras las revoluciones de colores en Georgia, Ucrania y Kirguistán, debido al papel de apoyo de Estados Unidos.[29]

TODO: Democracy Promotion - Credibility and Dilemmas [1]

Véase también

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  1. El modelo de democracia al que se refieren los programas de promoción de la democracia es la democracia liberal. Este matiz es más explícito en el caso de Estados Unidos e ímplicito en el caso de la Unión Europea, véase Ryan y O'Brien, 2018 y Pace, 2012

Referencias

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  1. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s Ryan y O'Brein, 2018.
  2. a b c d e f g Ryan y O'Brien, 2018.
  3. Robinson, 1999, p. 89.
  4. a b Carothers, 1999, p. 20.
  5. Carothers, 1999, p. 21.
  6. Carothers, 1999, pp. 21-22.
  7. a b Carothers, 1999, p. 22.
  8. a b Carothers, 1999, pp. 24-25.
  9. a b Carothers, 1999, p. 23.
  10. Carothers, 1999, p. 26.
  11. a b Robinson, 1996, p. 89.
  12. Robinson, 1996, p. 89; Carothers, 1999, p. 25.
  13. Robinson, 1996, p. 90.
  14. a b c d Robinson, 1996, p. 91.
  15. Carothers, 1999, pp. 30-31.
  16. Robinson, 1996, p. 91; Carothers, 1999, p. 31.
  17. Brinkley, Joel (2 de febrero de 1987). «IRAN SALES LINKED TO WIDE PROGRAM OF COVERT POLICIES». The New York Times (en inglés). Consultado el 8 de septiembre de 2018. 
  18. a b Reagan, Ronald (14 de enero de 1983). «Management of Public Diplomacy Relative to National Security (NSC-NSDD-77)» (en inglés). 
  19. a b c Robinson, 1996, p. 92.
  20. a b Robinson, 1996, pp. 92-93.
  21. Robinson, 1996, p. 93; Carothers, 1999, p. 29.
  22. Carothers, 1999, p. 32.
  23. Carothers, 1999, p. 40; Robinson, 1996, p. 93; Ryan y O'Brien, 2018.
  24. Carothers, 1999, pp. 40-41.
  25. Carothers, 1999, p. 41.
  26. Carothers, 1999, pp. 33-35.
  27. a b Carothers, 2006, pp. 56-57.
  28. a b Carothers, 2006, p. 58.
  29. a b Carothers, 2006, p. 59.

Bibliografía

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  • Brown, Stephen (2005). «Foreign Aid and Democracy Promotion: Lessons from Africa». The European Journal of Development Research (en inglés) 17 (2): 179-198. doi:10.1080/09578810500130799. 
  • Carothers, Thomas (1999). Aiding Democracy Abroad: The Learning Curve (en inglés). Carnegie Endowment for International Peace. ISBN 9780870033414. 
  • — (2006). «The Backlash against Democracy Promotion». Foreign Affairs (en inglés) 85 (2). doi:10.2307/20031911. 
  • Guilhot, Nicolas (2005). The Democracy Makers: Human Rights and International Order (en inglés). Columbia University Press. ISBN 9780231131247. 
  • Pace, Michelle (2012). «The European Union and democratization». En Haynes, Jeffrey, ed. Routledge Handbook of Democratization (en inglés). Routledge. ISBN 9780203148433. 
  • Pee, Robert (2015). Democracy, Promotion, National Security and Strategy: Foreign policy under the Reagan Administration (en inglés). Routledge. ISBN 9781317572596. }
  • Robinson, William I. (1996). Promoting polyarchy: Globalization, US intervention and hegemony (en inglés). Cambridge University Press. ISBN 9780521562034. 
  • Ryan, David; O'Brien, Liam (2018). «Democracy Promotion and U.S. Foreign Policy». En Cameron G. Thies, ed. The Oxford Encyclopedia of Foreign Policy (en inglés). ISBN 9780190870690. 
  • TODO: The Oxford Handbook of International Organizations // Democracy Promotion
  • TODO: Routledge Handbook on American Foreign Policy: Democracy Promotion