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Feminismos indígenas

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Los feminismos indígenas son corrientes del feminismo que priman el pensamiento colectivo, la lucha por los derechos comunitarios y marcan una diferencia en el pensamiento feminista occidental, que parte del individuo y su exclusividad. Estos feminismos tienen sus raíces en distintas comunidades indígenas y se centran en la construcción de un proyecto para el bien común.[1]

Este feminismo tiene como prioridad el cumplimiento de derecho colectivo a la tierra y los recursos naturales, el derecho a no sufrir violencias en territorios y cuerpos desde la reivindicación territorio-cuerpo-tierra.[1]

Asimismo, dan importancia a las identidades indígenas marginadas, invisibilizadas y aplastadas porque la colonización ha minimizado su representación social. Las feministas indígenas luchan por darle voz a sus problemas específicos, así como sus propias cosmovisiones, que han sido silenciadas desde tiempos antiguos. Además, se centra en la visión de la interseccionalidad, reconociendo la diversidad de experiencias de las mujeres y, así, acabar con las fuerzas de represión y opresión contra las que se enfrentan.[1]

Aportes

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El feminismo indígena ha realizado contribuciones significativas en múltiples áreas, ofreciendo perspectivas únicas y soluciones integrales a problemas complejos. Estas aportaciones no solo enriquecen el feminismo global, sino que también abren nuevas vías para la justicia social y ambiental. Algunas contribuciones del feminismo indígena son:

1. Enfoque interseccional y descolonizador

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El feminismo indígena destaca por su enfoque interseccional, que no solo aborda las opresiones de género, sino también las de raza, etnicidad y clase. Este enfoque reconoce que las mujeres indígenas enfrentan múltiples capas de opresión que están interconectadas, y que deben ser abordadas de manera integral para comprender la complejidad de sus experiencias. Además, este feminismo promueve una descolonización del pensamiento, cuestionando las narrativas eurocéntricas y proponiendo marcos teóricos y metodológicos que reflejan la diversidad y especificidad de las experiencias indígenas. La descolonización es fundamental para desafiar y desmantelar las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad y la injusticia.[2]

2. Defensa de los derechos colectivos

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El feminismo indígena se distingue por su énfasis en los derechos colectivos, en contraste con el enfoque individualista de muchos feminismos occidentales. Las mujeres indígenas luchan por la autodeterminación de sus pueblos, la soberanía alimentaria y el control sobre sus territorios y recursos naturales. Este enfoque colectivo es esencial para la supervivencia y bienestar de sus comunidades, donde el bienestar individual está intrínsecamente ligado al bienestar colectivo. La defensa de los derechos colectivos implica también la protección del medio ambiente y la lucha contra la explotación de los recursos naturales por parte de corporaciones transnacionales y estados que no respetan los derechos de los pueblos indígenas.[2]

3. Revalorización de saberes ancestrales

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El feminismo indígena revaloriza y preserva los saberes ancestrales que incluyen prácticas sostenibles de manejo de recursos naturales, sistemas de salud basados en la medicina tradicional y formas de organización comunitaria que han sido marginalizadas por la modernidad colonial. Al rescatar y revitalizar estos saberes, el feminismo indígena no solo preserva la riqueza cultural de los pueblos originarios, sino que también ofrece alternativas viables y sostenibles a los modelos de desarrollo occidental que a menudo resultan en la degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad. La revalorización de los saberes ancestrales también implica un reconocimiento de la sabiduría y la autoridad de las mujeres mayores y las líderes comunitarias, quienes son depositarias de estos conocimientos.[3]

4. Articulación de la relación territorio-cuerpo

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Una contribución distintiva del feminismo indígena es la articulación de la relación entre territorio y cuerpo. Las mujeres indígenas ven sus cuerpos y sus tierras como profundamente interconectados, y la defensa de sus territorios es también una defensa de sus cuerpos. Esta comprensión subraya la importancia de la tierra no solo como un recurso económico, sino como una extensión de la identidad y la espiritualidad de las comunidades indígenas. La lucha por la tierra es, por lo tanto, una lucha por la dignidad, la autonomía y la supervivencia cultural. Esta perspectiva resalta la necesidad de proteger los territorios indígenas de la explotación y la violencia, reconociendo que la devastación del medio ambiente tiene un impacto directo y devastador en las vidas y cuerpos de las mujeres indígenas.[3]

Contexto de feminismos indígenas en el mundo

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Europa

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Aunque el feminismo indígena no es un movimiento predominante, ni muy visible en Europa como en otras partes del mundo, los países de la Unión Europea apoyan el movimiento. Incluso las delegaciones de la UE celebran el día con diversas actividades y eventos, mientras que el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DAES) organiza una conmemoración virtual del Día Internacional.

En muchas sociedades antiguas de todo el mundo, las mujeres han desempeñado un papel crucial en la vida de sus comunidades y también en la actualidad. Las mujeres siguen siendo las líderes de las comunidades de los pueblos indígenas de todo el mundo. La Unión Europea se proclamó acerca del Día Internacional de los pueblos Indígenas del 2022 (9 de agosto), en el que se Josep Borrell mencionó lo siguiente en nombre de la Unión Europea:

“La UE se solidariza con los más de 476 millones de pueblos indígenas de todo el mundo. Reiteramos nuestro firme compromiso con el respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas, tal como se establece en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y en la legislación internacional sobre derechos humanos.”[4]

África

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En los países de este continente, el feminismo indígena está muy presente y cuenta con varias activistas en varios países. En Sudáfrica, por ejemplo, la activista Leslie Jansen explica las consecuencias del colonialismo en Sudáfrica y el continente, el cómo se forzó a los indígenas a asumir una identidad mestiza y la lucha contra los estereotipos construidos desde la colonia.[5]

Lo que ocurre en Sudáfrica no es ajeno a lo que está sucediendo en África en general. El colonialismo europeo apoyó a tribus que eran sedentarias. La relación con la tierra se correspondía a la vida nómada, de cazadores-recolectores, por lo cual el colonialismo no consideraba que el uso del territorio fuera válido, productivo. Las estructuras de liderazgo en comunidades indígenas eran igualitarias y no tan patriarcales. Entonces, el colonialismo negoció con otras tribus e invirtió en ellas, lo que les dio poder en todo África. Cuando el colonialismo llegó a su fin, los pueblos indígenas no poseían la fortaleza política que sí gozaban otras comunidades tribales.[5]

La vida de todas las mujeres muestra distintos niveles de lucha cotidiana. Cuidan de sus hijos, hijas y, a su vez, deben proveer dinero para mantener a sus familias. Las condiciones son malas. Sin embargo, la situación de las mujeres indígenas es aún más precaria por su invisibilidad dentro de la sociedad. Los derechos de las indígenas ni siquiera son defendidos por el movimiento feminista. Muchas veces, no se trata de una exclusión consciente, pero igualmente nos afecta y las estadísticas lo demuestran.[5]

Particularmente en este continente el feminismo indígena está fuertemente relacionado al feminismo descolonial.[5]

La sociedad y la comunidad realizadas por las mujeres indígenas en Asia con frecuencia pasan desapercibidas y no son reconocidas debido a la continua marginación y discriminación en la región y más allá. Los participantes de un taller celebrado el 2 de septiembre en la 11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) fueron informados de que, aunque la igualdad de género cobra lentamente impulso a escala mundial, las mujeres indígenas siguen luchando por sus derechos.[6]

El evento fue organizado por el Pacto de Pueblos Indígenas de Asia (PPIA) con el apoyo de ONU Mujeres dentro del marco de su programa regional para mejorar los derechos humanos de las mujeres en el sudeste asiático. "El impacto de la violencia contra las mujeres indígenas, que acompaña la militarización de los territorios indígenas y la destrucción de sus recursos naturales que conducen al desplazamiento, afecta no sólo a los individuos sino al grupo, atentando contra la dimensión sociocultural de su identidad y dignidad", comenta Joan Carling, Secretaria General de la PPIA.[7]

Las mujeres indígenas también se han visto seriamente afectadas por las acciones anteriores del estado. AIPP, NIWA y sus miembros recibieron informes de acoso, violación, intento de violación, encarcelamiento y asesinatos de defensoras de los derechos humanos de las mujeres indígenas. Sin embargo, no son solo las acciones del estado las que han impactado a las mujeres indígenas. La seguridad de las mujeres y niñas indígenas (incluidas las mujeres con discapacidad), el aumento la violencia de género, así como la violencia doméstica, el acoso y la violación (dentro de las familias y las comunidades) incluso en centros públicos de cuarentena.[8]

Sudamérica

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El movimiento de feminismos indígenas en Sudamérica ha emergido como una fuerza vital en la lucha por los derechos humanos, sociales y culturales de las mujeres indígenas. Estos feminismos se distinguen por su enfoque en la intersección de género, etnicidad y territorio, reconociendo la profunda conexión que las mujeres indígenas tienen con sus tierras ancestrales y su cultura[9]​. En Sudamérica, la colonización trajo consigo la destrucción de muchos aspectos de las culturas originarias, incluida la posición y el rol de las mujeres en sus comunidades.[10]

Sin embargo, las mujeres indígenas han resistido y preservado sus identidades culturales, desafiando las imposiciones externas y luchando por el reconocimiento de sus derechos.[11]

Lideresas como Bartolina Sisa en Bolivia y Rigoberta Menchú en Guatemala (aunque no es Sudamérica, su influencia es relevante) son ejemplos emblemáticos de la resistencia y la lucha de las mujeres indígenas. En Bolivia, el movimiento de mujeres indígenas ha sido particularmente fuerte, con organizaciones como la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia "Bartolina Sisa" que han jugado un papel crucial en la política nacional.[11]

En otros países sudamericanos, como Ecuador, Perú y Colombia, las mujeres indígenas también han creado movimientos y organizaciones para defender sus derechos y territorios. Estas líderes y movimientos han trabajado para visibilizar los problemas específicos que enfrentan las mujeres indígenas y para promover cambios legislativos y sociales. Las mujeres indígenas en Sudamérica enfrentan una serie de desafíos que incluyen la violencia de género, la discriminación racial, el acceso limitado a la educación y la salud, y la lucha por la defensa de sus territorios frente a proyectos extractivos y de desarrollo que amenazan su modo de vida.[11]

Entre las principales demandas de los movimientos feministas indígenas se encuentran el reconocimiento pleno de sus derechos como pueblos indígenas, la protección de sus territorios, la implementación de políticas públicas con enfoque intercultural y de género, y la participación efectiva en los procesos de toma de decisiones a nivel local, nacional e internacional.[11]

A pesar de los desafíos, las mujeres indígenas han logrado importantes avances en su lucha. En Bolivia, por ejemplo, la nueva Constitución de 2009 reconoce explícitamente los derechos de los pueblos indígenas y ha establecido mecanismos para su protección. En otros países, se han creado espacios de diálogo y participación que han permitido a las mujeres indígenas influir en políticas públicas y programas de desarrollo. Además, las mujeres indígenas han sido fundamentales en la revitalización y preservación de sus lenguas y culturas, transmitiendo conocimientos ancestrales a las nuevas generaciones y fortaleciendo la identidad cultural de sus comunidades.[11]

México

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Dentro de las diferentes maneras en que las mujeres luchan contra el patriarcado, el feminismo es la más conocida, provocando a veces que toda lucha de las mujeres alrededor del mundo se encasille en este término. Sin embargo, las mujeres indígenas han tomado varios análisis y planteamiento del feminismo, incluyendo el propio nombre, para dar voz a la situación y contexto de las mujeres indígenas con respecto a la resistencia del patriarcado.[12]

La manera en la que el patriarcado ordena el mundo y clasifica a las personas se analiza como un fenómeno histórico. Por esta razón, como lo ha dicho la antropóloga Kaqchikel Aura Cumes, la manera en la que funciona el patriarcado es indisoluble del colonialismo, Además, se considera que la violencia patriarcal que afecta a los pueblos indígenas es más fuerte comparado aquella que sufren otras mujeres. Esta situación tiene como consecuencia que las respuestas anti-patriarcales de las mujeres indígenas se proyecten de diversas formas.[12]

La violencia contra las mujeres es un fenómeno complejo. Con base en el tratamiento de información de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de Relaciones en los Hogares realizada por el gobierno de México y la aplicación del criterio del hogar indígena se estima que el 59% de las mujeres indígenas han experimentado algún tipo de violencia. El más predominante entre es la violencia emocional que ha afectado al 45.5% de las mujeres de la encuesta seguida de la violencia física con 32.6% y la violencia sexual 29.6%.[13]

Canadá

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"Mujeres y niñas desparecidas y asesinadas" parece es parte de la narrativa en Canadá. Muchas mujeres y niñas indígenas han sufrido violencia y genocidio colonial durante cientos de años. Según datos del 2004 de Statistics Canada las mujeres indígenas registran índices de violencia más elevados que las no indígenas, y datos más recientes del 2015 y 2020 demuestran que el 24% de las víctimas de feminicidio en Canadá eran indígenas, a pesar de que no representan más del 5% del total de la población en el país.[14]

Una larga lista de denuncias de familiares de mujeres indígenas desaparecidas y asesinadas han motivado que se creen la unidades como la Unidad de Investigación Nacional sobre las Mujeres y Niñas Desaparecidas y Asesinadas que después que 33 meses de funcionamiento llegó a la conclusión de que se trata de un genocidio y el primer ministro, Justin Trudeau, lo reconoció como tal.[15]

En 2021 las mujeres indígenas seguían en relevancia por diversas luchas por el progreso, justicia y reconocimiento de derechos y título de propiedad de pueblos indígenas en Canadá las dirigentes indígenas incluyen, entre otras: la kukpi (jefa) Judy Wilson quien participó en una delegación indígena ante la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático en 2021 y exigió acciones frente al mismo.[16]

Estados Unidos

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Las mujeres indígenas en los Estados Unidos siguen enfrentándose a un riesgo desproporcionado de asesinato, agresión sexual y otras formas de violencia. Según una investigación realizada por el Simposio Internacional sobre Identificación Humana, “de todos los grupos de Estados Unidos, son las mujeres indígenas las que se enfrentan a los índices de violencia más elevados”. Los datos recopilados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos señalan que, en algunos condados del país, las tasas de homicidio de mujeres indígenas son diez veces superiores a las tasas medias nacionales. Este mismo informe demuestra que las mujeres indígenas son casi tres veces más susceptibles a la violación y la violencia sexual que las mujeres blancas, negras y asiáticas. Además, un informe publicado en 2016 sugiere que hay una mayor prevalencia de violencia interracial contra las mujeres (y hombres) indígenas que de violencia intraracial, es decir, los actos violentos son cometidos en su mayoría por agresores no indígenas”.[17]

Desde 2017, el 5 de mayo está reconocido en Estados Unidos como el Día Nacional de Concientización sobre las Niñas y Mujeres Indígenas Asesinadas y Desaparecidas. En todo el país miles de personas protagonizan marchas, foros, reuniones comunitarias y vigilias, en apoyo al feminismo indígena.[17]

Australia

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El feminismo indígena en Australia se distingue por su enfoque en la autodeterminación y la preservación cultural. Organizaciones como Djirra, liderada por Antoinette Braybrook, trabajan para proporcionar apoyo a las mujeres indígenas y abogan por políticas que aborden las necesidades específicas de sus comunidades​.[18]​Se considera que este feminismo no lucha únicamente por la igualdad de género, sino que la lucha incluye el reconocimiento y enmendamiento de injusticias con un trasfondo histórico hacia la población indigena de la actualidad.

La población aborigen en Australia constituye el 3% de la población total de 24,220,200. Los pueblos aborígenes e isleños del Estrecho de Torres, ya han sido reconocidos como los primeros pueblos en la región, de manera que muchos títulos y reconocimientos han sido asignados a los anteriores. Estos consisten en: Native Title Act (1993), Aboriginal and Torres Strait Islander Commission Act (1989 y 2005) y la Ley de Discriminación Racial (1975).[19]

Sin embargo, el país ha recibido críticas por la ONU, en las cuales se menciona que fallan en proteger a las poblaciones que habitan la región. Hay problemas focalizados en las personas indígenas en Australia. Entre estos, que la tasa de suicidio es alta, específicamente, el 80% de los suicidios en menores de edad son de niños indigenas. Sin embargo, entre otros problemas, está incluido que los pueblos indígenas son más sujetos a situaciones de discriminación, la cual incluye el sexismo. Las mujeres indígenas en Australia presentan altas tasas de violencia doméstica, puesto que aproximadamente 1 de cada 4 casos de personas que buscan tratamiento hospitalario son indígenas.[19]

Referencias

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  1. a b c «Feminismos indígenas – MODII». modii.org. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  2. a b Fernández Míguez, Sheila; Faundes Peñafiel, Juan Jorge (2019). «Emergencia de las mujeres indígenas en América Latina. Debates sobre género, etnicidad e identidad cultural». Revista chilena de derecho y ciencia política 10 (2): 53-96. ISSN 0718-9389. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  3. a b Moore Torres, Catherine (2018-12). «Feminismos del Sur, abriendo horizontes de descolonización. Los feminismos indígenas y los feminismos comunitarios». Estudios Políticos (53): 237-259. ISSN 0121-5167. doi:10.17533/udea.espo.n53a11. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  4. «Las mujeres indígenas, el latido que mantiene vivas a las comunidades ancestrales | EEAS». www.eeas.europa.eu. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  5. a b c d «Lesle Jansen: “En la actual Sudáfrica, las mujeres indígenas son invisibles” - IWGIA - International Work Group for Indigenous Affairs». www.iwgia.org. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  6. «La lucha de las mujeres indígenas por la identidad en Asia y otros lugares | World Council of Churches». www.oikoumene.org. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  7. «Mujeres indígenas líderes del sudeste de Asia se unen contra la violencia relacionada con el desarrollo». ONU Mujeres. 5 de diciembre de 2012. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  8. «Declaración conjunta de la Red de Mujeres Indígenas en Asia (NIWA) y el Pacto de los Pueblos Indígenas de Asia (AIPP) - IWGIA - International Work Group for Indigenous Affairs». iwgia.org. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  9. Fernández Míguez, Sheila (Diciembre 2019). «Emergencia de las mujeres indígenas en América Latina. Debates sobre género, etnicidad e identidad cultural». REVISTA CHILENA DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA. 
  10. Moore Torres, C. «Feminismos del Sur, abriendo horizontes de descolonización. Los feminismos indígenas y los feminismos comunitarios.». Estudios Políticos. 
  11. a b c d e Pequeño, Andrea. «La autorepresentación: estrategias para un nuevo feminismo indígena en Ecuador». Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Ecuador. 
  12. a b «Mujeres indígenas y lucha antipatriarcal. Tres acercamientos». www.noticonquista.unam.mx. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  13. Indígenas, INPI | Instituto Nacional de los Pueblos. «Datos e indicadores sobre violencia contra las mujeres indígenas.». gob.mx. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  14. «#16Días | Acabar con la violencia contra las mujeres y las niñas indígenas». Internacional de la Educación. 2 de diciembre de 2022. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  15. «Canadá y el "genocidio" de mujeres indígenas». France 24. 10 de junio de 2019. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  16. «El Mundo Indígena 2022: Canadá - IWGIA - International Work Group for Indigenous Affairs». www.iwgia.org. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  17. a b Danica (5 de mayo de 2023). «Las luchas por las mujeres indígenas asesinadas y desaparecidas en Estados Unidos». Capire. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  18. «El silencio de Australia ante la violencia contra las mujeres indígenas». Afroféminas. 8 de mayo de 2021. Consultado el 25 de mayo de 2024. 
  19. a b «Australia - IWGIA - International Work Group for Indigenous Affairs». www.iwgia.org. Consultado el 25 de mayo de 2024.