Diferencia entre revisiones de «Augusto»

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==== Guerra con Sexto Pompeyo ====
[[Archivo:Denarius Sextus Pompeius-Scilla.jpg|thumb|[[Denario]] de [[Sexto Pompeyo]], acuñado en honor a su victoria sobre la flota de Octaviano. En el anverso se puede ver el faro de [[Mesina]], que sirvió para derrotar a Octaviano. En el reverso, el monstruo [[Escila]].]]
En Italia, Sexto Pompeyo amenazó a Octaviano con rechazar los envíos de grano a la península por medio del Mediterráneo; el propio hijo de Pompeyo había sido puesto a cargo como comandante naval con el objetivo de provocar una hambruna generalizada en Italia.<ref name="ccaa 19"/> El control de Pompeyo sobre el mar lo llevó a a adoptar el nombre ''Neptuni filius'' («hijo de [[Neptuno (mitología)|Neptuno]]»).<ref name="eck 22">Eck (2003), p. 22.</ref> En 39&nbsp;a.&nbsp;C., se llevó a cabo un acuerdo de paz temporal con él mediante el tratado de [[Miseno]]; el bloqueo de Italia fue levantado una vez que Octaviano le concedió a Pompeyo los territorios de Cerdeña, [[Córcega]], Sicilia y el [[Peloponeso]], asegurándole también una posición futura como cónsul para [[35 a. C.|35&nbsp;a.&nbsp;C.]]<ref name="ccaa 19"/><ref name="eck 22"/> Sin embargo, el acuerdo territorial entre los triunviros y Sexto Pompeyo comenzó a desmoronarse cuando Octaviano se divorció de Escribonia y contrajo matrimonio con Livia, el [[17 de enero]] de [[38 a. C.|38&nbsp;a.&nbsp;C.]]<ref name="eck 23">Eck (2003), p. 23.</ref> Asimismo, uno de los comandantes navales de Pompeyo lo traicionó y devolvió el control de Córcega y Cerdeña a Octaviano. Para atacar a Pompeyo, Octaviano necesitaba apoyo adicional de Antonio, por lo que decidió establecer un nuevo acuerdo con tal de extender la duración del Segundo Triunvirato por otros cinco años más, a partir de [[37 a. C.|37&nbsp;a.&nbsp;C.]]<ref>Scullard (1982), p. 163</ref><ref name="eck 24">Eck (2003), p. 24.</ref> Si bien Antonio accedió a apoyarlo contra Pompeyo, ésteeste esperaba obtener también ayuda para su campaña contra el [[Partos|Imperio Parto]], a manera de venganza de la derrota sufrida en [[Batalla de Carrhae|Carrhae]] en [[53 a. C.|53&nbsp;a.&nbsp;C.]]<ref name="eck 24"/> En un encuentro celebrado en [[Tarento]], Antonio le concedió ciento veinte barcos a Octaviano para que fueran usados contra Pompeyo, mientras que Octaviano le envió veinte mil [[Legionario|legionarios]] que Antonio usaría contra los partos.<ref name="eck 25">Eck (2003), p. 25.</ref> Sin embargo, Octaviano envió solo una décima parte de su propuesta original, lo cual fue visto por Antonio como una provocación intencional de su parte.<ref name="eck 25"/>
 
Octaviano y Lépido lanzaron una operación conjunta contra Pompeyo en [[Sicilia]] en [[36 a. C.|36&nbsp;a.&nbsp;C.]]<ref name="eck 25 26">Eck (2003), pp. 25-26.</ref> A pesar de los primeros reveses que tuvo Octaviano, su general [[Marco Vipsanio Agripa|Agripa]] logró destruir casi por completo a la flota de Pompeyo el [[3 de septiembre]], en la [[Batalla de Nauloco|batalla de Naulochus]].<ref name="eck 26"/> Sexto huyó al Oriente con lo que quedaba de sus tropas, pero al año siguiente sería capturado y ejecutado en la comuna de [[Mileto (Italia)|Mileto]] por uno de los generales de Antonio.<ref name="eck 26">Eck (2003), p. 26.</ref> Tanto Lépido como Octaviano reagruparon las tropas vencidas de Pompeyo, sin embargo Lépido se sintió con la autoridad suficiente como para reclamar el territorio de Sicilia para él, ordenando a Octaviano que abandonara el lugar.<ref name="eck 26"/> No obstante, las tropas de Lépido desertaron de su bando y se pasaron al bando de Octaviano, hartas de tanto enfrentamiento y tentados por las promesas de recompensas monetarias de Octaviano.<ref name="eck 26"/> Finalmente, Lépido se rindió ante Octaviano y, aunque se le permitió retener el cargo de ''[[pontifex maximus]]'', fue expulsado del Triunvirato, finiquitando su carrera pública y exiliándolo a la villa romana de [[Cabo Circei]], en Italia.<ref name="eck 26"/><ref name="Scullard_1"/> El gobierno del territorio romano pasó entonces a estar dividido entre Octaviano, en Occidente, y Antonio, en Oriente. Para mantener la paz y estabilidad en su porción del Imperio, Octaviano le garantizó a los ciudadanos de Roma sus derechos de propiedad. Esta vez estableció a sus soldados retirados fuera de Italia y devolvió a treinta mil esclavos que previamente habían huido para unirse al ejército y a la armada de Pompeyo a sus antiguos amos.<ref name="eck 26 27">Eck (2003), pp. 26-27.</ref> Para asegurar su propia seguridad, así como la de Livia y la de Octavia una vez que regresaran a Roma, Octaviano hizo que el Senado le otorgase la inmunidad soberana del tribuno (o ''sacrosanctitas'') tanto para él como para su esposa y su hermana.<ref name="eck 27 28">Eck (2003), pp. 27-28.</ref>
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Poco después de recuperarse de su enfermedad, gracias a la receta de un médico griego,<ref name="verde"/> Augusto renunció a su permanente nombramiento anual como cónsul.<ref name="eck 56"/> En el futuro, Augusto solo volvería a ocupar el consulado en dos ocasiones restantes, en los años 5 y 2&nbsp;a.&nbsp;C.<ref name="eck 56"/><ref name="ccaa 26">Eder (2005), p. 26.</ref> Aunque renunció al consulado, Augusto retuvo su ''[[imperium]]'' consular, lo cual llevó a un segundo acuerdo con el Senado, en lo que se conoce como el «segundo pacto».<ref name="eck 57">Eck (2003), p. 57.</ref> Se trataba de una hábil estratagema política planeada por Augusto; al no ocupar él mismo uno de los dos cargos de cónsul, los senadores tendrían el doble de posibilidades para aspirar a ocupar esa posición, mientras que al mismo tiempo Augusto podía «hacer un ejercicio de patronazgo más amplio entre la clase senatorial».<ref name="ccaa 36"/> Augusto ya no se hallaba en un cargo oficial desde el que gobernar el Estado, pero su posición dominante sobre las provincias romanas prevaleció al convertirse en [[procónsul]].<ref name="eck 56"/><ref name="ccaa 37">Gruen (2005), p. 37.</ref> Por otro lado, como cónsul Augusto tenía el poder para intervenir, cuando lo considerara necesario, en los asuntos de los procónsules provinciales designados por el Senado,<ref name="eck 56 57">Eck (2003), pp. 56-57.</ref> pero al pasar a ocupar el cargo de procónsul Augusto no quería que la autoridad sobre los gobernadores provinciales le fuera despojada, así que el Senado le concedió el ''imperium proconsulare maius'' («poder sobre todos los procónsules»).<ref name="eck 57"/>
 
Además, Augusto adquirió los poderes de los [[tribuno de la plebe|tribunos de la plebe]] (''tribunicia potestas'') con carácter vitalicio, si bien no recibió el propio cargo de tribuno.<ref name="eck 57"/> Legalmente, el cargo de tribuno de la plebe se hallaba vedado a los [[patricios]], un estatus de carácter hereditario que él había adquirido, tiempo atrás, al ser adoptado por Julio César.<ref name="ccaa 36">Gruen (2005), p. 36.</ref> El poder conferido le permitía convocar al Senado y al pueblo para presentar las diversas proposiciones de ley, vetar las acciones tanto de la Asamblea como del Senado, presidir las elecciones y tener el derecho de ser el primero en tener el uso de la palabra en cualquier reunión.<ref name="ccaa 26"/><ref name="eck 57 58">Eck (2003), pp. 57-58.</ref> Incluidos también en la autoridad tribunicia de Augusto estaban los poderes reservados usualmente para el [[censor romano]]; estos incluían los derechos de supervisar la moral pública, examinar las leyes para asegurarse que eran del interés público, llevar a cabo un [[censo de población|censo]] y determinar la capacidad para formar parte del Senado.<ref name="eck 59">Eck (2003), p. 59.</ref> Con los poderes de un censor, Augusto hizo un llamado a las virtudes del patriotismo romano mediante la prohibición de todas las demás vestimentas que no fueran la clásica toga al momento de acceder al Foro.<ref name="ccaa 30">Eder (2005), p. 30.</ref> Ciertamente, no existía precedente alguno en el sistema romano en el que se hubieran combinado los poderes de tribuno y los del censor en una sola persona. Augusto tampoco llegó a ser elegido formalmente para el cargo de censor.<ref name="bunson 80">Bunson (1994), p. 80.</ref> Julio César había tenido poderes similares, teniendo la responsabilidad de supervisar las morales del estado. No obstante, no llegó a tener la capacidad de un censor para llevar a cabo un censo de población y determinar la lista de miembros del Senado. El cargo de ''tribune plebis'' («tribuno de la plebe») comenzó a perder prestigio debido a la acumulación de los poderes tribunicios en la figura de Augusto, por lo que ésteeste decidió recobrar su importancia al establecerlo como un cargo obligatorio para cualquier [[plebeyos|plebeyo]] que deseara acceder al cargo de [[pretor]].<ref name="bunson 427">Bunson (1994), p. 427.</ref>
 
[[Archivo:CaesarAugustusPontiusMaximusCloseup.jpg|thumb|150px|Augusto como ''[[Pontifex Maximus]]''.]]
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[[Archivo:Jean-Auguste-Dominique INGRES - Tu Marcellus Eris - Musée des Augustins - RO 124.jpg|thumb|''[[Virgilio lee la Eneida a Livia, Octavia y Augusto]]'' (1812), de [[Jean-Auguste-Dominique Ingres]], [[Museo de los Agustinos]], [[Toulouse]]]]
 
La enfermedad de Augusto en [[23 a. C.|23&nbsp;a.&nbsp;C.]] puso en evidencia los problemas en torno a su sucesión. Para garantizar la estabilidad, Augusto necesitaba designar un heredero de su extraordinaria posición en la sociedad y gobierno romanos. Esto debía conseguirse mediante el uso de vías suaves, poco dramáticas y acumulativas que no revolviesen los temores senatoriales contra la figura de la monarquía.<ref name="ccaa 50"/> Si alguien iba a heredar su posición extraoficial de dominio, esa persona debía ganárselo por méritos que fueran reconocidos por el pueblo romano.<ref name="ccaa 50">Gruen (2005), p. 50.</ref> Algunos historiadores consideran que los indicios apuntaban al hijo de la hermana de Augusto, [[Marco Claudio Marcelo (dinastía Julio-Claudia)|Marco Claudio Marcelo]], que además se había casado con la hija de Augusto, [[Julia la Mayor]].<ref name="eck 114 115">Eck (2003), pp. 114-115.</ref> Otros historiadores, en cambio, cuestionan este punto de vista basándose en el testamento de Augusto, leído en voz alta por el Senado, mientras ésteeste se hallaba gravemente enfermo en 23&nbsp;a.&nbsp;C.,<ref name="eck 115">Eck (2003), p. 115.</ref> y en el que ésteeste mostraba su preferencia por Marco Agripa, que en ese momento era su segundo al mando y, puede que también el único de sus más allegados que podría haberse hecho cargo de las legiones y mantener el Imperio unido.<ref name="ccaa 44"/> Tras la muerte de Marcelo en 23&nbsp;a.&nbsp;C., Augusto hizo que su hija se casara con Agripa, con quien tuvo tres hijos y dos hijas: [[Cayo César]], [[Lucio César]], [[Julia la Menor]], [[Agripina la mayor]] y [[Agripa Póstumo]], este último llamado así porque nació después de que falleciera Agripa. Poco después del segundo pacto, Agripa consiguió un cargo de cinco años de duración para la administración de la mitad oriental del Imperio con el ''imperium'' de un procónsul y la misma ''tribunicia potestas'' concedida a Augusto (aunque no rebasaba la autoridad de ésteeste), estando ubicada su sede de gobierno en la isla de [[Isla de Samos|Samos]], en las [[Cícladas]].<ref name="ccaa 44">Gruen (2005), p. 44.</ref><ref name="eck 58">Eck (2003), p. 58.</ref> A pesar de que esta concesión de poder habría evidenciado el favoritismo de Augusto por Agripa, también significó una medida para complacer a los miembros de su partido cesariano, al permitir que uno de ellos compartiera una considerable cantidad de poder junto a él.<ref name="eck 58"/>
 
La intención de Augusto de convertir a Cayo y Lucio César en sus herederos resultó evidente cuando los adoptó legalmente como hijos propios.{{harvnp|Syme|2010|pp=479 y 521}} En 5 y 2&nbsp;a.&nbsp;C. volvió a ocupar el consulado para situarlos personalmente en sus carreras políticas,<ref>Scullard (1982), p. 217.</ref> resultando ambos nominados para los consulados de 1 y 4&nbsp;d.&nbsp;C.{{harvnp|Syme|2010|p=508}} Augusto mostró también preferencia por sus sobrinos, los hijos de Livia de su primer matrimonio, [[Druso el Mayor]] y [[Tiberio]], concediéndoles mandos militares y puestos públicos, y pareciendo favorecer más a Druso. Sin embargo, el matrimonio de Druso con Antonia, sobrina de Augusto, fue una relación que se hallaba tan incrustada en el seno de la familia que llegaría a perturbar las cuestiones sucesorias.<ref name="eck 116"/> Tras la muerte de Agripa en 12&nbsp;a.&nbsp;C., Tiberio, fue obligado a divorciarse de su esposa Vipsania para casarse con la viuda de Agripa, e hija de Augusto, Julia —tan pronto como el período de duelo por Agripa concluyó—.<ref name="eck 116">Eck (2003), p. 116.</ref> Mientras el matrimonio de Druso con Antonia fue considerado como una relación inquebrantable, Vipsania era «solamente» la hija del fallecido Agripa, producto de su primer matrimonio.<ref name="eck 116"/>