Diferencia entre revisiones de «Pelagio»

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== Biografía ==
Se ignora la fecha y lugar exactos de su nacimiento, aunque se cree que ésteeste pudo acontecer alrededor del [[354]]&nbsp;d.&nbsp;C. en algún punto de las [[islas británicas]]<ref>, ''Oxford Dictionary of National Biography''.</ref> (probablemente [[Gran Bretaña]], aunque se ha sugerido que podría ser [[irlanda|irlandés]]). Estudió [[teología]] y hablaba [[Idioma griego|griego]] y [[latín]] con fluidez, pero a pesar de que había servido como [[monje]] durante años, nunca llegó a ser realmente un [[clérigo]]. Comenzó a ser conocido en torno al año [[400]], cuando viajó a Roma.<ref name=Fletcher_11>{{cita libro |apellido= Fletcher|nombre= Richard|título= Who's Who in Roman Britain and Anglo-Saxon England|páginas=11–12|año= 1989|editorial= Shepheard-Walwyn|isbn=0-85683-089-5}}</ref> Aquí escribió algunas de sus mayores obras, como ''De fidi Trinitatis libri III'', ''Eclogarum ex divinis Scripturis liber unus'' y un comentario sobre las epístolas de [[Pablo de Tarso|San Pablo]]. La mayor parte de estos trabajos se han perdido hoy en día, sobreviviendo escasos fragmentos citados precisamente por sus oponentes.
 
En Roma, Pelagio observó con preocupación el relajamiento de la moral cristiana en la sociedad, culpando de ésteeste a la teología de la [[gracia divina]] que predicaban San Agustín y otros monjes. Se dice que en torno al año [[405]] oyó una cita de las ''[[Confesiones]]'' de San Agustín que decía ''Dame lo que tú ordenes y ordena lo que tú hagas''. Pelagio mostró su preocupación ante la idea que esta nota encerraba, ya que la consideraba contraria a los postulados tradicionales del Cristianismo sobre la gracia y el [[libre albedrío]] y sostenía que reducía al [[homo sapiens|hombre]] al papel de mero [[Autómata (mecánico)|autómata]]. Que por todo esto, todo el mundo tiene este nombre.
Cuando las tropas de [[Alarico I]] tomaron y saquearon Roma en [[410]], Pelagio abandonó la ciudad junto a su discípulo [[Celestio]] y se instaló en [[Cartago]],<ref name=Fletcher_11 /> donde continuó expandiendo su doctrina y llegó a conocer en persona a San Agustín.
 
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=== San Agustín ===
La rápida difusión del pelagianismo en torno a Cartago, zona donde San Agustín tenía su principal base, hizo que ésteeste y sus seguidores fueran quienes atacaran de forma más pronta y dura las doctrinas de Pelagio. Entre [[412]] y [[415]], San Agustín escribió cuatro obras dedicadas únicamente a discutir el pelagianismo: ''De peccatorum meritis et remissione libri III'', ''De spiritu et litera'', ''Definitiones Caelestii'' y ''De natura et gratia''. En ninguna de ellas llega a mencionar a Pelagio o Celestio por sus nombres, pero resulta evidente que se refiere a ellos en varias ocasiones. Entre las ideas más fuertemente defendidas por San Agustín (y rechazadas por los pelagianistas) están la existencia del pecado original, la necesidad del [[bautismo]] en la infancia, la imposibilidad de no cometer [[pecado]] si se vive al margen de [[Cristo]] y la necesidad de la gracia de ésteeste.
 
=== San Jerónimo ===
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=== Zósimo ===
Antes de ser condenado definitivamente, Pelagio escribió una última carta al papa, ''De libero arbitrio libri IV'', en la que trataba de convencerle una vez más de que sus creencias no entraban en conflicto con las defendidas por la Iglesia. El texto, no obstante, nunca llegó a ser leído por Inocencio, ya que llegó a Roma después de la muerte de ésteeste y la entronización de Zósimo en 417. En su interior, Pelagio defendía que el bautismo infantil era necesario para conseguir la entrada en el [[Reino de Dios]], pero no para conseguir la [[vida eterna]], pues no acababa realmente con el pecado original, sino que el fiel debía evitar ésteeste mediante la Gracia obtenida al estudiar las escrituras y oír los sermones. Tras leer la carta, Zósimo (mucho menos estricto que su predecesor) le declaró inocente.
 
El hecho de que Pelagio y Celestio no fueran finalmente juzgados como herejes, sorprendió enormemente a san Agustín, que convocó un nuevo sínodo en Cartago en [[418]]. Allí expuso nueve creencias defendidas por la Iglesia que eran negadas por el pelagianismo:
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Después de Dióspolis, Pelagio escribió dos obras perdidas hace tiempo, "De la Naturaleza" y "Del Libre Albedrío", en las que volvía a defender su concepción de la naturaleza del pecado y arremetía una vez más contra san Agustín, acusándole de estar bajo la influencia del [[Maniqueísmo]] al elevar el mal al mismo nivel que Dios, y de contaminar la doctrina cristiana con un fatalismo de origen pagano, según él.
 
San Agustín se convirtió efectivamente al cristianismo desde el maniqueísmo, doctrina que sostenía la existencia de un [[espíritu]] puro creado por Dios en oposición a un cuerpo corrupto y malvado, no creado por ésteeste de forma directa. Pelagio discutió la idea de que los humanos pudiesen ser condenados al [[infierno]] por hacer algo que en realidad no podían evitar, el [[pecado]], y la identificó con ideas típicas del maniqueísmo, como el [[fatalismo]] y la [[predestinación]], totalmente ajenas al concepto de [[libre albedrío]] de la humanidad. De acuerdo con los pelagianistas, estos restos de creencia fatalista se apreciaban especialmente en las enseñanzas de Agustín sobre la caída de [[Adán]], que todavía no eran de uso corriente en el momento de iniciarse la confrontación entre ambos. En oposición a ello, Pelagio y sus seguidores defendían que la humanidad era capaz de evitar el pecado, y que la elección de obedecer las órdenes de Dios era responsabilidad de cada persona. Tal idea, sin embargo, no era original de Pelagio y ya en la misma época era defendida en mayor o menor medida por varios pensadores, entre los que no faltaban algunos enfrentados a los pelagianistas por otras cuestiones.
 
Un ejemplo de la visión pelagiana acerca de la "habilidad moral" para no pecar se puede encontrar en su ''Carta a Demetria''. Mientras se hallaba en Palestina, en [[413]], Pelagio recibió una carta de la renombrada familia Anicia de Roma. Una de las [[noble]]s damas de ésta, que figuraba entre sus seguidores, había escrito a varios teólogos occidentales, entre los que se encontraban San Jerónimo y posiblemente San Agustín, en busca de adoctrinamiento moral de su hija de 14 años, Demetria. Pelagio empleó la carta de respuesta para defender su discurso sobre la moralidad, enfatizando sus ideas sobre la [[santidad]] del hombre y su capacidad para elegir una vida donde primase ésta. La carta es probablemente el único escrito que sobrevive escrito de la propia mano de Pelagio, gracias a que, irónicamente, se creyó durante siglos que su autoría correspondía a Jerónimo de Estridón, si bien el propio San Agustín ya hacía referencia al texto y su autoría en su trabajo ''De la gracia de [[Cristo]]''.