Usuario:Jennifer Alamilla/Taller0
Morbilidad femenina diferencial
editarLa morbilidad femenina diferencial, es un término, desarrollado por la médica Carmen Valls, con el propósito, de visibilizar la existencia de factores de riesgo diferenciales entre mujeres y hombres, así como aquellas enfermedades, que tienen mayor prevalencia en las mujeres, o que se presentan exclusivamente en ellas. Lo cual exige de líneas de investigación, análisis y tratamientos específicos. [1]
Cuando vivir más, no es sinónimo de vivir mejor: mujeres más longevas, pero con peor calidad de vida
editarDe acuerdo con un informe publicado por la OMS en el 2019, la esperanza de vida de las mujeres a nivel mundial, es en promedio, 4,4 años más, en comparación con los hombres, sin embargo, esto no significa, que vivan mejor que ellos. [2]
Desde hace ya un par de décadas, Lois Verbrugge, mencionaba, que la alta prevalencia de enfermedades en mujeres, así como su mala condición de salud, era resultado, en gran parte, de riesgos adquiridos como el sedentarismo y por factores como la socialización de género. Uno de los principales mandatos sociales que tienen las mujeres, es hacerse cargo de los cuidados, complacer y satisfacer las necesidades de las y los otros. Básicamente, se les educa para cuidar de la pareja, de las y los hijos, de la familia extendida, de personas mayores y de personas que conviven con alguna discapacidad o enfermedad. Está labor, además de ser una actividad altamente demandante y desgastante a nivel físico y emocional, obliga a dejar el autocuidado, en segundo plano o a olvidarlo por completo, lo cual, tiene un impacto negativo sobre la salud.
Otros factores, que explican la mala condición de salud en las mujeres, son de carácter psicosocial: la doble o triple jornada de trabajo que llevan a cabo (convirtiéndose en jornadas laborales interminables) en condiciones precarias y con brechas salariales. Desencadenan, ansiedad, estrés físico, mental, y una afectación general a la salud de las mujeres. [1]
¿Qué enfermedades tienen mayor prevalencia en las mujeres o les afectan exclusivamente?
editarLas diferencias en las maneras de enfermar entre mujeres y hombres, así como el tipo de enfermedades que desarrollan, tienen etiologías genéticas, biológicas, psicoemocionales, sociales y culturales, también con matices distintos; los cuales, pocas ocasiones son considerados en el abordaje médico.
Entre los principales problemas de salud que forman parte de la denominada morbilidad diferencial, están las enfermedades que se presentan específicamente en las mujeres, como los trastornos ginecológicos:
- Irregularidades en la menstruación (amenorrea, dismenorrea)
- Síndrome de ovario poliquístico
- Endometriosis
- Miomas uterinos
- Vaginitis y enfermedad pélvica inflamatoria
- Algunos tipos de cáncer como, el cáncer de mama, cáncer de cuello uterino y cáncer de ovarios [1] [3]
Por otro lado, están las alteraciones de salud, que, sin ser exclusivas en las mujeres, tienen una mayor prevalencia en ellas que entre los hombres:
- Inflamación abdominal y síndrome del intestino irritable (ya que las mujeres, poseen 10 cm más de intestino y retienen más líquido durante su periodo fértil)
- Cistitis (la uretra femenina, es más corta, distensible y elástica, lo que facilita la aparición de infecciones urinarias)
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- Enfermedades cardiovasculares
- Enfermedades endocrinas (específicamente, hipotiroidismo)
- Diabetes tipo II, anemias y déficit de reservas de hierro
- Déficit clínico y subclínico de vitamina D
- Afecciones crónicas, como la artritis reumatoide, la fibromialgia, el lupus eritematoso (LES), la enfermedad de Addison y la esclerosis múltiple
- Trastornos de la conducta alimentaria (anorexia y bulimia), ansiedad y depresión.[1][4] [3]
Violencias machistas: otro problema de salud
editarEn la actualidad, la violencia y sus diversas manifestaciones, representan uno de los problemas sociales y de salud pública, más alarmantes a nivel internacional. La violencia ejercida sobre las mujeres, además de limitar su desarrollo social e individual, afecta sus condiciones de salud, su calidad de vida y en ocasiones, las lleva a la muerte.
Entre las afectaciones físicas, más frecuentes, en las mujeres que viven violencia, se encuentran:
editar- Hematomas
- Heridas a nivel interno
- Fracturas óseas
- Pérdida de capacidad auditiva
- Desprendimiento de retina
- Abortos
- Dolores de espalda y de articulaciones
- Enfermedades, como la hipertensión, diabetes, asma y obesidad, ocasionadas por el estrés crónico al que están sometidas.[5]
En la esfera psicoemocional, las principales afectaciones son:
editar- Disminución de la autoestima
- Depresión
- Trastornos del sueño
- Fobias
- Estrés postraumático
- Abuso en el consumo de alcohol y drogas
- Suicidio [5]
Además de la serie de repercusiones, físicas y psicoemocionales mencionadas, la expresión de violencia más extrema, contra las mujeres y las niñas, son los feminicidios. En 2021, cerca de 45.000 mujeres y niñas, fueron asesinadas por personas de su circulo cercano, parejas u otros miembros de su familia (padres, madres, tíos, hermanos). Esto significa, que en promedio, más de cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora. Aunque estas cifras son alarmantes, no representan la totalidad de la gravedad del problema, sólo son la punta del iceberg, aún hay muchos femicidios, que no se han registrado, principalmente por la falta de información para identificarlos como tal, debido en gran parte, a las diferencias procesales en la investigación y al registro de la justicia penal. [6]
En las últimas décadas, gracias a las luchas feministas, ha habido importantes avances encaminados a la no discriminación de las mujeres y a la visibilización de las violencias machistas. Uno de estos avances, ha sido la creación de declaraciones internacionales y de leyes orgánicas.
A nivel internacional:
- Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW)
- Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (Belém do pará)
- Declaración de Beijing
- Declaración universal de los derechos humanos. [5]
En el marco legal español:
- A nivel estatal, se ha diseñado la ley orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (modificada por la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual).
- Y a nivel autonómico, Ley 5/2008, de 24 de abril, del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista (modificación, Ley 17/2020, de 22 de diciembre, de modificación de la Ley 5/2008, del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista).
Si bien, se cuenta con un marco legal internacional y estatal para atender a la violencia contra las mujeres, de acuerdo con la teoría ecológica de Bronfenbrenner, para poder prevenirla y erradicarla, es necesario hacer frente a los factores de riesgo individuales, que pueden aumentar el nivel de riesgo a vivirla o a ejercerla. Simultáneamente se tendría que trabajar en la creación de entornos familiares saludables y hacer frente a los factores culturales, sociales y económicos, que contribuyen a la violencia.[7]
El otro cuerpo: La invisibilidad de las mujeres, en los libros de medicina
editarLa sociedad patriarcal, androcéntrica y heteronormativa en la que vivimos, no solo ha inferiorizado, oprimido, violentado e invisibilizado a las mujeres en ámbitos privados, sociales, políticos, económicos y sexuales. También ha minado el terreno científico, y la medicina, no es la excepción.
Gran parte de la historia de la ciencia se ha construido con imágenes de mentes masculinas que conocen “naturalezas” femeninas o lo “humano” construido a partir de lo masculino. Se podría añadir, de forma paralela, de mentes blancas que conocen “naturalezas” negras o lo “humano” a partir de lo blanco. Podríamos añadir a este ejercicio imaginativo más variables, como la clase social, la sexualidad o la edad haciendo uso de la interseccionalidad.Sedeño, E. P., & Dauder, S. G,2017
La historia de la medicina, ha estado impregnada de sesgos de género, uno de los primeros modelos de estudio, consideraba que las enfermedades, la sintomatología, sus causas y el tratamiento, eran iguales en hombres y en mujeres (la única diferencia que contemplaban, era el embarazo, el cual era percibido como una enfermedad mortal, está categorización justificaba y legitimaba las desigualdades entre hombres y mujeres). Por consiguiente, al estudiar a los hombres se daba por hecho que las mujeres estaban siendo estudiadas también.[1]
Sesgos de género y violencia en la atención sanitaria
editarEl impacto que han tenido estos sesgos de género, no se reduce a la escasa evidencia científica, que existe sobre la morbilidad y mortalidad en las mujeres. También ha significado, que la atención sanitaria que se le brinda a las mismas, en muchas ocasiones, esté desprovista de la diligencia debida, ejerciendo violencia institucional. Al minimizar o ignorar la sintomatología que refiere la paciente, ya sea porque no cumple con los parámetros de enfermedad señalados en los libros y manuales médicos (los cuales tienen un enfoque claramente androcéntrico), o porque parten de prejuicios, estereotipos de género y estigmas. Asumiendo que las mujeres “exageran”, “psicosomatizan” o tienen algún “problema psicológico”. Lo que se traduce en, dedicarle menor tiempo a la exploración clínica en la consulta y a solicitar menos exámenes médicos complementarios o simplemente omitirlos. Por consiguiente, se diagnostica a las mujeres erróneamente o se caen en reduccionismos, al diagnosticarlas con "signos y síntomas no específicos”.[1]
Recetándoles psicofármacos que no son los adecuados para tratar la patología existente (o que no necesitan) y de los que se han realizado, escasos o nulos ensayos clínicos que permitan tener evidencia científica, que sustente que puede producir mejorías en su salud o conocer las reacciones secundarias y adversas que podrían tener en las mujeres. Lo cual resulta, sumamente preocupante y peligroso, ya que las reacciones adversas a los fármacos, se dan dos veces más en las mujeres que en los hombres. Así, para las farmacéuticas y sus intereses de investigación, efectos no tolerables en varones, sí lo son en mujeres.[8]
Un claro ejemplo de esto, son los efectos secundarios y los importantes riesgos para la salud que representa el uso de las pastillas anticonceptivas en mujeres:
- Depresión
- Náuseas
- Fatiga
- Migrañas
- Falta de energía sexual
- Posible desarrollo de coágulos sanguíneos y presión arterial alta (incrementando el riesgo de ataque al corazón y de accidentes cerebrovasculares)
- Aumentan el riesgo de cáncer de mama y cuello uterino.[9]
Pese a todos los riesgos a la salud asociados al uso de las pastillas anticonceptivas femeninas, estas se continúan recetando y comercializando. Algo similar ocurre con algunos medicamentos, que son utilizados para tratar la hipertensión, si bien, tienden a bajar la mortalidad de los hombres por un ataque al corazón, en las mujeres, por el contrario, incrementan su mortalidad. Otros fármacos ampliamente usados, como los ansiolíticos, nunca se contrastaron en mujeres, aunque son a quienes más se les prescriben.[8]
En palabras de Carmen Valls, mujeres y hombres tendrían que tener los mismos derechos, incluyendo el derecho a la salud. Lo cual implica investigar todas las enfermedades que afectan específica y prioritariamente a las mujeres, para poder brindar diagnósticos y tratamientos adecuados a sus diferencias.
Valls también menciona que para mejorar la calidad de la asistencia sanitaria de las mujeres, es necesario hacer reformas en las ciencias de la salud, una asignatura obligatoria pendiente, es la incorporación de la ciencia de las diferencias. También es fundamental, contar con profesionales sensibles al género y diseñar políticas públicas, en las que las protagonistas sean las mujeres y sus organizaciones. Recuperando sus derechos y su capacidad de decisión. [10]
Referencias
editar- ↑ a b c d e f Valls-Llobet, Carme (2009). Mujeres, salud y poder. Feminismos. Cátedra. ISBN 978-84-376-2616-1.
- ↑ Welle (www.dw.com), Deutsche. «OMS: esperanza de vida de las mujeres es mayor que la de los hombres | DW | 04.04.2019». DW.COM. Consultado el 19 de mayo de 2023.
- ↑ a b Inmune, Mi Sistema (14 de septiembre de 2021). «Entendiendo las enfermedades más comunes de la mujer». MiSistemaInmune. Consultado el 21 de mayo de 2023.
- ↑ Parra, María (2022). Mapa del cuerpo femenino, el otro cuerpo. Una exploración del sujeto olvidado de la medicina, el otro 50 por ciento de la población. Barcelona: Penguin random house. p. 82. ISBN 978-84-18040-24-5.
- ↑ a b c Bernis Carro, Cristina, ed. (2001). Salud y género: la salud de la mujer en el umbral del siglo XXI: XIII Jornadas de Investigación Interdisciplinaria. Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid. Inst. Univ. de Estudios de la Mujer, Univ. Autónoma de Madrid. ISBN 978-84-7477-798-7.
- ↑ «Cinco datos clave que debe saber sobre el femicidio». ONU Mujeres. 25 de noviembre de 2022. Consultado el 19 de mayo de 2023.
- ↑ «2) Manual Violencia Sexual Comunitaria Hombres PDF | PDF | La violencia contra las mujeres | Mujer». Scribd. Consultado el 21 de mayo de 2023.
- ↑ a b García Dauder, Silvia; Pérez Sedeño, Eulalia (2017). Las "mentiras" científicas sobre las mujeres. Madrid: Catarata. p. 10. ISBN 978-84-9097-265-6.
- ↑ «Birth control pill: Side effects, risks, alternatives, and the shot». www.medicalnewstoday.com (en inglés). 17 de agosto de 2020. Consultado el 19 de mayo de 2023.
- ↑ Niebla, Rocío (16 de noviembre de 2020). «Carme Valls: "Despreciar en la consulta el dolor de una paciente es violencia de género" | Feminismo». S Moda EL PAÍS. Consultado el 19 de mayo de 2023.
Bibliografía
editarValls Llobet, Carmen (2020). Mujeres invisibles para la medicina. Madrid: Capitan Swing. ISBN 9788412064469.
Véase también
editarEnlaces externos
editar- Real Decreto-ley 7/2018,de 27 de julio, sobre el acceso universal al sistema nacional de salud https://www.boe.es/eli/es/rdl/2018/07/27/7
- Las estadísticas sanitarias y la invisibilidad por sexo y de género durante la epidemia de COVID-19 https://scielo.isciii.es/pdf/gs/v35n1/0213-9111-gs-35-01-95.pdf
- Estado de salud de personas inmigrantes en Cataluña desde una perspectiva de género: Proyecto PELFI https://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2021.02.010
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