Arpía

Ave fabulosa con cabeza de mujer que representaba los vientos tormentosos en la mitología griega y romana

Las arpías [1]​ en raras ocasiones escrito con H como herencia del latín harpías (en griego, Ἇρπυια Arpyia pl. Άρπυιες Arpyies, ‘que vuela y saquea’; en latín, harpȳia pl. harpyiae[2]​) en la mitología griega originalmente eran seres con apariencia de hermosas mujeres aladas, cuyo cometido principal era hacer cumplir el castigo impuesto por Zeus a Fineo: valiéndose de su capacidad de volar, robaban continuamente la comida de aquel antes de que pudiera tomarla. Esto las llevó a pelear contra los Argonautas.

Representación en un vaso del siglo VII a. C.
Representación medieva.

En tradiciones posteriores fueron transformadas en genios maléficos con cuerpo de ave de rapiña, horrendo rostro de mujer, orejas de oso y afiladas garras, que llevaban consigo tempestades, pestes e infortunio. Esta es la forma que acabó por imponerse y que ha perdurado hasta la actualidad.

Mitología editar

En cuanto a su ascendencia, ya en la Teogonía se nos dice que «Taumante se llevó a Electra, hija de Océano de profundas corrientes. Ésta parió a la veloz Iris y a las Harpías de hermosos cabellos, Aelo y Ocípete, que con sus rápidas alas compiten con las ráfagas de los vientos y con las aves; pues ya se lanzaban por los aires».[3]Higino sustituye a Electra por el hápax Ozómene («de ramas fuertes»).[4]Valerio Flaco opina que el padre de las harpías no fue otro que el monstruoso Tifón;[5]​ también descrito como padre de los vientos de soplo húmedo.[6]Servio nos dice que estas nacieron de Poseidón, o bien de Gea y Ponto.[7]

Su mito definitorio está ligado a Fineo, rey de Tracia que tenía el don de la profecía. Zeus, furioso con él por haber revelado sin consentimiento secretos de los dioses del Olimpo, le castigó confinándolo en una isla con un festín del que no podía comer nada, pues las Harpías siempre robaban la comida de sus manos justo antes de que pudiera tomarla. Este castigo se prolongó hasta la llegada de Jasón y los Argonautas, que enviaron tras las Harpías a los héroes alados Calais y Zetes, los Boréadas. Estos lograron espantarlas, pero no las mataron a petición de Iris, quien prometió que Fineo no volvería a ser molestado. Agradecido por su ayuda, Fineo contó a los Argonautas cómo superar las Simplégades para poder continuar su periplo.

A la versión básica de este mito se le fueron añadiendo nuevos detalles con el discurrir del tiempo: las Harpías ya no robaban la comida sino que la ensuciaban con sus excrementos, corrompiéndola. Pronto empezaron a ser vistas como difusoras de suciedad y enfermedad, adquiriendo así su más célebre apariencia monstruosa.

Bajo esta nueva forma fueron también impartidoras de castigo, raptando a la gente y torturándola de camino al Tártaro en un difuso solapamiento con las Erinias. Eran despiadadas, crueles y violentas, y vivían en las islas Estrófades. Se las consideraba personificaciones de la naturaleza destructiva del viento.

Eneas se topó con las Harpías cuando atracó en las Estrófades camino de Italia, robando aquellas repetidamente el banquete que los troyanos se hallaban preparando. Celeno los maldijo diciendo que acabarían tan hambrientos que devorarían sus mesas antes de que el día terminase. Los troyanos huyeron asustados.

Nombres y descendencia editar

Según Hesíodo, las Harpías eran en principio dos: Aelo (‘viento tempestuoso’) y Ocípete (‘vuelo rápido’).[8]​ Homero nos habla en la Ilíada tan sólo de una, Podarge (‘pies veloces’),[9]​ que el poeta latino Virgilio denomina como Celeno.[10]​ Otros autores tardíos ya las mencionan como una tríada. Higino las menciona dos veces, primero como Celeno, Ocípete, Podarce[11]​ y más adelante como Aélopo, Celeno y Ocípete.[12]Apolodoro dice que una de las hermanas era Nicótoe o Aélopo, y a la otra la llama, sin decidirse de nuevo, Ocípete, Ocítoe u Ocípode.[13]

De todas las hermana, se dice que Podarge, unida a Céfiro, que de los vientos «dicen es el más rápido»,[14]​ engendró dos ligeros caballos; Janto y Balio, éstos alzaban el vuelo con los vientos y fueron los caballos que recibió Aquiles. Céfiro se unió a Podarga cuando pacía en un prado a orillas de la corriente del Océano.[15]Nono de Panópolis dice, en cambio, que los caballos eran Janto y Podarces, caballos del rey ateniense Erecteo, y que nacieron de Aelo y Bóreas, el viento del norte.[16]Estesícoro los llama Flógeo y Hárpago, caballos regalados por Hermes a los Dioscuros, que competían en la carrera de cuadrigas que se celebraba con motivo de las exequias fúnebres de Pelias.[17]​ Finalmente en otra versión se imagina a Céfiro como padre del veloz caballo Arión, unido a una de las harpías que no especifica.[18]

Teorías sobre su origen editar

R. D. Barnett sugiere en Influencias Orientales Antiguas en la Grecia Arcaica (un ensayo en El Egeo y Oriente Próximo, ed. Saúl S. Weinberg, Locust Valley, Nueva York, 1956) que la iconografía de las Harpías fue adaptada ab initio de los adornos de los calderos de bronce de Urartu. En ellos se puede apreciar pájaros con rostro femenino:

Éstos [los calderos y sus representaciones] provocaron tal impresión en Grecia que parecen haber impulsado el auge de las sirenas en el arte griego arcaico, y como éstas parecían revolotear por el borde de tan nobles vasijas de cocina, originaron la familiar leyenda griega de Fineo y las Harpías, quienes son también representadas así en el arte griego. El mismo nombre de Fineo, la víctima de sus persecuciones, puede no ser más que una corrupción del nombre de un rey de Urartu, Ishpuinish o Ushpina (sobre 820 adC), quien quizá fuera relacionado por los mercaderes griegos con estas vasijas.[19]

Iconografía editar

Inicialmente, las Harpías eran representadas bajo forma de doncellas aladas. Posteriormente, en época romana, aparecen representadas como aves con cabeza de mujer, una imagen similar a la de las sirenas. Esta última es la imagen de las Harpías que ha predominado desde entonces hasta la actualidad.[20]

Heráldica editar

En la Edad Media, la harpía, a menudo llamada «águila virgen», se convirtió en una popular carga en la heráldica, particularmente en Frisia Oriental, apareciendo entre otros en los escudos de armas de Rietberg, Liechtenstein y de la casa Criksena.

Véase también editar

  • Sirena (otro tipo de mujeres-pájaro de la mitología griega)
  • Tántalo (otro personaje de la mitología griega castigado a no poder saciar nunca su hambre ni su sed)
  • Mandulis (deidad de la mitología egipcia-kushita de iconografía similar)
  • Ba (componente espiritual en mitología egipcia de iconografía similar)
  • Alkonost (mitología eslava)
  • Tulevieja (mitología centroamericana)
  • Inmyeonjo (mitología coreana)
  • Monumento de las Harpías (en la antigua ciudad de Janto)

Fuentes editar

Referencias editar

  1. Diccionario panhispánico de dudas
  2. diccionario online en latín
  3. Hesíodo: Teogonía, 255 s.
  4. Higino, Fábulas XIV 18
  5. Valerio Flaco: Argonáuticas IV, 425
  6. Teogonía, 868
  7. Servio: sobre Virgilio, Eneida III, 241
  8. Teogonía 265; Biblioteca mitológica, 1.121–123
  9. Ilíada XVI, 148
  10. Virgilio: Eneida III, 209
  11. Higino: Fabulae, proemio
  12. Higino, Fabulae 14, 18
  13. Pseudo-Apolodoro: Biblioteca mitológica I 9, 21
  14. Ilíada XIX, 416
  15. Ilíada 16, 150; Posthoméricas 3, 743 s.
  16. Nono: Dionisíacas 37, 155
  17. Estesícoro, fr. 178
  18. Posthoméricas IV, 569 s
  19. Mitos sobre el Cáucaso y la "Tierra de los Arimi" (en inglés)
  20. VV. AA., El imaginario de la ambigüedad. Monstruos femeninos en el mundo antiguo, p. 200, en revista Estrat Crític 5, Vol.3 (2011): 198-205.

Enlaces externos editar