José María Urbina y Viteri

quinto presidente de la República del Ecuador
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José María Mariano Segundo Fernández de Urbina y Sáenz de Viteri (Quito, 19 de marzo de 1808 - Guayaquil, 4 de septiembre de 1891) fue un militar y político ecuatoriano. Ejerció como Presidente de la República del Ecuador desde el 27 de septiembre de 1851 hasta el 16 de octubre de 1856.

José María Urbina


Presidente de la República del Ecuador
27 de septiembre de 1851-15 de octubre de 1856
Vicepresidente Pacífico Chiriboga (1852 - 1854)
Marcos Espinel (1855-1856)
Predecesor Diego Noboa
Sucesor Francisco Robles

Información personal
Nombre de nacimiento José María Mariano Segundo de Urbina y Viteri
Nacimiento 19 de marzo de 1808 Ver y modificar los datos en Wikidata
Quito, Imperio español
Fallecimiento 4 de septiembre de 1891 Ver y modificar los datos en Wikidata (83 años)
Guayaquil, Ecuador
Sepultura Cementerio General de Guayaquil Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Ecuatoriana
Familia
Cónyuge Teresa Jado
Hijos Francisco Urbina y Jado
Información profesional
Ocupación General del Ejército de la República del Ecuador.
Partido político Partido Liberal Radical Ecuatoriano
Miembro de Francmasonería

Biografía editar

Hijo de Gabriel Fernández de Urbina, ciudadano español, último Contador Real de la Colonia y de Rosa Viteri, ambateña.

Realizó sus estudios en la Escuela Náutica de Guayaquil bajo la dirección del militar Juan Illingworth Hunt. Participó en el Combate naval de Punta Malpelo ocurrido durante la Guerra grancolombo-peruana.

Instaurada la República del Ecuador en 1830 apoyó a su primer mandatario, el general Juan José Flores del que fue edecán. Participó en el bando de Vicente Rocafuerte que había pactado con Juan José Flores para enfrentar a las fuerzas rebeldes de José Félix Valdivieso en la Batalla de Miñarica.

En 1836 durante la presidencia de Vicente Rocafuerte (1835-1839) fue designado como Ministro Plenipotenciario en la capital de Nueva Granada (Bogotá), lugar donde fue iniciado en la francmasonería.[1]​ Fue retirado en 1837 y enojado con el presidente Rocafuerte, realizó una conspiración con el general Juan Otamendi para sublevar a la guarnición de Riobamba. Enterado el gobierno de la conspiración ordenó el destierro de Urbina y Otamendi al extranjero. Finalmente pudo regresar a Ecuador en 1839 cuando regreso al poder el general Juan José Flores.

Elegido para participar en la asamblea constituyente de 1843 votó a favor de la reelección del presidente Flores para un tercer periodo presidencial. El presidente Flores eligió a José María Urbina como gobernador de la provincia de Manabí.

En ese cargo le sorprendía la noticia de la Revolución Marcista del 6 de marzo de 1845 que buscaba el derrocamiento del presidente Flores, a la cual plegó el día 17 con el Pronunciamiento de Portoviejo, ganándose la gratitud del Gobierno Provisorio de facto de Guayaquil, que el 22 le ascendió a general de brigada. Entonces organizó la II División del Ejército y avanzó a Guayaquil, ingresando el 27 de mayo con 700 hombres, en medio del entusiasmo de la población.

Reunida una nueva asamblea constituyente en Ambato que eligió a Vicente Ramón Roca como presidente para el período de (1845-1849) fue designado Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador

En 1849 fue elegido Presidente de la Cámara de Representantes del Ecuador en la que se realizó la fallida elección del nuevo presidente al terminar su periodo el presidente Vicente Ramón Roca.

El general José María Urbina había fijado su domicilio en Guayaquil y valiéndose de su influencia sobre el ejército ecuatoriano realiza una conspiración contra el gobierno encargado de Manuel de Ascásubi bajo pretexto de varios delitos; entre ellos constituir el gabinete con hombres afines a Juan José Flores. Junto al coronel Francisco Robles jefe de la guarnición de Guayaquil subleva a la guarnición contra el gobierno el 20 de diciembre de 1849 sin embargo el pueblo de Guayaquil impide la sublevación militar.[2]

Llamado a la capital por el gobierno manipuló con astucia y logró que no le castiguen. El presidente encargado Ascásubi decide cambiar a los mandos militares de Guayaquil y reemplazar a Robles como jefe de la guarnición. El cambio se produjo el 19 de febrero de 1850, sin embargo Robles apoyado por el general Guillermo Bodero Franco (primo de Diego Noboa) consigue por la noche la adhesión de la guarnición de Guayaquil contra Ascásubi. Los jefes militares designados por Ascásubi fueron apresados, no menos que el gobernador de la provincia y algunos funcionario civiles.[2]

Una Asamblea popular convocada en Guayaquil por el general José María Urbina (qué ejercía de facto la Jefatura Civil y Militar de Guayaquil) elige a Diego Noboa como Jefe Supremo el 2 de marzo de 1850. El 10 de junio de 1850 Quito lo reconoce como Jefe Supremo al renunciar al poder Ascásubi.

Diego Noboa elegido como nuevo presidente del país en una nueva asamblea constituyente ofreció al general Urbina el Ministerio de Guerra y Marina que fue rechazado.

El general José María Urbina aduciendo que el presidente Diego Noboa había pactado con los floreanos obteniendo para ellos algunos empleos en la administración pública y había comprometido la integridad nacional preparó un golpe de Estado militar valiéndose de su influencia sobre el ejército ecuatoriano. El 17 de julio de 1851 fue proclamado Jefe Supremo de la República por la guarnición de Guayaquil.[3]

Noboa viajaba a la ciudad de Guayaquil y no alcanzó a llegar a la ciudad. Lo apresaron en el barco que había zarpado de la ciudad de Babahoyo y lo llevaron sin más complicaciones a un buque norteamericano que lo depositó en la ciudad de Callao.

Jefatura Suprema editar

El 27 de septiembre de 1851 al ingresar en la capital del país (Quito), su Jefatura Suprema fue reconocida en toda la República.

Durante su gobierno de facto tuvo que combatir una nueva invasión del expresidente Juan José Flores (1830-1834/1839-1845) que fue apoyada por el gobierno peruano de José Rufino Echenique y decretó mediante decreto del 25 de julio de 1851 la completa manumisión de los esclavos existentes en el Ecuador.

Presidencia Constitucional del Ecuador editar

Una vez restaurada la paz en el país, el general José María Urbina decretó la convocatoria de una nueva asamblea constituyente reunida en Guayaquil para restaurar el orden jurídico en la República. La asamblea constituyente eligió el 17 de julio de 1852 a José María Urbina presidente interino. Finalmente la asamblea constituyente promulgó la Sexta Constitución del Ecuador. Sancionada la Constitución, José María Urbina fue elegido Presidente Constitucional de la República el 6 de septiembre de 1852.

La asamblea constituyente también decidió decretar la expulsión de la Compañía de Jesús del territorio ecuatoriano, después de haber sido admitidos en el país por el anterior presidente Diego Noboa.[4]

El intento fallido de invasión de Juan José Flores fue el pretexto utilizado por el gobierno para decretar la proscripción de varias familias acusadas de floreanismo y que recibieron órdenes de destierro y confiscación de bienes (entre las familias castigadas se encontraba la esposa del expresidente y sus hijos).[1]

El presidente José María Urbina al decretar la abolición de la esclavitud en el Ecuador, había utilizado a los libertos para conformar una élite de soldados incondicionales a su persona y gobierno. Urbina utilizaba a los Tauras como los encargados de intimidar a los opositores a su gobierno y como los encargados de ejecutar los destierros que decretaba.[4]

La oposición conservadora al régimen comenzó a criticar al gobierno mediante la prensa escrita. Los periodistas Gabriel García Moreno y Rafael Carvajal recibieron órdenes de destierro por parte del gobierno.[4]

Durante su presidencia negoció un tratado de concesiones de guano con los Estados Unidos en las Islas Galápagos. Mediante este convenio supuestamente Urbina alcanzaba un protectorado estadounidense, el cual abarcaba las islas antes mencionadas y los puertos de la costa ecuatoriana.[5][6]

En 1854 año pretendió cancelar la inmensa deuda de la independencia que -heredada de la Gran Colombia- el Ecuador mantenía con el gobierno británico, para lo cual acordó con el Elías Mocatta -representante de los acreedores británicos- que el Ecuador pagaría dicha deuda entregando para su explotación y colonización grandes extensiones de tierras en la margen derecha del río Marañón y en las regiones madereras de Esmeraldas.

Lamentablemente este convenio no se pudo concluir a causa de las reclamaciones que hizo el gobierno del Perú, aduciendo que los territorios del Marañón eran territorios en disputa, y que primeramente debía solucionarse la cuestión de límites entre los dos países.

Terminado su período presidencial en 1856 respaldó a su partidario Francisco Robles, que resultó vencedor de las elecciones presidenciales como candidato oficialista.

Ministros de Estado editar

Ministerio Ministro
Ministerio de Guerra y Marina José de Villamil
Francisco Robles
Ministerio de Gobierno y Relaciones Exteriores Javier Espinosa
Pedro Fermín Cevallos
Marcos Espinel Endara
Pacífico Chiriboga
Ramón Borja
Ministerio de Hacienda Teodoro Gómez de la Torre
Gabriel Urbina

Fuente:[7]

La manumisión de los esclavos editar

Siguiendo las ideas ya desarrolladas por José Mejía Lequerica en Cádiz, empezaría a consolidarse el proceso de manumisión de los esclavos a mediados del siglo XIX.[8]​ Esta sería decretada formalmente el 24 de julio de 1851 por obra de José María Urbina, cuando era Jefe Supremo, antes de ser presidente. Cuando Urbina decretó la medida, se implementaría un sistema de indemnización a los amos, (ya que fue una manumisión, no la abolición de la esclavitud). Para ello se debió destinar una parte importante del presupuesto del Estado durante los años 1851 y 1852. Esta medida sería ratificada por la Asamblea Nacional Constituyente el día 18 de septiembre de 1852, más de un año después del decreto como Jefe Supremo. La Asamblea Constituyente debatió fuertemente entre la abolición inmediata y la abolición escalonada (a plazos). Con su confirmación quedaba legitimada la medida y empezaría el proceso de manumisión. Los representantes de la región Costa defendían la abolición inmediata, pues su sistema de producción agrícola necesitaba más trabajadores, los cuales llegarían una vez liberados de su esclavitud en la región Sierra. Como contexto los principales mercados esclavistas estuvieron en Santo Domingo, Cartagena de Indias y Panamá desde donde se suplía la demanda de mano de obra esclava en el territorio actual de Ecuador. Empezaron en distintas zonas de la Costa participando en labores de cultivo de cacao, café, tabaco y algodón. En Guayaquil trabajaban en la industria de los astilleros. Por su parte, en la Sierra, la demanda se destinaba a satisfacer necesidades de servicio doméstico y en menor medida como artesanos. Cabe recalcar que no todos los negros que llegaban a Ecuador eran esclavos, es más, la gran mayoría no lo era según el primer censo de 1779, debido a las diversas medidas de manumisión que permitía la ley de indias durante la colonia. Al respecto, el presidente Urbina se expresaría en los siguientes términos:[9]

Abolida la degradante esclavitud que reduce al hombre a la vil condición de mercancía, cuenta la República con una multitud de ecuatorianos capaces de contribuir a su adelantamiento con el trabajo libre, que es el más productivo, con el ejercicio de sus dotes intelectuales y con la posibilidad de colocarse en el rango de ciudadanos. Al devolver a tantos seres los derechos que les habrá concedido la naturaleza, ha ganado la República, y ha hecho por su parte una inapreciable conquista en los fueros de la humanidad.

La expulsión de los jesuitas editar

En concreto al momento del decreto de la manumisión durante el gobierno de Urbina, en el año 1851, había 2.484 esclavos. A pesar de que no existe un censo durante ese año, la población después de la independencia era cerca de medio millón de personas.[10]​ En total su libertad tardó diez años en consolidarse debido al pago de compensación a sus dueños. Esta no sería la única medida que tomaría el presidente Urbina puesto que también expulsaría dentro de su gobierno a la orden jesuita, que en ese momento se encontraba desplegando las misiones de evangelización en la Amazonía. La lógica de ambas medidas era complementaría y respondía a la pugna entre sierra y costa que caracterizó a Ecuador durante el siglo XIX. La sierra tradicionalmente se volcó hacia las misiones en la Amazonía y tenía como objetivo reclamar los territorios que habían formado parte de las misiones jesuíticas de Maynas, por su parte la costa buscaba más mano de obra en sus haciendas para la exportación de productos en el mercado internacional. Ambos objetivos no eran compatibles, por lo que los gobiernos liberales al hacer estas medidas buscaban atraer más población hacia su región costeña para fortalecerla económica y políticamente, sin embargo esto debilitaba los planes de los conservadores de Ecuador para consolidar sus pretensiones territoriales en la Amazonía. Los jesuitas serían restablecidos con el gobierno conservador de García Moreno y las misiones cobrarían fuerza nuevamente con el gobierno también conservador de Flores Jijón, hijo de Juan José Flores. Esto sin embargo probó ser demasiado tarde ya que Perú había poblado los territorios amazónicos y se impuso internacionalmente ante Ecuador en el siglo XX con el Protocolo de Río de Janeiro. Al final de esa década, después del decreto y el proceso de manumisión jurídica, Francisco Robles fue derrocado y empezaría una etapa de inestabilidad en ese país. que provocaría la guerra civil de Ecuador.[11]

Vida pospresidencial editar

Exiliado al iniciar la guerra civil ecuatoriana de 1859-1860 entre liberales y conservadores por el gobierno de la república fijó su domicilio en el Perú. Desde su exilio en el extranjero preparó y realizó dos invasiones al Ecuador -en 1864 y 1865- para desestabilizar al gobierno del conservador Gabriel García Moreno (1861-1865/1869-1875), que fueron derrotadas por el ejército gobiernista. Regresó al Ecuador después del asesinato del presidente Gabriel García Moreno en 1875 y lideró la revolución de Veintemilla que culminó con el derrocamiento del presidente Antonio Borrero y comenzó la dictadura del general Ignacio de Veintimilla.

El general Manuel Santiago Yépez lideró un levantamiento popular desde la provincia de Imbabura contra el régimen dictatorial llegando a Quito, a poco fue derrotado por las fuerzas dictatoriales dirigidas por el general Cornelio Vernaza. El general José María Urbina llegado a Quito castigó a los conservadores y a las comunidades religiosas católicas mediante una exorbitante contribución económica.[12]

Fue elegido Presidente de la Asamblea Constituyente del Ecuador de 1878 que, reunida en Ambato, eligió a Ignacio de Veintimilla Presidente Constitucional de la República para el período (1878-1882).

Alejado de la política y dedicado a actividades particulares fallecería en 1891 en su domicilio ubicado en Guayaquil.

Sucesión editar


Predecesor:
Pedro Carbo
 
Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador

11 de septiembre de 1845 - 7 de diciembre de 1845
Sucesor:
José Fernández Salvador
Predecesor:
José Manuel Jijón
 
Presidente de la Cámara de Representantes del Ecuador

1849
Sucesor:
Nicolás Espinosa
Predecesor:
Diego Noboa
 
Presidente de la República del Ecuador

27 de septiembre de 1851 - 15 de octubre de 1856
Sucesor:
Francisco Robles
Predecesor:
Rafael Pólit
(Presidente del Senado)
Pablo Bustamante
(Presidente de Cámara de Diputados)
 
Presidente de la Convención Nacional del Ecuador de 1878

1878
Sucesor:
Leopoldo Salvador
(Presidente del Senado)
Juan Ignacio Moreno
(Presidente de Cámara de Diputados)

Véase también editar

Referencias editar

  1. a b Berthe Augusto. García Moreno: presidente de la República del Ecuador, vengador y mártir del derecho cristiano. Tomo I.
  2. a b Gomezjurado, Severo (1954-1981). Vida de García Moreno.
  3. Gomezjurado, Severo (1955). Vida de García Moreno. Segundo Tomo. Cuenca: El Tiempo.
  4. a b c Gomezjurado, Severo (1955). Vida de García Moreno. Tomo II. Cuenca: El Tiempo.
  5. Efrén Reyes, Oscar (1950). Historia general del Ecuador tomo I y II. Fray Jodoco Ricke. p. 108 y 109. 
  6. Villalba, Jorge (1980). Historia del Ecuador tomo VI. SALVAT Editores. p. 73. 
  7. Paz y Miño, Juan. Economia de José María Urbina. 
  8. Chust, Manuel (1 de enero de 1999). «José Mejía Lequerica, un revolucionario en las Cortes hispanas». Procesos. Revista Ecuatoriana de Historia: 53-68. ISSN 2588-0780. Consultado el 9 de diciembre de 2022. 
  9. «Desesclavización, manumisión jurídica y defensa del territorio en el norte de Esmeraldas-1 - Studocu». Studocu. Consultado el 3 de mayo de 2023. 
  10. Instituto Nacional de Estadística y Censos (Ecuador), ed. (2015). Una mirada histórica a la estadística del Ecuador (Primera edición edición). INEC. Consultado el 3 de mayo de 2023. 
  11. Costales, Piedad Peñaherrera de; Samaniego, Alfredo Costales (1964). Historia social del Ecuador: El concertaje de indios y manumisión de esclavos. Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana. Consultado el 19 de septiembre de 2022. 
  12. Juan León Mera, La dictadura y la restauración de la República del Ecuador.

Enlaces externos editar