Campo de Criptana

municipio de la provincia de Ciudad Real‎, España
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Molinos de viento en Campo de Criptana.

Campo de Criptana es un municipio y villa de la provincia de Ciudad Real en la Comunidad de Castilla-La Mancha (España). Se halla situado en la comarca natural de La Mancha,[1]​ dentro de la subcomarca denominada Mancha Alta. Pertenece a la mancomunidad de Promancha.

Geografía

Estructura territorial

El municipio de Campo de Criptana se localiza en el sector central de la llanura manchega. Su término municipal limita con las localidades de Alcázar de San Juan al oeste, Tomelloso y Arenales de San Gregorio al sur y Pedro Muñoz al este, en Ciudad Real; y con las toledanas de El Toboso, Miguel Esteban y Quero al norte.[2]​ Aunque el tercio norte de su territorio presenta cierta elevación, el resto es una extensa llanura perteneciente a un dominio fisiográfico en el que se desarrollan importantes complejos lagunares y es cruzado por el cauce del río Záncara. La mayor altura del territorio municipal está en el vértice Pozos, con una cota de 780 metros, localizado a dos kilómetros al este del casco urbano, en el páramo de la Sierra, mientras que la menor cota corresponde al cauce del río Záncara, en el vado de Savín, en el límite con el término de Alcázar de San Juan, en las proximidades de la pedanía de Alameda de Cervera, con una altura de 635 metros.[3]

Con la excepción de las elevaciones de la Sierra de los Molinos, la morfología llana del municipio, unido a la existencia de suelos especialmente adecuados para el aprovechamiento agrícola, ha propiciado un tipo de asentamiento y una estructura de usos del suelo en donde el modelo agrario es el dominante geográfico.

Este modelo incorpora un núcleo urbano, ubicado estratégicamente a pie de ladera, centro de una red de carreteras y caminos que conecta con otros núcleos de la llanura manchega y procura acceso a los suelos productivos. Su ubicación en altura, que contrasta con la predominante en la comarca, se debe a motivos históricos, de defensa del territorio frente a las invasiones musulmanas provenientes del sur; y a la existencia de abundantes recursos hídricos en comparación con el entorno, pues la Sierra de los molinos aparece salpicada de fuentes y manantiales, como los del Caño y la Poza.

Accesibilidad del término municipal

El municipio se encuentra a medio camino[4]​ de las autovías generales del Estado A-3 y A-4 y muy cerca de la Autovía de los viñedos, CM-42, conectándose a ellas a través de la N-420, de Córdoba a Tarragona. Los ejes de comunicación comarcal son la CM-310, entre Alcázar de San Juan y Quintanar de la Orden y la CM-3105. Otras vías de menor importancia son la CR-1101 (C.Criptana - El Toboso), la CR-1222 hacia Arenales de San Gregorio y la CR-1223 hacia el Puente de San Benito. Dentro del término el núcleo urbano se comunica con las explotaciones agrícolas a través de una red de caminos públicos que cubre toda la superficie municipal.

Demografía

Evolución demográfica de Campo de Criptana entre 1900 y 2006
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981 1991 2001 2006
7.707 10.928 12.745 14.279 15.427 15.659 14.608 13.405 13.049 13.491 13.184 13.753

Fuente: Datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística

Historia

Evolución histórica

 
Albaicín criptanense con vistas de los molinos.

El territorio que circunda a Campo de Criptana fue poblado desde épocas prehistóricas, de las que en diversos parajes se van encontrando restos de utillaje de caza, recolección y agricultura, así como de cerámica, sobre todo del período del Bronce. De tiempos históricos lo que más abunda son yacimientos ibérico-romanos.

Los orígenes del núcleo urbano de Campo de Criptana se fechan en el s. XIII aunque el territorio municipal fue ocupado por el hombre mucho antes. Numerosos restos arqueológicos y documentos históricos citan la existencia de núcleos habitados desde el periodo del Bronce. Al menos desde la Edad Media se tiene constancia de varios asentamientos de cierta entidad denominados Criptana, Villajos, Posadas Viejas y El Campo, así como de otros de menor importancia como Villagordo, El Pico de la Solana, etc.

Criptana, emplazada a unos dos kilómetros al este del núcleo urbano actual, figura como un lugar que, con la denominación de Chitrana, fue cedido en 1162 por la Orden de San Juan al caballero mozárabe toledano Miguel Assaraff para que lo repoblara. Posteriormente pasó a la Orden de Santiago constituyéndose como el centro de una encomienda con bienes también en Villajos y Pedro Muñoz , que en el s. XV ya estaba despoblado.

El lugar denominado Villajos, a unos 4 km hacia el norte del núcleo urbano acual, ha sido ocupado por el hombre desde tiempos prehistóricos y aparece citado en 1162, junto con Chitrana, Kero y Attires, como propiedad de la Orden de San Juan. En varios documentos medievales es citada con otros nombres como Villa de Alios y Villa de Ajos. Se despobló a partir del s. XII y sobre la primitiva iglesia del núcleo se levantó la actual ermita.

Apenas existe información documental de Posadas Viejas salvo que estaba situada en las cercanías del Camino de la Puente, al sur de la actual línea del ferrocarril, y que se depobló en torno a 1300.

El Campo surgió en el emplazamiento actual del núcleo urbano, en torno a una posición fortificada del cerro de la Paz que cumplía función de avanzadilla del Castillo de Criptana. Pese a ser el núcleo más reciente, surgido con la repoblación en el s. XIII, atrajo a la población de los núcleos circundantes, tal vez por lo saludable de sus aguas y sus aires. Los asentamientos citados anteriormente acabaron por desaparecer a favor del nuevo núcleo que, con el nombre de Campo de Criptana, aparece documentalmente a comienzos del s. XIV.

A lo largo de la Edad Media, el núcleo fue aumentando su población favorecido por las facilidades que iban dando los distintos Maestres de la Orden de Santiago. En las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575) se le adjudican unos 1.000 vecinos (entre cuatro y cinco mil habitantes) que en el primer decenio del s. XVII, llegarían a los 1.300/1.500. Desde esa fecha su demografía mostró el estado de postración de una sociedad rural afectada muy negativamente por la climatología, las epidemias, las malas cosechas y la excesiva presión fiscal. La recuperación fue muy lenta hasta bien entrado el s. XIX.

La economía municipal, basada en la agricultura tradicional mediterránea (cereales, olivo y vid) con el complemento de la ganadería lanar, mantuvo sus características hasta principios del pasado siglo, época en la que se observan los inicios de una cierta industrialización a partir de los productos del sector primario, destacando la fabriación de harina y, sobre todo, la elaboración de vinos. La aparición del ferrocarril en la segunda mitad del s. XIX tuvo una notoria influencia en dicho proceso de industrialización. En la segunda mitad del s. XX se añadió el turismo como nuevo elemento dinamizador de la economía local.

Hasta 1999 también formaba parte del territorio municipal el núcleo de Arenales de San Gregorio que, situado a 13 km al sudeste del núcleo principal, contaba con unos 700 habitantes. Desde esa fecha Arenales de San Gregorio constituye un término municipal independiente.

 
Conjunto de molinos de viento en Campo de Criptana.

El proceso de formación del núcleo urbano

El origen del núcleo, en el s. XIII, se sitúa en torno a una posición fortiticada en el Cerro de la Paz que defendía como avanzadilla el Castillo de Criptana. Las característias topográficas del lugar determinaron la formación de la ciudad y su posterior expansión hacia el llano situado al sur.

En el s. XVI la ciudad vive una etapa de esplendor que se manifiesta en numerosas construcciones civiles (Pósito, Casa de la Tercia) y religiosas (Ermitas de la Virgen de la Paz, de la Veracruz, Santa Ana, Ntra. Sra. de la Concepción, Convento de las Carmelitas). Sin embargo, la crisis nacional del s. XVII afecta a la ciudad que, una vez alcanzado el llano, detiene su expansión.

En el primer tercio del s. XIX, recuperado de las dificultades de la Guerra de la Independencia, el municipio se configura como un importante núcleo agrario con un paulatino crecimiento demográfico. Tal situación favoreció el nacimiento de una burguesía local que, beneficiada por los efectos de la desamortización, afianza su poder económico en la segunda mitad del s. XIX y posibilita la irrupción de la arquitectura historicista, regionalista y modernista que cualifica este periodo de construcción de la ciudad. Estas familias acomodadas son las que construyen sus residencias en el centro de la ciudad procediendo a una renovación urbana que se manifiesta especialmente en la sustitución de una tipología en la que predominan los grandes espacios libres de parcela (relacionados con la actividad agraria) por una tipología en la que los espacios que predominan son los que albergan los usos residenciales y en la que los espacios libres de las parcelas están más relacionados con la propia actividad residencial que con la actividad agraria.

La introducción del ferrocarril en la segunda mitad del s. XIX propició la implantación en el sudeste del núcleo de las nuevas instalaciones industriales en las proximidades de la estación ferroviaria.

El crecimiento de la ciudad continúa durante el primer tercio del s. XX con las mismas pautas apuntadas en el periodo anterior: la ocupación de las zonas más llanas y el desplazamiento hacia el sur.

La población municipal alcanza su cénit a mediados del siglo pasado (15.659 habitantes en 1950) estancándose entonces la actividad económica con la secuela de la emigración a las grandes ciudades (el municipio pierde 2.369 habitantes entre 1950 y 1980) y la paralización de la extensión de la ciudad cuyo crecimiento se limita a pequeñas actuaciones en el borde sur.

Durante el último cuarto del siglo pasado tuvo lugar una gran expansión de la ciudad, casi duplicándose en algo más de veinte años la superficie que ocupaba a principios de la década de los setenta.

Los crecimientos producidos tanto residenciales (casi exclusivamente en la tipología de vivienda unifamiliar) como industriales (en el polígono del extremo sudoeste y en parcelas aisladas) y dotacionales configuraron una trama urbana escasamente estructurada y con déficits de infraestructuras generales. Desde la aprobación de las primeras Normas Subsidiarias del Planteamiento municipal en 1981 (lo que supuso la adopción formal de la decisión de encauzar y controlar el desarrollo de la ciudad desde el poder político local) se ha conseguido mejorar paulatinamente esta situación.

A principios del s. XXI, la ralentización de la construcción en Madrid y los propios flujos económicos internos fruto de la economía fuertemente urbanizadora, provocada por el boom inmobiliario existente en toda España, producen una dinamización del núcleo urbano desconocida hasta entonces. A la aparición de nuevos barrios con tipología sobre todo unifamiliar, como el Berenguel, se une una intensa actividad reurbanizadora. Los espacios urbanos del extrarradio donde existían usos del suelo relacionados con la agricultura y actividades afines (bodegas o almazaras) son ahora ocupados por viviendas sobre todo en altura, aunque esta se encuentre limitada a bajo y dos plantas por las disposiciones de regulación urbanística. Del mismo modo, en la zona central de la localidad aparecen ahora viviendas del mismo tipo, provocadas en este caso por el encarecimiento del suelo en esta parte de la población.

La población a partir de este hecho cambia radicalmente. Campo de Criptana fue durante la segunda mitad del s. XX una población que sufrió la emigración a las grandes ciudades españolas; sin embargo, en la actualidad, la localidad está inmersa en un proceso de multiculturalización debido a la masiva llegada de inmigrantes de diverso origen, aunque predominan los de nacionalidad rumana, marroquí y diversas de Latinoamérica.

Heráldica

Tanto el escudo como la bandera de Campo de Criptana poseen el mismo diseño partido.[5]​ La primera parte de azur con dos menguantes de plata; y la segunda de gules, con un castillo de oro, aclarado de gules y surmontado de un lucero también de oro. El escudo se representa cargado sobre el pendón de Castilla y una cruz de Santiago. Las armas ya eran conocidas en tiempos de Felipe II.

La tradición cuenta que las dos medias lunas significan dos victorias ganadas a los musulmanes en la Reconquista; el campo azul, la protección del cielo para conseguirlas; el rojo, la sangre vertida en ellas; el castillo, el que existía en el actual santuario de la Virgen de Criptana; y la estrella, la aparición de ésta en la ermita. La existencia de tales batallas es probablemente ficticia y las medias lunas parecen ser una simple evolución de las iniciales del nombre de la población.

Política

Lista de alcaldes desde las elecciones democráticas de 1979
Periodo Nombre Partido
1979-1983 Antonio González Manzaneque UCD
1983-1987 Ramón García-Casarrubios Quiñones UCD
1987-1991 Joaquín Fuentes Ballesteros PSOE
1991-1995 Joaquín Fuentes Ballesteros PSOE
1995-1999 Joaquín Fuentes Ballesteros PSOE
1999-2003 Joaquín Fuentes Ballesteros PSOE
2003-2007 Santiago Lucas-Torres Lopez-Casero PP
2007-2011 Santiago Lucas-Torres Lopez-Casero PP
2011-2015 n/d n/d
2015-2019 n/d n/d
2019-2023 n/d n/d
2023-act. n/d n/d

Economía

 
Rincón de la localidad.

En relación con la actividad económica de la población, los Servicios en el Municipio son el sector predominante de actividad, seguido de la Construcción.

Sector primario

La actividad agraria presenta una cuota de participación significativa en la estructura económica del municipio: el 20,21%[6]​ de su población activa se ocupa a este sector. Sin embargo, se observa una tendencia a la pérdida de importancia paulatina puesto que la superficie labrada del municipio y el número de explotaciones han descendido considerablemente en las últimas décadas. Los cultivos predominantes siguen siendo el viñedo y el olivar. El 53% de los titulares de explotaciones agrícolas están por encima de los 55 años de edad, pero también se manifiesta un porcentaje alto, en comparación con otros municipios, de población joven menor de 35 años que ayudan al sostenimiento de la actividad agrícola del municipio.[7]​ Otro dato a tener en cuenta es el hecho de que, en la mayoría de los casos, los titulares de explotaciones agrarias lo consideran como su ocupación y medio de vida: el 60% de ellos la declaran como actividad única, el 36% la compatibilizan con otra actividad y sólo el 4% la declaran como actividad secundaria.[8]​ Por otra parte, los datos de los últimos censos manifiestan un descenso de la presencia de la ganadería en el municipio. El componente fundamental es el ovino, que junto con el porcino, ha sufrido una reducción. El caprino es el único que experimenta un aumento en cuanto a número de cabezas.

Los sectores industrial y de servicios

La actividad industrial manifiesta una presencia importante de licencias de empresas constructoras. El principal epígrafe es el de fabricación de productos alimenticios y bebidas, destacando entre estos últimos los establecimientos de crianza y elaboración de vinos. El resto, en su gran mayoría, son empresas pequeñas destinadas a cubrir la demanda interna de bienes intermedios para el comercio ocasional, el sector servicios y sobre todo empresas subsidiarias de la construcción. El municipio mantiene ratios por habitante aceptables tanto en el sector de comercio como en el de servicios a las empresas.

El sector inmobiliario

Como se ha señalado anteriormente, destaca la existencia de un número muy elevado de empresas relacionadas con el sector de la construcción, alcanzando un porcentaje del 17.9% frente a un valor de referencia estándar que se sitúa entre el 11 y el 12%. Como en otros municipios manchegos de características similares, este hecho es la consecuencia de la pujanza del sector inmobiliario en el conjunto de la economía nacional (en este caso la desproporcionada actividad constructora que se está produciendo en Madrid y alrededores en los últimos años) y que ha convertido la actividad de construcción en un elemento dinamizador de las economías de estos municipios que, a pesar de la distancia a la que se encuentran del lugar de trabajo, aportan un fuerte contingente de mano de obra.[9]

Monumentos y lugares de interés

La imagen de Campo de Criptana nos recordará al Quijote. Sobre el otero que domina al pueblo aparece un magnífico conjunto de molinos de viento, una de las imágenes más famosas del territorio. Aunque también hay diversos monumentos y lugares de interés reflejados en el anexo:

Fiestas

En Campo de Criptana destacan por su importancia las fiestas patronales en honor a la Santísima Virgen de Criptana y el Santísimo Cristo de Villajos, el carnaval, la Semana Santa, el Festival internacional de la música y más festividades que aparecen más detenidamente descritas en el anexo:

Gastronomía

 
Gachas.

Los platos típicos son las gachas manchegas con tropezones, migas de pastor, cordero a la caldereta, pisto manchego, sopas de ajo, huevos revueltos con cebolla y queso manchego. El postre típico es el arroz con duz frío (duz llaman en Andalucía y en La Mancha al dulce).

Personajes ilustres

Curiosidades

Existe bibliografía sobre "localismos" de Campo de Criptana. También página web

Referencias

Enlaces externos