El Menacer es una pistola de luz lanzada por Sega en 1992 para sus consolas de videojuegos Sega Genesis y Sega CD. Fue creado en respuesta al Super Scope de Nintendo y como sucesor del Master System Light Phaser de Sega. El arma está construida a partir de tres partes desmontables —pistola, culata, mira— y se comunica con la televisión a través de un sensor de infrarrojos. El Menacer se anunció en el Consumer Electronics Show de mayo de 1992 en Chicago y se lanzó ese mismo año. El arma estaba empaquetada con un cartucho de seis juegos, en su mayoría juegos de tiro. Sega también lanzó un paquete con el Menacer y el juego Terminator 2: The Arcade Game.
El productor de Sega, Mac Senour, fue responsable del proyecto Menacer y diseñó el paquete de seis juegos. Originalmente propuso minijuegos que no fueran de disparos basados en licencias existentes de Sega como Joe Montana, David Robinson y ToeJam & Earl, pero la mayoría de los prototipos fueron abandonados debido al alto costo en favor de más juegos de tipo disparo. Sega no planeó otro lanzamiento propio para Menacer aparte del multicart incluido. Los juegos compatibles se publicaron hasta 1995.
El Menacer es recordado como un fracaso comercial y crítico. Los revisores encontraron el paquete de seis juegos insatisfactorio y repetitivo, y desaprobaron la falta de juegos del periférico. El título derivado de ToeJam & Earl tuvo la más alta consideración y los críticos recomendaron el juego Terminator 2 compatible con Menacer. En 2005 se lanzó una consola dedicada de pistola a luz que incluye el paquete de seis juegos.
La insuficiencia cardíaca (IC) es un síndrome fisiopatológico, que resulta de cualquier trastorno, bien sea estructural o funcional del corazón, que cause la incapacidad de éste de llenar o bombear sangre en los volúmenes adecuados para satisfacer las demandas del metabolismo tisular o, si lo logra, lo hace a expensas de una elevación crónica de la presión de llenado ventricular.
No debe confundirse con la pérdida de latidos, lo cual se denomina asístole, ni con un paro cardíaco, que es cuando la función normal del corazón cesa con el subsecuente colapso hemodinámico que conlleva a la muerte.