Asturica Augusta

ciudad romana en España
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Asturica Augusta, actualmente Astorga (León), fue una destacada ciudad romana de la provincia Tarraconense. Fundada hacia el 14 a. C. como campamento de la Legio X Gemina, a principios del siglo I se desarrolló como núcleo civil y fue capital del Conventus Asturicensis.

División administrativa de la Hispania romana, con Asturica enclavada en el Conventus Asturicensis o Asturum.

Situada en un cerro que domina un amplio territorio, desde los montes de León hasta las vegas del Páramo, durante los siglos I y II adquirió una gran importancia debido al control de las explotaciones auríferas del noroeste peninsular, y fue un importante nudo de comunicaciones, que, a través de numerosas calzadas, enlazaban la ciudad con algunos de los núcleos más importantes de la Hispania romana.

Sus ruinas se encuentran ocultas bajo la ciudad actual, y entre ellas destacan la conocida como "Ergástula", los dos conjuntos termales y el alcantarillado, así como la Domus del Mosaico del Oso y los Pájaros.

Contexto geográfico

 
El monte Teleno, sagrado tanto para astures como para romanos.

La ciudad se situó sobre un cerro amesetado, en forma de espigón, a 868 msnm, en el interfluvio de los ríos Jerga y Tuerto. Su emplazamiento se buscó en el límite noroccidental de la Meseta Norte, al borde mismo de terrenos de naturaleza muy diversa: al norte, las estribaciones de la Cordillera Cantábrica, barrera que dividía a los mismos astures, según los romanos, a los que llamaban transmontanos o augustanos según vivieran en la vertiente costera o meseteña de la misma; al oeste, los montes de León y la sierra del Teleno, y al este, las campiñas aluviales que rellenan el noroeste de la cuenca del Duero.[1]

Aquel monte, de hecho, fue algo más que una de las cumbres más importantes de la orla montañosa que rodea la ciudad; probablemente, ya desde época prerromana, tuvo algún género de culto religioso, y por ello mismo, acabó formando parte del panteón religioso romano local: así lo prueba una placa de plata hallada en la villa romana de Los Villares, en Quintana del Marco (León), en la que se invoca al dios Marte Teleno (Marti Tileno). La proximidad a dos curso fluviales favoreció el aprovechamiento de sus vegas, en el caso del río Tuerto. Por su parte, los afloramientos rocosos proporcionaron una inestimable fuente de materia prima para la construcción.

 
Mapa de las calzadas en Hispania recogidas en el Itinerario de Antonino.

Además, el contexto geológico de Astorga proporciona otro de los argumentos que se ha esbozado para justificar su fundación: su proximidad a los vastos depósitos auríferos que se encuentran en el piedemonte de la orla montañosa que la rodea, los cuales atrajeron sobremanera la atención de Roma, al menos durante los dos primeros siglos del Imperio. El oro se convirtió, a partir de Augusto, en patrón para las acuñaciones monetarias, y además era un medio de pago de la Administración y del Ejército. Al norte, el valle del río Omañas presenta sedimentos auríferos que se tienen entre los más ricos de la provincia por su ley en oro; al igual que los situados al sur, en los valles del río Duerna y Eria, jalonados también de cortas mineras, asociadas a decenas y poblados romanos, las conocidas como "coronas", como las de Filiel, Boisán, Luyego y Quintanilla de Somoza. Hacia el oeste, es de sobra conocida la riqueza aurífera de El Bierzo, con la gran explotación de las Médulas.[2]

Comunicaciones

 
Miliario de Geira en la Via XVIII o Via Nova

Astorga se la ha definido como encrucijada de caminos, debido, entre otras cosas, a ser paso obligatorio para quien quiera llegar al Bierzo y a Galicia, a través de los puertos de Foncebadón (1.500 msnm) y el Manzanal (1.226 metros).

El Itinerario de Antonino, una de las pocas recopilaciones de caminos en la antigüedad, datado en el siglo III, nos informa de las muchas calzadas que pasaban por la ciudad:[3]

El Anónimo de Rávena, del siglo VII, habla también de Asturica en relación a uno de sus itinerarios, que coincide con la Via Nova del Itinerario de Antonino.

Otro documento, las llamadas Tablas de Astorga, también mencionan la capital maragata. La tabla III describe lo que sería la Vía de la Plata; en cambio, la tabla IV cita el trayecto entre Astorga y Braga. Pero se trata de fuentes controvertidas, ya que algunos autores no reconocen todas las tablas como auténticas.[4]

En recuerdo a su pasado como importante cruce de caminos, en 2006 se inauguró un miliario conmemorativo que recuerda las calzadas que unían Asturica con otras ciudades tanto de Hispania como de la Galia.[5]

Asturica indígena

Desde siempre se ha considerado a Astorga una ciudad con origen prerromano. El primero en hacerlo fue M. Gómez Moreno en 1905, quien se fundamentó en la posición elevada del lugar para otorgarle un origen indígena.[6]​Más adelante, José María Luengo pretendió respaldar ese origen prerromano con datos arqueológicos; se trataba de un torques de oro de origen desconocido y depositado en el Museo Arqueológico Nacional, dos fíbulas plenamente romanas, y monedas ibéricas procedentes de colecciones particulares.[7]

Uno de los argumentos de mayor peso para indicar su origen prerromano lo dan las fuentes clásicas; el geógrafo Ptolomeo, en el Libro II de su Geografía, se refiere a Asturica como ciudad astur y capital de los Amacos.

A pesar de que en los alrededores de Astorga se conocen varios poblados de la Edad del Hierro, las excavaciones arqueológicas efectuadas en la ciudad no han revelado indicios que puedan demostrar la ocupación indígena del cerro.[8]

Historia de la investigación arqueológica

Las primeras inquietudes suscitadas hacia el estudio del pasado de Astorga se produjeron como consecuencia del hallazgo de algunas inscripciones romanas. Así, la colección epigráfica asturicense comenzó cuando el Ayuntamiento decidió, hacia los años 30 del siglo XIX, habilitar como jardín público un espacio situado en el ángulo suroccidental del recinto amurallado, que era denominado "La Sinagoga". Una vez levantado su muro de cierre se acordó colocar, a ambos lados de sus puertas de acceso, cuantas inscripciones se habían recogido en las dependencias municipales. Allí estuvieron desde la inauguración del jardín, en 1840, hasta que en 1901 se llevaron de nuevo al Ayuntamiento. Las primeras publicaciones, por tanto, tuvieron como asunto estudios epigráficos, gracias a los trabajos de Emil Hübner y de los clérigos Fidel Fita y Marcelo Macías.[9][10][11]

En 1863 tiene lugar el descubrimiento de varias galerías de la red de cloacas romanas, colectores que fueron repuestos en su uso. El historiador Matías Rodríguez también dio cuenta de un hallazgo producido en 1896 en la calle de La Redecilla (hoy García Prieto), en donde el maestro de obras del Ayuntamiento tuvo ocasión de levantar un plano de una antigua calle pavimentada con losas de pizarra, identificada como romana al hallarse asociada a estructuras de época romana.[12]

Desde entonces, hubo que esperar a 1946, año en que José María Luengo realizó un estudio del tramo de cloca que discurre por debajo del Parque de la Sinagoga. Este mismo autor continuó realizando excavaciones arqueológicas en el subsuelo astorgano, incluidas en el Plan Anual 1954-1955 del Ministerio de Cultura, siendo por tanto las primeras oficialmente realizadas. En la publicación de las mismas, de 1961, Luengo aprovechó para dar a conocer noticias sobre restos aparecidos en diversos lugares de la ciudad.[7]

Posteriormente, Tomás Mañanes llevó a cabo algunos trabajos de excavación, entre los que destacan las intervenciones en la muralla contigua al Palacio de Gaudí, en donde identificará, gracias a unas excavaciones realizadas en los años 1971 y 1972, la única puerta romana reconocida en el recinto,[13]​ y en las Termas Mayores, en 1984, de las que será descubridor.

Ya en una etapa más reciente, que comienza en 1984 con la asunción de competencias por parte de la Junta de Castilla y León, se asiste al impulso de las excavaciones arqueológicas en la ciudad: desde entonces cualquier solar situado dentro del ámbito del Conjunto Histórico es objeto de trabajos arqueológicos con anterioridad a la construcción del mismo. En 2002, eran más de 100 los que han sido objeto de excavaciones, con importantes resultados, que atañen a la cronología y características del primer asentamiento romano y su evolución a lo largo de los tres primeros siglos de la era, la etapa mejor representada.

Estos trabajos, además de su repercusión estríctamente científica,[14]​ han tenido otra vertiente puesto que han dado lugar a actuaciones de conservación en su sitio de algunos de los restos romanos encontrados, formando parte de unos de los atractivos turísticos de la ciudad, la denominada "Ruta Romana".[15]

Fuentes literarias y epigráficas

 
Plinio el Viejo

La ciudad de Asturica Augusta aparece mencionada pocas veces en la literatura clásica:[16]

  • La referencia más antigua es de Plinio el Viejo, que estuvo en la ciudad hacia el 73, durante el emperador Vespasiano. Alude a ella como Urbs Magnifica,[17]​ algo quizás en relación con el crecimiento que tuvo debido a la explotación del oro.
  • A continuación es Ptolomeo, quien la incluye en la Asturia, siendo capital de los Amacos.
  • Dion Casio, que escribe en tiempos de Severo Alejandro, nos habla de las fundaciones urbanas realizadas por Augusto.
  • El Itinerario de Antonino la cita en numerosas ocasiones, como mansio de varias calzadas que concurrían en la ciudad. De igual manera, el Anónimo de Rávena, menciona la ciudad de uno de sus itinerarios.
  • En el siglo III el obispo Cipriano también menciona la ciudad. Más tarde, hay referencias por parte de Hidacio, San Isidoro y Jordanes. Por último, en diversos concilios como los de Serdica, Zaragoza, Bracarense y Toletanus, hay menciones de diferentes obispos asturicenses.

En cuanto a la epigrafía, se conocen cerca de un centenar de inscripciones procedentes de la antigua Asturica o sus alrededores; la mayoría son de carácter funerario,[18]​ mientras que el resto son votivas.[19]​ Es necesario aludir también a un documento jurídico, la Tabla de Hospitalidad de Astorga o Pacto de los Zoelas, el cual, aunque ratificado en el 152 en Asturica, no se tiene constancia de que fuera hallado en ella. [20]

De las recuperadas, las más antiguas son del siglo I y tienen como tema asuntos de índole militar, aunque la mayor parte de ellas pertenecen a los siglos II y III, destacando 2 en alfabeto griego.[21]

En ellas se citan cargos administrativos y de gobierno como Legati, Procuratores Augusti, Procurator Asturiae et Gallaeciae, Augusti Dispensator y Praeses Provinciae. En relación con su status municipal aparecen los cargos de Magistratus, Curator, Sacerdos y Flamines.

Entre los ciudadanos de Asturica se citan también un Grammaticus y un Avium inspex (adivino a partir del vuelo de las aves). Se constata asimismo la presencia de abundantes inmigrantes, algunos de ellos orientales que dejaron su inscripción en griego.

Por último, a través de las inscripciones se conocen los cultos y divinidades seguidos por sus habitantes; el culto al emperador, la tríada capitolina o la diosa Fortuna, son algunos de ellos.[22]

El origen militar

 
Operaciones militares romanas llevadas a cabo durante las Guerras Cántabras.      Campaña del año 25 a. C.      Campaña del año 26 a. C.      Campaña de Julio César del año 61 a. C.      Campaña de Décimo Junio Bruto del año 137 a. C.

La fundación de la ciudad está relacionada con la organización del territorio llevada a cabo por Augusto tras concluir las Guerras Cántabras. Su propio emplazamiento está en el escenario de las guerras, al pie de una orla montañosa que se extiende por el norte y por el oeste, y habitada por los astures.

El primero en citar el origen militar fue M. Gómez Moreno, a principios del siglo XX.[6]​ Al igual que éste, también Adolf Schulten situó en Asturica la Legio X Gemina a partir de la reconstrucción de acciones militares contra astures, cinco epitafios de soldados de dicha legión y un texto de Floro refiriéndose a la desmilitarización del campamento.[23]

José María Luengo consideró a la Legión artífice de la fundación de la ciudad, en cuya construcción habrían participado los soldados.[7]​ Otros como M. Pastor avalan su presencia por la existencia de epígrafes.[24]​ P. Le Roux considera que el campamento sería de época de las Guerras, siendo trasladado a Petavonium al finalizar las mismas.[25]​ Por último, Tomás Mañanes también señaló la presencia de la Legio X a partir de los epígrafes y una posible base campamental en el urbanismo de la ciudad.[26]

Su origen militar también se ha podido confirmar por pruebas arqueológicas, en especial gracias al descubrimiento de dos fosos paralelos (fossae fastigatae) que se identifican con el sistema defensivo de un campamento militar permanente, y posiblemente legionario.[27]​ Su analogía con hallazgos similares de instalaciones campamentales parece despejar cualquier duda acerca de la identificación propuesta. Otros hallazgos son determadas producciones cerámicas de Terra Sigillata Italica, numerario, así como materiales asociados al vestuario militar.

El tamaño y profundidad de sus fosos, así como la presencia de sólidas construcciones de madera, parecen avalar que se tratase de un campamento que no estaba directamente implicado en las acciones militares, es decir que es posterior a las Guerras Cántabras. Así lo indican la frecuencia y cronología de los materiales arqueológicos, que abogan por una edad posterior a las Guerras.

En el lugar elegido se instalarían, por tanto, los castra de una guarnición militar encargada durante varios años de la vigilancia y control del territorio recientemente conquistado y aún en fase de pacificación. Se puede afirmar, con datos bastante concluyentes (entre ellos 7 epígrafes), que la unidad acantonada fue la Legio X Gemina.

El nacimiento de la ciudad

A falta de encontrar su partida de nacimiento, en el caso de Asturica hay que inferir cuando nació como núcleo civil a partir de los datos que proporciona la arqueología. El único sitio que podría ser determinante para establecer tal nacimiento (un solar excavado en el Paseo Blanco de Cela entre 1993 y 1996) fue ligero a la hora de dar pruebas concluyentes sobre la cronología de la primera fortificación urbana,[28]​ y con ello, de la misma ciudad. En aquel solar se encontraron los restos superpuestos de la fortificación campamental, la primera muralla y una casa romana construida sobre todo ello.

El ejemplo mejor conocido de la primera arquitectura asturicense civil lo proporciona la domus del pavimento de Opus Signinum. Aquí las construccines campamentales son sustituídas por las civiles entre el final del reinado de Tiberio (14-37) y el comienzo del de Claudio (41-54),[29]​ algo que parece suceder también en el solar del Paseo Blanco de Cela.[28]​ Ello vendría a modernizar el nacimiento de la ciudad, puesto que no se habría fundado en tiempos de Augusto, sino en tiempos de Tibero.

El plano de Asturica corresponde a un recinto de 26 hectáreas de superficie, amurallado con una cortina de 2200 de longitud. La forma del mismo sería rectangular si no fuera por el estrechamiento que el cerro sufre en el espigón de su zona meridional, adaptándose a él la muralla para dibujar una geometría triangular. Esta disposición puede ser el origen de la diferencia existente en la orientación del planeamiento viario, definiendo dos zonas: por un lado, al norte, se dibuja un rectángulo de 430 por 380 metros, con una estructura urbana en cuadrícula, produciendo insulae o manzanas de forma cuadrada o rectangular y dimensiones variables. El extremo meridional del recinto parece haber ordenado su urbanismo con relación a su lado oriental, disponiendo calles de forma paralela a él e incluso el mismo Foro, que ocuparía buena parte de esta zona de la ciudad.

La muralla

 
La muralla a los pies del Palacio de Gaudí.

Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en Astorga han arrojado importantes datos acerca de los distintos recintos defensivos que se levantaron aquí a lo largo de la ocupación romana del cerro en el cual se asienta la ciudad.

El primero correspondería a la cerca o vallum que levantaron los soldados de la Legio X Gemina cuando construyeron su campamento. Su existencia se intuye al haberse hallado los característicos fosos que se construían a sus pies, con la finalidad de acrecentar su papel defensivo.

La segunda fortificación fue una muralla de piedra que se levantó cuando el asentamiento romano dejó de ostentar su inicial carácter militar, dando lugar a un asentamiento de carácter civil. Esta fortificación se conoce muy puntualmente, ya que únicamente se ha rastreado en un solo solar de la ciudad. Tenía 2.5 metros de ancho y cubos circulares situados a intervalos, uno de los cuales pudo reconocerse, con algo más de 5 metros de diámetro.[28]​ Fue demolida hacia el tercer cuarto del siglo I, momento en el que el crecimiento de una vivienda obliga a demolerla para ocupar su espacio. Su construcción coincidiría con las primeras evidencias de arquitectura que podría considerarse civil.[29]

Una tercera fortificación fue construida a finales del siglo III o principios del siglo IV. Se trata de la muralla visible en el actual recinto, la cual se levanta al pie del cerro, circunvalándolo en todo su perímetro. Las causas que motivaron su construcción se han asociado a la situación de inestabilidad vivida en los últimos años del Imperio. Con una longitud de 2.2 km, encerrando un recinto de unas 26 hectáreas de superficie, destaca el espesor, entre 4 y 5 metros, y la altura de las torres que lo jalonaban.

La única puerta romana se conoce por las excavaciones llevadas a cabo en 1971 y 1972.[13]​ El vano, de 4 metros de anchura, estaba flanqueado por dos torres semi-circulares, de unos 8 metros de diámetro, que conservaban unas cuatro hiladas de pilares.

El foro

El foro en cualquier ciudad romana, es el espacio público por excelencia, donde se concentran todos los elementos indispensables de la actividad urbana. Se trata, por tanto, de una imagen representativa de la romanización, especialmente en aquellas ciudades que, como Astorga, tuvieron la misión de irradiarla después de la conquista.

El foro asturicense está emplazado en uno de los lugares más elevados de la ciudad, elección que pretende subrayar su papel desde el punto de vista urbanístico. De planta cuadrangular, ocuparía una superficie cercana a los 30.000 metros2, estando limitado, en sus lados occidental y meridional (los que se conocen), por un pórtico monumental, jalonado a intervalos por exedras semicirculares y cuadrangulares, ocupando éstas una posición axial, en al menos dos de los lados conocidos. Una de ellas destaca por una entrada in antis y rematada en la cabecera con un ábside semicircular. La posición destacada, reforzada con la presencia de un pavimento de placas de mármol de diseño geométrico[30]​ (opus sectile), ha llevado a considerarla como un Aedes Augusti, relacionado con el culto imperial.

El extremo meridional del recinto del foro está determinado por un corredor de dos naves separadas por una columnata, y cerrado hacia el área por un muro con pilastras. El muro del cierre sur presenta sendos ábsides semicirculares articulados con respecto a una cabecera de planta cuadrangular que constituye el eje de simetría de la plaza pública. Al sur de este edificio se han documentado varias estancias relacionadas con posibles funciones de carácter comercial (tabernae).

En cuanto al edificio conocido popularmente como "Ergástula", su interpretación resulta complicada. Se trata de un criptopórtico[31]​ construido en opus caementicium siendo posiblemente una construcción semi-subterránea, sobre la que se apoyaría un pórtico columnado con planta en U, que rodearía un recinto de carácter sagrado, un templo posiblemente, que ocuparía el centro del área del foro. La Ergástula constituiría, por tanto, el lado oriental de tal pórtico , el cual sólo tendría abovedada una de sus ramas: su función sería su sobre-elevación para realzar su mejor percepción monumental.[32]

Cronológicamente, habría que encuadrarlo en época Julio-Claudia, más concretamente entre finales del reinado de Tiberio y el comienzo del de Claudio.[33]

Las termas

Los baños públicos eran lugares destinados no solamente al aseo personal, sino también al desarrollo de las relaciones sociales, desempeñando un papel fundamental en la organización y disfrute del ocio en el mundo romano. Al igual que en la mayoría de ciudades romanas,[34]​ Asturica Augusta contaba con instalaciones termales, en concreto se conocen dos complejos de carácter público, las denominadas, por su diferente tamaño, Termas Mayores y Termas Menores.

Termas mayores

Las Termas mayores ocuparon una posición central dentro de la ciudad, situándose en la intercesión de los dos ejes viarios más importantes. Dicha intercesión constituye la esquina de una insula de forma cuadrada o rectangular. De este complejo termal de carácter público se ha podido identificar un gran frigidarium (sala fría), inmediato a otros cuatro ámbitos, tres de ellos calefactados mediante hypocaustum (cella tepidaria y dos sudatoria circulares); el cuarto, pavimentado con un mosaico bícromo,[35]​ ha sido interpretado como un apodytherium o vestuario. También se pudo identificar la piscina del frigidarium.[36]

Nada se puede decir en relación con el abastecimiento de agua de estas termas, aspecto que por el momento permanece inédito también para el conjunto de la ciudad romana. Se han encontrado, no obstante, testimonios parciales de la evacuación de agua de alguna de las salas identificadas, como por ejemplo la canalización que desagüaba la piscina del frigidarium, en dirección a la cloaca que discurre por el límite meridional de estas termas.

En cuanto a los accesos sólo se puede intuir como posible ubicación los límites sur y oriental del edificio. En el primer caso coinciden con una construcción de forma cuadrada provista de cubos de cimentación para apoyar pilares o columnas de un posible vestíbulo, cuya posición viene también sugerida por su proximidad a la calle que constituye el límite sur de las termas. En el segundo caso, otro posible acceso viene sugerido por la situación del apodytherium, el cual puede avalar otra entrada.

Se señalan dos momentos constructivos principales documentados en el curso de las excavaciones. En primer lugar, la primera implantación vendría indicada por los primeros ambientes descritos. De ellos, uno correspondería a un apodytherium, comunicado con un frigidarium provisto de su correspondiente baño. De aquí se pasaría a un tepidarium, dotado de hipocausto, inmediato a un ambiente circular que se asocia con un sudatorium. De esta primera fase no hay evidencias seguras de la ubicación de los caldaria, pero es posible que uno de ellos siguiera, en un esquema angular en línea o con salas paralelas e itinerario retrógrado, según la clasificación de Krencher, Rebuffat y Nielsen, al tepidarium.

La segunda fase de esta edificación termal corresponde a la implantación de una serie de espacios que remodelan completamente una zona de las termas, especialmente por la implantación de un tepidarium, con su correspondiente alveus de planta semicircular, y un sudatorium circular al Oeste del mismo.

En lo que se refiere a la cronología de la primera fase, se puede dar una fecha entre mediados del siglo I y mediados del siglo III. En cuanto a la segunda fase, los materiales recuperados en los niveles de destrucción muestran una fecha tardía, siglo V, para el abandono de la construcción termal.

Termas menores

Estaban situadas en la zona sudoeste de la ciudad, próximas a la muralla. Su buen estado de conservación ha permitido conocer el papel de cada una de las salas en el programa de baños (frigidarium, tepidarium, sudatorium, y dos caldaria), además de una serie de estancias de servicio, como las encargadas de albergar los praefurnia. Estos espacios se articulan siguiendo el esquema lineal que suele determinar a los recintos termales, muy difundidos a lo largo del Imperio. Estudios realizados a finales de los 90[37]​ permitieron precisar la evolución constructiva de este edificio. Así el núcleo original se habría configurado entre mediados del siglo I y época Flavia. A finales del siglo II sufrió importantes cambios, que afectan a una nueva implantación de la zona calefactada, para finalmente abandonarse a mediados del siglo III. Su evolución sería un reflejo del proceso de urbanización de la propia ciudad, marcando su abandono la crisis que debió sufrir Asturica debido al cese de las explotaciones mineras.

El alcantarillado

Tan interesante hallazgo fue inmediatamente utilizado, y hoy se encuentra la población con un servicio que nunca se hubiera proporcionado si la casualidad no hubiese dado con él.
Matías Rodríguez, erudito astorgano.

Asturica, como cualquier ciudad romana de nueva creación, contó con una red de colectores destinados a la evacuación de las aguas sucias procedentes tanto del ámbito doméstico como de ciertos edificios públicos como las termas. También evacuaban, al igual que en época contemporánea, el agua de la lluvia, a través de los desagües que se practicaban en las calles.

Su trazado coincide con el de las calles, de ahí la importancia de su conocimiento para reconstruir su implantación urbana. Fueron construídos con gran solidez, de tal manera que han llegado a nosotros en perfecto estado, sirviendo aún muchos de sus tramos al saneamiento de la ciudad.[38]

Las modalidades constructivas no son uniformes, puesto que para su cerramiento se emplea tanto la bóveda de medio punto como la cubierta adintelada, pudiento tener tales diferencias una explicación cronológica. Así los de forma adintelada fueron, en algunos sitios, por galerías abovedadas, lo que parece indicar dos fases urbanísticas diferentes, la primera julio-claudia y la segunda flavia.[7]

Otros edificios

A pesar de la relevancia histórica de la ciudad y de los importantes restos descubiertos, no se tienen noticias de otras construcciones que generalmente se encontraban en cualquier ciudad romana, como un acueducto, un teatro o un anfiteatro, aunque es de suponer que las tuvo debido a la categoría urbana que poseía. Existen aún en los alrededores de Astorga dos puentes romanos, uno el de la Moldera, en la vía que iba a León, y el de Valimbre, en la Vía de la Plata.

Respecto al anfiteatro, en 2006 el arquitecto Carlos Sánchez-Montaña hizo público un trabajo por el cual desvelaba su descubrimiento a partir de la fotografía aérea, [39]​ aunque no hay ningún tipo de evidencia arqueológica, siendo su teoría discutida.[40][41]

La arquitectura doméstica

En Astorga se han encontrado unas 10 viviendas romanas, si bien ninguna de ellas se ha excavado de forma completa. Tampoco se conoce ninguna construcción que pueda ser identificada dentro de alguna de las categorías de la arquitectura que podría denominarse artesanal. Ello se debe a la dificultad de alcanzar, de forma completa, la planta de las antiguas construcciones: el parcelario actual no tiene nada que ver con el romano.

Entre todas las domus destacan varias por la calidad de su construcción y los elementos decorativos que acompañaron la vida cotidiana de sus moradores. Todas emplean la piedra en sus muros, si bien en ciertos casos debió ser compartida con otros materiales como, por ejemplo, el adobe y el tapial. La piedra empleada fue, mayoritariamente, cuarcita de la Serie de los Cabos, y pizarra de Luarca. Ambas se pueden extraer en canteras muy próximas, puesto que las formaciones geológicas que la deparan rodean la ciudad.

Pero también otros materiales se emplearon en la construcción. Los alrededores de la ciudad son pródigos en arcilla, cuyo empleo está bien atestiguado tanto en el adobe y tapial como en la fábrica de los muros. A pesar de no conocerse ningún alfar cerámico, es de suponer que en los alrededores de Asturica se producía teja y ladrillo para la construcción. Así lo vienen a indicar el gran número de tejas (tegulae) e ímbrices (imbrices) que cubrían los tejados de las viviendas; el ladrillo (later coctus) es muy habitual, por ejemplo, en las instalaciones termales para formar las piletas de sus hipocaustos.

No se sabe cuántas alturas tenían las viviendas asturicenses, por ello hay que suponer que lo usual serían de una sola planta baja, y excepcionalmente, de dos. En cualquier caso, se conocen espacios tan característicos de la vivienda romana como el el atrium provisto de impluvium, o domus organizadas en torno a un peristilo columnado.

Domus del Gran Peristilo

Singular ejemplo en la arquitectura doméstica de Asturica, esta domus debió ocupar la totalidad de una insula o manzana, superando los 2500 metros2. Se encontraba al borde del decumanus maximus, que la atravesaba en sentido noreste-suroeste.

Su período más antiguo, entre la época julio-claudia y el tercer cuarto del siglo I, está representado por una serie de estructuras cuya funcinalidad no se ha podido precisar debido al grado de destrucción al que fueron sometidas en la siguiente fase. No obstante, sobresale un pequeño ambiente identificado como un impluvium, que actuaría como referente de las diversas estancias.

Ese papel va a ser ocupado durante la segunda fase por un gran peristilo porticado en el centro de la domus. De forma cuadrada, ocupaba una superficie superior a 250 metros2 y estaba rodeado por cuatro galerías porticadas, con seis columnas en cada una de ellas. Este pórtico estaba enmarcado por un canal que servía para recoger el agua procedente de la cubierta. El centro del patio estaba presidido por el vaso de una fuente monumental tetralobulada, construida en opus caementicium. Alrededor de los corredores se dispondrían toda una serie de habitaciones, para cuya realización fue necesaria la creación de una terraza artificial.

Esta vivienda poseía también una zona termal, unos balnea o baños privados. Se han excavado varias estancias, identificadas con un caldarium y tepidarium, provistos de hipocaustos y, este último, de un alveus o pequeña bañera. Finalmente, esta domus deparó los restos de un pavimento de opus sectile, construido con pequeñas losas de mármol, que dibujaban forma geométricas romboidales.

A partir del siglo III la casa entra en fase de cierto abandono. Se procede a reestructurar algunas estancias, compartimentándose por medio de muros.[42]

Domus del Mosaico del Oso y los Pájaros

 
Vista parcial de la vivienda.
 
Vista del mosaico del Oso y los Pájaros.

Posiblemente ordenada alrededor de un patio central dotado de peristilo, su planta es el resultado de varias remodelaciones, la más importante de las cuales, llevada a cabo a finales del siglo I o comienzos del segundo, coincidió con una transformación de la zona en la que se ubica. De esta manera el área reservada al uso termal se dispuso sobre los restos de una cloaca inutilizada para tal fin.

La domus se levantó al sur de la ciudad, cerca del foro, empleando la mampostería de piedra como material constructivo principal. Destaca por la variedad de sus suelos, entre los que encontramos pavimentos de opus signinum, de lajas de mármol, de opus spicatum, así como por los restos de decoración pictórica de sus paredes, alguno de cuyos zócalos aún la conserva.

Pero, sobre todo, la vivienda destaca por un espléndido suelo de mosaico. En conexión con las piezas termales se distribuyen otra serie de espacios, de uso residencial, entre las que sobresale la pavimentada con un mosaico con figuraciones animalísticas vegetales que dan nombre a la casa. Fechado a comienzos de la dinastía de los Severos, su esquema compositivo y la situación de la habitación a la que tapiza, apuntan a que estamos ante un tablinum o sala de recepción.[43]

Domus del pavimento de Opus Signinum

Situada en las proximidades del ángulo noroccidental del Foro, su planta es un claro exponente de la evolución urbanística llevada a cabo en esta zona de la ciudad a lo largo del siglo I.

Los ámbitos más antiguos tienen una orientación noreste-sudoeste, la misma que presentan todas las edificaciones que ocupan el sector oeste de la ciudad. Esta distribución debió mantenerse hasta mediados de la primera centuria, tal y como parece demostrar el primitivo plan de la casa. En época flavia la domus modifica su implantación y es dotada de un patio rodeado de un peristilo, en torno al que se van a organizar las diferentes habitaciones.

Una de las estancias perteneciente al primer período constructivo de la domus, datado a finales del reinado de Tiberio (14-37) y comienzos del de Claudio (41-54), conservaba retazos de un suelo de opus signinum.[29]

Domus de los Denarios

Recibe su nombre por un hallazgo monetario que depararon los sedimentos sobre los que se contruyó. Se trata de 28 denarios en su mayoría correspondientes a emisiones de Augusto y Tiberio. El conocimiento de su planta es parcial, por lo que no se puede realizar una interpretación completa de todas sus dependencias, ni se conocen tampoco sus dimensiones exactas. Parece que se organizó en torno a un estanque rectangular; alrededor del mismo se dispuso un pasillo que daba acceso a diferentes habitaciones, algunas con su pavimento de opus signinum. Los muros debieron estar pintados, como lo pone de manifiesto el hallazgo en algunas de ellas de sus zócalos pintados.

Es destacable en esta domus un espacio de reducidas dimensiones pavimentado con losas de pizarra, provisto de un desagüe que iba a parar a la red de saneamiento de la vivienda, debiéndose tratar, por tanto, de un atrium, provisto de su correspondiente impluvium. Por otro lado se ha podido intuir que estaba provista de una red de distribución de agua corriente gracias al hallazgo de una tubería de plomo, que además presentaba su correspondiente llave de paso en bronce.

La cronología de la vivienda parece remontarse a época flavia (tercer cuarto del siglo I), perdurando hasta el siglo V, ya en época tardía.[28]

Las explotaciones auríferas

 
Vista panorámica de las Médulas.

Además de la importante explotación de las Médulas, en El Bierzo, Asturica contaba bajo su área de influencia un conjunto de explotaciones repartidas a lo largo y ancho de la Maragatería, cuyas huellas son aún visibles.[44]

Estas explotaciones tienen su origen en época prerromana, siendo abundantes los asentamientos astures conocidos. Sin embargo, fue Roma la que desarrolló profundamente la minería a los pies del Teleno; desde el asentamiento de la Legio X Gemina hasta la fundación del núcleo civil pasaron unos 50 años en los que se pacificó el territorio y se establecieron castros y coronas en relación a la explotación minera.

El sistema de trabajo se basó en mano de obra indígena bajo el control de unidades del ejército dependientes de la Legio VII Gemina establecida en León. La ingeniería permitió producciones de hasta 6 toneladas al año, cifra destacada teniendo en cuenta que la riqueza de las capas está entre 3 y 6 gramos por tonelada.

En cuanto al proceso, primero se construía la red de canales que llevase el agua de los ríos hasta la explotación. En ésta se almacenaba en albercas, como las que se pueden ver en la explotación de la Fucarona, para luego soltarla a presión sobre conos y galerías; los conos arrastraban material hasta los lugares de sedimentación donde tenía lugar el lavado (arrugia), y las galerías derrumban el sustrato para dirigirlo también a los lavaderos (ruina montium).

... las montañas son minadas a lo largo de una gran extensión mediante galerías hechas a la luz de lámparas... Acabado el trabajo de preparación, se derriban los apeos de las bóvedas desde los más alejados; se anuncia el derrumbe y el vigía colocado en la cima de la montaña es el único que se da cuenta de él. En consecuencia da órdenes con gritos y con gestos para poner en aviso a la mano de obra y, a la vez, él mismo baja volando. La montaña, resquebrajada, se derrumba por si misma a lo lejos con un estruendo que no puede ser imaginado por la mente humana, así como con un increíble desplazamiento de aire...
Plinio el Viejo, Historia Natural..

En la comarca maragata el sistema predominante es el de arrugia. Por ello, los lugares de explotación son abiertos, formando auténticos valles o lagunas artificiales. Los materiales estériles, llamados murias, modificaron el paisaje formando conos de salida, construidos en muchos casos para facilitar el transporte del limo que contenía el oro. Este barro se depositaba en canales de suave pendiente que facilitaban la sedimentación de elementos pesados, y los más finos se filtraban hasta lograr el metal.

 
Una de las albercas de la Fucarona.

La época de esplendor de las minas comenzó con la dinastía Flavia, a finales del siglo I, y se mantuvo hasta mediados del siglo III, cuando entró en proceso de decadencia.

Entre las explotaciones que se pueden encontrar está la citada Fucarona,[45]​ cercana a Rabanal Viejo, en la cual se puede observar no sólo la explotación en si, sino algunos de los canales para el transporte del agua y 4 albercas para su almacenamiento. De éstas se conserva parcialmente el fondo cubierto con piedra para evitar que el agua se pierda infiltrándose en la tierra. Y entre Luyego y Priaranza de la Valduerna se localiza Fucochicos,[46]​ otra explotación surgida con el sistema de arrugia.

También destacados son la Corona de Pedredo,[47]​ con la explotación minera junto al propio asentamiento, y la Laguna Cernea,[48]​ restos de una explotación junto a Santa Colomba de Somoza.

Curiosidades

La ciudad de Asturica aparece en el videojuego de estrategia Rome: Total War de la compañía británica Creative Assembly, perteneciente a la saga de videojuegos Total War, puesto a la venta en 2004.[49]

Véase también

Referencias

  1. «Mapa topográfico nacional». Consultado el 9 de enero de 2009. 
  2. F. J. Sánchez Palencia. La Zona Arqueológica de Las Médulas (León). Junta de Castilla y León. 1996.
  3. M. A. Rabanal. Las vías romanas de la provincia de León. Diputación Provincial de León. 1988.
  4. Por ejemplo, J. M. Roldán. Las tablas de Barro de Astorga, ¿una falsificación moderna?. Revista Zephyrus XXIII-XIV. 1972-73.
  5. «Diario de León». Consultado el 7 de febrero de 2009.  Noticia aparecida en el Diario de León en relación a la inauguración del miliario.
  6. a b M. Gómez Moreno: Catálogo Monumental de la Provincia de León. Madrid. 1905.
  7. a b c d J. M. Luengo. Astorga (León). Exploración de las cloacas romanas. Noticiario Arqueológico Hispánico II (1953). Astorga Romana. Noticiario Arqueológico Hispano V (1956-61). Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «LUENGO» está definido varias veces con contenidos diferentes
  8. por ejemplo, T. Mañanes. Astorga romana y su entorno. Estudio Arqueológico. Valladolid, 8. 1982.
  9. E. Hubner. Corpus Inscriptionum Latinarum. Berlín. 1892.
  10. F. Fita. Epigrafía romana de Astorga. Boletín de la Real Academia de la Historia 42-3. 1903.
  11. M. Macías. Epigrafía romana de la ciudad de Astorga. Orense. 1903.
  12. M. Rodríguez. Historia de la Muy Noble, Leal y Benemérita Ciudad de Astorga. Astorga. 1909.
  13. a b T. Mañanes y C. García Merino. Excavaciones en las murallas de Astorga (1971-1972). Noticiario Arqueológico Hispánico 21. 1985.
  14. por ejemplo J. M. Vidal. Arqueología urbana en Astorga: la aportación de las excavaciones de urgencia. I Congreso Internacional Astorga Romana, Vol. 2. 1986, o A. Sevillano. Aportaciones a la arqueología de Asturica Augusta (1993-1996). Los orígenes de la ciudad en el Noroeste Hispánico (Actas del Congreso Internacional, Lugo 15-18 de Mayo de 1996). 1999.
  15. «Ruta Romana». Consultado el 13 de febrero de 2009.  Información sobre la Ruta Romana ofrecida por el Ayuntamiento de Astorga en su página web.
  16. M. Rabanal y E. González. Asturica Augusta. Los textos de la Antigüedad clásica. Astórica, nº 14. 1995.
  17. Plinio. Historia Natural, 3, 28.
  18. No se ha excavado ninguna necrópolis en la ciudad, pero, no obstante, se conoce la posible ubicación de alguna de ellas por hallazgos aislados.
  19. «Epigrafía Romana de Astorga». Consultado el 12 de enero de 2009.  Extracto del Boletín de la Real Academia de la Historia (1903) con información acerca de varias inscripciones asturicenses.
  20. El documento se encuentra en la actualidad en el Staatliche Museen de Berlín.
  21. En los alrededores de Astorga aparecieron tres más, lo que puede dar pie a pensar en una posible comunidad greco-parlante.
  22. J. Mangas. Dioses y cultos en Asturica Augusta antes de su cristianización. I Congreso Internacional Astorga Romana. Astorga. 1986.
  23. "...ordenó que habitaran y tuvieran residencia en su campamento, situado en la llanura, que allí celebraran sus asambleas y que lo adoptaran como capital". A. Schulten. Los cántabros y astures y su guerra con Roma. Madrid. 1943
  24. M. Pastor. Asturica Augusta, ¿fundación de Augusto?. Symposium de Ciudades Augusteas. Zaragoza. 1976.
  25. Le Roux. L´Armée Romaine et l´organisation des provinces ibériques d´Auguste à l´invasion de 409. París. 1984.
  26. T. Mañanes. Epigrafía y Numismática de Astorga romana y su entorno. León-Salamanca. 1982.
  27. M. L. González. Consideraciones sobre el origen campamental de Asturica Augusta. Actas del Coloquio Internacional: Los Finisterres Atlánticos en la Antigüedad. Época Prerromana y Romana. Gijón. 1996.
  28. a b c d M. L. González. De campamento a civitas. La primera fortificación urbana de Asturica Augusta (Astorga, León). Nvmantia nº 7. 1999.
  29. a b c M. Burón. El Trazado Urbano en las proximidades del Foro en Asturica Augusta. La casa del pavimento de opus signinum. Arqueología en Castilla y León 2. Junta de Castilla y León.
  30. F. Regueras. Opus Sectile y Mosaico de Orfeo hallados en Asturica Augusta. Actas del VI Coloquio Internacional sobre mosaico antiguo (Palencia-Mérida 1990). Asociación Española del Mosaico. 1994. y E. Pérez. Revestimientos de Opus Sectile en la Península Ibérica. Studia Archaeologica 84. Universidad de Valladolid. 1996.
  31. Tal identificación fue realizada ya por A. García Bellido en Ergastula Romana de Astorga (León). Boletín de la Real Academia de la Historia CXX, Cuad. 2. 1947.
  32. J. L. Jiménez. Los modelos constructivos de la arquitectura forense de la Península Ibérica. Los Foros Romanos en las Provincias Occidentales. 1987.
  33. A. Sevillano. El Forum de Asturica Augusta. Cuadernos Municipales. Ayuntamiento de Astorga.
  34. C. Fernández y V. García. Las termas romanas del noroeste y de la Meseta norte de Hispania. Los modelos arquitectónicos. Archivo Español de Arqueología, 72. 1999.
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  37. M. Burón y V. García. Las Termas Menores de Asturica Augusta. Coloquio Internacional: Termas Romanas en el Occidente del Imperio. Gijón (1999). 2000.
  38. Un tramo de estas cloacas es visitable, dentro del Jardín de la Sinagoga, en el recorrido denominado Ruta Romana
  39. «Asturica». Consultado el 7 de febrero de 2009.  Página de Carlos Sánchez-Montaña donde muestra sus trabajos relacionados con Astorga.
  40. «Polémica sobre el anfiteatro de Astorga». Consultado el 7 de febrero de 2009.  Respuesta a la polémica arqueológica sobre el anfiteatro de Astorga.
  41. «Polémica sobre el anfiteatro de Astorga». Consultado el 7 de febrero de 2009.  Polémica arqueológica sobre la ubicación del anfiteatro de Astorga.
  42. M. Burón. La arquitectura doméstica de Asturica Augusta. Cuadernos Municipales. Ayuntamiento de Astorga.
  43. F. Regueras. Mosaicos romanos de Asturica Augusta. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología LVII. 1991.
  44. I. Ares. La Ruta del Oro: un recorrido por el país de los maragatos. Edilesa. 1997.
  45. «La Fucarona». Consultado el 7 de febrero de 2009.  Vista aérea de la explotación en Google Maps.
  46. «Fucochicos». Consultado el 7 de febrero de 2009.  Vista aérea de la explotación en Google Maps.
  47. «Corona de Pedredo». Consultado el 7 de febrero de 2009.  Vista aérea del asentamiento y la explotación en Google Maps.
  48. «Laguna Cernea». Consultado el 7 de febrero de 2009.  Vista aérea de la laguna en Google Maps.
  49. «Rome: Total War». Consultado el 15 de enero de 2009.  Página oficial del videojuego.

Bibliografía

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  • Ángeles Sevillano Fuertes (2005). El Forum de Asturica. Ayuntamiento de Astorga. 
  • Inocencio Ares (1997). La Ruta del Oro: un recorrido por el país de maragatos. Edilesa. ISBN 84-8012-168-8. 
  • Mª Teresa Amaré Tafalla (dirección) (2002). Astorga I: contexto geográfico e histórico. Universidad de León. ISBN 84-7719-993-0. 
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  • Mª Teresa Amaré Tafalla (dirección) (2003). Astorga IV: lucernas y ánforas. Universidad de León. ISBN 84-9773-074-7. 
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  • Victorino García Marcos y Julio Vidal Encinas (1999). De asentamiento militar a urbs magnífica. Actas del Congreso Internacional, Lugo 1996. ISBN 84-8192-136-X. 

Enlaces externos