La Comarca Minera se caracteriza por un geopatrimonio sobresaliente, que incluye al menos cinco elementos geológicos (y culturales relacionados con la geología) que pueden ser considerados de relevancia internacional:[1]
El sistema epitermal (Ag-Au) de Pachuca-Mineral del Monte, uno de los más grandes del mundo; su producción histórica representa el 6% de la plata producida globalmente durante los últimos cinco siglos.[1][4]
El patrimonio industrial minero, que incluye haciendas de beneficio de la época colonial, así como obras mineras diversas, destacando las del periodo inglés de la minería (mediados del s. XIX), con espléndidos ejemplos de casas de máquinas de tipo cornish.[5]
El Cerro de las Navajas, principal punto de explotación y abastecimiento de obsidiana para Mesoamérica, y yacimiento excepcional de obsidiana en sus variedades dorada y verde.[1]
Durante este periodo, se formó el cinturón de pliegues y cabalgaduras, geográficamente conocido como Sierra Madre Oriental, mediante un proceso compresivo que engrosó y acortó la corteza y elevó las rocas formadas previamente en el mar hasta su posición actual. Hacia el final de este periodo inició el vulcanismo relacionado con el proceso de subducción del occidente de México. En el sector noroeste del geoparque se presentan estructuras de deformación, principalmente pliegues asimétricos o incluso acostados, de dirección NNO-SSE, que pueden ser apreciados en los geositios Barranca de Aguacatitla y Aguas termales de Amajac. Las rocas volcánicas del Oligoceno las encontramos en Depósitos tobáceos de Cubitos y Mirador Cerro del Lobo.[3]
Mioceno
El magmatismo iniciado a fines del Paleógeno se extendió hasta el Mioceno Medio, siendo responsable de grandes volúmenes de rocas volcánicas silícicas que constituyen una de las manifestaciones más surorientales de la provincia ígnea de la Sierra Madre Occidental. Asociados a estas rocas se formaron los yacimientosminerales de plata (de tipo epitermal), que datan del Mioceno temprano en el caso de los de Pachuca-Real del Monte y algo más reciente (Mioceno tardío) para los de Mineral de El Chico. En el geoparque, se formaron tobasriolíticas y riolitas de las formaciones Tezoantla y Cerezo, así como pórfidos riolíticos y dacíticos. Se pueden apreciar en los geositios Peña Las Monjas, Peña del Cuervo, Las Ventanas y Depósitos Volcánicos de El Chico. La mineralización del Mioceno tardío se aprecia en Obras Mineras El Milagro.[3]
En lo referente a la explotación de los recursos naturales, en el geoparque —y en todo el continente— fue el encuentro entre el Viejo y el Nuevo Mundo lo que marcó el mayor cambio; en la época prehispánica se explotó intensamente la obsidiana, y, a partir de la conquista, la minería se concentró en los metales preciosos. Como una manifestación de los fenómenos geológicos activos, se encuentra en el noroeste del geoparque el sitio geotermal (y geositio) de Aguas termales de Amajac (aprovechado como balneario de aguas termales).[1]
Geositios del geoparque
El geoparque está integrado por 31 geositios de interés geológico, biológico y cultural:[3]
Zona de Preservación Ecológica de los Centros de Población Cerro La Paila-Matías Rodríguez
Ocupación humana
Primeros pobladores
De acuerdo con la evidencia geoarqueológica del geositio Cerro de las Navajas, el territorio de la Comarca Minera jugó un papel fundamental en el desarrollo económico y poderío militar de los estados prehispánicos de Mesoamérica, por ser el centro de control de la minería de obsidiana y foco de distribución de este preciado vidrio volcánico. Dichas actividades fueron llevadas sucesivamente a cabo por las culturas teotihuacana (100 a.C-650 d.C.), tolteca (950-1100 d.C.) y mexica (1325-1521 d.C.), extendiéndose hasta el periodo colonial temprano.[1][7]
Exploraciones geológicas
La Comarca Minera de Hidalgo desde hace cinco siglos ha sido objeto de estudios y reconocimientos geológicos. De manera particular, fue en el siglo XIX cuando científicos mexicanos y extranjeros realizaron puntuales y detallados estudios. Sobresale entre ellos el geognostaalemán Friedrich Traugott Sonneschmid (1763‒1824), quien fue comisionado por la Corona Española en 1788 para llevar a cabo el mejoramiento de la explotación minera, de beneficio y extracción, y para realizar descripciones mineralógicas en la Nueva España. En el transcurso de doce años recorrió los actuales estados de México, Hidalgo, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango y Jalisco. Producto de esta comisión son varios estudios, uno de ellos, la «Descripción mineralógica de las importantes regiones mineras de México o Nueva España», publicado en 1804, incluye valiosos datos sobre la Comarca Minera, como las obsidianas y las arcillas de Real del Monte, Pachuca y Atotonilco el Chico, así como los basaltos con disyunción columnar de Huasca de Ocampo (geositio Prismas basálticos).[1]
El sabio prusianoAlexander von Humboldt (1769‒1859) recorrió y describió varios parajes de Pachuca, la Sierra de Las Navajas, las minas del Morán, Real del Monte, Regla, La Vizcaína, El Jacal y El Encino, como parte de la expedición que hizo entre el 15 y 27 de mayo de 1803. Tras su visita, integró sus observaciones en su vasta obra científica; en su libro «Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de América» (1810) dedicó un capítulo al geositio Prismas basálticos, bajo el título de «Rocas basálticas y Cascada de Regla», en la que vierte comparaciones con los de la Calzada de los Gigantes de Irlanda.[1]
A principios de siglo XIX, con la independencia de México, se abrió la minería a la participación inglesa. Proveniente de Cornualles, en el extremo suroeste de la Gran Bretaña, arribó la migraciónminerainglesa, que trajo consigo conocimientos técnicos y capital. Las enormes chimeneas, las orcas de madera y las casas tipo Cornish configuraron un nuevo paisaje industrial. Sin embargo, pese a las cuantiosas inversiones y a los numerosos esfuerzos, los ingleses no consiguieron recuperar su inversión. En 1848 vendieron sus derechos a empresarios mexicanos.[8][9]
Los hermanos Escandón integraron la tecnología extranjera con los conocimientos locales y replantearon la forma de extraer el mineral, trayendo una renovada bonanza minera. Este periodo tuvo un auge de 50 años; su decadencia sucedió debido a la depreciación de la plata a nivel mundial. La United States Smelting Refining and Mining Company adquirió las propiedades mineras en 1906. El periodo estadounidense trajo consigo un cambio de método: la cianuración. Durante esta etapa se creó una compleja red de transporte aéreo y subterráneo para el mineral.[8]
El paste es uno de los elementos gastronómicos más típicos de la Comarca Minera; es el platillo minero por excelencia, legado de la migración que arribó a mediados del s. XIX del condado inglés de Cornualles. Los pastes tradicionales son los de papa y carne, aunque actualmente se ha popularizado una gran variedad de rellenos.[1]
La Ruta Gastronómica de Pachuquilla, cabecera municipal de Mineral de la Reforma, es un exponente del patrimonio inmaterial del Geoparque de la Comarca Minera. La tradición gastronómica de Pachuquilla se remonta a 1917, año en que inició la venta de alimentos preparados. La vocación gastronómica de la localidad fue consolidándose gracias a la construcción de la carretera Pachuca-Tuxpan en 1930, al cambio de sede de la cabecera municipal en 1958, y finalmente al cierre de algunas minas del distrito de Pachuca-Real del Monte. Con estos cambios fue creciendo el número de comensales que acudían hasta aquí para degustar platillos tradicionales como las carnitas de cerdo, la barbacoa y los mixiotes de carnero, así como los pastes.[10]
El consumo de insectos y sus larvas tales como el gusano de maguey (Aegiale hesperiaris), el escamol (Liometopum apiculatum) y el chinicuil (Comadia redtenbacheri) es una costumbre con raíces prehispánicas en diversos municipios del Estado de Hidalgo, incluyendo los que integran el territorio del geoparque. Gracias a su riqueza en proteínas altamente digeribles, los insectos, provenientes tanto del medio terrestre, como del medio acuático han constituido y constituyen hoy en día un alimento de alto valor nutritivo en la Comarca Minera.[11]
↑ abcdefghijklm*Canet, Carles (coord.) (2018). Guía de campo del Geoparque de la Comarca Minera. Universidad Nacional Autónoma de México. ISBN978-607-30-0760-3.
↑ abcdefgCanet, Carles; Mora-Chaparro, Juan; Iglesias, Arturo; Cruz-Pérez, Miguel; Salgado-Martínez, Érika; Zamudio-Ángeles, David; Fitz-Díaz, Elisa; Martínez-Serrano, Raymundo; Gil-Ríos, Alondra; Poch, Joan (2017). «Cartografía geológica para la gestión del geopatrimonio y la planeación de rutas geoturísticas: aplicación en el Geoparque Mundial de la UNESCO Comarca Minera, Hidalgo». Terra Digitalis1 (2): 1-7. doi:10.22201/igg.terradigitalis.2017.2.21.75.
↑McKee, E.H.; Dreier, J.E.; Noble, Donald (1992). «Early Miocene hydrothermal activity at Pachuca-Real del Monte, Mexico; an example of space-time association of volcanism and epithermal Ag-Au vein mineralization». Economic Geology87 (6): 1635-1637. doi:10.2113/gsecongeo.87.6.1635.
↑Pastrana, Alejandro; Fournier-García, Patricia; Parry, William; Otis-Charlton, Cynthia (2019). «Obsidian production and use in central Mexico after the Spanish invasion». Technology and tradition in Mesoamerica after the Spanish invasion (University of New Mexico Press): 15-33.
↑ abcdOrtega-Morel, Javier (1997). Una aproximación a la historia de la minería del Estado de Hidalgo. Grupo Editorial Abasolo, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
↑Noticia Histórica de la riqueza minera de México y de su actual estado de explotación. Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento. 1884. pp. 626-627.
↑Canet, Carles; Mora-Chaparro, Juan. «El Geoparc Mundial de la UNESCO Comarca Minera, Hidalgo: Un resultat de la cooperació científica entre Mèxic i Catalunya». Butlletí de la Institució Catalana d’Història Natural81: 59-66.