Anexo:Cronología de los reinos en la península ibérica

Reyes y reinos en la península ibérica
Reinos germanos
Reyes visigodos
Reyes suevos
Monarquías de Al-Ándalus:
Emires de Córdoba
Califas de Córdoba
Reinos de taifas
Sultanes de Granada
Reinos cristianos medievales:
- Núcleos occidentales:
Reyes de Asturias
Reyes de León
Reyes de Galicia
Condes y reyes de Castilla
Condes y reyes de Portugal
- Núcleos orientales:
Condes y reyes de Pamplona-Nájera y reyes de Navarra
Reyes de Viguera
Condes y reyes de Aragón
Condes de Barcelona
Condes de Urgel
Reyes de Mallorca
Reyes de Valencia
Monarquías de la Edad Moderna:
Reyes de Portugal
Reyes de España
Zonas geolingüísticas que identifican a los pueblos prerromanos.
Espacios políticos a mediados del siglo VI. El Reino suevo fue anexionado posteriormente al Reino visigodo de Toledo por Leovigildo. El espacio cantábrico (en verde, bajo el ambiguo nombre de «vascos» —en realidad, habitado por astures, cántabros y vascones—) mantendría una relación muy elástica con el reino de Toledo, que necesitó realizar campañas militares (fundación de Victoriacum). Véase también Vasconización tardía.
Espacios políticos hacia el 814. El emirato de Córdoba domina la práctica totalidad de la península, excepto el reino de Asturias (protegido por una amplia zona de vacío fronterizo en la meseta del Duero) y la zona pirenaica que el Imperio carolingio había conformado como Marca Hispánica.
Espacios políticos hacia el 1030. Sancho III el Mayor ejerció su preponderancia sobre el Reino de León, no incorporado formalmente a su reino de Navarra, y sobre los múltiples reinos de taifas en que se ha dividido la España musulmana, sometidos al pago de «parias». Aragón, Sobrarbe y Ribagorza pertenecían al rey de Pamplona (desde 970, 1015 y 1018 respectivamente) y el resto de las antiguas marcas carolingias, los llamados condados catalanes, eran ya en la práctica independientes del reino franco, aunque mantengan en teoría el vínculo de vasallaje.

[1][2]

Espacios políticos hacia el 1210. Desde finales del siglo XI hasta la batalla de las Navas de Tolosa (1212) se mantuvo un equilibrio inestable entre los reinos cristianos y los musulmanes, divididos en taifas o unificados por los imperios norteafricanos de almorávides y almohades.
Espacios políticos hacia el 1360. Tras las grandes conquistas del siglo XIII, Granada permaneció más de dos siglos como último territorio musulmán; quedando configurada la "España de los cinco reinos".
División en reinos durante el Antiguo Régimen en España, A partir de 1715 la división en reinos dejó de tener funciones políticas.

La corona de Castilla mantuvo durante todo el Antiguo Régimen determinadas funciones en cada uno de los reinos, destacadamente el voto en Cortes: reino de León (al que pertenecían tanto el reino de Galicia como el principado de Asturias -eran representados en las Cortes por Zamora y León respectivamente- y Extremadura), reino de Castilla, Reino de Toledo, reino de Jaén, Reino de Córdoba, reino de Sevilla, reino de Murcia y reino de Granada; aparece demarcado el señorío de Vizcaya (otras entidades sin denominación de reino y con distintas condiciones jurídicas y fiscales eran el condado de Álava y la provincia de Guipúzcoa (que con Vizcaya componían las Provincias Vascongadas o «»provincias exentas») y el señorío de Molina). La Corona de Aragón mantenía un fuerte particularismo territorial, basado políticamente en pactismo y el mantenimiento de los fueros (suprimidos a principios del siglo XVIII con los Decretos de Nueva Planta, a excepción del derecho civil, penal y procesal). Se componía del principado de Cataluña, el reino de Aragón, el reino de Mallorca y el reino de Valencia. El reino de Portugal perteneció a la Monarquía Hispánica entre 1580 y 1640. El reino de Navarra fue anexionado a Castilla en 1512, pero se mantuvo institucionalmente separado y con sus fueros vigentes hasta la Edad Contemporánea.

La cronología de los reinos de la península ibérica lista la sucesión de entidades políticas antiguas, medievales, modernas y contemporáneas que, al estar gobernadas por monarcas, suelen recibir la denominación de «reino» en la historiografía, aunque sus denominaciones específicas, y los títulos de soberanía que tales gobernantes ostentaron fueron muy distintos a lo largo de la historia de España. La identificación de España con la península ibérica es un asunto polémico. Los términos Hispania e Iberia se usan igualmente en la bibliografía.[3]

Muchos de los pueblos prerromanos mantuvieron formas estatales o protoestatales, habitualmente con la figura de un rey, que podía o no ser un monarca hereditario, un primum inter pares o un líder guerrero elegido para la ocasión[cita requerida]. Las fuentes griegas dan nombre a reyes míticos de Tartessos y las romanas citan algunos de los pueblos que denominaban genéricamente iberos, celtas o celtíberos, y recogen extensamente sus denominaciones específicas.

La incorporación de la península ibérica al Imperio cartaginés e inmediatamente después al Imperio romano (II guerra púnica, siglo III a. C.) la convirtió en un espacio políticamente sometido y administrado en provincias romanas.

Las invasiones germánicas del siglo V destruyeron el vínculo imperial, que se sustituyó por los reinos germánicos (reino suevo de Braga y reino visigodo de Toledo), mientras que el Imperio bizantino de Justiniano I recuperaba zonas del sur y del este peninsular (Recuperatio Imperii) durante un cierto periodo.

La conquista musulmana de la península ibérica del siglo VIII produjo la división del espacio peninsular entre la España musulmana (al-Ándalus, término también equivalente a los de "España", "Hispania", "Iberia" o "península ibérica") y los reinos cristianos medievales peninsulares o hispano-cristianos[4]​ surgidos a partir de los núcleos de resistencia cristiana en el norte. Estos, tras un proceso secular denominado Reconquista, terminaron por ocupar la totalidad del espacio peninsular en 1492. En ocho siglos, las conformaciones políticas de ambos espacios fueron extraordinariamente cambiantes, tanto entre los musulmanes (emirato y califato de Córdoba, reinos de taifas, integración en los imperios almorávide y almohade, reino nazarí de Granada) como entre los cristianos. El reino de Asturias se transformó en reino de León, del que se separaron los condados de Portugal y de Castilla; el reino de Pamplona se transformó en el reino de Navarra, que con Sancho III el Mayor (primer tercio del siglo XI) controlaba Castilla (incluso, brevemente, León) y los condados pirenaicos de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. La división de todo ese conjunto entre sus herederos (dinastía Jimena) hizo surgir los reinos de mayor proyección posterior, Aragón y Castilla, que se unificaron respectivamente con el condado de Barcelona y con León. Su crecimiento (pactado desde el Tratado de Tudilén de 1151) dejó arrinconados al reino de Navarra y el condado de Urgel (el primero se mantuvo independiente hasta 1512 y el segundo hasta 1413).

La expresión "España de los cinco reinos", acuñada por Ramón Menéndez Pidal, describe ajustadamente la situación política durante la Baja Edad Media: coronas de Castilla y de Aragón, reinos de Portugal y de Navarra y emirato de Granada.

La Monarquía Hispánica se configuró a partir de la unión dinástica de los Reyes Católicos (1469), la conquista de Granada (1492) y de Navarra (1512) y la herencia imperial de Carlos V (denominado también Carlos I de España, 1516), que se transmitió desde Felipe II (1556) a los llamados Austrias de Madrid. Durante un periodo de sesenta años (1580-1640) el reino de Portugal formó parte de esa monarquía o Imperio español. La conversión del modelo Habsburgo de monarquía autoritaria en una monarquía absoluta de modelo borbónico se produjo con el cambio dinástico de 1700 y la Guerra de Sucesión. Con la cesión de Gibraltar en el tratado de Utrecht (1713) el Reino Unido se sumó a las otras tres monarquías con soberanía en alguna parte de la península (España, Portugal y Francia –cuyo rey ejercía el coprincipado de Andorra junto al obispo de Urgel–).

Durante la mayor parte de la historia contemporánea de España han reinado los Borbones, excepto en los periodos de la guerra de Independencia (1808-1814), el sexenio democrático (1868-1874), la Segunda República Española (1931-1939) y el franquismo (1939-1975). En Portugal la dinastía de Braganza ocupó el trono desde 1640 hasta que el último rey fue depuesto en 1910. La Constitución portuguesa de 1976 define a Portugal como una República soberana (art. 1). La Constitución española de 1978 establece que La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria (art. 2), define al rey como Jefe del Estado (art. 56.1) y, en cuanto a sus títulos, el artículo 56.2 indica: Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.

Títulos de soberanía editar

Los pueblos germánicos adoptaron el título romano de rex (que los emperadores romanos evitaron para mantener la ficción jurídica del predominio de las instituciones republicanas), aunque la denominación del cargo de su jefatura máxima era kuningaz (o king) en sus lenguas. Los gobernantes de al-Ándalus utilizaron los títulos de valí, emir, califa y sultán, denominaciones que implican diferentes matices de significado civil y religioso.

La utilización de uno u otro título de soberanía por los gobernantes de los territorios cristianos medievales dependió de las circunstancias históricas. Inicialmente solo los asturianos utilizaban el título de rey. Al basar su legitimidad en la fundación carolingia, los gobernantes de los núcleos orientales utilizaron inicialmente el título de conde (Pamplona, Aragón, Sobrarbe, Ribagorza y los catalanes). Ese mismo título tuvieron los primeros gobernantes independientes de los territorios independizados del reino de León (Castilla y Portugal). El paso para titularse "reyes" dependió de la propia voluntad, a veces legitimada con la intervención papal. Algunos reyes pretendieron un título imperial: Alfonso VII de León (Imperator totius Hispaniae –también utilizaron el título alguno de sus predecesores, pero él fue quien consiguió cierto reconocimiento exterior y una ceremonia de coronación en 1135–) y Alfonso X el Sabio (fecho del Imperio –aspiró infructuosamente al Sacro Imperio Romano Germánico–). No está claro si también Sancho III el Mayor acuñó una moneda con el título Imperator, aunque lo más comprobado es que algunos documentos le llaman Rex Ibericus y Rege Navarriae Hispaniarum.

La denominación "reyes de España" empieza a darse informalmente a los Reyes Católicos y se hace común con los reyes de la casa de Austria, aunque sin ningún valor político ni jurídico, pues solo hacía referencia al concepto geográfico heredado de la Hispania romana. Por eso la manera oficial de titularse era la acumulación de todos sus títulos: Yo, Carlos (o Felipe), por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Menorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, del Algarve, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, de las Islas y Terrafirme del Continente Oceánico, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante, de Atenas y Neopatria y de Milán, Conde de Absburg, de Flandes, del Tirol y de Barcelona, Señor de Vizcaya y de Molina, etc.

El escudo de España ha representado históricamente la multiplicidad de estos reinos.

El orden del numeral con el que se distingue a los reyes que comparten el mismo nombre fue secuenciado a posteriori partiendo de la realeza astur-leonesa (considerada a sí misma como legítima heredera del reino visigodo), que desde el siglo XIII se refundió con la rama castellana en la denominada Corona de Castilla. La Corona de Aragón estaba conformada por la unión del reino de Aragón con el condado de Barcelona desde 1137, conjunto al que se unieron posteriormente diversos condados del entorno. Al dejar Martín I el Humano sin descendiente directo la casa de Aragón,[5]​ también una rama de la dinastía castellana de los Trastámara pasó a reinar en los reinos orientales de la península (Compromiso de Caspe, 1412), pero no siempre bajo la misma persona (distintos miembros de la familia real separaron y reunificaron los reinos). El matrimonio de Isabel y Fernando no produjo inmediatamente la unión de las dos coronas, puesto que Fernando se mantuvo rey en Aragón a la muerte de Isabel, e incluso tras la de Felipe el Hermoso, esposo de su hija Juana la Loca, reina de Castilla (solo el hecho de que el segundo matrimonio de Fernando –con Germana de Foix– fuera estéril impidió que las dos coronas se separaran definitivamente). Carlos de Habsburgo (hijo de Juana y Felipe) reinó en vida de su madre, que solo murió un año antes de que Carlos abdicara los reinos hispánicos en su hijo Felipe. En la época en que reinaron, la numeración de los "Felipe" fue siempre una menor en los reinos de la Corona de Aragón y en el de Portugal, donde no reinó Felipe el Hermoso, I de Castilla (Felipe II era llamado en esos reinos Felipe I, Felipe III fue llamado allí Felipe II y Felipe IV fue llamado allí Felipe III). Con los Carlos no hubo tal problema. En cuanto a Fernando el Católico, fue I en Navarra, II en Aragón, Valencia, Mallorca y Barcelona, III en Sicília y V en Castilla y León. El siguiente Fernando, ya en el siglo XVIII, será numerado como Fernando VI de España sin distinguir reinos.

En un principio la monarquía asturiana —como la visigoda— no era hereditaria, sino electiva, si bien la Corona solía recaer en hijos o parientes de reyes. La monarquía leonesa, que era hereditaria, estuvo estrechamente vinculada a la cultura y al idioma de Galicia. La dinastía de la Corona de Aragón también era hereditaria y en un principio era cultural y lingüísticamente catalana al ser descendientes de Ramón Berenguer IV. La dinastía castellana de los Trastámara, también hereditaria, irrumpió en el noroeste peninsular aglutinando definitivamente todas sus entidades políticas con una estrategia centralizadora que ocasionó la casi total desaparición del idioma asturleonés y la entrada de Galicia en los llamados Séculos Escuros (Siglos Oscuros), para luego hacerse también con el trono de la Corona de Aragón, pero en este caso respetó sus instituciones, sus cortes y sus fueros, y la mantuvo como un conjunto de identidades políticas y jurídicas diferenciadas. Así continuó siendo con la dinastía foránea de los Austrias de la casa de Habsburgo. Pero, al perder la Guerra de Sucesión española, se instaló la dinastía francesa de los Borbones. Fue en ese momento cuando se fundó el Reino de España y quedó establecido por primera vez de forma política y jurídica con la eliminación de las instituciones catalano-aragonesas, la imposición del castellano en todos los ámbitos de importancia y la centralización de todos los poderes en Madrid.

Reyes mitológicos de Tartessos editar

Dinastías Nombres de reyes referidos en las fuentes griegas
Primera - Gerión

- Norax

Segunda - Herakles (Hércules)

- Hispalo

- Hispan

Tercera - Gárgoris

- Habis (citado frecuentemente como Habidis)

Cuarta - Argantonio h. 670 a. C.-550 a. C

Reyes iberos, celtas y celtíberos editar

Se tiene constancia histórica de régulos entre los pueblos prerromanos (es decir "reyezuelos", con el diminutivo o despectivo que empleaban las fuentes romanas con los caudillos militares, líderes o personajes poderosos a los que atribuían un mayor rango o influencia). Algunos nombres citados por las fuentes clásicas (como Corocotta) o posteriores (como Gausón) son de improbable identificación. En esta tabla se listan por grandes grupos etno-geográficos, ordenados cronológicamente según las fechas que pueden identificar, más que un periodo de reinado, algún acto singular o su relación con alguna de las campañas romanas.

Turdetanos Oretanos Bastetanos Ilergetes, edetanos, ausetanos, lacetanos y otros pueblos del este peninsular Celtíberos, carpetanos, vetones, arévacos, vacceos y otros pueblos del centro peninsular lusitanos y otros pueblos del oeste peninsular cántabros, astures, galaicos y otros pueblos del norte peninsular
- Istolacio, 237-231 a. C.

- Indortes, 231 a. C.

- Chalbo, 216 a. C.

- Attenes, 206 a. C.

- Culcas, 206-191 a. C.

- Luxinio, 197 a. C.

- Coribilo, 192 a. C.

- Indo, 50-45 a. C.

- Orisos, rey fundador o patriarca

- Orisón, 229 a. C.

- Mucro, ¿200 a. C.?

- Cerdubeles, 206-196 a. C.

- Himilce, princesa en Cástulo, casada con Aníbal Barca

- Alucio, príncipe, 209 a. C.

- Orsua, 206 a. C.

- Corbis, 206 a. C. Rey de Numancia (arévacos)

- Indibil y Mandonio, el primero rey de los ilergetes y el segundo de los ausetanos, probablemente emparentados. Tras la derrota de Cartago, ambos encabezaron una rebelión antirromana en 206 a. C., que fracasó.

- Amusico, príncipe de los ausetanos, 218 a. C.

- Edecón, jefe de los edetanos, 209 a. C.

- Andobales, rey de los lacetanos, 218-201 a. C.

- Bilistages, régulo ilergete, 195 a. C.

- Rey Tagus, 221 a. C.

- Vismaro y Meniacapto, a quienes Tito Livio llama "dos distinguidos régulos galos" (duo etiam insignes reguli Gallorum, Uismaro et Moeniacapto) que "cayeron en batalla" en Auringis (Jaén) durante la II Guerra Púnica, 216 a. C. En realidad Vismaro sería arévaco y Meniacapto celtíbero.[6]

- Allucio, ¿200 a. C.?

- Hilerno, rey de carpetanos, vacceos, vetones y celtíberos, 193 a. C.

- Thurro, 179 a. C.

- Olíndico, 170 a. C.

- Magavárico, rey de Sekaisa (Segeda), 154 a. C.

- Caciro, rey de Sekaisa (Segeda), 154 a. C.

- Caro, rey de los arévacos, 153 a. C.

- Liteno, rey de Numancia, 152 a. C.

- Ambón, rey de Sekaisa (Segeda), ¿150 a. C.?

- Avaros (caudillo numantino)

- Megara (caudillo numantino)

- Leukón, rey de Numancia, ¿150 a. C.?

- Retógenes el Caraunio, caudillo de Numancia, ¿133& a. C.?

-Púnico, derrotó a los pretores Maulio y Calpurnio (en alianza con los vetones)[7]

- Césaro, derrotó al pretor Lucio Mumio, 154 a. C.

- Cauceno, sucesor de Césaro, conquistó Conistorgis y cruzó el Estrecho, luchando en África donde fue derrotado por Lucio Mummio, 153 a. C.

- Viriato, sucesor de Cauceno, 139 a. C.

- Táutulo, sucesor de Viriato, fue derrotado

- Laro 218-201 a. C.

- Corocotta ¿26 a. C.?

- Gausón ¿29-26 a. C.?

Gobernantes cartagineses y romanos editar

Reinos germánicos editar

Vándalos

Visigodos

Suevos

Gunderico (409–428)

Ataúlfo (410–415)

Hermerico (409–438)
En el año 409 firma un foedus con Roma por el que se establece en la provincia de la Gallaecia, convertida en el primer regnum (reino) de Europa con tal denominación, bajo el título de rex (rey).

Sigerico (415)

Walia (415–418)

Genserico (428–429)
En el año 429 cruza el estrecho de Gibraltar y se establece en el norte de África.

Teodorico I (418–451)

Requila (438–448)

Turismundo (451–453)

Requiario (448–456)
Convertido al catolicismo en el año 449.

Teodorico II (453–466)

1.ª división del reino suevo:
~ Frantán (456–457)
~ Agiulfo (456–457)

Reunificación:
Maldras (457–459)

Eurico (466–484)

2.ª división del reino suevo:
- Frumario (459-463)
~ Requimundo (459–463)
~ Remismundo (459–469)

Reunificación:
Remismundo (463–469)
Convertido al arrianismo en el año 465.

Alarico II (484–507)

Período oscuro:
Teodemundo (??) (469-550)

Gesaleico (507–510)

Amalarico (510–531)

Teudis (531–548)

Teudiselo (548–549)

Agila I (549–551)

Atanagildo (551–567)

Karriarico (550–559)
Convertido al catolicismo en el año 550.

Liuva I (567–572)

Teodomiro (559–570)
1.er Concilio de Braga (561)

Miro (570–583)
2.º Concilio de Braga (572)

Leovigildo (572–586)

Eborico (583–584)
También llamado Eurico

Andeca (584–585)
En el año 585 el reino suevo es conquistado definitivamente por los visigodos.

Recaredo I (586–601)

Liuva II (601–603)

Witerico (603–610)

Gundemaro (610–612)

Sisebuto (612–621)

Recaredo II (621)

Suintila (621–631)

Sisenando (631–636)

Chintila (636–639)

Tulga (639–642)

Chindasvinto (642–653)

Recesvinto (653–672)

Wamba (672–680)

Ervigio (680–687)

Égica (687–700)

Witiza (700–710)

Rodrigo (710–711)

Agila II (710-714)
Se opone a Rodrigo y reina la Tarraconense y Septimania.

Ardón (714-720)
Sucede a Agila II, se opone a los musulmanes y solo gobierna la Septimania hasta el 720.

Al-Ándalus editar

Gobernadores dependientes de Damasco editar

Musa ibn Nusair
(712-714)

Abd al-Aziz ibn Musa
(714-716)

Ayyub Habib al-Lajmi
(716)

al-Hurr ibn Abd al-Rahman al-Thaqafi
(716-719)

al-Sahm ibn Malik al-Jawlani
(719-721)

Abd al-Rahman ibn Abd Allah al-Gafiqi
(721) 1.ª vez

Anbasa ibn Suhaym al-Kalbi
(721-726)

Udhra ibn Abd Allah al-Fihri
(726)

Yahya ibn Salama al-Kalbi
(726-728)

Hudhaifa ibn al-Ahwas al-Qaysi
(728)

Uthman ibn Abi Nis'a al-Jath'ami
(728-729)

al-Haytham ibn Ubayd al-Kilabi
(729-730)

Muhammad ibn Abd Allah al-Ashchai
(730)

Abd al-Rahman ibn Abd Allah al-Gafiqi
(730-732) 2.ª vez

Abd al-Malik ibn Qatan al-Fihri
(732-734) 1.ª vez

Uqba ibn al-Hachchach al-Saluli
(734-741)

Abd al-Malik ibn Qatan al-Fihri
(741) 2.ª vez

Balch ibn Bishr al-Qushayri
(741-742)

Tha'laba ibn Salama al-Amili
(742)

Abu-l-Jattar al-Husam ibn Dirar al-Kalbi
(742-745)

Tuwaba ibn Salama al-Yudami
(745-746)

Yusuf ibn Abd al-Rahman al-Fihri
(746-756)

Emirato independiente editar

Abd al-Rahman I
(756–788) (superviviente de la matanza de los Omeyas por la nueva dinastía Abasí —que trasladará la capital del califato a Bagdad—, consigue refugiarse en Córdoba, convirtiendo a Al-Ándalus en un estado independiente y refundando su dinastía)

Hisham I
(788–796)

al-Hakam I
(796–822)

Abd al-Rahman II
(822–852)

Muhammad I
(852–886)

al-Mundhir I
(886–888)

Abd Allah I
(888–912)

Califato de Córdoba editar

Abd al-Rahman III
(emir desde 912, se proclama califa en 928, muere en 961)

al-Hakam II
(961–976)

Hisham II
(976–1009) 1.ª vez (véase también Almanzor, regente entre 1000 y 1009)

Califas teóricos durante la fitna editar

Muhammad II
(1009)

Suleyman I
(1009) 1.ª vez

Hisham II
(1009–1013) 2.ª vez

Suleyman I
(1013-1016) 2.ª vez

Ali ibn Hamud al-Nasir
(1016-1018) (dinastía Hammudí)

Abd al-Rahman IV
(1018) (restauración de la dinastía Omeya)

al-Qasim al-Mamun
(1018-1021) 1.ª vez (restauración de la dinastía Hamudí)

Yahya al-Muhtal
(1021–1023) 1.ª vez

al-Qasim al-Mamun
(1023) 2.ª vez

Abd al-Rahman V
(1023–1024) (2.ª restauración de la dinastía Omeya)

Muhammad III
(1024–1025)

Yahya al-Muhtal
(1025–1026) 2.ª vez (2.ª restauración de la dinastía Hamudí, interregno entre 1026 y 1027)

Hisham III
(1027–1031) (3.ª restauración de la dinastía Omeya). En 1031 es depuesto (Taifa de Córdoba)

Reinos de taifas e imperios norteafricanos editar

Primeros Emiratos de Taifas
(1009–1106)

Yusuf ibn Tasufin (inicio del Sultanato almorávide)
(1062–1106)

Ali ibn Yusuf ibn Tasufin
(1106–1143)

Tashfín ibn Ali ibn Yúsuf ibn Tasufín
(1143–1145)

Ibrahim ibn Tasufín ibn Ali
(1145)

Ishaq ibn Ali ibn Yúsuf ibn Tasufín
(1145-1147)

Segundos Emiratos de Taifas
(1142–1170)

Ibn Tumart (Inicio del Califato Almohade)
(1125-1130)

Abd al-Mumin
(1130-1163, llega a la Península en 1145)

Abu Yaaqub Yúsuf I
(1163-1184)

Abu Yaqub Yusuf al-Mansur
(1184-1199)

Muhammad an-Nasir
(1199-1213)

Yúsuf II al-Mustánsir
(1213-1224)

Abd al-Wahid I al-Majlu
(1224)

Abd Allah al-Adil (ruptura del Califato a su muerte)
(1224-1227)

Yahya al-Mutasim (hijo de al-Adil)
(1227-1236)

Idrís I al-Mamún (hermano de al-Adil)
(1227-1232)

Abd al-Wahid II ar-Rashid (reunificación del Califato en 1236)
(1232-1242)

Ali Abu l-Hasan as-Saíd
(1242-1248)

Abu Hafs Úmar al-Murtada
(1248-1266)

Idrís II (Abu Dabús)
(1266-1269)

Terceros Emiratos de Taifas
(1226–1238)

Sultanato, emirato o reino de Granada editar

Muhammad I, al-Hamar el Rojo
(1238-1273)

Muhammad II
(1273-1302)

Muhammad III
(1302-1309)

Nasr
(1309-1314)

Ismail I
(1314-1325)

Muhammad IV
(1325-1333)

Yusuf I
(1333-1354)

Muhammad V (1.ª vez)
(1354-1359)

Ismail II
(1359-1360)

Muhammad VI
(1360-1362)

Muhammad V (2.ª vez)
(1362-1391)

Yusuf II
(1391-1392)

Muhammad VII
(1392-1408)

Yusuf III
(1408-1417)

Muhammad VIII (1.ª vez)
(1417-1419)

Muhammad IX (1.ª vez)
(1419-1427)

Muhammad VIII (2.ª vez)
(1427-1429)

Muhammad IX (2.ª vez)
(1429-1431)

Yusuf IV
(1431-1432)

Muhammad IX (3.ª vez)
(1432-1445)

Muhammad X (1.ª vez)
(1445)

Yusuf V (1.ª vez)
(1445-1446)

Muhammad X (2.ª vez)
(1446-1447)

Muhammad IX (4.ª vez)
(1447-1453)

Muhammad XI
(1453-1454)

Saad (Ciriza) (1.ª vez)
(1454-1462)

Yusuf V (2.ª vez)
(1462)

Saad (Ciriza) (2.ª vez)
(1462-1464)

Abu-l-Hassan (Muley Hacén) (1.ª vez)
(1464-1482)

Muhammad XII (Boabdil el Chico) (1.ª vez)
(1482-1483)

Abu-l-Hassan (Muley Hacén) (2.ª vez)
(1483-1485)

Muhammad XIII, el Zagal
(1485-1486)

Muhammad XII (Boabdil el Chico) (2.ª vez)
(1486-1492)

Reinos cristianos durante la Reconquista editar

En la siguiente tabla aparecen los reinos surgidos a partir de los núcleos cristianos del norte peninsular. Debe tenerse en cuenta que a medida que la Reconquista avanzó hacia el sur, desde los valles del Tajo y el Ebro (en los territorios más al norte no se habían formado entidades políticas musulmanas equivalentes), a los reinos cristianos se incorporaron "reinos" musulmanes, cristianizados a partir de entonces (por ejemplo: el reino de Algarve -incorporado al de Portugal-, el reino de Toledo -incorporado al de Castilla-, el reino de Valencia -incorporado a la Corona de Aragón-, etc.) hasta la conquista del último de ellos (reino de Granada).

Reino de Navarra, inicialmente condado de Pamplona (del Imperio carolingio) y reino de Pamplona. También se usó la denominación reino de Nájera. Hubo un reino de Viguera de efímera existencia.

Reino de Aragón, inicialmente condado de Aragón (del Imperio carolingio). Los demás núcleos pirenaicos centrales y orientales también tenían la condición de condados (condado de Sobrarbe, condado de Ribagorza, condado de Pallars, condado de Urgel, condado de Barcelona -en torno al que se unificaron los condados catalanes-), y todos ellos se unificaron posteriormente (en momentos distintos) en la Corona de Aragón junto con otros reinos peninsulares y extrapeninsulares.

Reino de Castilla, inicialmente condado de Castilla (del reino de León), independizado, vinculado al reino de Navarra, vuelto a separar convertido en reino, reunificado y separado varias veces con el reino de León hasta la formación definitiva de la Corona de Castilla.[8]

Reino de León, inicialmente segregado del de Asturias (o "astur-leonés"), que posteriormente se le incorpora.

Reino de Asturias, ampliado como "reino astur-leonés", brevemente separado por fragmentación de este y definitivamente incorporado al que se denominó reino de León.

Reino de Galicia, de existencia episódica, inicialmente condado de Galicia (del reino de León).

Reino de Portugal, inicialmente condado de Portugal (del reino de León).

Don Pelayo
(718–737)
Favila
(737–739)
Alfonso I el Católico
(739–757)

Hijo de Pedro, duque de Cantabria, y yerno de Pelayo. Habría sido el primero en usar el título de "rey".[9]

Fruela I
(757–768)
Aurelio
(768–774)
Silo - Adosinda
(774–783)
Mauregato
(783–789)
Bermudo I "El Diácono"
(789–791)
Alfonso II, el Casto
(791–842)
Íñigo Arista
de Pamplona
(810–852)
Ramiro I
(842–850)
García Íñiguez
de Pamplona
(852–870)
Ordoño I
(850–866)
Fortún Garcés el Tuerto
de Pamplona
(870–905)
Alfonso III, el Magno
(866–910)
A su muerte, el conjunto del "reino astur-leonés" se reparte entre sus tres hijos.
Sancho Garcés I (905–925) García I
(910–914)
Fruela II
(910–924)
Desde 914 reconoce la primacía de su hermano Ordoño II de León, y a la muerte de este (924) pasa a ser rey de la totalidad del reino.
Ordoño II
(910–914)

Al proclamarse también rey de León, Galicia deja de ser reino independiente.

Ordoño II de León (el mismo que hasta entonces había sido rey de Galicia)
(914–924)

Fruela II de León (el mismo que hasta entonces era rey de Asturias)
(924–925)

Alfonso Froilaz
(925)
García Sánchez I (925–970) Alfonso IV
(925–930)
Sancho Ordóñez
(925–929)
Alfonso IV
(925–930)
Fernán González
(930–970)
Aunque no fue el primer conde de Castilla ni siempre actuó de forma independiente, sí que es el primero que estableció la sucesión en su hijo.
Ramiro II
(930–950)
Ordoño III
(950–955)
Sancho I
(955–967)
Sancho Garcés II, Abarca
(970–994)
Hereda el Condado de Aragón.
García Fernández, conde de Castilla
(970–995)
Ramiro III
(967–985)
García Sánchez II, el Temblón (994–1000) Sancho García, conde de Castilla
(995–1017)
Bermudo II, el Gotoso
(985–999)
Sancho Garcés III, el Mayor
(1000–1035)


Además del reino de Navarra, regenta los condados de Castilla, Álava, Aragón, Sobrarbe y Ribagorza.
A su muerte reparte sus "reinos" entre sus hijos.

García Sánchez, conde de Castilla
(1017–1028)

Alfonso V
(999–1027)

Sancho Garcés III, el Mayor, rey de Navarra y conde de Castilla
(1028–1035)
Bermudo III
(1027–1037)
García Sánchez III
(1035–1054)
Ramiro I, primer rey de Aragón.
(1035–1063)
Fernando I el Magno, último conde de Castilla
(1035–1037)
Fernando I, el mismo que hasta entonces era conde de Castilla, se corona rey de León.
(1037–1065)
A su muerte se reparten sus "reinos" entre sus hijos.
Sancho Garcés IV
(1054–1076)
Sancho Ramírez
(1063–1076)
Sancho II de Castilla
(1065–1072)
Alfonso VI el Bravo
(1065–1072)
García II
(1065–1072)
Sancho Ramírez
(1076–1094)
Unión de Aragón y Navarra.
Alfonso VI de León y Castilla, el mismo que era hasta entonces rey de León.
(1072–1109)
Enrique de Borgoña, conde de Portugal (1093–1112)
Pedro I
(1094–1104)
Alfonso I de Aragón, el Batallador
(1104–1134)
No dejó sucesor directo, y legó "sus reinos" a las órdenes militares. Considerando inválido ese testamento, los nobles de cada "reino" decidieron quién ocuparía cada uno de los tronos.
Urraca I
(1109–1126)

Su marido, Alfonso I de Aragón fue rey consorte hasta que la repudió en 1114.

Alfonso Henriques, el Conquistador, conde de Portugal (1112–1139)
García Ramírez IV
(1134–1150)
Ramiro II, el Monje
(1134–1157)
Alfonso VII
(1126–1157)
Alfonso Henriques (Alfonso I), el Conquistador, primer rey de Portugal (1139–1185)
Petronila I, gobernando como consorte Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona
(1157–1164)
Sancho III
(1157–1158)

Fernando II
(1157–1188)

Sancho VI
(1150–1194)
Alfonso VIII
(1158–1214)
Alfonso II
(1164–1196)

Primer rey de la Corona de Aragón.

Sancho VII, el Fuerte
(1194–1234)

Alfonso IX
(1188–1230)

Sancho I (1185–1211)
Pedro II, el Católico
(1196–1213)
Enrique I
(1214–1217)

Jaime I, el Conquistador
(1213–1276)

Berenguela I de Castilla
(1217)
Fernando III el Santo
(1217–1230)
Alfonso II, el Gordo (1211–1223)
Teobaldo I
(1234–1253)

Fernando III, el Santo
(1230–1252)
Creación de la Corona de Castilla por la unión de la Corona de León y la de Castilla.

Sancho II, el Capelo (1223–1247)
Teobaldo II
(1253–1270)
Alfonso III, el Boloñés (1247–1279)
Enrique I
(1270–1274)

Alfonso X, el Sabio
(1252–1284)

Juana I
(1274–1305)
Felipe I (IV de Francia)
(1285–1305)
Pedro III, el Grande
(1276–1285)

Dionisio I, el Labrador (1279–1325)

Alfonso III
(1285–1291)

Sancho IV
(1284–1295)

Jaime II, el Justo
(1291–1327)
Luis I
(1305–1316)

Fernando IV, el Emplazado
(1295–1312)

Juan I (de Francia, el Póstumo)
(1316)
Felipe II (V de Francia)
(1316–1322)

Alfonso XI
(1312–1350)

Carlos I (IV de Francia)
(1322–1328)
Alfonso IV
(1327–1336)
Alfonso IV, el Bravo (1325–1357)
Juana II de Navarra
(1328–1349)
Felipe III de Evreux
(1328–1343)
Pedro IV, el Ceremonioso
(1336–1387)
Carlos II
(1349–1387)
Pedro I
(1350–1369)
Pedro I (1357–1367)
Enrique II el Fratricida o el de las Mercedes
(1366–1379)
Fernando I, el Hermoso
(1369–1383)
Juan I
(1379–1390)
Leonor, regente del Reino
(1383–1385)
Carlos III, el Noble
(1387–1425)
Juan I
(1387–1396)

Enrique III, el Doliente
(1390–1406)

Juan I, el de Buena Memoria
(1385–1433)
Martín I
(1396–1410)
Fernando I
(1412–1416)
Juan II de Castilla
(1406–1454)
Eduardo I, el Elocuente
(1433–1438)
Alfonso V
(1416–1458)
Blanca I
(1425–1446)
Juan II de Aragón (1425–1479)
Juan II de Aragón
(1458–1479)
Enrique IV
(1454–1474)
Alfonso V, el Africano
(1438-1477)
Leonor I
(1479)
Fernando II de Aragón, el Católico
(1479–1516, Fernando V de Castilla
(1475–1504)
Isabel I, la Católica
(1474–1504)
Juan II de Portugal
(1477–1495)
Francisco I de Foix
(1479–1483)
Juana I, la Loca
(1504–1555)

Fue reina hasta su muerte aunque no ejerció como tal

Manuel I de Portugal
(1495–1521)
Catalina I
(1483–1512)
Juan III de Albret
(1484–1512)
Felipe I, el Hermoso
(1505–1506)
Fernando, el Católico
(1507–1516)
Como regente
Reino de Navarra Reino de Aragón Reino de Castilla Reino de León Reino de Asturias Reino de Galicia Reino de Portugal
 
Visualización de la cronología de los reinos cristianos y Al-Ándalus entre 711 y 1580.

Edades Moderna y Contemporánea editar

España

Portugal

Juana I, «la Loca» (reina propietaria, pero sin ejercicio efectivo)
(1516–1555)
Regencia del cardenal Cisneros en Castilla, y de Alonso de Aragón y Germana de Foix en Aragón
(1516-1517)
Carlos I (dinastía Habsburgo o Austria)
(1516–1556)

Manuel I de Portugal
(1495–1521)

Juan III de Portugal
(1521–1557)

Felipe II, «el Prudente»
(1556–1598)

Sebastián I de Portugal
(1557–1578)

Enrique I de Portugal
(1578–1580)
Entre 1580 y 1640, los reyes de España son también reyes de Portugal

Felipe III
(1598–1621)

Felipe IV, «el Rey Planeta»
(1621–1665)

Juan IV, «el Restaurador» (dinastía de Braganza)
(1640–1656)

Carlos II
(1665–1700)

Alfonso VI, «el Victorioso»
(1656–1667)

Pedro II, «el Pacífico»
(1667–1706)

Felipe V
(1700–1724)
(Primer rey de la Casa de Borbón en España) Hasta 1715 (Guerra de Sucesión Española) el trono estuvo en disputa entre Felipe ("de Anjou o de Borbón") y el Archiduque Carlos ("de Habsburgo"), titulado como "Carlos III de España" (no se le toma en cuenta en el cómputo de reyes).

Juan V, «el Magnánimo»
(1706–1750)

Luis I
(1724)

Felipe V
(1724–1746)

Fernando VI
(1746–1759)

José I, «el Reformador»
(1750–1777)

Carlos III
(1759–1788)

María I y Pedro III
(1777–1816 y 1777-1786)

Carlos IV
(1788–1808)

José I Bonaparte (llamado "Pepe Botella" y "Rey Plazuelas" por sus enemigos)
(1808–1813, abdica 1814)
No era reconocido por el Consejo de Regencia y las Cortes de Cádiz (Guerra de Independencia).

Fernando VII, «el Deseado»
(1814–1833)

Juan VI
(1816–1826)

Pedro IV (Pedro I como emperador de Brasil desde 1822)
(1826)

Disputas sucesorias en el contexto de las Guerras Liberales o Miguelinas
María II (primer periodo: 1826–1828)
Miguel I (1828–1834)
María II (segundo periodo: 1834–1853)
Fernando II, "el Rey artista", marido de María desde 1837, como rex jure uxoris

Isabel II
(1833–1868, abdica 1870)
El trono estuvo en disputa durante la guerra carlista (Carlos María Isidro de Borbón, titulado como "Carlos V de España", y los siguientes pretendientes carlistas).

Pedro V
(1853–1861)

Interregno durante la revolución de 1868
(1868-1869)
Regencia de Francisco Serrano
(1869–1871)

Luis I
(1861–1889)

Amadeo I (dinastía Saboya)
(1870–1873)

Primera República Española
(1873–1874)

Alfonso XII, «el Pacificador» (restauración de la dinastía Borbón)
(1874–1885)

María Cristina de Habsburgo-Lorena como reina regente
(1885–1902)

Carlos I
(1889-1908)

Alfonso XIII
(1886–1931, m. 1941)

Manuel II
(1908–1910, m. 1932)

Primeira República Portuguesa (1910-1926)
Estado Novo

(1926-1974)

Segunda República Española
(1931–1939)
Desde la dimisión de Manuel Azaña, al final de la guerra civil española, el cargo de Presidente de la República se ejerció en condiciones de interinidad (Segunda República Española en el exilio, hasta 1977).

Francisco Franco
(1936-1975)
Dictador (desde 1947 el "Estado español", hasta entonces indefinido en su forma política, "se declara constituido en Reino").

Proceso Revolucionario en Curso (1974-1976)

Juan Carlos I (dinastía Borbón)
(1975-2014, abdica el 18 de junio de 2014)

República Portuguesa (desde 1976)
Felipe VI
(desde 2014)

Otros "reyes de España" editar

Con el nombre de tercer rey de España se han conocido algunos personajes históricos de distintas épocas.

El denominado Rey de Patones o de los patones fue una dignidad local tradicional en una pequeña población apartada de la Sierra de Guadarrama.

Notas editar

  1. Kosto, Adam J. (2017). «Aragon and the Catalan Counties before the union». The Crown of Aragon. A singular Mediterranean empire. ISBN 978-90-04-34960-5. «The essential political development of this early period of rule of what is looked back on (anachronistically) as the “national dynasty” is the severingof ties with the Carolingians and their Capetian successors. Wilfred was the last count in the region appointed by a Frankish king. By the mid-tenth century, contact with the royal court was all but limited to a handful of monasteries. [...] Documents from the region remained dated by the regnal year of the French king until 1180, and the comital families regularly entered marriage alliances with their peers in Southern Francia, but in terms of secular governance, the Catalan counties were henceforth on their own. » 
  2. Shneidman, J. Lee; Shneidman, Conalee Levine (1965). «Factors in the Emergence of Catalan Nationalism in the Thirteenth Century». The Historian 27 (3). «With the collapse of the Carolingian state the Pyrenean region was divided into a score of semi-independent counties such as Barcelona, Urgel, and Roussillon. After 872, when Bernard of Toulouse freed himself of Carolingian authority, there was no direct Frankish control in Catalunya. When Count Wilfred died in 897, he divided the March among his sons without seeking the approval of either King Odo or Odo’s rival, the Carolingian Charles the Simple. […] When Borell died, his sons, Ramon Borell of Barcelona (992-1018) and Ermengol I of Urge1 (992-lolo), forgot the oath. With the death of Al-Mansur in 1002 all danger from Cordova passed, and with it any further need of French aid. From the end of the tenth century - perhaps even from the end of the ninth - the counties of Catalunya were, de facto, independent of the kings of France. » 
  3. Carta de Juan II de Portugal a los Reyes Católicos, apócrifamente atribuida a Luis de Camoens (Carlos Loures, Somos hispanos, mas não somos espanhóis. Ou somos?, 25 de septiembre de 2012):
    Falai de castelhanos e portugueses, porque espanhóis somos todos.

    Almeida Garret, Camoens, citado por Marcelino Menéndez y Pelayo en Brindis del Retiro (Fundación Ignacio Larramendi):

    españoles somos y ... de españoles nos debemos preciar todos los que habitamos en la península ibérica.

    Gabriel Celaya, Cantos iberos, 1956:

    Esta fuerza real que llamamos España, rabiosa, suficiente, no es gótico-galaico-leonesa-romana, ni es árabe, ni griega, ni austriaco-castellana, Es Iberia, terrible, sagradamente arcaica, mi materia y mi magia.

    Francisco Elías de Tejada, Historia de la Literatura Política en Las Españas, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, 1992, ISBN 8472962644, vol. 1, pg. 190:

    Para el autor de la Albeldense, España es Iberia por Ibero, Spania por Ispalo, Esperia por la estrella occidental llamada Espero; sita entre Africa y la Galia, encerrada entre los Pirineos y el mar, abundante en frutos de toda índole, riquísima...

    Rutas, ciudades y moneda en Hispania. Actas del II Encuentro Peninsular de Numismática Antigua, Porto, marzo de 1997, CSIC, 1999, ISBN 8400078381, pg. 27:

    Para Nebrija, España es Hispania, con las divisiones territoriales romanas y la inclusión de la Hispania Transfretana o Tingitana, como refleja el mapa elaborado por Abraham Ortelius en 1586, y más detalladamente la obra de Bernardo José de Aldrete Varias antigüedades de España, África y otras provincias (Amberes, 1614). Consecuentemente, Nebrija recurre a la historia y a la geografía antiguas para apoyar el proyecto político de unificación

    Juan Sisinio Pérez Garzón, «¿Por qué enseñamos geografía e historia? ¿Es tarea educativa la construcción de identidades?», en Historia de la educación, nº 27, 2008 ISSN: 0212-0267, pg. 43:

    En el caso que nos atañe, el español, desde mediados del siglo XIX, la historia y la geografía se habían implantado en las escuelas y en los institutos de Bachillerato para darle cohesión a la construcción nacional del Estado liberal. Las lindes de la España del siglo XIX, que no eran ni mucho menos las de la monarquía hispánica de los siglos XVI, XVII y XVIII, fueron las que adquirieron carta de naturaleza y se transformaron, por obra y gracia de los geógrafos e historiadores liberales, en las fronteras de un modo de ser, de una esencia cultural y de una esencia política que se estableció como si fuese exclusivamente la única que encajaba con la identidad española. El nacionalismo historiográfico español, de este modo, transformó en esencia atemporal el concepto de España, mientras que los geógrafos afianzaron la ideología del territorio peninsular como espacio incuestionable de lo español. Todos, historiadores y geógrafos, clasificaron a las personas en función de su origen o pertenencia a un determinado territorio. Se fraguó la identidad española, por tanto, a partir de la historia y de la geografía. Una historia concebida de modo teleológico desde la necesaria conquista de la unidad territorial, de forma que se ensamblaron proyectos sociales y dominios territoriales para dar como resultado el devenir irrefrenable de una España identificada con la península ibérica como espacio de su existencia. La geografía escolar reprodujo, a través de los mapas, el concepto de España, como también el de la nueva división provincial de España que se popularizó desde mediados del siglo XIX, con la proliferación de mapas provinciales y su correspondiente instalación en las escuelas y ayuntamientos, pues la provincia se hizo espacio de poder del Estado nacional. La historia, por su parte, convirtió la organización de la humanidad en Estados-nación en la meta inevitable de todo proceso histórico y, en concreto, en España se mitificó todo hecho que se considerase eslabón para alcanzar el objetivo de la unidad frente a los sucesos de carácter centrífugo. El centralismo fue más allá e hizo de Castilla el reino organizador de España, como también convirtió la Meseta en el espacio que vertebraba al resto de la geografía. La visión de unidad de espacio e historia en España supuso el destierro de otros posibles marcos territoriales y políticos. Las fronteras se convirtieron en tabúes, en conceptos explicativos intocables.
  4. Uso bibliográfico de "hispano-cristiano" e "hispanocristiano"
  5. Véase José Ángel Sesma Muñoz, El Interregno (1410-1412). Concordia y compromiso político en la Corona de Aragón, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico» (CSIC), 2011. ISBN 978-84-9911-143-8
    El breve reinado de Fernando I no supuso de ninguna manera una nueva etapa para la Corona, ni siquiera se puede hablar de un cambio de dinastía. La Casa Real de Aragón seguirá en el trono, al menos durante el siglo XV.
    Sesma (2011:224)
  6. Este caudillo y los posteriores, citados en GER
  7. Mientras que la expresión "reinos de la corona de Castilla" es de uso muy amplio en la bibliografía (así como "reinos de la corona de Castilla y León"), no lo es "reinos de la corona de León" (dos casos lo hacen como "reinos de la corona de León y Castilla" y un caso como "reinos de la corona de León y Portugal").
  8. Ana Martos, Breve historia de Al Andalus, pg. 205