Valdecañas de Cerrato

localidad de España
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Valdecañas de Cerrato es una pedanía del municipio de Baltanás, de 106 habitantes. Se encuentra situada en la comarca del Cerrato, en la provincia de Palencia, comunidad autónoma de Castilla y León (España).

Valdecañas de Cerrato
localidad
Valdecañas de Cerrato ubicada en España
Valdecañas de Cerrato
Valdecañas de Cerrato
País  España
• Com. autónoma  Castilla y León
• Provincia  Palencia
• Comarca El Cerrato
• Partido judicial Palencia
• Municipio Pedanía, perteneciente desde 1974 al municipio de Baltanás
Ubicación 41°59′33″N 4°11′11″O / 41.9925, -4.1863888888889
• Altitud 810 m
Fundación Anterior a 1074
Población 106 hab. (INE 2005)
Gentilicio Valdecañés/a
Código postal 34249
Pref. telefónico 979
Alcalde (2007) Abrahám San Millán (PP)
Patrón San Nicolás de Bari
Patrona Virgen del Campo
Vista desde la Ermita.
Vista del pueblo desde la carretera de Tabanera.

Antiguo partido judicial de Baltanás, capital histórica de la comarca del Cerrato. Fue incorporado como pedanía al municipio de Baltanás en 1974.[1]​ Dista del mismo 9 km.

El municipio está situado al pie del Pico Piyayo o Pico del Roble, llamado también «Cerro del Carrascal» (902 msnm), en un precioso valle, por donde discurren los arroyos, del Castillo, del Pozo, del Valle y del Pozuelo[2]​. Ambos se unen en el cementerio, y se abastecen del agua de los manantiales; Cañocaliente, Aguanal, Matilla, Águila, Mojapán, Piedra, Burros y Carropalenzuela, los cuales se dirigen por la Vega hacia el río Pisuerga, donde nunca llegarán, pues desaparecen entre los terrenos arenosos antes de su desembocadura. La geografía está salpicada por cerros, rodeados de páramos.

Se encuentra a una distancia de 14 km de la  A-62 , antigua carretera Nacional 620, a 37 km de Palencia, a 53 km de Burgos y a 68 km de Valladolid.

Localización

 
Provincia de Palencia.

Municipios colindantes

Algunos de los nombres de lugares y parajes cercanos al municipio

 
Cartel informativo de localización turística.
 
Valdecañas. Plaza Mayor, nevada.
  • Valdecibillo
  • Lantadilla.
  • Pico del Roble. (Pico Piyayo)
  • Mata de los Buitres.
  • Santa Ana.
  • Valcabao.
  • Cañada Prauvilla.
  • Valdesario.
  • Valdepinillo.
  • La Rosca.
  • La Cotorra.
  • Cospedrazo.
  • La Senda Mojapán.
  • La Lastra Mataviudas.
  • El Pozo.
  • Barco Colmenarón.
  • Cañada la Ramera.
  • Lotero.
  • Valdeco.
  • La Somada.
  • Fuente los Cantos.
  • Carro Antigüedad.
  • Fuente la Casa.
  • Carro Valverde.
  • La Poza.
  • La Canaleja.
  • La Cepera.
  • Fuentevalilla.
  • El Vallejo.
  • Los Picones.
  • Villaboyaya.
  • Villobayo. — Estuvo poblado en 24 de enero de 1479, y despoblado en 1516.
  • Valdecañuelas o Valdecañas de Yuso. Despoblado, con restos de edificaciones, sito a 7,7 km del municipio, carretera de Torquemada.
  • La Vega.
  • Carro Palenzuela.
  • La Matilla.
  • Aguanal.
  • Fuente Ontanilla.
  • Roblecinto y Villarmiro. Cerca del lugar llamado el Paredón, por las ruinas visibles todavía.
  • Villaflainvista.
  • San Cristóbal. — Despoblado, a 150 m de «El Castillo»—, El Castillo, San Sebastián —despoblado, señalado en 1709—, etc.



Clima

Su clima es continental, con inviernos fríos y secos. Los veranos son cálidos. Las primaveras y otoños, son cortos y placenteros.

Toponimia

Valle Kannas (siglo XI). Bal de Kannas (siglo XI). Valdecannas (siglo XI). Valdecañas de Suso (siglo XIV y siglo XV). Baldecañas de Arriva (siglo XVIII). Val de Cañas (siglo XIX). Valdecañas (siglo XIX).

Etimología

Val: 'valle'. Caña/s: del latín, canna, 'caña', 'junco'. suso: del latín, sursum, 'arriba', 'en lo alto'. Cerrato: 'cerro'; del latín, cirrus o cirratus, 'territorio ondulado, coronado por cerros'. Por lo que Valdecañas de Cerrato significa Valle de los juncos del territorio ondulado. Su gentilicio es valdecañés/sa.

 
Vista panorámica desde el "Pico del Roble".

Historia

Edad Media

 
Castillo de Palenzuela. Ruinas.
 
Zona alta del valle, arroyo arriba. Donde estaban ubicados "El Castillo" y la Ermita de Santa Ana. Hoy solo quedan sus ruinas.
 
Monasterio de San Pelayo de Cerrato. Ruinas, en Cevico Navero.

En el último tercio del siglo IX, los ejercitos cristianos reconquistaron Valdecañas, repoblandolo. También lo fortificaron, rodeandolo con fuerte muralla para preservarlo de las incursiones de los agarenos[3]​.

Valdecañas fue una de las soberanías en la que el poder de la comunidad emanaba del pueblo. Los alcaldes se elegían democráticamente. Las asambleas solían celebrarse en los atrios exteriores de las iglesias o plaza pública, «estando ayuntados a campana repicada según lo habemos por uso e costumbre de nos ayuntar», dice textualmente un acta concejil.

El pueblo se fortificó con una sólida muralla para defenderse de los sarracenos. Durante este periodo existía una necrópolis alto-medieval en los alrededores donde se halla situada la actual Ermita de la Virgen del Campo.[3]

Se puede asegurar que Valdecañas de Cerrato existe al menos desde antes de 1074. En la carta de arras del Cid, de fecha 19-7-1074, se hace mención a Valle de Cannas, luego conocida como Valdecañas de Suso o de Arriba[4]​.

Siempre mayor vinculación histórica con Palenzuela que con Baltanás. No se conoce la fecha exacta de su fundación, pero se cree que es mucho más antigua que lo que aparece en documentos fehacientes.

Valdecañas se fundó probablemente cuando los Condes de Castilla trataron de defender el territorio de el Cerrato. Su posición en alto con respecto a otras poblaciones fue una de las causas a su favor. En 875, la cuenca del río Arlanza estaba fortificada por Palenzuela y otras villas. Fue entonces cuando con toda probabilidad se creó la villa.

El Rey Alfonso III el Magno (866910) derrotó a los moros y reconquistó el Cerrato. Favoreció la venida de los mozárabes, así como de las gentes del Norte, cántabros y vascones, para repoblarlo. Anteriormente, en el año 750 la comarca vivió una espantosa hambruna que obligó a los moros a ausentarse de estas tierras.

Durante el año 974, la zona contó con la presencia del Conde de Castilla, García Fernández y posteriormente de su hijo Sancho García. En esta época limitaba con Herrera de Valdecañas, con Espinosa de Cerrato y con el Condado de Monzón. Los repobladores, realizaron presuras de terrenos, también restauraron iglesias y recuperaron molinos para poder labrarse una nueva tierra en la que vivir.

En el año 999, se erigió el Alfoz de Palenzuela, del que formó parte Valdecañas[5]​.

Existía un despoblado llamado «Villobayo», situado a unos 4 km al este de Valdecañas, en las proximidades de la antigua ermita de Santa Ana, a la vera izquierda del arroyo del Castillo, cerca del cerro homónimo, en cuya cima posiblemente existió una fortaleza medieval.[5]

En el siglo XI, el rey Fernando I, agregó varios monasterios al de San Pedro de Arlanza, entre los que figuraba San Facundo y San Martín, de Valdecañas de Cerrato.[5]

En 1070, una tal Doña Domenga, donó al Monasterio de San Pedro de Cardeña, diversas heredades en "Bal de Kannas", conjuntamente con unas viñas de Soto de Yuso (Soto de Cerrato).[5]

En 1078, Valdecañas figura como población importante. El Padre Luciano Serrano y Pineda, en su Cartulario publicado sobre la dehesa de la pedanía de Cordovilla la Real, San Salvador de El Moral -1906-, identificó Valdecañas, con Valdecañas de Suso -arriba- y no Valdecañas de Yuso -abajo-, que debía estar al pie de la de Suso, con posterioridad.

El Monasterio de San Pelayo de Cerrato y la heredad de Valdeavellano, en 934, reinando Ramiro II, es dado al abad Pedro y a sus monjes, por Oveco Díaz y su esposa Gutina.

En 1113, Jimena, esposa del Cid Rodrigo Díaz de Vivar, se dice que vendió -parte de sus arras- el Monasterio de San Pelayo, de Valdecañas (...) o en el cercano Cevico Navero (...), de la Orden Mostense o Premostratense, al Cabildo de la Catedral de Burgos, en las personas de los Canónigos Cristobal y Pedro. Más bien Doña Jimena Díaz, no vendió el señorío de Valdecañas, lo que efectuó fue la venta de sus propiedades.[6]​ El documento dice así:

Es de mi agrado venderos aquella mi heredad de Valdecañas. Está aquella heredad integrada por el Monasterio de San Pelayo Mártir, con sus casas y solares, con tierras y viñas y molinos y prados y todo lo que a él pertenece, en el precio de 500 sueldos de plata.

El documento lleva la firma como testigo, del Obispo García, de Burgos, el Abad Pedro, del Monasterio de San Pedro de Cardeña y otros distinguidos castellanos. (Actas del Congreso Internacional "el CID". 1999. pag. 13)

San Pelayo, fue primero un monasterio benedictino y otros apuntan que en 1145, bajo la protección de Alfonso VII, pasa a los Canónigos Regulares, denominados también como Canónigos blancos, y en 1156 o 1159 a los Premostratenses. Fue filial del Monasterio de Santa María de la Vid -Burgos-. En 1568, hubo en el un «colegio» de Humanidades y en el siglo XVIII, existía un «estudio» de filosofía.

El Monasterio de San Pelayo de Cerrato, tuvo mucha importancia en los siglos medievales y fue donde el monje dominico, Fray Rodrigo de Cerrato, «el Cerratense», escribiera el "Cronicón del Cerratense", de extraordinario valor histórico, que comprendía además un santoral, y "Pasionarios y Legendarios", en el siglo XIII[7]​.

En el siglo XII, tal vez se construyó el primitivo templo parroquial valdecañés, de estilo románico y los lugares de "Valdecañas" y "Villobayo", seguían perteneciendo al Alfoz de Palenzuela.[5]

En 1352, cuando se llamaba Valdecañas de Suso, consistía junto a Villavaya (despoblado de Villobayo), llamado también Valdecañas la Vieja, en lugares de behetría de la Merindad de El Cerrato y compartía sus martiniegas regias con Palenzuela, las cuales pertenecían a Juan Rodríguez de Sandoval, Un descendiente, Gonzalo de Sandoval, posteriormente acompañó en 1519 a Hernán Cortés en la conquista de Méjico. Nombrado caballero en Burgos, por el Rey Alfonso XI de Castilla en 1330, junto al que luchó en la reconquista de Algeciras en 1344.[8]

El señorío natural de ambos lugares pertenecía a la Casa (linaje) de los señores de Lara, Vizcaya y Valverde[9]​. También tuvo mucha influencia el linaje, la familia de los Velasco, Condestables de Castilla.

En el códice "Becerro de las Behetrías de Castilla", aparece que dicha población perteneció en lo eclesiástico a la Diócesis de Burgos, hasta el año 1955, en que fue agregada al Obispado de Palencia, siendo obispo, José Souto Vizoso (19491970)[10]​.

Edad Moderna

En 1475, durante el reinado de los Reyes Católicos, Valdecañas de Cerrato y el despoblado de Villovayo, respectivamente, seguían perteneciendo a la Merindad de el Cerrato y satisfacían de tributos, 6.864 y 607 maravedíes respectivamente.[10]

La Reina Católica, Isabel la Católica, expidió Real Cédula, imponiendo a los pueblos de la Merindad del Cerrato una contribución:

A vos el Concejo de Valdecañas de Suso: seys mill e ochocientas e sesenta e quatro maravedís. A vos el Concejo de Valdecañas de Yuso: cuatro mill e trezientos e veynte e nueve maravedís

De lo que se deduce que Valdecañas de Arriba -Suso-, era mayor que la de Abajo -Yuso- y que además, las dos poblaciones seguían existiendo durante el susodicho 1475. En cuanto al costo de una sepultura, se pagaba hasta el 1516, 28 maravedís, después un real.

 
Testamento de Isabel la Católica.

En 1488, los mismos lugares y otros de la misma merindad pagaban a María de Castañeda, cierta cantidad de maravedíes.[10]​ Tomó el hábito como Comendadora del Real Monasterio de Frailas Comendadoras de la Orden de Santiago de Santa Eufemia de Cozuelos o Cozollos - provincia de Palencia-, dejando el mayorazgo a su sobrino. Los Castañeda, se consideraron muy vinculados a los Zúñiga y a los Velasco.

En 1484, en 4 de febrero según documento (AGS.Sello.fol.56), Bernardino Pérez de Sarmiento, Conde de Ribadavia y Adelantado de Galicia, este título se lo otorgó Enrique II, en 1442, a su antepasado Pedro Ruiz Sarmiento, y era el que le daba realmente el poder, tenía la villa de Hornillos de Cerrato, como herencia. Ésta villa arrendó los términos de Valdecañas de Yuso, que sembró, pero luego fueron alquilados a Alfonso Enríquez (Almirante de Castilla), que tomó posesión inmediata de los mismos. El nuevo arrendamiento no causaba efecto hasta que se hubiera recogido la cosecha del primero.

A primeros del siglo XVI, Valdecañas figuraba entre los bienes aportados por Teresa Sarmiento, hija del Conde de Santa Marta, en su matrimonio con Pedro Acuña «el Viejo», segundo Señor de Villaviudas. Según el inventario de bienes de la dote, incluían, casas, molinos, ovejas y heredades del lugar de Valdecañas. También aportó casa y vasallos de Baltanás. La dote se evaluó en más de 2.500.000 mrs. Pedro Acuña, se volvió a casar en segundas nupcias con María de Robles.

A mitad de éste siglo XVI, se construyó la Casa del Cordón, de estilo plateresco, que nos recuerda el paso de la Orden Franciscana por el municipio. Los franciscanos se instalarón en estas fechas por toda la comarca, también en Baltanás, donde los Marqueses de Aguilafuente les construyeron un convento bajo la advocación de Santa Ana, que se terminó en 1590.[11]​.

Durante 1516 la iglesia, pertenecía al arciprestazgo de Palenzuela, figuraba en el «apeo» de los señoríos de los prelados burgaleses, realizado por mandato del obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca (1514-1524), Presidente del Real Consejo de Indias; y también la ermita de Nuestra Señora, la Virgen del Campo[12]​.

Durante esta época, los Enríquez, Almirantes de Castilla, recibían los tercios de la villa de Palenzuela y de su tierra, en la Mesa de Valdecañas. El término de Valdecañuelas le sembraban los de Torquemada, Hornillos de Cerrato y los de Valdecañas.

También se cree que por esos días, «El Castillo» podría haber estado en uso hasta que en 1516 se despoblaron los poblados de Villovayo y Roblecinto, anejos al mismo.[10]

La ermita de Nuestra Señora, la Virgen del Campo se construyó en el siglo XVI y en el siglo XVI, construyeron la actual iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, de estilo barroco, edificada quizás sobre el solar que ocupaba la iglesia anterior. Existían 6 Cofradías. La del Santísimo, la Vera Cruz, la de Ánimas, Nuestra Señora del Rosario, la de Nuestra Señora, la Virgen del Campo -en honor a la patrona del municipio- y la de San Nicolás de Bari -patrono de la villa-[13]​.

Como consecuencia de las guerras continuadas que tuvo que soportar el Emperador Carlos V, se vio en la necesidad de vender villas para el sostenimiento del hacienda pública. Don Pedro de Zúñiga, compró la villa de Baltanás y demás villas anejas a ella, excepto las del Alfoz de Tablada que no pertenecía a la Merindad del Cerrato. Fueron compradas el 6 de junio de 1546.

Don Pedro de Zúñiga pretendía se le otorgara el título de Marqués de Baltanás, a lo que se opuso la Orden de Santiago, lo que demuestra la influencia que aún conservaba dicha Orden, a pesar de que la administración del Maestrazgo había pasado ya de los Reyes Católicos al Emperador Carlos. Era una manifestación más de la pugna por la detentación de privilegios y honores entre la nobleza y las Ordenes Militares. A su hijo Pedro, Felipe II, le concedió el título de Marqués de Aguilafuente y Señor de Baltanás con sus Regalías.[14]​.

  • Obra Pía de Tevar
 
Escudo de los Tevar, en la Ermita de la Virgen del Campo.

Tomás Gonzalez Tevar, natural del municipio, Canónigo racionero o racionario de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba y Comisionado del Santo Oficio de la Inquisición. Fundó e impulsó la Fundación cultural «Obra Pía de Tevar».[15]​ La fechó el 1 de octubre de 1660, dotándola de rentas de distintas localidades, como Tabanera de Cerrato, Valdecañas de Cerrato, Villahán y Dueñas.

Ordenó que las rentas entrasen en arca de tres llaves que tiene hecha y declarada en la iglesia parroquial, instituyendo tres patronos administradores perpetuos.

Entre los fines de la Fundación, podemos enumerar los siguientes:

Misas. Dotes para dos huérfanos cada año. Que hubiese un maestro de Escuela. Que se diesen ayudas para dos personas del pueblo que pudiesen obtener estudios universitarios, siendo preferentes sus familiares.

A su creación contaba con una renta de 105.261 maravedíes al año, en 1940 quedó reducida a un nominal de 2.465 pesetas. En el 2008, y desde 1982 depende de la Dirección Provincial de Trabajo de Palencia y de sus fines, pero debido a la falta de recursos, han quedado reducidos a la celebración de la Fiesta del Santísimo Sacramento, y las Misas; es decir las mandas eclesiásticas que recibe todos los años el párroco.

En 1675, Valdecañas era señorío del Almirante de Castilla, Enríquez, señor de Palenzuela, y contaba con 50 vecinos. Por entonces la villa, poseía cinco templos. La Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari y las ermitas de Ntra. Sra. la Virgen del Campo, San Lorenzo, Santa Ana y La Magdalena. También existía un Hospital, con dos camas, cuyos gastos eran sufragados por el Concejo.[16]​ Cursó en este año visita el Obispo, que participaba en el octavo de los diezmos.

En 1702, las ermitas de La Magdalena y la de Santa María de Cañuelas, se hallaban en ruinas y la población era de 36 vecinos.

En 1752, cuando se llamaba Baldecanas de Arriva, era villa de señorío del Partido de Palenzuela en la provincia de Valladolid, con alcaldes ordinarios.

Sobre la pertenencia de dicho señorío había pleito pendiente entre la Duquesa de Alba y la Condesa de Benavente. Por los señores del Real Consejo, le había sido encargada la administración de la villa, quien percibía de la misma, por razón de alcabalas, solamente dos cántaros de miel y 300 maravedíes en dinero. Además pagaban en las «Reales Arcas de Valladolid», 144 reales por esta razón.[16]

Las autoridades civiles de la villa eran Gaspar Martín y Andrés Belasco, Alcaldes Ordinarios. La autoridad eclesiástica de la villa era Manuel Prieto Martín, cura de la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari y el pueblo contaba por entonces con 66 vecinos, 86 casas habitables y 3 arruinadas que no pagaban al dueño tributo alguno. El término de la villa comprendía 2.500 «obradas» de terreno. Los ingresos anuales que ésta percibía por los bienes propios del Común, ascendían a 509 reales.

Había también un molino harinero que pertenecía a Pedro Montoya —residente en San Cebrián de Buena Madre— y 28 colmenas diseminadas por el campo. Los ingresos anuales que percibía la villa por los bienes del Común, ascendían a 509 reales.[17]

En 1779, pertenecía al Partido de Palenzuela de la Provincia de Valladolid, situado entre las provincias de Palencia y Burgos.

En 1783, una gran epidemia que se produjo por las aguas estancadas después de una inundación ocasionada por el desbordamiento de sus dos arroyos, diezmó la población del pueblo a 30 vecinos de los 110 con los que contaba. El Arzobispo de Burgos, Arellano, intervino para remediar en lo posible dicha calamidad pública.[18]

Por esta época se produjo otro hecho luctuoso, un rayo caído en el municipio, mató a varios niños que se encontraban juntos, los supervivientes se refugiaron en la iglesia.

En 1785, Val de Cañas era villa de señorío secular del Partido de Palenzuela en la Provincia de Valladolid, con Alcalde Pedáneo. Por esta razón, en la relación del «Nomenclator» publicado por el Conde de Floridablanca, Valdecañas no figuraba en el Partido de Cerrato. Tampoco figuraba en la relación de los poblados que tenían cura en el Sínodo del Obispo Luis Cabeza de Vaca (1537-1550), en el Arziprestazgo de Baltanás.[19]

Edad Contemporánea

Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), los parajes y la villa sirvieron de refugio a los guerrilleros castellanos.

Entre las fuerzas guerrilleras que más se distinguieron en esta zona, figuraba el valeroso Andrés Puertas, que desde los cerros de Valdecañas, atacaba a las guarniciones francesas de Torquemada y Quintana del Puente. Por el año 1809, sorprendió a un convoy de tabaco que llevaban para el gobernador de Madrid, por el Camino Real entre Burgos y Valladolid, y lo cedió para socorro de los pueblos de alrededor.[18]​ En 1810, hizo en el mismo camino 33 prisioneros de caballería. En 1811 y 1812, fueron repetidos sus ataques hasta que salió gravemente herido en el puente de Reinoso de Cerrato. El vecindario de Valdecañas siempre le abasteció y le auxilió en las maniobras de guerra. Posteriormente, Andrés Puertas, a la sazón Comandante de Infantería, se presenta como un entusiasta defensor del liberalismo.

En 1828, Val de Cañas, era villa secular del Partido de Tierra de Campos, en la Provincia de Palencia, con Alcalde Pedáneo. En lo eclesiástico, seguía perteneciendo al arzobispado de Burgos y poseía una parroquia y una ermita. Su población era de 80 vecinos (226 habitantes). Por entonces los despoblados de Villarmiro y Villobaga (Villobayo) eran colindantes.[17]

En 1842, según el "Diccionario Geográfico Estadístico Hitórico de España y posesiones de Ultramar" de Pascual Madoz, en Valdecañas había 43 vecinos, 234 habitantes.

En el valle del arroyo del «Castillo» o arroyo de «Valdecañuelas» como a mitad de dicho valle todavía existían vestigios de edificios antiguos, por lo que se viene en conocimiento que en otros tiempos estuvo bien poblado el citado valle, pues se veían las ruinas de cuatro poblaciones, siendo la principal Valdecañuelas. Dicho pueblo desaparecido de «Valdecañuelas» era el lugar medieval de «Valdecañas de Yuso» -Valdecañas de Abajo-.[20]

En el término existían montes de leña baja y hojarasca, con algunas talayas.

En 1849, Valdecañas era villa con Ayuntamiento del Partido Judicial de Baltanás de Cerrato, en la provincia de Palencia. En lo eclesiástico seguía perteneciendo a la Archidiócesis de Burgos y subsistían la actual Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari y la ermita de la Virgen del Campo. Contaba con 45 vecinos (235 habitantes), 48 casas, una escuela de instrucción primaría con 20 niños y un molino harinero, construido en piedra de sillería, movido por las aguas del arroyo.[20]​ Con anterioridad, hubo 2 molinos. En el pueblo había al menos 5 hornos de panadería. Existían 2 fuentes manantiales para surtido de los vecinos: una, a la entrada del pueblo y, otra, al Sur, a medio cuarto de legua. Dentro de esta villa, había parajes poblados de mata baja de roble y encina.

En el Cerrato y por lógica en Valdecañas, a mediados del siglo XIX, cuando la unidad familiar no podía con su capacidad de trabajo, explotar unas tierras que por su extensión les superaba, acudían al mercado de trabajo rural, como contratantes de trabajo. Sin embargo, en la mayoría de los casos se trataba de minifundios, era una situación agrosocial de pequeños campesinos, que no tenían otra posibilidad, cuando la explotación no cubría las necesidades familiares, que ampliarla o concurrir temporalmente al mercado de trabajo como asalariado. Esta fue una de las razones que motivaron el éxodo a las grandes ciudades en busca de un trabajo mejor remunerado.

La distribución en la comarca del Cerrato en 1930, era de 8,88 hectáreas por propietario, mientras en Andalucía occidental era de 24,27 hectáreas. La realidad era que en Castilla la Vieja, se cultivaba más cantidad de tierra que en Andalucía, en Castilla la Nueva o en La Mancha. El cultivo de cereales ocupaba el 92,9% de la superficie cultivada de secano. (Fuente: Dirección General de Propiedades. Memoria de 1930).[21]

 
Cruz «Paulina» en el interior de la Iglesia de San Nicolás.

Hacia 1894, los Padres Paúles estuvieron misionando la comarca a través de las Misiones Populares y recorrieron Valdecañas de Cerrato. Tras la Restauración política de 1875, la Congregación recuperó las Casas-Misión en la zona, y su actividad fue notoria. Estas actuaciones terminaron con el advenimiento de la II República y posterior Guerra Civil española, recuperándose su actividad al final de la misma.

En 1900, la población de derecho era de 347 habitantes. 176 hombres y 171 mujeres. Transeúntes, 9.

En 1907, en las elecciones a Diputados a Cortes, salió elegido por el distrito de Astudillo, al que pertenecía Valdecañas de Cerrato, Isaac Manrique Castrillo, del Partido Liberal-Conservador, con 4.508 votos. Su domicilio en Madrid: Hotel Imperial. Anomalías: En Valdecañas se duplicaron el acta y la certificación.

En 1930, la población de derecho, era de 431 habitantes y existían 186 edificios y 118 albergues.

Por estas fechas, hubo un párroco en Valdecañas de Cerrato llamado Teófilo Velasco Barcenilla, vinculado a Ramiro Ledesma Ramos, fundador del "nacional-sindicalismo". Juan Aparicio, periodista amigo y compañero de Ledesma, cita a Teófilo Velasco al referirse al manifiesto escrito por Ledesma Ramos, La Conquista del Estado:

Así "La Conquista del Estado", resulta la obra personal de un solo hombre, Ledesma, porque ni mis artículos, inflamados por un lirismo casi religioso, ni la prosa desenfadada de Giménez Caballero, ni el clamor rural que nos comunicó Teófilo Velasco, el párroco de Valdecañas de Cerrato, ni las ...

Velasco, escribió en 1949, "El Orfismo (Una religión de Grecia)". Murió en Burgos, en el Seminario San José, en 1994.

En 1955, esta villa en lo eclesiástico, dejó de pertenecer a la Archidiócesis de Burgos y Osma, pasando a integrar la Diócesis de Palencia. Esta divisoria oriental como consecuencia del Concordato de 1953, se adecúan las fronteras del obispado que regían desde el siglo XI, a las de la provincia civil.

Por último, en virtud del Decreto del Ministerio de la Gobernación, de fecha 21 de febrero de 1974 —B.O.E. (Boletín Oficial del Estado) del 14/3/1974—, fue aprobada la incorporación del Municipio de Valdecañas de Cerrato al de Baltanás, capital histórica de la comarca.[20]

En la época posterior a la guerra civil, se produjo el éxodo rural, parte de la población emigró hacia capitales donde la posibilidad de trabajar fuese mayor. Por esta circunstancia, su despoblación fue muy importante, igual que en la gran mayoría de pueblos de alrededor.

Su economía derivaba de la agricultura y de la ganadería ovina. Desde 1900 hasta 1950, había 2 carnicerías, en las que se compraba con «tarja»,[22]​ (trocito de madera donde se hacía un pique o muesca, cuando se compraba a fiado). También había una fragua, una carpintería, 3 tiendas de ultramarinos, una cantina —para vino—, 2 bares —en los que se servía café—, 2 salones de baile, un estanco y una barbería. El pescado lo llevaba con un carro desde la estación de Torquemada, el «Hornillero» de Hornillos de Cerrato.[23]​ En el 2008 todo se ha reducido a un Bar con Tienda y un Horno de asar.

También había gran cantidad de bodegas con lagar. Generalmente estaban excavadas desde antaño en las laderas del Pico el Roble y se surtían de la uva de los majuelos del término. Hubo épocas en que por la abundancia de vino, "ojogallo", dio origen a que sirviese de trueque para adquirir otros productos. Durante la primera semana de la vendimia no había escuela. Todo el personal iba a vendimiar. El "hacer un lagarejo" entre mozos y mozas era un retozo. Contaba con cantidad de eras para la trilla y huertos.

 
Herramientas de labranza en la era, con las laderas del páramo al fondo.

Al terminar la vendimia, y elaborar el mosto, se solía transportar en carros, los hollejos de la uva, hasta "Néstor", en Torquemada, pues con ellos se elaboraba el orujo.

En aquellos años la actividad laboral en el pueblo era muy dinámica. Hombres y mujeres trabajaban duro de luna a luna en las Labores de arado, de siembra y de siega. El acarreo se hacía, con carros de varas y armaje, tirados por machos, mulas y burros. En algunas épocas, también se laboreó con ganado vacuno. El sistema de unidades de medidas, y pesos, hasta pasado la mitad del siglo XX, se media y pesaba en el sistema antiguo, por ejemplo en varas, leguas, pie castellano o cántaras, libras, quintales, obradas, celemines, arrobas, etc.

Todo o casi todo se hacía manualmente, hasta que un muy buen día, aparecieron en el mercado las máquinas segadoras, y trilladoras, de la marca de Vitoria, (Ajuria). Pero sobre todo, la revolución llegó con el tractor, antesala de la definitiva cosechadora, hechos que cambiaron la forma de trabajar en las labores de labranza.

En los arroyos del Castillo y el del Pozo, eran muy apreciados sus cangrejos y en época de caza, su coto alcanzó popularidad entre los cazadores procedentes del Norte de la península.

Personalidades valdecañesas o vinculadas

Resumiendo, las familias que historicamente y con importancia han estado vinculadas a Valdecañas de Cerrato, através de posesiones, de herencias, o de cobros de tributos, arbitrios o rentas en general, han sido:

Patrimonio cultural

 
Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari.
 
Ermita de la Virgen del Campo.
 
Casa del Cordón. Detalle de la fachada.
 
Antigua Casa Cural.
 
Casa Blasonada, construida en "sillería".
 
Casa antigua de 1569.
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Bodegas en el pueblo.
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Cabaña de pastor.
 
Ruinas de "El Castillo"
 
Cañada Real, con las ruinas al fondo de "Valdecañuelas".
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Tabla Flamenca. Adoración de los Reyes Magos.

Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari

La primera iglesia parroquial se supone que se construyó en el siglo XII, en estilo románico. La actual, de estilo barroco, fechada en el siglo XVI,[2]​ resalta por su torre cuadrangular, construida en sillar, probablemente sobre el solar que ocupaba la anterior. Dispone de tres naves separadas por pilares y bóvedas.

En ella se encontraba (...) expuesta hasta mediados del siglo pasado, una tabla flamenca, en la que se podía ver una escena de la Adoración de los Reyes Magos ante la Virgen y el Niño[27]​.

Está dedicada a San Nicolás de Bari y se encuentra situada en lo más alto del núcleo urbano, tuvo reformas posteriores. Una de las más importantes se realizó en 1780. Junto a ella, se encuentra ubicada una necrópolis medieval, el cementerio viejo, actualmente en desuso, pues existe otro construido posteriormente en la carretera de Torquemada.

En el 2008, después de una reforma en profundidad, la parroquia exhibe toda su belleza en su interior, destacan además del retablo del altar mayor, otros dos, uno a cada lado, así mismo podemos contemplar imágenes de gran valor artístico. En una pequeña capilla situada a la izquierda del altar mayor, se venera a la Virgen del Campo, Patrona de Valdecañas de Cerrato. El día de su fiesta en septiembre, es trasladada en procesión hasta su Ermita.

Ermita de la Virgen del Campo

Se localiza a las afueras del pueblo, a unos 500 metros al sur, en un altozano, dedicada a Nuestra Señora, la Virgen del Campo. Fue construida en el siglo XVI. En ella destaca un retablo barroco, presidido por una imagen gótica de la Virgen y el Niño, del siglo XIII[28]​.

Cuenta también en su interior con un escudo esculpido en piedra, según parece perteneciente a la familia Tevar, impulsora de la Obra Pía de Tevar coronando la entrada a una pequeña capilla, que muestra un retablo con la imagen de la Virgen Inmaculada y en otro hueco hay un Cristo yacente.

Alrededor, existe una necrópolis de la época de repoblación, con varias tumbas del siglo XI. Aunque la importancia artística sea menor exteriormente, su visita es interesante, no sólo por las joyas escultóricas que encierra en su interior, sino también por el acogedor entorno que la rodea.

Es muy interesante comprobar cómo el día de la fiesta de la Patrona, los valdecañeses, muchos de ellos ausentes el resto del año, danzan a su Virgen, como es costumbre desde hace siglos.

Casa del Cordón

La Casa del Cordón, es una construcción de corte religioso, con su emblema el cordón de San Francisco, similar a los que existen en localidades como Burgos, Palencia y otras. La Casa, conjuntamente con los escudos en la fachada, nos recuerda el paso de la Orden Franciscana por el municipio, dando muestra de su relevancia en el pasado. La fachada es de estilo plateresco de la primera mitad del siglo XVI.[15]

La diferencia con la de Burgos, es que la burgalesa es una construcción civil gótico tardío. Fue el palacio de los Condestables de Castilla. Mencia de Mendoza y Figueroa, esposa de Pedro Fernández de Velasco, VI Condestable, era muy devota de San Francisco y por ello mandó esculpir el "cordón franciscano" en la fachada. Posteriormente, el acervo popular, dio nombre al edificio.

Actualmente, su aspecto tanto exterior como interior, se encuentran castigados por el paso del tiempo. En el 2008 el edificio pertenece a la institución eclesiástica.

Según los símbolos, hay cordones de cinco nudos, que simbolizan los estigmas de Jesucristo, y de tres nudos, que simbolizan los tres votos; Pobreza, Obediencia y Castidad.

El cordón, fue usado por San Francisco de Asís como simple cinturón.

Antigua Casa Cural

A la entrada del pueblo, se encuentra un edificio de corte religioso (hoy de propiedad privada. P.B.), antigua Casa Parroquial, con un escudo de la Virgen del Carmen, fechado en 1738, y con unas esculturas de San Antonio y Santa Bárbara en el frontis. También podemos observar en una esquina de su fachada, un reloj de sol. En su interior hay un magnifico artesonado del siglo XVII.

Este edificio ha sufrido hace unos años una reforma en profundidad, que realza sus adornos en la fachada.

Edificio Blasonado

También existe un edificio antiguo blasonado (actualmente de propiedad privada), construido en piedra de sillar, con escudo heráldico en la fachada y con ventanas en arco. Estos escasos edificios «más nobles» se remontan a los siglos XV al XVIII. Se cree que la construcción consistió en un edificio de importante utilidad, posiblemente hospital o centro de asistencia.

Casas-Vivienda

Hay que resaltar estas típicas construcciones cerrateñas antiguas —hoy algunas cerradas la mayor parte del año—, realizadas por los propios valdecañeses, en piedra —de tonalidad blanquecina y calcárea, extraída de los páramos circundantes—, y adobe, con los marcos de sus ventanas y puertas en sillar. Entre las estancias en su interior hay que destacar, la gloria, las escaleras de acceso a las estancias superiores —alcobas y habitaciones—, hechas con baldosa de arcilla tosca, y los techos construidos con vigas de madera y aljez. Con la puerta de acceso al zaguán, de madera partida en dos, con los clavos y con la parte superior de la misma, batiente y con gatera. Seguidamente se llegaba a la cocina, en la que había una trébede.

Muchas de estas viviendas se conservan en muy buen estado, con sus cortinas en las ventanas, confeccionadas con juncos. En sus fachadas dejan ver en la parte superior un ventano correspondiente al desván. El tejado siempre, de tejas árabes. Todas disponían de su cuadra, para los animales de labor o para el pequeño rucio, y su pequeño corral con gallinero y conejera, o tenada con su bardal, y la bajo cubierta para el carro. Durante algunos siglos está documentado que por la comarca hubo la presencia de varios grupos familiares de maestros canteros de la Merindad de Trasmiera (Cantabria), llevando a cabo rehabilitaciones o ampliaciones de edificios sacros, y de alguna construcción más o menos hidalga particular.[29]

Es de resaltar la relación que hubo desde antiguo entre Cantabria y Valdecañas, prueba de ello, por ejemplo y sin profundizar más, es que en Cabezón de la Sal (Cantabria), la Patrona lleva por nombre también, el de Virgen del Campo. A diferencia de algunos municipios cerrateños —Hontoria de Cerrato, Tariego de Cerrato, Villamuriel de Cerrato y otros—, en Valdecañas no parecen haber existido las «viviendas-cueva» o rupestres.

Las Bodegas

Son abundantes y son una construcción típica, algunas con gran antigüedad, construidas en el propio subsuelo con gran esfuerzo. Las bodegas y los lagares convivían. Algunas de gran profundidad, penetraban en la tierra casi perpendicularmente, donde apenas llegaba la luz y donde la temperatura, la humedad y porqué no, el silencio, era el conveniente para la crianza del vino. Se ha aprovechado la ladera del monte Piyayo para sus ubicaciones principalmente, hay otras en el entorno del atrio de la iglesia, y en alguna otra zona urbana. Algunas, tienen una antesala o zaguán, de fábrica, que acoge un pequeño merendero, desde donde parte la pronunciada escalera hacia el interior, donde descansan las carrales con el vino. Desde siempre se las ha considerado, como un elemento más del hogar valdecañés. El valdecañés, va y viene, casi a diario a la bodega. Era y es todo un rito, para todo vecino, fuese de la condición social que fuese.[30]

Desde finales del siglo XVI en adelante, el viñedo alcanza en Valdecañas un puesto muy importante en la producción agrícola tradicional, hasta que a principios del siglo XX, la plaga de la filoxera y la del mildiu, acabaron con las mejores cepas provocando la pérdida de su rentabilidad y el consiguiente desinterés por su cultivo.

  • En las afueras del casco urbano, existen muestras de «edificaciones» y restos interesantes, tales como:

Cabañas de Pastor y Corrales

Las cabañas o chozas de pastor, son una de las construcciones más características de la arquitectura cerrateña. Son de forma circular con pequeño hueco de entrada. Son sencillas y originales construcciones que se hallan diseminadas por el campo valdecañés, mimetizadas con el paisaje, a modo de tenadas o corralizas, donde los pastores albergaban y cuidaban sus rebaños de ovejas pernoctando en ellas durante temporadas. Construidas por ellos, con piedras sueltas, apiladas "a hueso", sin ningún tipo de argamasa. La puerta de acceso, casi siempre está orientada al sur.[31]

Mediante estos habitáculos, el pastor evitaba el descarríe de las ovejas y el ataque de los hoy casi inexistentes lobos. Constituyen un vestigio de los más remotos siglos de la época vaccea.

El Castillo

En las cercanías del pueblo, a unos 4 km hacia el Norte, en el valle, sobre un cerro aislado, se hallan los restos de una fortificación conocida como El Castillo, al que rodean los arroyos de Ontanilla y el Castillo. Sus ruinas ocupan una superficie irregular, de 90 y 27 m de largo y ancho. Le rodea una muralla de piedra sin tallar, con un espesor de 1,8 m y una altura máxima de 1,2 m. En su interior se aprecian restos de una torre situada en la zona más ancha, de la que se conservan 2,50 m de altura. La cantidad de piedras desprendidas hace difícil calcular la longitud de los lados, que se pueden estimar entre 7 y 9 m.

En sus cercanías se emplazaba Villovayo, que se despobló en 1516, y la ermita de Santa Ana. En el paraje conocido como Roblecinto, existen también restos de una fortificación similar. Las piedras de sillería que conformaban éstas fortalezas, han terminado sirviendo para la construcción de otros tipos de edificaciones, dejando los muros de las mismas descarnados y expuestos a la incesante acción destructiva, meteorológica y erosiva.

La Cañada Real Burgalesa

Es digno de mención, que la Cañada Real Burgalesa-Soriana Occidental, de 700 km -con salida en Soria- cruza el término de Valdecañas de Cerrato, procedente desde Tabanera y continúa hacia el Sur hasta Hornillos de Cerrato. Esta era una importante vía pecuaria para la trashumancia del ganado lanar y que pudiera desplazarse por toda la Península. En los alrededores se hallan varios edificios en ruinas. El despoblado se denomina Valdecañuelas. En él se conserva la fachada de un edificio religioso.

El "Honrado Concejo de la Mesta de Pastores" o "Real Sociedad de Ganaderos de la Mesta", fue creado por Alfonso X el Sabio, en 1273, reuniendo a todos los pastores de León, de Castilla y Extremadura en una asociación nacional, otorgándoles importantes prerrogativas y privilegios, tales como eximirles del servicio militar, derechos de paso y pastoreo, etc. Con ello se puso fin a las cuestiones de los ganaderos de la plana, «riberiegos» y los de la montaña, «serraniegos o serranos».[32]

Durante la Edad Media y con el paso del tiempo a la Mesta, como pasará a ser conocida, se le añade nuevos privilegios reales otorgados por los Reyes Católicos y una fiscalización especial para protegerla de los agricultores, hasta 1836, en que es abolida. Los pastores pasaban por las Cañadas dos veces al año por itinerarios concretos.

Evidentemente, la importancia de la lana en la época, fue determinante para el desarrollo de la Mesta. La oveja que más abundaba en esta zona valdecañesa era la de la clase churra. La lana se llevaba a embarcar a los puertos de Cantabria y Vizcaya.

El cargo dirigente principal de la Mesta era el de Presidente, al cual lo ayudaban 4 Alcaldes o Jefes de Cuadrilla y los Alcaldes Mayores -juez de letras que ejercía la jurisdición ordinária en un pueblo-.[33]

Sobre la Mesta ha habido todo tipo de especulaciones y al respecto se ha creado una "leyenda negra". Fue una de las causantes de la deforestación sufrida a lo largo de la historia, debido a que la gran cantidad de ganado, necesitaba mucho pasto para alimentarse.

Cerca de sus destinos, había toda una serie de caminos menores, con diversos nombres según su importancia: cuerdas, cordeles..., para repartir el ganado por las zonas de pastos.

Fiestas

 
Imagen de la Virgen del Campo, Patrona de Valdecañas de Cerrato, en su Ermita.
Archivo:Danza ermita.JPG
Danza a la Virgen del Campo en su Fiesta.
 
Imagen de San Isidro, en la Iglesia Parroquial.

Las fiestas en Valdecañas, tienen un marcado sedentarismo y arraigada religiosidad histórica. Se desenvuelven en tres vertientes:

  • Las Festividades de carácter religioso. Estas danzas rituales o procesionales, se bailan delante de las imágenes sagradas, con el objetivo de honrar, agradecer y solicitar favores. Entre los bailes más populares están, la jota castellana y el baile corrido o de rueda.
  • Las Festividades del ciclo de la vida. Eran y son fiestas familiares, donde se canta y se baila. Se celebran los nacimientos, los bautizos, la mocedad, la entrada en "quintas", la boda, y el respeto a los ancianos.
  • Las Festividades del ciclo anual agrícola. Merecen destacarse, las matanzas y el "carnaval", en invierno. En verano, antaño se festejaba el esquileo con cantos de agosteros ligados a la gran actividad en las eras y al acarreo. El fin de la cosecha y de la vendimia, también eran motivo de fiesta.

Las fiestas patronales son:

En honor de Nuestra Señora, la Virgen del Campo, el 12 de septiembre. Es tradición danzar, a la Virgen a la salida de la misa Mayor, al son de la dulzaina y el tambor. Se bailan jotas típicas, a veces bailadas hacia atrás, que las hace más difíciles. También se lanzan cohetes artificiales y últimamente a estas tradiciones se ha unido una popular caramelada.

En los años sesenta, durante la función, solía haber festejos taurinos con novillos y partidos de fútbol entre pueblos cercanos.

La fiesta en honor del Santo Patrón, San Nicolás de Bari, es el 6 de diciembre.

Con el paso del tiempo, se han perdido algunas celebraciones como, la de la Cruz de Mayo (3 de mayo), los Carnavales y sobre todo la de San Juan (24 de junio). La fiesta de mayo era propia de los infantes, que cantaban y pedían un donativo en metálico o en especie para hacer una merienda. La letra de la canción decía:

A la Cruz de Mayo, que estamos en buen año, que nos den huevos y perrillas, para hacer la merendilla. Esta casa sí que es casa, aquí vive el Sr. (...), que nos guarda la corona. Que viva la Cruz de Mayo, que estamos en buen año, que nos den huevos y perrillas, para hacer la merendilla.

En la de San Juan, los protagonistas eran los mozos y mozas, y duraba siete días.[34]​ Salían al atardecer con cazuelas, cencerros y esquilas, a cantar por las calles:

La mañana de San Juan que bien se jaleaba, con el zapatito blanco y la media encarnada. Me tiraste un limón, me diste en la cara, todo lo vence el amor, morena resalada. Me tiraste un limón, me diste en la frente, todo lo vence el amor, morena reluciente. La mañana de San Juan, lo primero que se hace, es subir al pico "el Roble", a tomar chocolate, a tomar el chocolín. Y después que lo tomamos, nos echamos a reir. Me quisiste, me olvidaste, me volviste a querer, los dos tenemos la culpa, tú primero y yo después.

Había que subir al pico para ver salir el sol al amanecer, todo terminaba con una comida juvenil de cordero asado. La fiesta perduró hasta el fin de la guerra, hacia el año 1940. También se escuchaban las estrofas del romance del Conde Olinos, sobre todo en la primera mitad del siglo XX.

Caminaba el Conde Olinos, la mañana de San Juan, a dar agua a su caballo, a las orillas del mar. Mientras su caballo bebe, él canta dulce cantar. Mira hija como canta, la sirenita del mar. No es la sirenita, madre, la de tan dulce cantar, es la voz del Conde Olinos, que por mí penando está.

Las canciones se pueden nominar según se realicen y la función que cumplan dentro de la cotidiana vida social. Canciones de bodas, de quintos, de ronda, dentro de la vida social; canciones de arada, de trilla, de esquileo, en la vida del trabajo.

La jota cerrateña, que se baila por parejas, y el baile corrido o de rueda, que se baila en corro y de forma colectiva, eran y son las dos grandes maneras del baile tradicional en Valdecañas.[35]

La dulzaina y el tambor eran los reyes de la fiesta. Desde Baltanás acudía una banda de músicos dulzaineros, muy famosos por aquella época, llamada Los Adrián, compuesta por Segundo Adrián y sus hijos, para amenizar las verbenas.[36]​ Los que no faltaban a ninguna «función», eran los almendreros.

También se celebra la fiesta de San Isidro Labrador, el 15 de mayo, patrono de los labradores.

En el municipio hay una Asociación Cultural, la Peña "El Bodegón" y últimamente, una Peña para los más pequeños, "El Botijo", que animan y cooperan con el Ayuntamiento en el desarrollo del programa festivo.

Economía

 
Horno de panadería y repostería.

Su economía mayoritariamente se mueve en torno a la agricultura de cereales en general y de la remolacha. Tiene cierta importancia la derivada de la vid. Antaño, había cierta cantidad de colmenas, y su miel era muy apreciada. Es importante como parte de la economía del municipio, la relativa a las explotaciones ganaderas -ganado ovino churro-. Con la leche de estas ovejas se elabora uno de los mejores quesos de la península, Queso del Cerrato.

En el 2008 está aumentando la cría de ganado vacuno después de no existir durante años actividad alguna en éste apartado. Entre estas explotaciones, existe una ganadería de cría importante, "La Canaleja".

También se halla ubicada una Casa Rural llamada La Cañuela, típica, del siglo XIX, con confortables instalaciones.

Hay un horno de panadería y asar, "Royuela", que se significa por la producción de pan, hogazas, tortas y sus famosas rosquillas. También es conocido por su elaboración de cazuelas de sopas de ajo y de lechazos al horno. Existe un "Bar" con tienda de ultramarinos: Bar-Cafetería Royuela.

Hace años, se rodó en el término, la película «Las ratas» -1962. Premio de la Crítica-, basada en la novela homónima de Miguel Delibes. El asistió al rodaje. Como cazador, uso su escopeta en el coto de Valdecañas y en el de Baltanás, donde solía echar sus partidas de naipes, como un cerrateño más.

Por cierto que el, refiriéndose a estos pueblos, hizo este comentario:

Son burgos chicos, que mezclan adobe, piedra y ladrillo en su caserío

Refiriéndose a los agricultores, dijo:

En suma, en estos pueblos los hombres miran al cielo más que a la tierra, porque aunque a ésta la mimen, la surquen, la levanten, la peinen, la asignen y la escarden, en definitiva lo que haya de venir, vendrá del cielo

Existen iniciativas para hacer del municipio, un lugar perfecto para pasar temporadas de descanso y ocio entre sus moradores.

Flora

 
Amapolas entre el trigo en primavera.
 
Vista del valle, desde la Ermita hacia Torquemada.

La vegetación de la zona es de tipo mediterráneo, con bosques autóctonos de encinas y carrasca, adaptado al clima y suelo;

Plantas aromáticas, silvestres y otras variedades

Fauna

 
Rebaño de raza "oveja churra".

Cangrejos -muy apreciada su pesca en los arroyos-. En los páramos y valles: perdices, codornices, liebres, conejos, tórtolas, palomas torcaces, palomas zurita, sisones, avutardas, -el coto municipal de caza, tanto en pluma como en pelo, es muy conocido a nivel nacional-. Picazos o urracas, vencejos, golondrinas, pardales, calandrias, terreras, bisbitas, collalbas rubias, currucas.

En época de paso migratorio pueden verse cerca de los humedales, patos, gansos y zarzetas.

Aves rapaces: águilas culebrera y calzada, aguiluchos cenizos, buitres. Jabalíes, zorros, algunos lobos. Grillos, cigarras y algunas especies de culebras no venenosas.

Diferentes ganados de tiro, en menor cantidad, caballos, mulos, asnos. Cantidades respetables de ovejas churras y cabras. Menos cantidad de ganado vacuno. Perros de diferentes razas -galgos, lebreles, de pastor, etc. Animales de corral -gallinas, conejos, cerdos.

Gastronomía, dulces y bebidas

 
Lechazo "churro" asado.
Archivo:Queso .jpg
Queso del Cerrato.

Dulces

  • Orejuelas: Famoso por ser propio de la zona. en otras partes se las conoce como hojuelas o orejas de carnaval.
  • Leche frita.
  • Rosquillas ciegas: Dulces para acompañar el café en el desayuno.
  • Rosquillas de palo: Dulce más famoso de Valdecañas. Es el producto que más se exporta de la "Casa Royuela", conjuntamente con las "magdalenas" y el "pan de hogaza" y las "tortas".

Bebidas

  • Vino autóctono: El clásico ojogallo del Cerrato, aunque su producción es menor. De color entre tinto y clarete.
  • Orujo-Aguardiente: Destilado a partir de los hollejos y bagazos de la uva de los majuelos de la zona.

Léxico Zonal

Durante el paso del tiempo, las clases populares de Valdecañas de Cerrato, y alrededores, han desarrollado su propia jerga local, en la cual, algunos de sus términos difieren en significado con sus semejantes en otras provincias.

Se puede comprobar que en muchos casos, las frases y vocablos, se alargan a modo de cierto «cante», en la penúltima sílaba. Ejemplo: «Abu...ulto»

El lugar es rico en refranes y dichos como por ejemplo:

  • «Del Cerrato, moza, miel y gato».
  • «Estás como un tito». Usado para referirse a alguien que está moreno del sol del campo.
  • «Un tonto aburre a ciento si le das lugar y tiempo». Empleado para negar la autoridad a alguien.

Y también se observan vocablos, verbos y voces como:

Abulto (tolón, persona que exagera). Andalubios (reguero que dejan las aguas de lluvia en las laderas). ¡Ábate! (cuidado). ¡Diosle! (imprecación). Mujeriegas (estilo de montar de las mujeres). Amargacenas (viento que se levanta al atardecer). ¡No te amuela! (¡no te fastidia!). ¡Cojona! (expresión de asombro). Cenacho (vago). Rodea (servilleta y trapo de cocina). Pequeñarra (niño pequeño). Chiguito (niño). Peribolo (alguien que no pinta mucho). Ordiga (golpe). ¡Jobar! (al fin). Escolumpiar (balancearse en el columpio). Destrozaterrones (desgarbado). Cenacho (persona que no vale mucho). Bobalán (bobo). Alelao (lelo). ¡Quiá! (no puede ser). Ceroño (persona bebida). Zaraballo (pedazo de pan). Otros.

Decía del hablar de los cerrateños de esta zona, el profesor Pablo Cepeda Calzada:

He observado la manera despaciosa de hablar de estos hombres de Castilla, que habitan en los Valles del Cerrato y laboran rudamente en la vega y en el páramo, vapuleados por la inclemencia de las estaciones. Bajo el estado de su natural reserva, les brotan las palabras y les salen de dentro como sustancias, como si expelieran un pedazo de su personalidad en cada vocablo que pronuncian.


Son palabras «sustancia», en las que muy rara vez entra un adjetivo. Más que para componer combinaciones de frases, parece que están hechas para la digestión, que ya ha sido realizada por el que la pronuncia, y que se inicia en el que la recibe. Se rumian los vocablos, que valen como alimento, en forma análoga a como los israelitas se nutrían del «maná» casi etéreo que les caía de las alturas. Por eso son más hombres «de palabra» estos labriegos de la Vieja Castilla, que el burgués, que es más hombre «de frase».


Junto a esa parsimónia en el decir, que se escucha a sí mismo, surge acaso de improviso una gracia cáustica y atrevida, que anima el «cotarro». Borbota chispeante el requiebro, cargado de intención, de ironía, de sabiduría -procede de «saborear»-, por la que en los coloquiales parlamentos se «da la vuelta» al sentido de las palabras y se enhebran juegos de detalle y de mordacidad. Hay en ello un capricho y una zancadilla verbal, un medirse sutilmente cara a cara con el otro.

Toda una «tesis» de Don Pablo.[38]

Vida y costumbres

 
Casas de adobe.
 
Pozo en el interior de una casa.
 
Cocina tradicional, con "trébede".
 
Parvas de trigo en la era.

El achicamiento del casco urbano viene compensado con el hecho de que cada vivienda aparte de tener corral y pajar, algunas cuentan con un huerto, sito en el valle del Castillo. La reducción del casco urbano ha acoplado al hombre con sus casas, sus bodegas y el huerto. Esa compenetración entre el medio urbano y el rural, es lo que sugiere la idea de lo patriarcal. Hay aspectos que lo avalan. Los enlaces de familias creando lazos de parentesco cercano y diversificaciones dentro o arrancando del mismo tronco, generalmente de la misma localidad. Pudiera apreciarse una endogamia marcada.[39]

Antaño las mujeres al acudir a la iglesia, llevaban puesta una mantilla o velo, por costumbre. El negro como luto en los vestidos femeninos era de riguroso cumplimiento, a veces durante años, por respeto al familiar difunto.

Los domingos, al salir de misa, se creaban los «corrillos» de amigos para comentar los temas de actualidad municipal. Después de la misa, los varones solían ir a las bodegas para tomar el aperitivo, siendo éstas desde antaño el lugar de reunión por excelencia.

Los varones, solían jugar a los naipes o dominó en el Café de la Sofía. Otro de los juegos tradicionales, era el de los Bolos, al que eran muy aficionadas la mujeres, que chillaban o bailaban los bolos. También se jugaba a la Chana o morrillo y a la Tanga.

En el salón de baile, con ambigú, siempre, las mujeres a un lado y los hombres a otro. Los mozos, iban a correrla, y a rondar a las mozas. Desde antiguo ha sido tradición, subir al Pico del Roble o Piyayo durante la función para tomar chocolate de madrugada. En primavera los chiguitos se juntaban para ir a buscar nidos de «pigazo» y huevos de perdiz. Jugaban a los «cartones» o al «inque», o a las «gallaritas». También les gustaba hacer «lagarejos» —pintar con el extracto de la uva—, y bañarse en el arroyo, en el agua acumulada por alguna presa hecha por ellos. Otra de las «diversiones» de la época era ir a ver llegar al pueblo y partir, el coche de línea. En verano también solían ir a espigar, hacían «gallos» —ramilletes de espigas de trigo— que utilizaban para con el grano, echar de comer a las gallinas en las casas.

Las mujeres que siempre colaboraban de igual a igual con sus maridos en las labores de labranza, solían reunirse en pocas ocasiones. Una de ellas era cuando llegaba el «pescatero», o el carro del vendedor de telas. Otra ocasión solía ser, en el arroyo a la hora de ir a lavar los enseres de cocina, que se hacía con arena a modo de estropajo y jabón, el cual se fabricaba en casa con grasas de cerdo, aceite y sosa cáustica.

En la vestimenta tradicional, la mujer antiguamente portaba chambras[40]​ -vestiduras a modo de blusa corta que se ponían sobre la camisa- blancas de lino y sobre ellas, corpiños de paño sin mangas. Sobre los hombros, un mantón de merino[41]​-pañuelo grande de abrigo, hecho de cordoncillo fino de lana escojida y peinada-, con dibujos. Sobre la cadera, el pelele y enagua de lienzo. Dos faldas, la bajera de estameña en colores. La encimera de merinillo, muy amplia y también en colores más oscuros. La largura era tobillera. Medias de algodón o lana. La cabeza con el pelo recogido, se cubría con pañuelo de algodón. Los zapatos eran abotinados con un poco de tacón.[42]

La vestimenta típica del varón, sin ser la de la época anteriormente tratada, desde antiguo ha sido, la chaqueta y pantalón con pinzas y vueltas, de pana color miel o negro, que a veces se acompañaba de chaleco. La camisa, era blanca, de manga larga, abotonada y sin cuello. En la mayoría de los casos, la confección se realizaba por alguna mujer de la casa. El calzado, básicamente solía ser un par de botas. Para cubrir la cabeza usaban boina de color negro.

Más antiguamente, el varón llevaba chaleco de cuello ovalado, sombrero en forma de cono truncado en la cabeza. Sobre las caderas, calzón por debajo de la rodilla en paño negro o marrón. Las piernas se crubrían con media tupida de algodon o polainas de paño. Botín o zapato.[43]

En la mujer, casi siempre el vestido era de color oscuro, con calcetines por encima de las rodillas de color negro. A veces para trabajar en el campo, se ponían una bata, y pañuelo o sombrero de paja a la cabeza. Calzaban a diario, zapatillas.

Existía un pregonero, que sonaba y cantaba los actos y los anunciaba por todo el pueblo ayudándose con una «cornetilla».

En el municipio siempre ha habido verdaderas familias de pastores como los Bravo-Trimiño y los Aquilino, entre otras, dedicadas al pastoreo de ovejas y cabras. Hoy en día, éstos son verdaderos empresarios ganaderos. Su destreza y habilidad para cazar liebres y conejos lanzando la cachava eran notorias, también eran diestros lanzando cantos. Eran muy hábiles en construir instrumentos a mano y musicales, con que se entretenían sus largas horas de soledad. Sus mejores amigos y colaboradores eran sus perros y el burro.

En el campo se cobijaban en chozas o cabañas de piedra construidas al lado de los corrales, donde encerraban al rebaño —actualmente quedan algunas pocas diseminadas por el terreno—. La división de términos se hacía mediante montones de piedras llamados majanos, que los pastores usaban para resguardarse del frío. Como curiosidad, a mediados del siglo XX, el calzado de los pastores, eran unas abarcas hechas por ellos mismos, con recortes de neumáticos de ruedas.

Antaño, las labores de labranza en verano, consistían en un periodo de tiempo que comprendía la siega, la recogida de la mies, la trilla del cereal y la guarda en la panera, y se le denominaba hacer el verano. Comprendía desde la fiesta de San Pedro, en junio, y terminaba para la función de la Patrona, en septiembre. Estas se realizaban con la ayuda inestimable de ganado equino —mulos, machos, burros—, también hubo épocas en las que se laboró con bueyes. De entre éstos destaca uno en especial, "Jardo", buey que fue tristemente famoso por los años 50. También era común sembrar ajos, patatas, lentejas, garbanzos para el consumo familiar durante todo el año. En el 2008, algunos campesinos continúan criando ganado vacuno, en el término. Una ganadería importante es la de "La Canaleja".

Las estaciones de ferrocarril más cercanas, fueron la de Torquemada, a unos 12 kilómetros, y la de Quintana del Puente a unos 20. Antiguamente tenía parada regular el autobús. El medio de locomoción más usual fue hasta muy entrada la segunda mitad del siglo pasado, el carro tirado por ganado equino, e incluso los burros.

Actualmente y como seña de los tiempos que corren, desde hace poco tiempo podemos ver en los páramos cercanos de Hornillos y de Baltanás, los enormes aerogeneradores de energía eléctrica, que destacan en el horizonte buscando los vientos castellanos.

Es controvertida su implantación en estas bastas tierras, poco acostumbradas a la ubicación de estos modernos molinos, por parte de los cerrateños, sus habitantes.

Orígenes e historia de los apellidos

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Escudo del apellido Valdecañas.

Apellido toponímico del municipio. Orígenes y procedencia.

Existe un Marquesado de Valdecañas, el cual no está claro si se refiere al pueblo Valdecañas en Cuenca o a Valdecañas de Cerrato, aunque según está documentado, esta rama familiar es la que corresponde a los instalados en Lucena (Córdoba). Este linaje, desciende del rey Fernando I, el Magno, de Castilla y León y de los Sandoval, de los Zúñiga y de los Lerma. En base al origen Sandoval, apellido castellano, con raices en El Cerrato, la balanza, podría inclinarse hacía la procedencia del nombre del Marquesado, en Valdecañas de Cerrato.

El primer Marqués de Valdecañas, Melchor de Avellaneda Sandoval Rojas y Ramiro, luchó en la batalla de Villaviciosa, el 10 de diciembre de 1710, junto a Felipe V de España.[44]​ Coincidió en época y lugar -provincia de Córdoba- con Tomás González Tevar, valdecañés, Canónigo racionero de la Catedral cordobesa.

En 1849, el titular era Rafael Benjumea y Cabeza de Vaca, de Málaga. Hubo otro Marqués, Agustín Ruiz Soldado y Gómez de Molina, que en 1881, fue Senador por la provincia de Almería. También hubo otro perteneciente a la familia Valdecañas, Antonio Rafael Domínguez y Valdecañas, que llegó a ser Obispo de la Diócesis de Guadix-Baza (1855-1865).

Según el libro de Manuel Glez. de Molina y Antonio Parejo Barranco, "La historia de Andalucia a debate", hubo también un Condado de Valdecañas, creado en 6-6-1791. El primer Conde de Valdecañas fue, Antonio José de Valdecañas y Piedrola.

El II Conde, Pedro Pablo de Valdecañas y Ayllón de Lara, combatió durante la Guerra de la Independencia, contra el General Dupont, a las órdenes del General Echavarria, Marqués de Puentefiel y posteriormente Ministro de la Guerra (1813), en la batalla del puente de Alcolea , acceso a la ciudad de (Córdoba), el 7-6-1808, que ganó el general francés.[45]

Al respecto, el Conde comentaría años después al referirse al suceso:

... el paisanaje tan ignorante como indisciplinado, incurrió en lo que tantas veces se ha repetido tristemente en esta guerra, ir hacia el peligro manifestando gran resolución que luego momentaneamente se disipa.

Posteriormente, estos mismos soldados, voluntarios, estuvieron a sus órdenes y serían inmortalizados por su actuación en la batalla de Bailen.

En 1840, Antonio Cayetano Valdecañas y Tafur (1793. Lucena - Córdoba), alcanzó el estatus de Senador y el de Vitalicio en 1858. El último Conde de Valdecañas es Antonio Alvarez de Sotomayor y Valdecañas.

Heráldica. Curiosamente, el municipio de Valdecañas de Cerrato no ostenta al día de hoy, como la gran mayoría de municipios o pedanías, escudo de armas y bandera, auténticas señas de identidad para sus habitantes y Ayuntamiento.

En épocas anteriores, en muchas ocasiones, muchos de los nombres de las personas coincidían con los del Santo del día de nacimiento. Se tomaban del Calendario-almanaque Zaragozano, fundado en 1840, entonces muy popular.

Otra de las características que se observa es, que muchos de los vecinos usan varios apellidos comunes.

Puede observarse también un número elevado de apellidos con origen en la zona norte peninsular, y más concretamente en Cantabria — Aguayo, de Molledo; Barcenilla, de Piélagos; Antolín y Espina, originarios de las montañas cántabras; Asensio, de Trasmiera—. De origen burgalés son Trimiño o Tremiño, de La Bureba; Carazo, de la sierra de la Demanda; Balbás, de Los Balbases; Frías y Valderrama, de las villas de su nombre. Es seguro que existió una relación comercial y laboral estable en la Edad Media y con posterioridad, entre las dos zonas —Cantabria y Castilla—. Tan es así que hasta la llegada de la democracia, Cantabria estaba incluida en la región de Castilla la Vieja, y se la llamó el «puerto de Castilla».

En España, hay otros dos municipios con el mismo nombre, Valdecañas de Tajo, en la provincia de Cáceres. En él se ubica un gran embalse que recoge las aguas del río Tajo. En la provincia de Cuenca, existe otro Valdecañas, que está situado junto a Villar de la Ventosa. En México, también hay un municipio denominado Valdecañas, cercano a Fresnillo, en el Estado de Zacatecas.

Callejero — Código postal

 
Vista del pueblo.
Calles
  • Plaza Mayor — Ayuntamiento.
  • c/Fuente la Era.
  • c/Mayor — Ubicación de la Antigua Casa Parroquial.
  • c/Iglesia.
  • c/Nazor.
  • c/Costanilla — Casa antigua de 1569. Ubicación de algunas Bodegas.
  • c/Honda — Ubicación de la Casa del Cordón.
  • c/Ermita.
  • c/San Nicolás.
  • c/Balsilla — Casa Rural.
  • Corro del Sol.
  • Corro de la Luna.

Población

  • Actualmente cuenta con 106 habitantes (INE 2005).[46]

Plantilla:Demo

Plantilla:Demo


 



Baltanás. Ayuntamiento Principal

 
Vista panorámica de Baltanás, capital de El Cerrato, desde las bodegas, en el "Castillo".
 
Vista panorámica del valle de Baltanás: "Valle de Atanasio".

Véase también

Referencias

Notas
  1. Mari Paz Hortelano Gómez; Iñaki Carrascal Mozo (21). «Valdecañas». Consultado el 08-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  2. a b Gonzalo Alcalde Crespo. El Cerrato Palentino - ISBN 84-921734-8-3. Pag. 38
  3. a b Manuel Vallejo del Busto. El Cerrato Castellano - ISBN 84-505-6347-X. Pag. 343
  4. R. Menéndez Pidal. La España del Cid - Madrid 1969. Pag. 840
  5. a b c d e Manuel Vallejo del Busto. El Cerrato Castellano - ISBN 84-505-6347-X. Pag. 344
  6. Pablo Cepeda Calzada. «Valdecañas de Cerrato - pag.432» (PDF). Consultado el 10-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  7. Pablo Cepeda Calzada. Baltanás, Capital del Cerrato - ISBN 84-500-9001-6. Pag. 77
  8. «Juan Rodríguez de Sandoval». Consultado el 06-01|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  9. Pablo Cepeda Calzada. «Valdecañas de Cerrato - pag.433» (PDF). Consultado el 26-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda).  Texto «cita» ignorado (ayuda)
  10. a b c d Manuel Vallejo del Busto. El Cerrato Castellano - ISBN 84-505-6347-X. Pag. 345
  11. Pablo Cepeda Calzada. Baltanás, Capital del Cerrato - ISBN 84-500-9001-6. Pag. 27
  12. P.Gonzalez Martinez. «Restauración y límites de la Diocesís palentina - pag.384» (PDF). Consultado el 26-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda).  Texto «cita» ignorado (ayuda)
  13. Luciano Huidobro Serna. «Historia del Partido de Baltanás - pag.83» (PDF). Consultado el 26-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda).  Texto «cita» ignorado (ayuda)
  14. Pablo Cepeda Calzada. Baltanás, Capital del Cerrato - ISBN 84-500-9001-6. Pag. 26 y 27
  15. a b Pablo Cepeda Calzada. «Valdecañas de Cerrato - pag.440» (PDF). Consultado el 26-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda).  Texto «cita» ignorado (ayuda)
  16. a b Manuel Vallejo del Busto. El Cerrato Castellano - ISBN 84-505-6347-X. Pag. 346
  17. a b Manuel Vallejo del Busto. El Cerrato Castellano - ISBN 84-505-6347-X. Pag. 347
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  19. Pablo Cepeda Calzada. Baltanás, Capital del Cerrato - ISBN 84-500-9001-6. Pag. 87
  20. a b c Manuel Vallejo del Busto. El Cerrato Castellano - ISBN 84-505-6347-X. Pag. 348
  21. José Rodriguez Labandeira. «El trabajo rural en España, 1876-1936 - pag.70» (PDF). Consultado el 2-1|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda).  Texto «cita» ignorado (ayuda)
  22. Enciclopezdia Sopena Limpida-Fons . 1933 - Tomo 2º . Pag. 1040
  23. Pablo Cepeda Calzada. «Valdecañas de Cerrato - pag.441» (PDF). Consultado el 29-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda).  Texto «cita» ignorado (ayuda)
  24. Luciano Huidobro Serna. «Historia del Partido de Baltanás - pag.150» (PDF). Consultado el 08-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
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  31. Gonzalo Alcalde Crespo. El Cerrato Palentino - ISBN 84-921734-8-3. Pag.144
  32. Enciclopedia Sopena Limpida-Fons. 1933 - Tomo 2º . Pag. 233
  33. Enciclopedia Sopena Limpida-Fons. 1933 - Tomo 1º . Pag. 98
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  38. Pablo Cepeda Calzada. Baltanás, Capital del Cerrato - ISBN 84-500-9001-6. Pag. 75
  39. Pablo Cepeda Calzada - Angel Casas Carnicero "Algunos planteamientos antropológicos palentinos" P.I.T.T.M. nº 44 p.303. «Valdecañas de Cerrato - pag.438» (PDF). Consultado el 28-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda).  Texto «cita» ignorado (ayuda)
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  41. Enciclopedia Sopena Limpida-Fons . 1933 - Tomo 2º . Pag.157 y 228
  42. Gonzalo Alcalde Crespo. El Cerrato Palentino - ISBN 84-921734-8-3. Pag.161
  43. Gonzalo Alcalde Crespo. El Cerrato Palentino - ISBN 84-921734-8-3. Pag.160
  44. «Historia Militar de España - Batalla de Villaviciosa (10 de diciembre de 1710)». Consultado el 10-01|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  45. Enciclopedia Sopena Limpida-Fons. 1933 - Tomo 2º. Pag. 909
  46. Pablo Cepeda Calzada. «Valdecañas de Cerrato - pag.443» (PDF). Consultado el 29-12|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda).  Texto «cita» ignorado (ayuda)

Bibliografía

  • Vallejo del Busto, Manuel (1978). «El Cerrato Castellano.». Diputación Provincial de Palencia. ISBN 84-505-6347-X. 
  • Cepeda Calzada, Pablo (1989). «Valdecañas de Cerrato.». Dialnet - I.T.T.M. - Diputación Provincial de Palencia. ISSN 0210-7317. 
  • Cepeda Calzada, Pablo (1983). «Baltanás, Capital del Cerrato. Apuntes para un pueblo.». I.T.T.M. - Diputación Provincial de Palencia. ISBN 84-500-9001-6. 
  • Huidobro Serna, Luciano (1956). «Historia del Partido de Baltanás.». Dialnet - Diputación Provincial de Palencia. ISSN 0210-7317. 
  • De Castro García, Lázaro (1973). «Pallantia prerromana. Historía de la Muy Noble y Leal Villa de Palenzuela.». I.T.T.M. - Diputación Provincial de Palencia. ISSN 1130-0515. 
  • Enciclopedia Sopena Limpida-Fons. Editorial Ramón Sopena. 1933. Barcelona.

Enlaces externos